Sendas
goleadas del Real Madrid y el Barcelona ante el Éibar y el Sporting de Gijón
para seguir líderes de la Primera división
Antonio Blanca
El
primer fin de semana liguero de marzo subió el listón en cada trinchera de esta
Liga. Ya fuera la batalla por el título, la pugna por alcanzar puestos con
derecho a competición europea o la guerra por permanecer en Primera, en esta
jornada han respondido todos los alumnos aventajados y han obligado a los
rezagados a retomar sus deberes con una oportunidad menos en el calendario. De
este modo desafían Barcelona y Real Madrid al Sevilla, que cierra la jornada
con su partido de hoy ante el Alavés en Mendizorroza.
El
Barcelona retuvo el liderato con una exhibición de colorido ofensivo y rigor
defensivo que hizo retrotraerse al Camp Nou hasta tiempos de Guardiola. La
seducción combinativa que ha recuperado Luis Enrique con un cambio de sistema
acertado a todas luces (pasó el test del Calderón con éxito) diseñó el terreno
sobre el que los resplandecientes chispazos de Neymar -el mejor del curso- y
Messi elevaran la exquisitez estilística y acumularan pases y goles para sellar
el rotundo 5-0 con el que el Celta se volvió a Vigo. Y, encima, Busquets volvió
a corresponder a su prestigio. La impotencia de los pupilos de Berizzo se
conjugó con el entusiasmo de una tribuna que ya vislumbra la remontada
continental. Neymar hizo una obra de arte en forma de vaselina de seda y Messi,
que no le fue a la zaga con su escapada virtuosa y chut ajustado con que abrió
la lata (se marchó con dos dianas y dos asistencias), enarbolaron la jerarquía
de Can Barça de cara a lo venidero. Rakitic y Umtiti redondearon una goleada en
la que el entrenador asturiano no escatimó nombres ni esfuerzos. Sólo Iniesta
se quedó en el banquillo de inicio.
No
siguió Zidane esta pauta de preponderar las opciones domésticas a las
continentales en el diseño de su equipo. El técnico galo ejecutó ocho cambios
(Ronaldo, Bale, Kroos, Carvajal, Marcelo y Varane no jugaron, mientras que Isco
fue suplente) y modificó el sistema para recuperar la línea de cuatro (y de 5,
en intervalos) en el centro del campo. Con ello recobró el equilibrio y sembró
para que el talento brotara. Los valiosos tres puntos que fue a buscar el Real
Madrid a Ipurúa florecieron entregando la razón a Zizou. El preparador quiso
restar importancia al físico y creyó posible domesticar el intenso toma y daca
que propugna el Eibar con calidad. Entregó las riendas a Benzema, James y
Asensio y los tres se salieron. Tanto en estático como en vuelo, la terna
combinó con fluidez para deshilachar el partido en los primeros 30 minutos de
soberbia del delantero francés. Anotaría dos goles y encauzaría el tercero en ese
trance. Los azulgrana poco pudieron hacer, aunque en el segundo tiempo
defendieron su dignidad a través de Pedro León (si bien el tanto fue de Peña) y
un empuje que cerraría el resultado en el 1-4 definitivo (al comienzo de la
reanudación sentenció la perla balear). La velocidad de ejecución y el
compromiso de los suplentes solventaron la resbaladiza visita y allanó el
camino hacia Nápoles.
Por
detrás de ese dúo que presiona a los de Sampaoli emergen Atlético, Real
Sociedad y Villarreal. Los dos últimos jugaron antes que los madrileños, por lo
que incluso los txuriurdin durmieron en la cuarta plaza clasificatoria. Sin
embargo, este domingo defendió el bloque de Simeone su billete a la previa de
la Liga de Campeones al arrodillar al Valencia (3-0) por gracia de su guión
prototípico: defensa, salida ardorosa y contragolpe. Los robos de pelota
adelantados que dieron lugar a contras venenosas y Griezmann (doblete) y
Gameiro se bastaron para agujerear el equilibrio de los de Voro y alegrar a un
graderío -entre el que estuvo Fernando Torres- que hacía tiempo que no
degustaba una exhibición defensiva semejante.
Por
su parte, la Real Sociedad se impuso a un Betis cada vez más competitivo el
viernes (2-3, con goles de Mandi, Sanabria, Bautista y dos de Xabi Prieto) y el
Villarreal sacó a flote la visita del Espanyol con Diego López como
protagonista pero con Roberto Soriano y Bakambu -espléndido- como goleadores
(2-0). Este trío de triunfos deja la frontera de la Europa League a cuatro
puntos. Y el primer perseguidor es un Athletic que padeció para sacar adelante
el duelo ante el Málaga en San Mamés (1-0, obra de Raúl García, de penalti).
Por
último, la lucha por la supervivencia ofreció este domingo un duelo dramático
de resultado paradójico. Se enfrentaban Deportivo (puesto 17) y Sporting
(puesto 19). El duelo directo estuvo marcado por la tensión y por dos
estrategias diferentes: los asturianos, locales, dominaron la pelota pero no
crearon peligro; y los gallegos, más encerrados, sacaron los tres puntos a
través del balón parado (Mosquera, 0-1). Dispondrían de un penalti que Cuellar
detuvo a Çolak pero abrirían los de Riazor una brecha con el descenso de cuatro
puntos (y un partido menos).
Este
resultado está encuadrado en la decisión del técnico gijonés -Rubí- de regalar
al Barça el partido previo (reservó a su once de gala de cara al partido de
este fin de semana) en contradicción con la decisión tomada por Pepe Mel, que
compitió con todo en el duelo precedente (empate a uno contra otro gigante, el
Atlético) y que en dos envites ha conseguido despegar a los coruñeses del
infierno. Además, el Granada mantuvo su indigesto decimoctavo puesto al caer
ante un Leganés (1-0, con gol de Machís, un jugador que cedieron a los
pepineros) más despejado -seis puntos de distancia con respecto al descenso- y
Osasuna desperdició un 1-2 en Las Palmas para acabar cayendo con estrépito
(5-2), con un gol en propia meta, una lesión que generó una situación absurda y
el primer doblete de Jesé con la elástica amarilla.