El
histórico Valencia vive uno de sus peores momentos deportivos y extradeportivos
con crisis en cada uno de los estamentos del club
Antonio Blanca
El
Valencia vive una crisis institucional que está arrastrando al club en lo
deportivo. Eso es evidente. El equipo del Turia vive una pesadilla que durará
dos temporadas con la finalización de esta campaña, sin duda una de las peores
de su más de centenario caminar.
Pero,
¿por qué está tan mal el Valencia? El equipo, en la 2013/14, estaba sumido en
una crisis económica brutal. En ese momento no había comprador para reflotar al
club y se recurrió a un capital extranjero, como es el de Peter Lim, el cual se
apoyó en Jorge Mendes, representante de futbolistas conocido por todos.
Para
la nueva temporada, la 2014/15, el magnate de Singapur echó a Pizzi para traer
a Nuno. Un entrenador que fue poco a poco cogiendo el ritmo al equipo y terminó
haciendo una gran temporada con el Valencia, clasificándolo entre los cuatro
mejores y siendo un equipo muy difícil de batir (el Real Madrid no consiguió
ganar ni en la ida ni en la vuelta de la Liga, incluso jugándose el título
liguero).
En
esa temporada el club hizo esfuerzos en traer a grandes jugadores, como
Otamendi, Mustafi, Rodrigo, André Gomes o Negredo, el gran fichaje del club para
ese año. Además, Nuno se 'sacó de la manga' a Gayá, uno de los mejores
laterales aquel año en la competición. Con todo esto, el Valencia cuajó un gran
año y se clasificó para la Champions.
Uno
de los graves problemas del Valencia vino a la temporada siguiente, la 2015/16.
El club, en vez de fichar a jugadores con veteranía para jugar la Champions League, trajo a jugadores con
muy poca experiencia en el mundo del fútbol de primer nivel, como por ejemplo:
Santi Mina, Aderlan Santos, Abdennour, Danilo o Bakkali. Esa temporada el club
perdió a Otamendi y no fichó a un central de garantías.
En
esta nueva temporada, la 2016/17, el club cometió el gran error de vender a
Alcácer, su gran referencia. El Valencia le vendió al Barcelona junto con otro
jugador de nivel como André Gomez y consiguió la cesión de Munir, un delantero
con futuro, pero con muy poca experiencia en la máxima categoría. Munir,
Rodrigo y Santi Mina son los actuales delanteros del Valencia, algo
incomprensible a día de hoy.
En
la defensa el club vendió a Mustafi, que pidió salir al Arsenal, y se trajo a
Garay, un central de garantías que todavía no ha rendido como se esperaba en
Valencia. Además, consiguió la cesión de Mangala, un defensa que le costó al
City 45 millones y al que todavía se le sigue esperando.
En
el centro del campo el club mantiene a Enzo Pérez, Parejo más la incorporación
de Mario Suárez, un centrocampista que conoce a la perfección la Liga. En
teoría es la parte más hecha del Valencia, pero sea como fuere no están dando
la talla.
Después
de la dimisión de Prandelli, y la posterior
de “Suso” García Pitarch, el Valencia ha confiado en Voro para salvar la
nave y que el equipo no baje a Segunda División (difícil que pase, porque este
año se presume una salvación de muchos menos puntos que temporadas anteriores).
Voro,
ante la falta de todo por parte de los jugadores de la primera plantilla
(mental, deportivo, institucional...), ha recurrido a canteranos del filial,
como Soler, Lato o Sito. No lo están haciendo nada mal, intuyéndose un porvenir
al menos esperanzador para una parroquia que grita, clama y se duele por su
equipo.
Jugadores
de cantera que estén dispuestos a meterle ganas sin pensar en otras cosas. Ante
Osasuna, Voro ya echó mano de estos tres jugadores y , sin fichajes, seguro que
tienen minutos de aquí a final de temporada. Puede ser el comienzo de una
reestructuración de un equipo hundido. Otra cosa es qué pasa con Peter Lim,
para muchos principal mal del Valencia, eso bien, si le quieren largar, que
traigan los euros, le compren su equipo y fin de la historia.