jueves, 29 de octubre de 2009

TRES LUSTROS CON RAUL

Aránzazu Gálvez

Raúl González celebra el decimoquinto aniversario desde que debutó con el Real Madrid, el 29 de octubre de 1994, en La Romareda ante el Zaragoza, tres lustros en los que ha conquistado seis Ligas, tres 'Champions' y dos Intercontinentales. El capitán es el jugador que más veces ha vestido la camiseta blanca.

Han pasado tres lustros desde el momento en el que Jorge Valdano, por entonces técnico madridista y actual director general de la entidad, hizo debutar a aquel 'niño flacucho' de 17 años que había comenzado su carrera en la cantera del Atlético y que tuvo que cambiar de aires.

Aquel instante comenzó a mostrar, pese a fallar goles, su descaro, su atrevimiento. Lo corroboró tan solo una semana más tarde, ante el Atlético de Madrid. Fue el protagonista con un magnífico gol con el que encandiló por vez primera al Santiago Bernabéu.

Fue el punto de partida de una dilatada y exitosa carrera que le ha llevado a ser una de las referencias del fútbol español e internacional, un icono para el madridismo, con numerosos récords y logros, con tan solo la espina de la selección nacional, con la que no logró título alguno pese a ser el máximo artillero (44) y el jugador de campo con más encuentros disputados (102).

Participó en los Juegos Olímpicos de Atlanta'96, en los Mundiales de Francia'98, Corea y Japón 2002 y Alemania'06, y en las Eurocopas de Bélgica y Holanda 2000 y Portugal 2004. El mayor logro fue alcanzar los cuartos en el torneo asiático, aunque, por lesión, no pudo estar en el encuentro ante el conjunto surcoreano, que progresó tras una polémica actuación arbitral y después de los penaltis.

Este decimoquinto aniversario llega para Raúl en medio de una tempestad en el equipo y el club por la sonrojante derrota en la Copa del Rey ante el Alcorcón (4-0), y tan solo 12 días después de que fuera homenajeado por su presidente, Florentino Pérez, antes del encuentro liguero con el Valladolid, con un trofeo conmemorativo por ser el futbolista que más partidos ha jugado con la camiseta blanca.

En estos 15 años, Raúl ha ganado seis Ligas, tres Ligas de Campeones, cuatro Supercopas de España, una de Europa y dos Copas Intercontinentales, ha sido dos veces máximo artillero de la Liga, es el máximo goleador de la Liga de Campeones, de la historia del Real Madrid, de la Liga en activo, segundo en el Balón de Oro en 2001 y mejor delantero de Europa en dos ocasiones.

Entre los múltiples galardones y reconocimientos, Raúl recibió en 2006 la Medalla de Oro de la Real Orden al Mérito Deportivo. Con 32 años sigue al pie del cañón y, ajeno a las críticas, mantiene su dedicación total al Real Madrid con el '7' a la espalda y el brazalete de capitán.

EL PROYECTO ESTRELLA ESTRELLADO

Con la abultada e inesperada derrota del Real Madrid en Alcorcón las dudas sobre el equipo y Manuel Pellegrini se han agudizado

Antonio Blanca

Venía el Madrid arrastrando durante el inicio del curso muchas dudas acerca de su juego, de su brutal pegada pero de su inmensa fragilidad defensiva. De lo poco que la mano del técnico chileno se notaba. A los entrenadores hay que darles unos días de adaptación, existe la norma no escrita de 100, pues bien, pasados esos días de acoplamiento, de espera para lograr cohesionar las piezas de un nuevo equipo, resulta que ese concepto brilla por su ausencia en el Real Madrid. Se ha venido a demostrar que no hay equipo, no hay proyecto, y a día de hoy, fines del mes de octubre, el Madrid es un equipo plagado de estrellas, mal equilibrado, y que no juega a nada, de medio pelo. Claro, la responsabilidad máxima es de Pellegrini, pero no sólo se deben cargar todas las tintas contra el entrenador, los futbolistas, que son los que saltan al campo a defender la camiseta del mejor club del S. XX (con actuaciones como las del martes no será del S. XXI) también tienen una cuota de culpa enorme, y Valdano y Florentino igualmente. Este nuevo Real Madrid de Pérez en su segunda parte se parece más al equipo del dimisionario, que al mandatario que revolucionó el concepto de marketing y de como gestionar un club de fútbol.

El Real Madrid, uno de los dos clubes más ricos del planeta tierra, con 400 millones de euros presupuestados, escribió el martes, en un humilde municipio del cinturón sur de la Comunidad de Madrid, Alcorcón, una de las páginas más vergonzosas de toda su centenaria historia, por no catalogar el 27 de octubre, como el día más nefasto y fatuo del equipo de la capital de España, su "martes negro".

Un equipo de 2ªB, con un presupuesto 400 veces menor al todopoderoso y millonario Real Madrid (una inversión multimillonaria de 250 millones de euros, trayendo un sinfín de estrellas, ha quedado en ridículo, demostrando que el dinero no siempre da la felicidad), puso en escena la peor cara del club dirigido por Pellegrini (al ingeniero le quedan dos telediarios). El Alcorcón le dio todo un repaso, una lección de humildad y de fútbol al Madrid. Con ganas y sobre todo jugar al primer toque y por las bandas, "David se merendó sin compasión a Goliat". El técnico del Alcorcón, Juan Antonio Anquela le pintó la cara a Pellegrini y le enseñó como se tiene que plantear un partido en base al fútbol básico. Alguien desde la parcela deportiva del Madrid le debe decir a Manuel Pellegrini que en el deporte rey ya está todo inventado.

El ex del Villarreal, que ya tembién sufrió una humillacón similar en el Ejido el año pasado, está aturdido, perdido, autista en su relación con los jugadores e inerme en la parcela táctica. Mal, muy mal el trabajo de Pellegrini, cuarto plato veraniego del Madrid para llevar a efecto un proyecto de dimensiones económicas gigantescas, que está cerca de fracasar si no se cambia el rumbo "ipso facto". En el fútbol, es más fácil largar al entrenador que a 24 jugadores, y Florentino está a punto de comenzar a triturar entrenadores, porque insisto el Real no se está edificando sobre un proyecto (principal diferencia con el Barça que tiene una filosofía asentada de muchos años), sino en traer jugadores y gastar, gastar y gastar. Devaluar el producto propio, Negredo y Parejo van a triunfar en Sevilla y Getafe y luego más gasto, habrá que recomprarlos. Paupérrima planificación deportiva.

Se está demostrando aunque queda mucho, que una inversión de calibre astronómico no garantiza éxitos deportivos. El Madrid debe cambiar el rumbo, porque pinta mal (Getafe, Milan y Atlético dictarán sentencia). Todavía hay tiempo para la reacción. Los jugadores en vez de poner en entredicho lo que el entrenador les dice, caso "Guti" mandando a "tomar por culo" a Pellegrini en el descanso, deben ponerse a jugar, poner arrestos y sacrificios por el bien común.

Sin Cristiano, lo único que tiene el Madrid es Raúl, 15 años después. La mayoría de los componentes de la plantilla blanca no saben el peso de la camiseta que portan, la historia del escudo que representan y que en Alcorcón se encargaron de tirar por tierra, de pisotear y vomitar hasta llegar a límites inimaginables. Hay jugadores que no han justificado estar en el Madrid como Benzema, cada día que pasa decepciona más. Gago, Drenthe y Marcelo no están a la altura de jugar en el Real, sobran como Van der Vaart.

No se han tomado decisiones en caliente, bien hecho, pero tras el estrépito, tras la soflama que ha sufrido el seguidor merengue, la cuestión no puede quedar así, hay que poner remedio cuanto antes. El flamante Madrid de relumbrón, es ahora mismo el hazmerreír del fútbol mundial. De chiste y de los malos.

miércoles, 28 de octubre de 2009

VERGÜENZA HISTÓRICA

Carlos de Blas

Una mancha negra en la historia blanca. El Alcorcón sacó a la luz todas las vergüenzas del Real Madrid, que hizo un ridículo nunca visto en el club blanco tras ser goleado (4-0) por un equipo que milita en la Segunda División B.

Tantos millones sobre la mesa no sirvieron para mejorar un estado que parece perpetuarse en los últimos tiempos en el Real Madrid. A veces, el dinero no da la felicidad, como demostró el Alcorcón, un club con un presupuesto 400 veces menor que su rival. Y es que no ha habido que esperar mucho tiempo para ver de nuevo la peor cara del Real Madrid. Incapaz de marcar en Gijón en la último partido de Liga y sin demasiados argumentos para vencer al Milán, un equipo de veteranos, los hombres de Manuel Pellegrini aterrizaron en Alcorcón con el objetivo de dar un puñetazo sobre la mesa y acabar con las primeras dudas de la temporada.

Pero éstas no se disiparon. Sin Cristiano Ronaldo, parece que el asunto no carbura. Todo depende de acciones concretas, de hechos aislados, de jugadores decisivos. Y sin el portugués, y, sobre todo, con un esquema que no parecen comprender demasiado los jugadores blancos, la Copa, competición gafe desde hace tiempo, no era el mejor torneo para arreglar desaguisados. Enfrente estaba el Alcorcón, un equipo que mostró a Pellegrini algunos de los conceptos básicos del fútbol y que casi siempre funcionan. El Real Madrid carece de bandas. Los laterales son islotes que suben sin compañía. Todo el juego pasa por el centro. Con esa táctica, en la que insiste Pellegrini, los blancos fueron desarmados por su rival, un auténtico vendaval en la primera parte.

Royston Drenthe fue el que más sufrió esos achaques. Ubicado en el lateral izquierdo de la zaga, el holandés constantemente tenía que intentar parar el incómodo dos contra uno. Por su banda llegó todo el peligro local. Y por su banda llegaron los tres primeros goles. El primero, de Borja, el quinto que le marca al Real Madrid. Antes, lo hizo con el Alicante y con el Leganés. Aún tendría pólvora para hacer el sexto. Después, fue Álvaro Arbeloa, que en propia meta introdujo el balón en la portería defendida por Dudek. El centro, llegó desde la banda defendida por Drenthe, vendido una y otra vez. Para culminar la primera parte, Ernesto se unió a la fiesta amarilla gracias a un gol de ratón. De nuevo, el tanto llegó por la banda derecha del equipo del sur de Madrid.

Entre medias, el Real Madrid tuvo sus ocasiones, fruto de arreones esporádicos. Raúl González, Esteban Granero y Karim Benzemá tuvieron tres claras, pero no era el día. Era el momento del Alcorcón. Premonitorias fueron las palabras que una vez dijo el artista Andy Warhol. "En el futuro, todos tendremos quince minutos de fama". El Alcorcón tuvo el triple. Fueron 45, que pudieron redondearse con un cuarto tanto si el palo no hubiera repelido un remate de cabeza de Béjar. En la reanudación todavía hubo tiempo para un último empujón del Alcorcón, que gastó sus últimos cartuchos de gasolina para marcar el otro. De nuevo, Borja, que aprovechó un error defensivo, batió a Dudek por bajo. Fue el final del conjunto amarillo, que, desfondado, aplicó su tiempo a resistir un marcador histórico.

Mientras, Pellegrini, había quitado a Guti en el descanso para dar salida a Fernando Gago. El canterano del Real Madrid tenía pinta de poder irse a la ducha expulsado. Ya tenía una amarilla y comenzaba a mostrar malas sensaciones, aquellas que a veces exhibe cuando las cosas no salen bien. Con el argentino sobre el campo la situación no cambió demasiado. El Real Madrid asedió sin orden ni coherencia la portería defendida por Juanma, que veía impasible cómo sus compañeros estaban sin fuelle. Así transcurrió casi todo el segundo acto. Sólo hubo un sobresalto más. Ruud Van Nistelrooy mandó una pelota al poste. Con tristeza, indolencia, y con una sensación de ridículo inimaginable en verano, con las megapresentaciones millonarias en el Santiago Bernabéu, el Alcorcón demostró que en el fútbol, el dinero, a veces, no da la felicidad.

lunes, 26 de octubre de 2009

UN SET PARA CALLAR BOCAS

Siete victorias y un empate en ocho partidos sitúan de nuevo al Barcelona de Guardiola como el equipo más sólido, el rival a batir para la liga 2009/2010


Antonio Blanca


Ya se han puesto en juego 24 puntos, un quinto de campeonato, para calibrar groso modo como se va a presentar el panorama esta temporada del fútbol español, si bien, para bien o para mal, el viso final se dejará visto para sentencia allá por el mes de abril, cuando queden pocas jornadas para finiquitar la BBVA. Pero como antes he dicho, se pueden ir sacando conclusiones, no definitivas pero sí muy clarificadoras. Todavía hay tiempo para remendar errores, y para aquellos que han comenzado con paso firme, se confíen y empiecen a escribir con renglones torcidos. El Atlético ha sido el primero que ha querido comenzar a poner remedio a sus profundos males. El peor inicio liguero en más de 40 años, números abocados a un fracaso anunciado que como se presumía le han costado el cargo a Abel Resino. Ahora, le toca a Quique Sánchez Flores enderezar el rumbo de la naufragada nave rojiblanca. Tiene un camino complicadísimo por delante, un vestuario que recuperar y una afición con la que reconciliarse. Tiempo hay. Para el equipo que parece no pasar el tiempo, vivir en una esfera independiente de los demás es el Barcelona. Con bajones y derrotas sorprendentes por no esperadas, los de Pep Guardiola continúan presentándose como una apisonadora de goles y buen fútbol, una precisa maquinaria suiza cuya presentación no es rocosa cual reloj de campanario gótico, sino un suave y delicioso “brioche”. Hasta el momento es el equipo que no ha perdido, ha cedido solo un empate y su camino se estima fulgurante hacia otra temporada irrepetible. El Madrid, continua a la deriva, cual alma que busca su “yo”, su verdadero significado, el elixir de su existencia. Para muchos se encuentra en el lesionado Cristiano Ronaldo, pero con un gasto de más de 250 millones de euros, es un lujo que el Bernabéu tal vez no esté dispuesto a permitir. Pellegrini cada vez focaliza más las miradas acusadoras de un equipo feble en defensa y ayuno en ataque.

El Calderón volvió a vivir una tarde negra, para el olvido. Un partido que parecía ganado, se fue al traste en el descuento con una cantada monumental de De Gea, se tragó un centro de Borja, y 1-1 en el luminoso. Escándalo absoluto en el Manzanares. El Atlético se dejaba escapar 3 puntos de oro ante un rival con 9 jugadores. Forlán marcó de penalti pero antes había errado otra pena máxima bastante dudosa. El uruguayo está ido, y con él, su pareja de ataque, Agüero. Un futbolista que ha perdido el “punch” del año pasado y que ahora se limita a pasearse por los terrenos de juego. La defensa es horrible, digna de fresco de Goya, en cuanto al reflejo de la cruda realidad. Para los de Manzano, un punto justo e inesperado. Quique que vivió el partido en el palco salió de allí cual bala lanzada por una escopeta, no sé si buscando refugio o pensando en tomar coche, carretera y manta, y olvidarse del equipo en ruinas que tiene que levantar. Un valiente el de la familia Flores.

Fútbol en el Molinón. Noche de lluvia y buena temperatura, que hicieron del césped un verdadero prado, en el que daba gusto jugar al fútbol. Bueno, intuyo que daría gusto, porque el fútbol no fue precisamente lo que más hubo en el choque Sporting-Real Madrid. 0-0, en un partido “aplatanado”, flojo y lento. 98 partidos de liga después, el Madrid empataba a 0. Otro “mérito” para sumarle a Pellegrini, que sigue sin brújula y sin saber que concepto de juego quiere desarrollar. Preciado le dio un soberano repaso táctico y sacó un punto que le supo a victoria. Tal vez, el Real Madrid se acuerde al final de la liga de los dos puntos que se dejó en el estadio asturiano, primero por falta de actitud, y segundo por juego. Hubo ráfagas, centelleantes, las que dejaron Kaká y Guti. Drenthe cumplió al igual que Raúl, muy sólo arriba. El cancerbero Juan Pablo estuvo francamente bien en la segunda parte con tres intervenciones magníficas que evitaron la derrota del Sporting, pero no mereció el Madrid ganar. Dos partidos en la misma semana, una derrota y un empate, queda mucho por delante, hay material de sobra para que la obra sea majestuosa, pero por el momento, muchas probaturas y el arroz sigue cocinándose y se puede pasar.

Otro 0-0 hubo en el Sánchez Pizjuán entre Sevilla y Espanyol. La afición sevillista homenajeó durante los 90 minutos a los dos jugadores malogrados de ambos equipos, Antonio Puerta y Daniel Jarque. Reparto de puntos gracias al partidazo de Kameni que paró hasta el viento en la noche sevillana. Segundo pinchazo consecutivo de los de Jiménez en la liga que se bajan de la nube. Los andaluces se lo creyeron demasiado antes de conseguir nada, y ahora les está pasando factura tal bravata.

Siete partidos el domingo, en día de otoño pero con cualidades primaverales. Jornada ya en horario de invierno, ahora hasta la primavera se nos acaba el gusto de ver partidos con sol a las nueve de la noche. ¡Todo sea por el ahorro energético!

Jugaba el Getafe blando de Michel según su presidente Ángel Torres frente a los “leones” de Caparrós. 2-0 para los azulones, que pusieron los bocados de fútbol y buenos goles, los mordiscos violentos quedaron para un desquiciado Athletic de Bilbao.

Un baño contante y sonante le dio el Valladolid al Deportivo de la Coruña. 4-0 rotundo con Nauzet dirigiendo la sinfónica pucelana. Gran partido el jugador por los de Mendilíbar que en ninguna fase del choque dieron opción de reacción a los coruñeses, que se pegan un fuerte batacazo tras pasar una semana a base de caviar.

1-1 entre el Racing de Santander y el Osasuna. Los de Camacho pierden puesto UEFA por el tanto de Arana en el minuto 96. Un descuento excesivo que no evitó con el gol del empate que el público del Sardinero terminara abroncando a los suyos.

Venció 1-0 merecidamente el Tenerife al Xerez. El equipo canario fue superior al de Ziganda y se quedó con los tres puntos finales. Los de Ziganda cuando ya parecían haberle tomado el pulso definitivo a la BBVA vuelven a parar su progresión en seco y volver a poner interrogantes más que serios en su devenir.

¡Aleluya! Eso pensarán en Villarreal. Tras otro traspié en la UEFA, derrota ante el Lazio el jueves, Valverde se jugaba su ser o no ser al frente del equipo castellonense. Y al fin, tras siete partidos, a la octava llegó la victoria. La primera del Villarreal esta temporada. Un equipo confeccionado para pelear por puestos europeos y que a día de hoy está en el descenso, aunque queda todo por delante. Valverde vuelve a sentir el paso de la saliva por la garganta.

0-3 barrió del mapa el Valencia al Almería. En la segunda parte claro, cuando los almerienses se quedaron con un hombre menos, porque en el primer tiempo el encuentro estuvo muy igualado. Goleada a domicilio que vale al conjunto de Emery para situarse en puestos Champions y mostrarse como candidato firme a estar a final de curso entre los cuatro primeros.

El fin de fiesta se puso en el Nou Camp. Había que despejar dudas. Empate en liga ante el Valencia a 0 dando mala imagen, luego derrota en Copa de Europa frente al Rubin Kazan. Semana de críticas para el Barcelona, pero el fútbol desplegado por los culés en la noche de ayer las volvió a disipar. Goleada al Zaragoza, 6-1, un set, con un excelente Xavi, un inesperado “hat-trick” de Keita en su mejor noche como jugador del Barça y un atinado Ibrahimovic que marcó dos tantos. Retornó la versión más clásica del fútbol-arte blaugrana. Otra vez en solitario en la cúspide del campeonato, bajarlos de ese peldaño le va a costar, sangre, sudor y lágrimas a aquel equipo que lo consiga. La faena es complicada. Sobre todo si la composición sigue siendo cuasi perfecta.


domingo, 25 de octubre de 2009

INGLATERRA SE PARALIZA

Daniel Iglesias

Si Bill Shankly y Sir Matt Busby pudieran presenciarlo, sin duda estarían orgullosos de ver que su espíritu perdura con el tiempo. El duelo entre el Liverpool y el Manchester United sigue siendo uno de los acontecimientos más importantes del curso futbolístico mundial. Este domingo, los dos clubes más laureados del fútbol inglés vuelven a medirse en un duelo que se presenta con más alicientes que nunca.

Todo comenzó hace 114 años en el mismo escenario que esta mediodía albergará el gran encuentro. El 12 de octubre de 1895, Anfield presenció un partido de la Segunda División inglesa entre el recién descendido Liverpool y un Manchester United que estrenaba denominación tras los problemas financieros de su anterior etapa como Newton Heath. El 7-1 final hizo honor al favoritismo de los locales, pero pronto se vería que estos duelos depararían grandes encuentros, con el sorprendente 5-2 para el United en el choque de la segunda vuelta.

Once años después, ambos equipos disputarían su primer partido en la máxima categoría del fútbol inglés. El desaparecido estadio de Bank Street (terreno que actualmente ocupa el prestigioso velódromo de Manchester) albergó un duelo que con el tiempo se convertiría en un clásico de la antigua First Division. El partido terminaría sin goles. Pero eso es lo de menos. Una gran historia comenzaba a escribirse.

En la prehistoria del fútbol inglés, la igualdad de esta Liga, sin un dominador claro, provocó que las rivalidades fuesen más locales. El Liverpool se enfrentaba a sus vecinos del Everton, mientras el United se disputaba la supremacía de la ciudad contra el City. Confrontaciones que han perdurado, pero viendo crecer con el paso del tiempo a la gran rivalidad nacional.

Tras la II Guerra Mundial todo cambió. Y gran parte de la culpa la tuvieron dos hombres. El primero de ellos, Sir Matt Busby (ex jugador del Liverpool) había llegado al banquillo del United en 1945, y permaneció anclado a él durante dos décadas y media. Entre sus méritos, cinco Ligas, dos Copas... y sobre todo, la capacidad de construir dos de las generaciones más gloriosas del Manchester United, la anterior y la posterior al trágico accidente aéreo de Múnich. La primera, con Duncan Edwards como estrella y decenas de sueños truncados, y la segunda, con el 'superviviente' Bobby Charlton y una gloriosa Copa de Europa en sus bolsillos.

Y mientras Busby hacía grande al United, otro mito de los banquillos llegaba a Anfield para hacer historia. Bill Shankly se hizo con el timón de los 'reds' a finales de los 50, y en los 15 años en los que permaneció al mando construyó un equipo capaz de ganarlo todo. Con él, el Liverpool se hizo un nombre en el panorama internacional. Conquistó su primer título europeo (la UEFA de 1973) y dejó una herencia inmejorable para que su sucesor, Bob Paisley lograra conjuntar a uno de los equipos más laureados de todos los tiempos. Tres Copas de Europa y seis Ligas fueron lo más relevante de su bagaje. El espíritu ganador, su mayor legado para la historia.

Pero Shankly y Busby no sólo aportaron los títulos. La rivalidad entre dos de los equipos más grandes de Europa empezaba a crecer. La siempre disputada Liga inglesa atisbaba el inicio de sus dos dominadores, a la par que el crecimiento industrial acrecentaba el choque social entre dos poblaciones que se disputaban la hegemonía comercial del noroeste de Inglaterra.

Cierto es que los 70 y 80 no fueron buenos años para el United. La marcha de Busby dejó huérfano a un club que necesitó casi dos décadas para encontrar a su salvador. Mientras tanto, el Liverpool iba sumando títulos a sus vitrinas de la mano de hombres como Keegan, Dalglish o Souness, hasta llegar a un total de 18 Ligas con la conquistada en 1990.

Para entonces, Alex Ferguson ya había llegado a Old Trafford. Y con él, un nuevo espíritu habitaba la grada de Stretford End, aunque pocos imaginaban todo lo que el escocés lograría con el paso del tiempo.

Poco después, el fútbol inglés ingresaría en la 'era Premier', una nueva etapa en la que la competición se adaptó a los tiempos modernos, con una nueva concepción del marketing y un mayor mimo de todo lo extradeportivo. El United adoptó a la perfección este modelo, con figuras como las de Eric Cantona o Peter Schmeichel, y pronto se vieron los resultados.

Así, Ferguson condujo al club a su época más gloriosa. En los nueve primeros años de esta 'era Premier', siete títulos para los 'red devils' les acercaron a los registros históricos del Liverpool. Y además llegó la histórica Champions del 99, con aquel final de infarto ante el Bayern en el Camp Nou. Entonces, Alex Ferguson se convirtió en 'Sir'. Pero la distancia con el Liverpool en la competición doméstica aún era amplia. Cuatro Ligas separaban a ambos equipos. Y el Liverpool empezaba a despertar de estos años de letargo con el técnico francés Gerrard Houllier.

La concepción del fútbol de Houllier puede ser discutida, así como algunos de sus fichajes, pero nadie puede dudar que introdujo al Liverpool en el fútbol del siglo XXI. El 'treble' del año 2001 (FA Cup, Copa de la Liga y la histórica final de la UEFA ganada ante el Alavés), con un jovencísimo Steven Gerrard como estandarte, fue el hito principal de la resurrección de los 'reds', y se redondeó al conquistar la siguiente Community Shield, precisamente al Manchester United, y la Supercopa de Europa pocos días después.

Sin embargo, se le resistía la Premier a Houllier. Mientras Ferguson sumaba títulos, una losa pesaba sobre la cabeza del francés, que finalmente tuvo que ceder en 2004 y dejar paso a una nueva era. Entonces llegó la 'Rafalution' de Benítez. El técnico madrileño llegó a Anfield, españolizó el equipo y pronto se ganó la confianza de 'The Kop'. La conquista de la Champions en su primer año fue crucial en su buena acogida dentro del club.

Pero el problema de Benítez ha sido el mismo que el de su predecesor. Durante su estancia en Anfield, el United ha sumado tres títulos consecutivos en la Premier y ha logrado lo que pocos creían posible, igualar a su máximo rival en número de campeonatos domésticos.

Y para añadir más leña al fuego, el pique entre Benítez y Ferguson ha sido constante en estos cinco años. Los choques entre ambos equipos han estado casi siempre precedidos de polémica entre ambos. Y hasta la pasada campaña, parecía que el escocés había derrotado moralmente a Benítez. O así lo decían los resultados.

Pero el año pasado cambiaron las tornas. En el mejor momento del United, el Liverpool se hizo con la victoria en los dos partidos ligueros. 2-1 en Anfield y un sorprendente 1-4 en Old Trafford, con remontadas en ambos partidos, metieron a Benítez en la historia de estos grandes clásicos. Eso sí, el duelo final por la Premier se lo volvió a llevar Sir Alex.

Y esta temporada se llega al primer 'match' con una enorme novedad, la presencia de Michael Owen con la camiseta del United. El mercado de jugadores entre ambos equipos ha sido casi inexistente a lo largo de toda la historia. Desde 1964 ningún jugador cambia directamente un club por otro, y muy pocos lo han hecho con estancia intermedia en otros equipos. Pero este verano saltó la sorpresa. El séptimo máximo goleador de la historia de los 'reds' (y único Balón de Oro del club) era reclutado por Ferguson para reconducir su trayectoria, tras su año en el Real Madrid y su frustrante paso por el Newcastle. Mañana es su día. Anfield le espera y él se quiere reivindicar. Saltarán chispas.

Pero no será Owen el único atractivo del partido. Sir Alex necesita demostrar que lo del año pasado fue sólo un accidente. Y Benítez es consciente de que su cargo pende de un hilo por los malos resultados cosechados en lo que lleva de temporada. 'Scousers' y 'mancunians' se citan en su partido liguero número 153. Y el duelo puede ser crucial en el devenir de ambos equipos en esta temporada.

Porque este encuentro es mucho más que fútbol. Son 90 minutos en los que se paralizan las islas para observar a sus dos equipos más grandes luchando por la supremacía futbolística. Es la pelea entre dos ciudades enfrentadas. Entre dos sentimientos. Entre dos aficiones. Y todo en torno a un balón. ¿Qué más se puede pedir?

jueves, 22 de octubre de 2009

EL OTOÑO REVITALIZA AL MILAN

Mal partido de un Real Madrid sin ideas que sólo pudo tirar del alma de Raúl en lo que supone la primera derrota de los de Pellegrini en Champions, segunda de la temporada

Antonio Blanca

El otoño es una estación triste, melancólica, de colores poco vivos, de aletargamiento, de lucir canas y arruga, no en vano los árboles pierden sus hojas hasta la próxima primavera donde volverán a reverdecer, jóvenes y vigorosos. No tuvo que esperar el peor Milan de los últimos tiempos la llegada de la jovial estación para rejuvenecer. Anoche en el Santiago Bernabéu, los pupilos de Leonardo, auspiciados por una segunda parte deplorable del Real Madrid, lograron salir a flote, tomar una enorme bocanada de oxígeno y no verse desahuciados a las primeras de cambio de la máxima competición continental.

Y eso, que en los primeros cuarenta y cinco minutos, los "rossoneros" estuvieron a merced del Real Madrid, que una vez más, con la ausencia de Cristiano Ronaldo, sólo tuvo a Raúl González Blanco, que aprovechó un regalo de Dida para poner el 1-0, un tanto de pillo, sólo al alcance de los más listos de la clase, aquellos que tienen el gol en la sangre. Mucho miedo de los italianos, agazapados atrás, regalando la pelota, con Ronaldinho desaparecido y sólo alguna galopada de Pato para inquietar la defensa merengue.

Pero el Madrid no quiso, no supo y también no pudo meterle mano a una defensa flojísima. Zambrotta y Nesta están para otras lides, pero ni Kaká ni Benzema, dieron el rendimiento que se esperaba de ellos. El brasileño desde luego jugó un partido pobrísimo, como si todavía tuviera algún vínculo espiritual con el equipo de Berlusconi, es curioso y preocupante que el "Harry Potter" merengue no haga magia en noches grandes, en Sevilla "ídem adem ídem". Karim por su parte está desconectado. No se entera de la misa la mitad. Es joven, aún tiene remedio, y la calidad que atesora posiblemente le haga salir del pozo, pero un jugador que ha costado la cifra de 36 millones de euros, no puede permitirse períodos de formación, para eso estaba Negredo o el mal aprovechado Huntelaar, o si no una inversión en una estrella ya consagrada, no futurible, el francés no ha hecho nada en el mundo del fútbol; o porque no, darle la alternativa definitiva a quien de verdad en el terreno de juego se lo ganó, Higuaín.

Con el 1-0 al descanso, el Real sin matar el partido, con el segundo tiempo desarrollándose en partido solteros contra casados, apareció la llamada "potra italiana". Primer tiro a puerta, desde su casa de Pirlo, Casillas a contra pie, y empate. Los blancos empezaban a jugar con fuego y lo pagaban. Acto seguido, contragolpe mal llevado por Ramos (no termina de encontrarse el sevillano), recupera el Milan la pelota, y en dos pases, se rompe la frágil defensa madridista, Pato entra por el medio ante una "cantada" de Iker, y 1-2. Ver para creer. El "inserso" le había dado la vuelta al partido frente al millonario Real Madrid.

La defensa tam mal como siempre, contagió hasta a Casillas, que en el primer gol reaccionó tarde, y en el segundo tuvo el 90% de la culpa del mismo. Pellegrini empieza dar síntomas de no saber que hacer, de poner alineaciones al azar, de no tener un concepto claro en la cabeza del fútbol que quiere desarrollar. Sus rotaciones empiezan a ser verdaderos juegos de lotería. Alguien le tiene que decir al chileno que los fallos en defensa y a balón parado se solucionan entrenando, no hay más matemática que esa básica premisa, se juega como se entrena.

Encontró el apático Madrid el empate 2-2. Fue en un córner, al que acudió Raúl, quien si no para sacarlo y darle el balón a Drenthe solo en la frontal que con un buen disparo marcó. El choque podía caer de cualquier lado. Sin medio campo, con los jugadores corriendo sin sentido por el campo. Dos goles anulados, el de Raúl bien, el de Silva mal. Seguro que el colegiado quiso descargar el clamoroso penalti que omitió sobre Benzema, Zambrotta le hizo un 3 en 1 monumental.

Finiquitándose el encuentro, el Madrid defendiendo cual banda de pueblo a las 5 de la mañana, Seedorf dio un pase a Pato, que sorpresa, por la banda de Marcelo, "aquí un amigo", entró solo ante Casillas y puso el 2-3. Campanada en el Santiago Bernabéu. El vejestorio vencía al rico y guapo.

Tres conclusiones, y las tres preocupantes para activar alerta como mínimo naranja. Una, que este Madrid de Pellegrini en sus dos partidos ante rivales de entidad ha caído, Sevilla y Milan, y siempre pasa apuros independientemente de la entidad del enemigo.
Otra, que tras una inversión bestial de 250 millones de euros, los blancos siguen sin jugar bien, y sin dar la talla en Europa. Me veo a Florentino yendo a Lourdes para rezar por la recuperación de Ronaldo.
Y la tercera, que ni Kaká, ni Benzema, ni gaitas. 15 años después, con más de 700 partidos, y sin costar nada, quien sigue partiéndose la cara y el alma es Raúl González Blanco, el capitán eterno.

El mérito de Pellegrini es hacer que este Real no funcione, desde luego para hacérselo mirar señor ingeniero.

miércoles, 21 de octubre de 2009

EL CLASICO DEL FUTBOL

Carlos de Blas

Real Madrid-Milán, un clásico con sabor a historia que llega al Santiago Bernabéu y que el vicepresidente rossonero Adriano Galliani califica como "la madre de todos los partidos", entre los dos equipos más laureados del viejo continente, con 16 Copas de Europa sobre el terreno de juego, nada más y nada menos.

Un duelo entre Real Madrid y Milán siempre es atractivo por la historia pasada. Más allá de los momentos que vivan los dos clubes (con un proyecto ambicioso para recuperar el prestigio perdido los madridistas por uno de transición, con mayoría de veteranos con pocos jóvenes en un año económico complicado para los italianos), los focos apuntan siempre al enfrentamiento entre los dos equipos con mayor número de Copas de Europa en sus vitrinas (nueve contra siete).

Una final de Copa de Europa, 3-2 para el Real Madrid en la temporada 1957-58, o los temidos enfrentamientos para la "Quinta del Buitre" a finales de la década de los 80 ante aquella máquina de hacer fútbol con Baresi, Maldini, Rijkaard, Gullit, Van Basten y compañía, representan perlas de la historia futbolística.

La última vez que se vieron las caras, hace seis años, en el caluroso regreso de Fernando Redondo al Bernabéu, se exhibieron Raúl González y Guti. En esta ocasión, el segundo capitán no estará. Manuel Pellegrini no le ve plenamente recuperado del esguince de tobillo que sufría y Guti se queda fuera. Respira el Milán que siempre ha pretendido a Guti, admirado de su fútbol en cada encuentro que han medido fuerzas.

Si estará para liderar el juego del Real Madrid el brasileño Kaká, que se reencuentra a las primeras de cambio con su ex equipo en un día especial. En un estadio donde, curiosamente, el Milán nunca ha sido capaz de ganar en la Champions. Cuatro derrotas y un empate es su balance. El brasileño, emocionado ante el partido, lo tiene claro: "El Madrid es más grande que el Milán".

Aunque los precedentes recientes de partidos del Real Madrid ante conjuntos italianos no le son favorables. En las dos últimas ediciones de la Liga de Campeones ha jugado seis partidos de los que perdió en cuatro y tan solo ganó uno.

Mejorar el juego y mantener la pegada (el conjunto de Pellegrini tiene una media de tres goles por partido) es el objetivo madridista. El técnico chileno mantiene dos dudas en un equipo titular en el que es indiscutible Iker Casillas que cumplirá cien partidos en la competición más prestigiosa del mundo a nivel de clubes.

Residen en el centro del campo donde Mahamadou Diarra puede sentar a 'Lass', que llega tocado por un golpe en la rodilla. Y en la delantera donde la irregularidad de Karim Benzema le puede convertir en suplente en beneficio de Gonzalo Higuaín. Sólo unas molestias musculares del argentino pueden evitar el cambio a última hora.

El Real Madrid encontrará a un Milán reanimado del coma en el que se encontraba tras su victoria con remontada contra la Roma en la última jornada del campeonato italiano, y con la necesidad de sumar puntos vitales para pasar de ronda en Europa, tras el gran paso atrás que dio con la derrota en su estadio ante el Zúrich.

Por ello, Leonardo, técnico del Milán, se la tiene que jugar y no excluye repetir el sistema 4-3-3 que remontó el partido en el segundo tiempo contra el Roma, con el holandés Clarence Seedorf en la banda izquierda y el tridente formado por Ronaldinho, Pato y Filippo Inzaghi.

Leonardo puede dar una oportunidad a "Dinho", que se reivindicó el fin de semana con su conexión letal con Pato. El brasileño sueña con recuperar la mejor de sus imágenes y ningún escenario mejor que el Bernabéu, donde tuvo actuaciones estelares con el Barcelona.

El otro as en la manga de Leonardo puede ser Inzaghi, un jugador especialmente motivado ante la que puede ser, a pesar de su amplia experiencia internacional, su primera vez en el Santiago Bernabéu. Además, tiene el aliciente igualar o superar en el templo del madridismo el récord de máximo goleador en competiciones europeas que desde hace treinta años posee el alemán Gerd Muller con 69 goles.

Ha marcado 68 tantos en copas europeas, un gol más que Raúl, por lo que ambos delanteros vivirán un duelo personal en el campo para superar este récord. Vuelve a los terrenos de juego Marco Borriello tras sus problemas musculares, aunque con seguridad comenzará el encuentro en el banquillo.

lunes, 19 de octubre de 2009

RAÚL, EL CONEJITO DE DURACELL

Séptima jornada de liga y el ‘7’ blanco sigue pulverizando registros y aumentando su inigualable currículo


Antonio Blanca


Más de 700 partidos, en concreto 711 partidos con la camiseta oficial del Real Madrid. El Bernabéu se lo reconoció la tarde del sábado, siendo la institución a la que pertenece y a la que tanto le ha dado la que delante de su público, de su afición, le homenajeó por tal hito. Jugar tantos partidos con la zamarra merengue no es en absoluto “moco de pavo”, y Raúl González Blanco, el gran capitán del Real Madrid, tras 15 años de servicio, lo ha logrado, ha inscrito su nombre en la historia del club más laureado del mundo, ha conseguido formar parte de ese pequeño grupo de grandes jugadores, en los que el Real Madrid no pasa por ellos, sino que se convierten en parte, santo y seña del equipo de Concha Espina. Enhorabuena por ello Raúl.

Llegó la jornada número siete de la liga BBVA, efemérides aparte. Lo hizo en Riazor, donde el Sevilla, el equipo de moda llegaba presto y dispuesto a darle una soberana paliza al Deportivo de Lotina. Pues bien, las ganas de Del Nido, el sucinto presidente sevillista que forma parte de la cofradía de abrir la boca y subir el precio del pan. Tras vencer al Real Madrid de manera justa, tanto Del Nido, como la plantilla como todo el Sevilla en general se creció sobremanera, y en esas que se creyó superior al conjunto coruñés sin haber jugado aún. Negredo estuvo mal tras su gran actuación con España, que todos los focos de atención se focalizaran sobre su persona no lo ayudó. Tampoco anduvieron finos sus compañeros, superados en todo momento por más que bien organizado Deportivo de la Coruña. Un golazo de Juan Rodríguez, 1-0, dejó los tres puntos al lado de la Torre de Hércules, e hizo ver al Sevilla que las ligas no sólo se conquistan venciendo al Real Madrid, que los restantes 18 equipos también juegan.

Jugó el Real Madrid en casa, homenaje a Raúl en los prolegómenos ante el Valladolid. Rival al que históricamente Raúl le hace goles y que suele marcharse rumbo a casa con bastantes goles recibidos. El guión se cumplió en parte. 4-2, dos goles del capitán blanco y a meter presión al Barcelona. Pero que el resultado no maquille una triste realidad. El equipo de Pellegrini sigue sin funcionar, no encuentra la piedra de toque (Xabi Alonso hizo un buen partido), alguien le tenía que haber dado a Zidane (estaba en el palco) unas botas para que bajara el césped; y en defensa es una banda y de las malas. Todas la jugadas en contra a balón parado son rematadas por el contrario, y así, cuando se presente un equipo con mayor calidad que el Valladolid arriba, el Real va a sufrir una barbaridad. Fue noche de buenos goles, el de Nauzet de falta directa a Casillas uno de los mejores que recuerdo, limpiando la escuadra y las telarañas de la portería. Marcelo logró redimir en parte su nefasta actuación frente al Sevilla, e Higuaín marcó una vaselina portentosa, de esas de un solo toque metiendo el exterior de la bota por debajo de la pelota para colarla suavemente. Sigue marcando goles este Madrid sin dar juego gracias a su demoledora pegada. Sigue recibiendo goles en contra fácilmente. Si quieren algo positivo los madridistas es que con Cristiano en el palco se llevaron la victoria, no hay tal dependencia.

Una semana más el Barcelona es líder de primera división, pero esta vez, en Mestalla, el conjunto dirigido por Pep Guardiola ha mostrado síntomas de debilidad que hasta la noche del sábado no había enseñado. El Valencia le tuvo contra las cuerdas en una primera parte de rodillo ché, pero sin acierto. El invento de Emery de rechazar jugar con delantero centro puro y poner a dos extremos, Silva y Mata en su lugar, le salió bien hasta cierto punto, pues no logró materializar el dominio en goles. A medida que el partido fue ganando minutos, el equipo local fue bajando intensidad y en ese momento los jugadores de clase blaugranas estuvieron cerca de anotar, aunque con muy escaso acierto. Desconocido Messi, que parece haber acusado cual duro gancho las palabras del “mamífero” Maradona. Un punto para cada uno, pobre bagaje para el Valencia por lo mostrado y reconfortante para el Barça que salvó el cuello en lo que podría haber sido su primera derrota en liga.

Para el domingo quedaba el resto de la jornada, con interesantísimos frentes abiertos.

Cayó el Villarreal 2-1 ante el Xerez y se sitúa como el nuevo colista de la primera división, amén de ser el único club que no ha logrado su primera victoria en siete partidos, tres puntos de otros tantos respectivos empates. Sorprende ver al equipo de Valverde en esta situación. Diseñado para cotas superiores (Europa), los “amarillos” se arrastran por los terrenos de juego y el míster bilbaíno puede empezar a tener los días contados en Castellón. Los pupilos de Ziganda por su parte dan síntomas de mejora y pasito a pasito, los andaluces empiezan a sumar, puntos y sin calculadora.

El Sporting de Gijón ganó al Athletic en Bilbao por 1-2 gracias a un magnífico Miguel de las Cuevas (ojo avizor, canterano del Atlético de Madrid), que marcó los dos tantos visitantes y se muestra como el referente del club gijonés que se acerca a puestos UEFA y espera con ánimo de revancha al Madrid el próximo sábado.

3-1 venció el Mallorca al Getafe de Michel, convirtiendo al Ono Stadi en un verdadero fortín, inexpugnable para sus rivales y en el cual, quiere Manzano cimentar con sus alumnos un curso brillante.

Otro que no termina de despegar de abajo es el Málaga de López Muñiz. 1-2 frente al Almería en un partido con marcador corto para los visitantes. Los rojiblancos fueron mejores, y debieron llevarse rédito mayor, pero el acierto de Goitía y el desacierto de los atacantes dejaron el resultado en victoria por la mínima.

Iván Alonso quiso hacer olvidar en el estadio Cornellá-El Prat la crisis interna por el caso Tamudo. 2-1 Espanyol-Tenerife. Victoria, tres puntos y a intentar poner paz, otra cosa es que se consiga, porque evidentemente los dirigentes “pericos” no están actuando, no a la altura que se les supone, si no a la que el hasta esta temporada ha sido capitán y bandera del Espanyol, Raúl Tamudo.

2-2 entre Zaragoza y Racing de Santander. Marcelino se enfrentaba al equipo que le dio lustre como técnico. Reparto de puntos justo y como siga así el Racing, va a pedir jugar fuera de casa siempre, hasta el momento en todas sus salidas, saca saldo positivo.

El partido que cerró la jornada fue el disputado en el Reyno de Navarra entre Osasuna y Atlético de Madrid. El encuentro se resolvió en los primeros 30 minutos, catastróficos para la defensa rojiblanca. Los balones aéreos del equipo de Camacho mostraron por enésima vez, las carencias defensivas de los futbolistas de Abel. Pandiani y Aranda materializaron el 3-0 final, en media hora, para vivir en un remanso de paz el resto del partido. A pesar de la contundencia del marcador al descanso, el Atlético de Madrid trató de anotar algún gol y se hizo con el mando en la segunda mitad, pero sin efectividad de cara a portería. Agüero y Reyes tuvieron en sus botas la disminución de distancias, pero el marcador permaneció inalterable y el puesto de Abel, de nuevo en vilo. En Londres, puede nacer el personaje de “Cerezo el Destripador”. Por el bien del técnico manchego que no pasee cercano a la niebla.