El próximo 7 de julio, San Fermín, la selección española jugará en Durban uno de los partidos más importantes de toda su historia
Antonio Blanca
La hora indicada serán las ocho y media de la tarde. Nuestro rival la selección de Alemania, toda una veterana en estas lides y con una generación de futbolistas magnífica más el añadido de las ganas de revancha de la final de la Eurocopa de Viena de 2008. El equipo de Löw está siendo el que mejor fútbol ha desplegado por el momento en Sudáfrica, así lo atestiguan sus goleadas frente a dos conjuntos de máxima entidad, Inglaterra y Argentina, las dos para sus respectivas casas con cuatro goles encajados.
Me gusta que Alemania tenga ese cartel de favorito. España es la actual campeona de Europa, nadie nos lo quita, pero el Mundial es otra historia, y aquí somos neófitos. Es la primera semifinal para nuestro país en toda la historia del fútbol, cierto es que en el Mundial de Brasil de 1950 quedamos cuartos, pero no por medio de eliminatorias, el sistema de competición era diferente, se jugaba por liguillas y para la historia ha quedado el mítico gol de Zarra en Maracaná. Sin embargo, los teutones siempre están como poco en los cuartos de final de un Mundial. Les es lo mismo llegar con grandes estrellas, con un equipo compacto y desconocido, jugando a la defensiva o bordando fútbol, “el fútbol son once contra once y siempre gana Alemania”, frase que resume el sentir de cómo rinden los germanos en las copas mundiales, y que deseo no se cumpla el próximo miércoles, 7 de julio, San Fermín, que nos echará una mano.
Como decía la bisoñez de la ‘Roja’ en unas semis no tiene que ser un impedimento, lo contrario, es la oportunidad de la carrera de la mayoría de los integrantes de este combinado que está dirigiendo a la perfección Vicente del Bosque (Aragonés ahora está calladito), la oportunidad histórica para España, para que 46 millones de personas nos volvamos locas el miércoles en torno a las once de la noche, para poder permitirnos soñar despiertos con el domingo 11 de julio también rondando ese horario entrar en locura colectiva, salir a las calles de esta bendita piel de toro y festejar nuestro primer Mundial. Soñar es gratis y tenemos ese derecho.
Sobre todo si miramos a los nuestros. Villa, Casillas, Iniesta, Piqué… Con este grupo (está el grueso que fue campeón hace dos años escasos) no tenemos que salir atemorizados frente a la gran selección de Alemania, sí respetando al máximo a Schweinsteiger, Ozil, Klose, Podolski y compañía nos pondrán las cosas harto complicadas. Lo bueno que tiene Alemania respecto a rivales como Suiza, Chile o Paraguay será que querrá la pelota y jugar a fútbol, no agazaparse atrás y pelear cuales perros de presa yendo siempre al límite con comportamientos violentos. Habremos de sufrir, mirar con recelo al colegiado (que les pregunten a los ingleses), mordernos las uñas, tirarnos de los pelos, reír, gritar, llorar y terminar con una sonrisa de oreja a oreja.
