A
una Liga ya perdida hace algún tiempo se suma una imagen deplorable en el derbi
ante el Atleti que hacen cimbrear los cimientos del Real Madrid
Antonio Blanca
Se
veía venir. Mala imagen, poco orgullo, equipo descosido y desabrido. Se empieza
a demostrar que la culpa no era de Benítez por completo, como tampoco lo fue de
Ancelotti, de Mourinho (ojo con los vientos que soplan por la cúpula del
Bernabéu) o incluso de Pellegrini. Abandonar al que tiene la vara de mando, y
sostener una política de mimos, trato directísimo con las grandes estrellas,
abrazos públicos, ruedas de prensa por doquier… Florentino Pérez está
tropezando de nuevo en la misma piedra, como le ocurrió una década atrás con su
Madrid galáctico. El gran empresario español tiene inteligencia suficiente para
revertir la situación a medio plazo, evidentemente esta campaña o hay un
milagro en Copa de Europa (el Madrid ya lo hizo en la Séptima, Octava y Novena), o la temporada será desastrosa. Segunda consecutiva
en blanco, mientras el rival nada en la abundancia, firma récords, y se postula
a lograr su tercer triplete de la década, el segundo consecutivo. En la final
de Copa del Rey, respetando al Sevilla, será complicadísimo que los de Emery
puedan agarrar el trofeo, y con la BBVA en el bolsillo, el objetivo Champions League, se acaricia cada vez
más cerca. Entre medias de la luna y el sol se encuentra el Atlético de Simeone
que domina cada vez mejor todas las suertes. Tercer año asaltando Chamartín,
con la segunda plaza casi asegurada, es
también la máxima competición continental la mira de los rojiblancos.
El
Barcelona, que volvió a sufrir, echó mano de Leo Messi para remontar ante el
Sevilla (2-1), con lo que completa una vuelta liguera invicto, iguala el récord
del Real Madrid de 1989 de 33 partidos sin perder y da otro paso hacia la
defensa del título.
La
última vez que cayó el conjunto de Luis Enrique Martínez fue el 3 de octubre de
2015 ante el propio equipo de Unai Emery en el Ramón Sánchez Pizjuán. Desde
aquel 2-1 nadie ha podido con los azulgranas, que igualan la racha del Real
Madrid que dirigía el holandés Leo Beenhakker en la campaña 1988-89. El
Sevilla, en una primera media hora excepcional, plantó cara al Barcelona e
incluso se adelantó en el marcador con un tanto del internacional Vitolo a los
veinte minutos. Pero de nuevo pulsó el 'botón Messi' para recomponer la figura
y la 'Pulga' no faltó a su cita. Suyo fue el gol del empate a los 31 minutos al
transformar con maestría una falta directa, esta vez sin adelantar la pelota
ocho metros. Aunque el Sevilla parecía resistir con cierta entereza las
acometidas barcelonistas no pudo evitar que al inicio del segundo tiempo Gerard
Piqué firmase el 2-1. Parecían desvanecerse las ilusiones sevillistas de dar la
sorpresa y dejar de ser el único equipo de la Liga BBVA que aún no ha ganado
fuera de casa. Poco después, Claudio Bravo puso su determinante aportación con
una buena intervención ante el francés Kevin Gameiro, que se había quedado solo
delante del meta chileno. El Sevilla puso en jaque al Barcelona y le planteó,
como en la ida e incluso en la espectacular Supercopa de Europa de 2015,
numerosos problemas. Le lanza otro aviso para la final de la Copa del Rey. Pero
no tuvo acierto y volvió a salir derrotado del Camp Nou. El Barcelona, de nuevo
con sufrimiento, supo capear el temporal y acercarse al título.
Por
si quedaba alguna duda, este resultado significa con más rotundidad el adiós
definitivo del Real Madrid a sus aspiraciones tras perder en el derbi con el
Atlético.
El
conjunto de Zinedine Zidane navega sin rumbo a doce puntos y el de Diego
Simeone es la única alternativa a día de hoy, aunque su desventaja, ocho, es
también notable.
No
tuvo piedad el Villarreal del Levante, al que superó con meridiana claridad por
3-0. El equipo de Marcelino García Toral consolida cada día más la cuarta plaza
e incluso mete presión al Real Madrid, al que se ha acercado a dos puntos. Pese
a los numerosos cambios introducidos por el técnico asturiano, el 'submarino
amarillo' demostró su fiabilidad y acumuló su decimotercer partido sin perder. El
brasileño Leo Baptistao y Samu Castillejo reflejaron la superioridad villarrealense
en el primer tiempo. En el segundo apuntilló Adrián López al contragolpe y
hundió al Levante, que volvió al farolillo rojo perjudicado además por la
posterior victoria del Granada en La Coruña ante el Deportivo (0-1).
No
pudo tener mejor estreno José González en el banquillo granadinista tras
relevar a José Ramón Sandoval. El conjunto andaluz, con un tanto de penalti del
franco-marroquí Youssef El Arabi (m.24), tras falta cometida sobre el
venezolano Adalberto Peñaranda, se llevó un triunfo fundamental en su lucha por
la salvación. Lucas Pérez, el artillero deportivista esta campaña, no estuvo
acertado ante la portería rival y el Deportivo sumó un encuentro más sin ganar.
Ya lleva diez. De una primera vuelta ilusionante ha pasado a la preocupación, aunque
aún transita por la mitad de la tabla.
Valencia
y Athletic escribieron en Mestalla el primer capítulo de los tres que tienen
fijado, al haber quedado emparejados en los octavos de final de la Liga Europa.
El conjunto de Ernesto Valverde dio un golpe de mano al del inglés Gary
Neville, cuya racha de tres victorias seguidas quedó truncada de raíz por el
acierto del cuadro vasco en el segundo periodo.