José Antonio Moya
El Athletic Club seguirá en la Liga de Campeones tras imponerse hoy
por 3-1 al Nápoles en un partido en el que Marek Hamsik adelantó a los
de Rafa Benítez, pero en el que apareció Aritz Aduriz al rescate con dos
tantos que remontaron el marcador y que terminó 3-1 con un último gol
de Ibai Gómez.
Al final 4-2 para el Athletic en una eliminatoria
en la que todo se decidió en el último cuarto, el segundo tiempo del
partido de hoy. Hamsik recuperó la fe para el Nápoles en el minuto 46,
con un tiro desde la frontal, pero Aduriz apareció en el 61 y el 69, con dos goles de '9' puro para devolver la ventaja con la había salido de San Paolo el Athletic hace siete días.
En
el primero, remató con eficacia y sin dejarse llevar por los nervios
en el segundo palo; y, en el segundo, les robó la cartera a Raúl Albiol
y Rafael en una indecisión colectiva de la defensa visitante. Ibai
Gómez cerró el marcador con disparo raso a la salida del meta
brasileño.
El Athletic estará mañana en el
sorteo de la Fase de Grupos de la Champions League
por segunda vez en su historia y procurará salir de ella como no
pudieron los Julen Guerrero, Joseba Etxeberria e Ismael Urzaiz y
compañía hace ya 16 años, a los que les faltó un poco de fortuna para
llegar a las eliminatorias finales.
Comenzó el partido con la tensión propia de un partido de la trascendencia
del de hoy, con la continuidad en la Liga de Campeones en juego. A
pesar de ello, el Athletic salió decidido a mantenerse fiel al estilo
que tanto éxito le dio la temporada pasada, pétreo e intenso e la
presión, muy concentrado en defensa y procurando llevar la iniciativa
del juego.
No le dio muchos réditos ofensivos de inicio ese
comportamiento al conjunto rojiblanco, pero si le sirvió para mantener
muy alejados a los rivales de Iraizoz, especialmente Higuaín, la pieza
clave napolitana.
Los únicos peligros en la primera mitad del
conjunto italiano fueron tres lanzamientos lejanos de Callejón, Higuaín y
Jorginho, en los minutos 7, 16 y 30. El primero muy alto, el segundo
ajustado al palo, pero al lateral de la red y el tercero despejado a
córner en la frontal.
Más daño hicieron los de Valverde, que contaron con dos ocasiones clarísimas para adelantarse en el marcador. En las dos a Gurpegui y Laporte, los dos centrales rojiblancos, les faltó el instinto de un delantero de área.
Gurpegui
remató fatal en el área pequeña y con toda la portería para él un
córner que le puso en la cabeza Beñat en el minuto 23. Cuatro minutos
después, a centro de Muniain, Laporte le emuló en el segundo palo. En
esa ocasión su remate fue de volea con el pie derecho y la meta de
Rafael estaba ya totalmente desguarnecida.
Aduriz, Gurpegui y
Beñat trataron en otras ocasiones de hacer valer el dominio de su
equipo, pero la cosa quedó al descanso como había empezado, con la
escueta pero valiosa ventaja que le dio al Athletic el 1-1 de la ida.
Poco
le duró el tesoro al conjunto bilbaíno que cedió un tanto en una
jugada que no amenazaba tanto peligro. Un balón colgado al área que
Balenziaga devolvió a la frontal y que Hamsik enganchó para alojarlo junto al palo izquierdo de Iraizoz, que no llegó a tiempo para despejarlo.
Como tampoco llegó Rafael junto al mismo palo de su portería un cuarto de hora más tarde tras el remate de Aduriz tras un córner botado por Ibai,
que había entrado poco ante en el primer movimiento de banquillo de
Valverde. Igualada restablecida, pero ya sin ventaja para nadie.
Balenziaga
un poco antes ya le había probado desde lejos al meta brasileño, que
había reaccionado bien. Se alocó un tanto el partido con el empate a uno
y el partido fue más de ida y vuelta. Y en esa dinámica volvió a
aparecer Aduriz, que les robó la cartera a Albiol y Rafael en un mal entendimiento entre ambos a un balón largo local sobre la frontal.
Tardaron en decidirse el central valenciano y el meta brasileño y Aduriz, que no cejó en el empeño,
se hizo con el balón para marcar a puerta vacía. Y no se quedó ahí la
remontada del Athletic, que aún marcó un tercer tanto ya con el juvenil
Unai López sobre el césped. Precisamente fue Unai López el que generó
la jugada, en principio destinada a un Aduriz en claro fuera de juego.
El ariete persiguió el balón pero se paró ya cuando lo alcanzaba porque
llegaba desde otra banda Ibai para remachar la jugada.
Un
par de lujos de Unai López, un taconazo, e Iturraspe, una ruleta,
ahondaron en una fiesta rojiblanca más multitudinaria que nunca porque
jamás habían podido estar 50.000 en San Mamés. Medio centenar de miles
de aficionados que disfrutaron a rabiar en los últimos minutos y que se
entregaron a Muniain cuando fue sustituido por Valverde.
En medio
de la algarabía bilbaíno, Aduriz pudo completar un triple, pero el
remate en el área pequeña se le marchó, increíblemente, por encima del
larguero.