El
19 de Mayo en el Allianz Arena los contendientes serán el Bayern de Munich y el
Chelsea que eliminaron a Real Madrid y Barcelona respectivamente
Antonio Blanca
La
gran final, la esperada por todos no se dará, al menos esta temporada de 2012
que empieza a escribir su punto y final. Cuando se sortearon cuartos y semis
todos pensamos que Madrid y Barcelona eran los claros favoritos, los candidatos
más fiables para verse las caras en la madre de todas las batallas.
Pues
bien, ni culés ni merengues estarán el 19 de mayo en Alemania. Serán
sorpresivamente el Bayern de Múnich y el Chelsea.
El
fútbol es un deporte y no siempre gana el mejor o aquel equipo que más se lo
merece. Esas palabras no literales que Torres vino a decir al final del partido
de semifinales de vuelta de la Copa de Europa en el Camp Nou resumen lo que ha
sido la eliminatoria entre el Barcelona y el Chelsea.
Los
de Guardiola contra pronóstico cayeron frente a un rival en teoría y en la
práctica inferior. El Barça puso el toque, gozó de más ocasiones, pero estuvo
más nervioso y menos solvente de cara a puerta. Los ingleses que se emplearon
al 120 % de sus fuerzas se han metido en una nueva final tras la derrota de
2008 contra el Manchester United.
El
Chelsea con Drogba a la cabeza, puso casta y espíritu, los ingleses tras la
ventaja de la ida de Stamford Bridge se dejaron el alma sobre el verde del Camp
Nou, en un ejercicio defensivo histórico, y con dos picotazos de Ramires y de
Torres (uno en el descuento de la primera mitad, otro en el 92), el del
brasileño un golazo, hicieron inermes los tantos de Busquets e Iniesta en la
primera parte, en la que Terry vio la roja por una agresión tan absurda como
violenta sobre Alexis.
El
equipo de Guardiola que tuvo más el balón y disparó más, tenía todo en la mano
para pasar. 2-0 a su favor, penalti… y Messi se hizo humano. El argentino lo
falló, lanzó el balón al larguero y en su haber quedará este lanzamiento, como
el de Figo quedó para el Madrid en aquellas semis de hace ya muchos años contra
la Juventus, pero en descarga de Messi el penalti lo falla el que lo tira, y no
se pueden cargar las tintas sobre la estrella culé. El Barça no perdió única y
exclusivamente por Messi. También por sus fallos defensivos, por su poco gol,
por tocar y tocar pero no romper la defensa londinense, porque Guardiola
también se equivoca y no supo plantear el partido. El fútbol del Barça será más
vistoso, pero el Chelsea con sus armas venció al vigente campeón de Champions.
Jugó el Barcelona más bonito pero no mejor que su rival, que son conceptos
distintos.
Con
la eliminación de los culés se evaporó desde la noche del martes la posible
final soñada, un Madrid-Barcelona en Copa de Europa. Tampoco podrá el Real
optar a su Décima. Anoche los blancos
lo dieron todo en un choque intensísimo contra el Bayern, su bestia negra.
Ciento
veinte minutos, incluida prórroga. Derroche de fuerza y espíritu por los dos
equipos para dejarlo todo a la lotería de los penaltis. Ronaldo y Kaká vieron
sus lanzamientos parados por Neuer, Casilla volvía a ser héroe y detenía dos
penaltis, pero Ramos lanzó a las nubes la pena del empate y el sueño de la
final se esfumó con el tanto de Schweinsteiger. Un mal sueño no, dura realidad.
Tal
vez a lo largo de toda la eliminatoria los alemanes hayan sido mejores y
merecedores de pasar a “su final”. Pero el Madrid ha echado casta y ha apostado
fuerte, sobre todo en casa, pero no le ha dado en unas semifinales
igualadísimas y en momentos no aptas para cardíacos.
Son
cosas del deporte, los dos conjuntos españoles lo tuvieron en la mano,
saborearon el azúcar pero no pudieron llevarse el caramelo a la boca. Otra vez
será, pero los dos cayeron con las botas puestas.