sábado, 14 de junio de 2008

HOLANDA SE MERIENDA A FRANCIA

Carlos de Blas

Ya tenemos firme candidata a ganar la Eurocopa. No hay, en estos momentos, ninguna selección capaz de igualar lo que ha hecho Holanda hasta la fecha. Y es que en dos jornadas ha tenido bastante para marcar las diferencias en el grupo de la muerte. Y lo ha hecho ante los peores contrincantes posibles: el subcampeón y el campeón del pasado Mundial. Y además, arrasando, vapuleando a sus rivales. Llegando a hacerles creer que pueden antes de despertarles de su espejismo. La Holanda de Marco Van Basten ha ganado, sin duda, la etiqueta de gran favorita al título.

Ante Francia confirmó las buenas sensaciones que dejó en el debut. Van Basten tiene la suerte de contar con alternativas y la capacidad de saber administrarlas. A Francia le ocurre todo lo contrario. Raymond Domenech está metido en un laberinto sin salida, donde a los veteranos les pesan los años y a los noveles la camiseta. Sólo uno que está entre el tanto y el tan poco, Ribèry, parece querer tirar del carro. Pero la calidad y las ganas del crack del Bayern de Munich es parecida a la que ponen varios de sus rivales a la vez: Sneijder, Robben, Van Persie, Van der Vaart… Demasiada diferencia.

El encuentro, jugado en el Stade de Suisse Wankdorf y perteneciente al Grupo C, comenzó bien para Holanda, que pronto abriría el marcador gracias a Kuyt. Van der Vaart botaba un córner y el ariete del Liverpool se anticipaba a su marcador, Malouda, para golpear con la testa y superar un anquilosado Coupet a los nueve minutos.

Domenech optó por dejar en el banquillo a Benzema, nervioso en el estreno, para dar entrada a Henry, ya recuperado de sus molestias en la espalda. También fue titular Evra en detrimento de Abidal y Govou se adueñó del flanco derecho. Las rotaciones no aportaron el rendimiento esperado. Caso llamativo el de Henry, fallón como el que más, y desperdiciando ocasiones imperdonables para su nivel. Dejó en el banquillo a Anelka, en quien volvió a confiar –sin éxito- en la segunda mitad. El primer tiempo, con ocasiones para ambos bandos, concluyó con victoria neerlandesa.

Los segundos 45 minutos fueron frenéticos y apasionantes. Francia cambió el chip y su seleccionador decidió jugársela dando entrada a dos hombres de ataque, el mencionado Anelka y el joven Gomis. Ribèry quería pero no podía, y además el colegiado no veía unas manos dentro del área del sucesor de Stam, Ooijer. Pero Van Basten no se quedaba de brazos cruzados y aprovechaba para dar la alternativa a un Robben en pleno estado de forma y un Van Persie perfecto para asfixiar defensas. Entre los dos (y una estupenda ruleta marsellesa de ¡Van Nistelrooy! en el centro del campo) consiguieron el segundo. Centro del madridista y remate perfecto del ‘gunner’. Y Francia que aun así no bajaba los brazos.

Más todavía cuando Henry conectaba un centro desde la diestra de Sagnol para acortar distancias. El barcelonista creía en la remontada… hasta que la bola fue a parar a los pies de un inspirado Robben, un estilete por la banda; más rápido que su sombra, que sacó los colores a un Thuram que, como Coupet, se quedó mirando el obús surgido de su bota izquierda. Era la sentencia para los franceses, pero no la guinda. Un compañero suyo en el Real Madrid, Sneijder, redondearía una noche ya de por sí redondeada con una diana antológica, de pura clase, para levantarse y hacerle la ola. Al borde de la media luna giró, observó, y la clavó ante el intento desesperado de Coupet por evitar otro de los golazos de esta Eurocopa (el primero también lleva la firma de Wesley).

Así pues, decepcionante Francia y enorme Holanda, que en la tercera y última jornada se las verá con una Rumanía que depende de sí misma para estar en cuartos. ¿Serán capaces los rumanos de frenar la embestida naranja?