El
a día de hoy jugador libre, Vitolo, faltó a su palabra de renovar con su club,
el Sevilla, para en enero de 2018 ser jugador del Atlético de Madrid
Antonio Blanca
Vitolo
no es jugador del Atlético de Madrid. Esto es un hecho. Lo será, pero aún no.
Víctor Machín vuelve a Las Palmas aunque para nada cedido por el club rojiblanco.
No Uno de los fichajes más extraños que se han dado en nuestro país en
muchísimo tiempo ha llegado a una conclusión. Vitolo jugará en el Atlético,
pero no hasta el 1 de enero del próximo año. Hasta entonces, es jugador de la
Unión Deportiva Las Palmas a todos los efectos.
¿Cómo
ha sido el proceso? Más sencillo de lo que visto desde fuera podría parecer.
Como todo futbolista español, Vitolo disponía de una cláusula de rescisión
unilateral de su contrato. Todo jugador tiene el derecho a ejercerla para
quedar libre del club con el que tiene contrato en vigor, siempre previo pago
en la sede de la Liga de Fútbol Profesional del montante estipulado en esa
cláusula, que en el caso de Vitolo era de 36,5 millones de euros. El jugador
internacional acudió con un cheque por ese valor y lo depositó en la LFP. ¿De
dónde sacó el dinero? Del Atlético de Madrid, obviamente. En ese momento,
Vitolo era un futbolista totalmente libre y, como tal, podía ofrecer sus
servicios al club que él considerase más oportuno para sus intereses.
Vitolo
podría haber firmado en ese instante con el Atlético. Ya lo hicieron Arda Turan
y Aleix Vidal con el Barça habiendo sufrido la misma sanción que el conjunto
colchonero. El Atleti puede fichar, pero no puede inscribir a los futbolistas
que contrate hasta el 1 de enero. Como entidad privada, puede realizar un
contrato privado al que la FIFA no puede oponerse, lo que no podrá hacer es dar
de alta al futbolista como tal. Por tanto, Vitolo no iba a poder jugar hasta
enero, y él no quería parar, quería tener la oportunidad de seguir jugando para
no perder el ritmo de cara al Mundial de Rusia del próximo año. Ahí es donde
entraba Las Palmas en el puzle.
El
club canario no ha puesto un euro en esta operación. Al contrario, debe recibir
4,4 millones de euros del Sevilla por el 12% del montante por el que Vitolo ha
quedado libre, estipulado en el contrato entre ambos clubes cuando se acordó el
fichaje del canario por el club hispalense. Los amarillos han contratado a un
futbolista que se encontraba libre y, como tal, no han tenido que pagar ningún
tipo de traspaso. Le ofrecieron a Vitolo un contrato con vigencia hasta el 31
de diciembre de 2017 y este lo aceptó. Cuando se cumpla ese plazo, Vitolo será
oficialmente jugador del Atlético, sin que los rojiblancos tengan que pagar
traspaso a Las Palmas, pues una vez más Vitolo estará libre.
¿Cómo
es posible que el Atlético de Madrid haya anunciado ya su contratación? Los
futbolistas que tengan un contrato con vigencia de seis meses o menos tienen la
libertad de negociar su futuro para el instante en que se acabe su vinculación.
Vitolo, con un contrato con Las Palmas inferior a medio año, se encuentra en
esa situación y, por tanto, con la opción de firmar por otro club para el
momento del final de su actual contrato con los canarios. Así, el extremo será
del Atlético hasta 2022 y los rojiblancos pueden anunciarlo ya.
El
principal derrotado de todo esto es el Sevilla que queda en ridículo y su
presidente Pepe Castro. El presidente del club hispalense se ha visto
ninguneado por uno de sus capitanes. En un giro de los acontecimientos que por
poco da al traste con la llegada de Vitolo a Las Palmas y luego al Atlético,
Castro igualó la oferta que le realizó el Atleti: tres millones de euros al
año. Vitolo dio el sí de palabra, Castro anunció la renovación, en contra de la
recomendación del consejo de administración del Sevilla, que le pidió que no
dijera nada hasta que no estuvieran estampadas las firmas. Vitolo recibió una
contraoferta del Atleti y la aceptó. Le dobló el sueldo inicial y pasará a
cobrar seis millones limpios por cada una de las cinco temporadas que firmará.
Castro
se siente engañado por el jugador, ya que considera que ha utilizado al Sevilla
como herramienta para conseguir un mejor sueldo por parte del Atlético. Aunque,
eso sí, no se arrepiente de las decisiones tomadas, ya que confiaba en la palabra
del jugador. Eso sí, ahora mismo Castro ha perdido credibilidad dentro del
propio club y, sobre todo, por parte de la afición. Quiere tomar medidas
legales contra el fichaje, aunque tiene las de perder. Poco más le queda que la
hostilidad con la que, presumiblemente, la grada del Pizjuán recibirá a Vitolo
cuando acuda a jugar allí, con mayor o menor razón, el futbolista ha mostrado
no tener palabra, ha tomado el pelo al que fue su club y su afición, poniendo
el metal por encima de su honor.