Antonio Blanca
“Sir” Alex Ferguson. Toda una vida dedicada al Manchester United. El bajito escocés de chapetas rojas y mandíbulas desgastadas por tanta tableta de chicle mascada no aguanta al Real Madrid. El caballeroso entrenador del vigente campeón de Europa, que lleva más de veinte años dando éxitos a los “reds devils” está encrespado, nervioso, cariacontecido si me apuran, por como se están desarrollando los hechos. El malvado Real Madrid, está perpetrando un alevoso plan para arrebatarle a la joya de la corona, al portugués Cristiano Ronaldo. Ni Gárgamel ni el mismísimo Grinch serían capaces de tal cosa, y mira que ambos son dos monstruos del crimen organizado a lo “Al Capone”, uno atemoriza a los pitufos (ahora que caigo Ferguson tiene cuerpo “apitufado”) y el otro pretende robar la Navidad (Ronaldo es quien da la felicidad en el United).
Por ello, sale cada dos por tres y sin motivo aparente, sin justificación argumental alguna, se dedica a injuriar gratuitamente al Madrid, a verter dudas e insultos sobre los periodistas españoles, y a acribillar con su vocablo paleto y atolondrado nuestros oídos. Se le ha ido tanto la cabeza, no sé que pretende decir cuando habla de Franco. ¿Acaso hablamos los españoles de las vejaciones realizadas por la corona inglesa en la India? ¿De la caza y quema de adolescentes en época luterana? ¿De la ineficacia de Scotland Yard para atrapar al más famoso asesino de todos los tiempo, “Jack, el destripador? O siendo más incisivo, y de tanta catadura moral que al bonachón, santurrón y no menos angelical señor Ferguson le gusta, habla la prensa española de su moral sobre como trató a David Beckham y a su esposa Victoria, de cómo salió Van Nistelrooy de Manchester, o del no menos grave asunto de interés general, de las acusaciones sin base alguna, sacadas a la luz por un medio de comunicación inglés de la talla de la BBC, en las que se acusa a la figura del señor Ferguson por presuntos abusos sexuales en Sudáfrica a una joven. La hipocresía es el oxígeno de los escándalos sexuales, claro, pero su misteriosa alquimia también requiere un par de elementos que se dan muy bien en este país: cierto sentido del orden, de las jerarquías y un olfato muy sensible para detectar el contenido simbólico de las cosas. Ejemplo de todo un sacerdote moralizador como es Alex Ferguson.
Y más ética y moral en la vida deportiva del señor Ferguson. La orgía de la plantilla del Manchester United con la participación de 90 mujeres, y la acusación formal (aún en curso) de violación que pesa sobre algún jugador. Curiosamente el único ausente de tal fiesta fue Cristiano Ronaldo.
De estos detalles en su campaña de bombardeos, de discurso de víbora que ha emprendido el grandísimo entrenador escocés, lo cortés no quita lo valiente, resulta que se ha olvidado. El Real Madrid no tiene catadura moral. A mí me da que Alex Ferguson no sabe bien que es moral y que es amoral. Tiene poco diferenciadas las líneas donde se raya en la ortodoxia y donde en la heterodoxia. Un tipo tan zafio y torpe como Queiroz le ayuda a ello. Que Ronaldo se deje querer por el Madrid no es culpa del equipo español. El jugador tiene contrato en vigor con el Manchester y no debería dar lugar a especulaciones de ningún tipo si hubiese dicho que él no se mueve del United y que tiene varios años de contrato. Pero Cristiano se ha empecinado, buscando mejoras salariales en retroalimentar la especulación y en dejar abiertos interrogantes sobre su próximo futuro.
Ferguson debiera mirar con lupa lo que tiene dentro de su vestuario dejar de verter majaderías por la boca, que para ello hay mucha gente, sino le daremos la bienvenida al club de los bufones.