jueves, 26 de enero de 2017

TROPIEZO MAYÚSCULO

El Celta de Vigo hace bueno su resultado copero de la ida en el Santiago Bernabéu y deja al Madrid sin su “maldito” triplete

Antonio Blanca

En el Madrid hay una palabra que empieza a ser mal sonante, cargada de augurios negativos, mal ‘bajío’ que se diría por el sur. “Triplete” o lo que es lo mismo, vencer en un mismo año Copa del Rey, Liga y Copa de Europa, algo que el cuadro merengue jamás ha logrado en su ya más de centenaria historia. Anoche la posibilidad se esfumó en Balaídos, donde los de Zidane quedaron apeados de la Copa ante el Celta de Vigo.

Primer gran revés el sufrido por el Madrid del entrenador galo, que hasta hace dos semanas parecía un equipo indestructible, con la diosa Fortuna en ciertas ocasiones de su lado, en los últimos partidos, dos derrotas, un empate y una victoria, esta le está siendo esquiva y lo que antes era gol, ahora es estrellar dos balones en la madera en menos de un segundo, o que el portentoso Ramos envíe una pelota a besar el palo en lugar de la red.

El Real Madrid ni antes era imbatible, ni ahora tan malo. Si bien la plaga de lesiones, el mes de enero tan nefasto e irregular pergeñado por los blancos, análogo a aquel de 2015 en el que el Madrid de Carlo Ancelotti se hizo compañero inseparable del mal juego y la derrota, el cansancio físico que aparece con demasiada prontitud en el desarrollo de los partidos hacen temer que el Madrid calque la segunda vuelta de aquel año, un desastre, en blanco, algo que pondría a Zidane al borde del adiós. Pero aún es temprano para eso. El Madrid es líder en Liga con un partido menos, y está en octavos de la Champions League, y como el cuadro capitalino demuestra partido tras partido, va a pelear hasta el final.