jueves, 12 de enero de 2017

EL NAUFRAGIO CHÉ

El histórico Valencia vive uno de sus peores momentos deportivos y extradeportivos con crisis en cada uno de los estamentos del club

Antonio Blanca

El Valencia vive una crisis institucional que está arrastrando al club en lo deportivo. Eso es evidente. El equipo del Turia vive una pesadilla que durará dos temporadas con la finalización de esta campaña, sin duda una de las peores de su más de centenario caminar.

Pero, ¿por qué está tan mal el Valencia? El equipo, en la 2013/14, estaba sumido en una crisis económica brutal. En ese momento no había comprador para reflotar al club y se recurrió a un capital extranjero, como es el de Peter Lim, el cual se apoyó en Jorge Mendes, representante de futbolistas conocido por todos.

Para la nueva temporada, la 2014/15, el magnate de Singapur echó a Pizzi para traer a Nuno. Un entrenador que fue poco a poco cogiendo el ritmo al equipo y terminó haciendo una gran temporada con el Valencia, clasificándolo entre los cuatro mejores y siendo un equipo muy difícil de batir (el Real Madrid no consiguió ganar ni en la ida ni en la vuelta de la Liga, incluso jugándose el título liguero).

En esa temporada el club hizo esfuerzos en traer a grandes jugadores, como Otamendi, Mustafi, Rodrigo, André Gomes o Negredo, el gran fichaje del club para ese año. Además, Nuno se 'sacó de la manga' a Gayá, uno de los mejores laterales aquel año en la competición. Con todo esto, el Valencia cuajó un gran año y se clasificó para la Champions.

Uno de los graves problemas del Valencia vino a la temporada siguiente, la 2015/16. El club, en vez de fichar a jugadores con veteranía para jugar la Champions League, trajo a jugadores con muy poca experiencia en el mundo del fútbol de primer nivel, como por ejemplo: Santi Mina, Aderlan Santos, Abdennour, Danilo o Bakkali. Esa temporada el club perdió a Otamendi y no fichó a un central de garantías.

En esta nueva temporada, la 2016/17, el club cometió el gran error de vender a Alcácer, su gran referencia. El Valencia le vendió al Barcelona junto con otro jugador de nivel como André Gomez y consiguió la cesión de Munir, un delantero con futuro, pero con muy poca experiencia en la máxima categoría. Munir, Rodrigo y Santi Mina son los actuales delanteros del Valencia, algo incomprensible a día de hoy.

En la defensa el club vendió a Mustafi, que pidió salir al Arsenal, y se trajo a Garay, un central de garantías que todavía no ha rendido como se esperaba en Valencia. Además, consiguió la cesión de Mangala, un defensa que le costó al City 45 millones y al que todavía se le sigue esperando.

En el centro del campo el club mantiene a Enzo Pérez, Parejo más la incorporación de Mario Suárez, un centrocampista que conoce a la perfección la Liga. En teoría es la parte más hecha del Valencia, pero sea como fuere no están dando la talla.

Después de la dimisión de Prandelli, y la posterior  de “Suso” García Pitarch, el Valencia ha confiado en Voro para salvar la nave y que el equipo no baje a Segunda División (difícil que pase, porque este año se presume una salvación de muchos menos puntos que temporadas anteriores).

Voro, ante la falta de todo por parte de los jugadores de la primera plantilla (mental, deportivo, institucional...), ha recurrido a canteranos del filial, como Soler, Lato o Sito. No lo están haciendo nada mal, intuyéndose un porvenir al menos esperanzador para una parroquia que grita, clama y se duele por su equipo.

Jugadores de cantera que estén dispuestos a meterle ganas sin pensar en otras cosas. Ante Osasuna, Voro ya echó mano de estos tres jugadores y , sin fichajes, seguro que tienen minutos de aquí a final de temporada. Puede ser el comienzo de una reestructuración de un equipo hundido. Otra cosa es qué pasa con Peter Lim, para muchos principal mal del Valencia, eso bien, si le quieren largar, que traigan los euros, le compren su equipo y fin de la historia.