Con la abultada e inesperada derrota del Real Madrid en Alcorcón las dudas sobre el equipo y Manuel Pellegrini se han agudizado
Antonio Blanca
Venía el Madrid arrastrando durante el inicio del curso muchas dudas acerca de su juego, de su brutal pegada pero de su inmensa fragilidad defensiva. De lo poco que la mano del técnico chileno se notaba. A los entrenadores hay que darles unos días de adaptación, existe la norma no escrita de 100, pues bien, pasados esos días de acoplamiento, de espera para lograr cohesionar las piezas de un nuevo equipo, resulta que ese concepto brilla por su ausencia en el Real Madrid. Se ha venido a demostrar que no hay equipo, no hay proyecto, y a día de hoy, fines del mes de octubre, el Madrid es un equipo plagado de estrellas, mal equilibrado, y que no juega a nada, de medio pelo. Claro, la responsabilidad máxima es de Pellegrini, pero no sólo se deben cargar todas las tintas contra el entrenador, los futbolistas, que son los que saltan al campo a defender la camiseta del mejor club del S. XX (con actuaciones como las del martes no será del S. XXI) también tienen una cuota de culpa enorme, y Valdano y Florentino igualmente. Este nuevo Real Madrid de Pérez en su segunda parte se parece más al equipo del dimisionario, que al mandatario que revolucionó el concepto de marketing y de como gestionar un club de fútbol.
El Real Madrid, uno de los dos clubes más ricos del planeta tierra, con 400 millones de euros presupuestados, escribió el martes, en un humilde municipio del cinturón sur de la Comunidad de Madrid, Alcorcón, una de las páginas más vergonzosas de toda su centenaria historia, por no catalogar el 27 de octubre, como el día más nefasto y fatuo del equipo de la capital de España, su "martes negro".
Un equipo de 2ªB, con un presupuesto 400 veces menor al todopoderoso y millonario Real Madrid (una inversión multimillonaria de 250 millones de euros, trayendo un sinfín de estrellas, ha quedado en ridículo, demostrando que el dinero no siempre da la felicidad), puso en escena la peor cara del club dirigido por Pellegrini (al ingeniero le quedan dos telediarios). El Alcorcón le dio todo un repaso, una lección de humildad y de fútbol al Madrid. Con ganas y sobre todo jugar al primer toque y por las bandas, "David se merendó sin compasión a Goliat". El técnico del Alcorcón, Juan Antonio Anquela le pintó la cara a Pellegrini y le enseñó como se tiene que plantear un partido en base al fútbol básico. Alguien desde la parcela deportiva del Madrid le debe decir a Manuel Pellegrini que en el deporte rey ya está todo inventado.
El ex del Villarreal, que ya tembién sufrió una humillacón similar en el Ejido el año pasado, está aturdido, perdido, autista en su relación con los jugadores e inerme en la parcela táctica. Mal, muy mal el trabajo de Pellegrini, cuarto plato veraniego del Madrid para llevar a efecto un proyecto de dimensiones económicas gigantescas, que está cerca de fracasar si no se cambia el rumbo "ipso facto". En el fútbol, es más fácil largar al entrenador que a 24 jugadores, y Florentino está a punto de comenzar a triturar entrenadores, porque insisto el Real no se está edificando sobre un proyecto (principal diferencia con el Barça que tiene una filosofía asentada de muchos años), sino en traer jugadores y gastar, gastar y gastar. Devaluar el producto propio, Negredo y Parejo van a triunfar en Sevilla y Getafe y luego más gasto, habrá que recomprarlos. Paupérrima planificación deportiva.
Se está demostrando aunque queda mucho, que una inversión de calibre astronómico no garantiza éxitos deportivos. El Madrid debe cambiar el rumbo, porque pinta mal (Getafe, Milan y Atlético dictarán sentencia). Todavía hay tiempo para la reacción. Los jugadores en vez de poner en entredicho lo que el entrenador les dice, caso "Guti" mandando a "tomar por culo" a Pellegrini en el descanso, deben ponerse a jugar, poner arrestos y sacrificios por el bien común.
Sin Cristiano, lo único que tiene el Madrid es Raúl, 15 años después. La mayoría de los componentes de la plantilla blanca no saben el peso de la camiseta que portan, la historia del escudo que representan y que en Alcorcón se encargaron de tirar por tierra, de pisotear y vomitar hasta llegar a límites inimaginables. Hay jugadores que no han justificado estar en el Madrid como Benzema, cada día que pasa decepciona más. Gago, Drenthe y Marcelo no están a la altura de jugar en el Real, sobran como Van der Vaart.
Sin Cristiano, lo único que tiene el Madrid es Raúl, 15 años después. La mayoría de los componentes de la plantilla blanca no saben el peso de la camiseta que portan, la historia del escudo que representan y que en Alcorcón se encargaron de tirar por tierra, de pisotear y vomitar hasta llegar a límites inimaginables. Hay jugadores que no han justificado estar en el Madrid como Benzema, cada día que pasa decepciona más. Gago, Drenthe y Marcelo no están a la altura de jugar en el Real, sobran como Van der Vaart.
No se han tomado decisiones en caliente, bien hecho, pero tras el estrépito, tras la soflama que ha sufrido el seguidor merengue, la cuestión no puede quedar así, hay que poner remedio cuanto antes. El flamante Madrid de relumbrón, es ahora mismo el hazmerreír del fútbol mundial. De chiste y de los malos.