Jordi Grimau
Dos goles de Arda Turan y otro de Leo Messi sellaron la
goleada del Barcelona ante el Sevilla en la vuelta de la Supercopa de España
(3-0) y dieron a los azulgranas el primer título de la temporada, el único que
le faltaba a Luis Enrique como técnico del conjunto catalán.
El preparador asturiano, ya había ganado con el Barça dos
Ligas, dos Copas del Rey, una Liga de Campeones, una Supercopa de Europa y un
Mundial de Clubes, y solo le falta el de este miércoles-jueves para completar
su palmarés, dos años después de aterrizar en el banquillo del Camp Nou.
Logró hacerlo en una noche relativamente plácida par sus
hombres, porque el empuje visitante solo se hizo notar los primeros minutos del
choque, y con un once que registró seis cambios respecto al partido de ida.
Con Iniesta y Mathieu lesionados en la ida, Lucho puso en el
campo a los cuatro fichajes de esta temporada -mención especial para el partido
de Umtiti y Digne- y dio descanso a algunos ilustres de la vieja guardia como
Piqué, Rakitic o Luis Suárez.
Sampaoli, obligado por las numerosas bajas que ha ido
acumulando el equipo en esta pretemporada, sobre todo en la línea defensiva,
también hizo varios cambios respecto al partido del Sánchez Pizjuán y dejó en
el banquillo la pólvora de Vitolo y Vietto, que salieron mediada la segunda
mitad.
Y es que, con la final casi decidida tras el 0-2 del primer
acto, ambos técnicos confeccionaron sus onces pensando en el debut liguero del
próximo sábado.
Aun así, el Sevilla arrancó mucho mejor que el Barça. En
cinco minutos, Ben Yedder obligó a lucirse a Bravo en dos ocasiones, aunque su
segundo remate -un cabezazo que el mata chileno desvió al larguero- finalmente
fue anulado por fuera de juego.
El conjunto andaluz salió a buscar arriba a los azulgranas,
a disputarle el balón, como le gusta a su nuevo técnico. Hasta Mascherano,
exigido por la presión visitante, casi se marca un gol en propia puerta en una
extraña cesión en los primeros compases del encuentro.
Los nervios locales acabaron con la primera aparición de
Messi entre líneas para filtrar un pase de gol a Arda Turan, que batió de tiro
cruzado a Sergio Rico a los diez minutos de partido.
A partir de ahí, los de Luis Enrique dominaron con
comodidad. Messi a punto estuvo de hacer el segundo en un disparo que rozó el
palo tras recibir, de primeras, un balón de Aleix Vidal, hoy el lateral derecho
del equipo.
André Gomes tiró desviado desde la frontal poco después.
Pero el Sevilla resucitaría a la media hora, cuando el colegiado señaló penalti
después de que Umtiti rechazara con el brazo un disparo de Correa.
Bravo adivinó la intención de Iborra desde los once metros y
evitó el empate. Si el chileno finalmente se va al City, Guardiola se llevará
un portero de total garantías en su asalto a la Premier.
Los andaluces, lejos de desanimarse por la evidente
desventaja en el marcador (3-0 en el global de la eliminatoria), siguieron
mostrando un buen tono en el Camp Nou.
Sarabia lo probó de lejos, pero su disparo, flojo y
desviado, no inquietó a Bravo y, en la última jugada antes del descanso, un
remate en plancha de Mercado se estrelló en el travesaño.
Sin embargo, un golazo de Arda desde 30 metros al primer
minuto de la reanudación dejó el título sentenciado.
El turco, que parece dispuesto a redimirse en este inicio de
curso de su primera decepcionante temporada en Can Barça, a punto estuvo de
hacer un triplete cuando Messi lo volvió a dejar solo delante de Rico, pero
esta vez su vaselina se marchó alta.
Un centro de Digne a los diez minutos de la segunda mitad,
lo cabeceó astutamente Messi en el segundo palo para hacer el 3-0. Fue el
primer tanto del astro argentino este inicio de curso.
Ahí acabó el partido. Como si fuera un amistoso de
pretemporada, lo que vino después fue un partido carente de ritmo, interrumpido
ocasionalmente por los tres cambios que dispuso cada equipo.
La nota negativa para los azulgranas fue la lesión, a diez
minutos del final, de Mascherano, que abandonó cojeando el terreno de juego dejando
con diez a su equipo. Una ocasión de Messi y otra de Vitolo fue el epílogo de
la Supercopa, la duodécima que se lleva el Barça.