La
Comisión de Apelación de la FIFA ratificó ayer miércoles la sanción
disciplinaria de la Comisión de Disciplina impuesta al Barcelona por el caso de
los traspasos de jugadores menores de edad
Antonio Blanca
A nadie ha pillado por sorpresa que la Comisión de
Apelación de la FIFA
haya rechazado los recursos interpuestos por el Barcelona y la Real
Federación Española de Fútbol (RFEF), viniendo de este modo a confirmar en su
integridad las sanciones impuestas por la Comisión Disciplinaria de la FIFA en
lo relativo a la protección de menores. La FIFA lo tiene y claro y quiere la escrupulosa
aplicación del Reglamento y Estatuto de Transferencia de Jugadores, hecho que
no ha ocurrido en este asunto, puesto que el Barcelona ha incurrido en la infracción
del artículo 19 del citado Estatuto de Jugadores, al practicar la primera
inscripción de jugadores extranjeros menores de edad sin la autorización
preceptiva de la Comisión del Estatuto del Jugador, y a la RFEF –in vigilando-,
como consecuencia de las inscripciones tramitadas por la Federación Catalana de
Fútbol.
El Barça que está cogiendo una práctica judicial
hasta ahora desconocida, pues no hay asunto que inmiscuya al club catalán que
se vea salpicado por un escándalo, anunció que recurrirá ante el TAS al entender que
"no puede compartir de ninguna
manera una resolución que atenta contra
el espíritu de nuestra Masía, un ejemplo de formación académica, humana
y deportiva, reconocida mundialmente".
El
Barcelona deberá cumplir la
prohibición de inscribir jugadores tanto a nivel nacional como internacional
durante dos periodos de traspasos consecutivos completos a partir del próximo
periodo de inscripciones (enero de 2015), dado que el presidente de la
Comisión de Apelación de la FIFA había concedido efecto suspensivo a la apelación
del club.
Además,
el Barça deberá pagar una multa de 450.000 francos suizos (al cambio unos
371.000 euros) y se le ha concedido un periodo
de 90 días a partir de hoy para regularizar la situación referente a los
futbolistas menores de edad.
Por
otra parte, se ha impuesto a la RFEF una multa de 500.000 francos suizos -más
de 400.000 euros- y se le ha concedido el plazo de un año para que modifique su marco regulador y el
sistema de transferencia internacional de menores vigente. La sanción
fue pospuesta cautelarmente, lo cual permitió al club catalán poder efectuar
los fichajes veraniegos.
La polémica de los fichajes irregulares de menores
pone al director deportivo y al ex presidente Sandro Rosell (que dimitió por el
fichaje de Neymar) en entredicho. La normativa únicamente permite las
transferencias internacionales cuando el jugador alcanza los 18 años, aunque
establece tres supuestos que según
la interpretación de la FIFA el Barça no ha cumplido. Estos tres
supuestos son: que los padres
cambien de domicilio, que el traspaso tenga lugar en la Unión Europea para
jugadores de entre 16 y 18 años y que el jugador viva a menos de 50 kilómetros
de la frontera.
Tras
otra denuncia, la FIFA amplió el
veto a cinco jugadores más, que se veían afectados por el mismo
hecho, dos coreanos más (Paik
Seung-Ho y Jang Gyeolhee), un francés (Theo Chandri), otro holandés (Bobby
Adekanye) y un camerunés (Patrice Sousia), todos ellos contratados en el
mandato de Sandro Rosell.
Además, el veto a jugadores de categoría infantil y
cadete extracomunitarios o comunitarios se extendió a cuatro jugadores
cameruneses que habían recalado en el Barça en la época de Joan
Laporta procedentes de la fundación de Samuel Etoo. En total, la FIFA ha
sancionado al Barcelona haber contratado a diez jugadores extranjeros menores de 16 años, aunque uno de ellos, el
francés Theo Chendri, ya juega al haber cumplido los 16 años y ser comunitario.