El
sector inmobiliario para nada ha sido ajeno al mundo del balón y durante la
década de los noventa sobre todo ha convivido y se ha expandido dentro de los
clubes
Antonio Blanca
El
fútbol es una manera como otras muchas de hacer negocio. Ahora el dinero llega
desde los patrocinadores y los derechos televisivos, pero antes, cuando esos
factores no eran importantes, se conseguían dividendos gracias a la
recalificación del suelo. Esa fue la vía por la que muchos empresarios, la
mayoría relacionados con la construcción, entraron en el fútbol e hicieron
negocio. Los antiguos estadios, habitualmente situados en el centro de las
ciudades, salieron a las afueras y fueron el señuelo perfecto para las
recalificaciones de terrenos. En algunos casos, como el de la Condomina en
Murcia, el incremento del valor de esos espacios fue hasta de un 20.000%
El
Informe Global de la Corrupción en el Deporte elaborado por Transparencia
Internacional revela que "los clubes de Primera y Segunda División
llegaron a ingresar más de 1.000 millones de euros sólo con los cambios de uso
del suelo". El texto elaborado por la abogada Nefer Ruiz Crespo, miembro
de Transparencia Internacional España, subraya que "la especulación
urbanística también ha manchado el fútbol español" y que algunos clubes
"se han visto involucrados en verdaderos entramados de corrupción inmobiliaria
a través de la recalificación de terrenos, muchas veces, con la colaboración de
instituciones gubernamentales".
La
construcción de campos de fútbol en las afueras de las ciudades, "en
terrenos de escaso valor que son recalificados por los Ayuntamientos", y
la conversión de terrenos rústicos en urbanizables dio paso, según
Transparencia Internacional, "a la especulación urbanística y por
consecuencia al rápido ingreso de beneficios con la venta de los mismos".
"Los
clubes de Primera y Segunda División llegaron a ingresar más de 1.000 millones
de euros sólo con los cambios de uso del suelo", denuncia la organización
no gubernamental, dedicada a combatir la corrupción a escala universal. Según
Transparencia Internacional, "corrupción y fútbol siempre han ido de la mano",
y en el caso español está relacionada con "la recalificación de
terrenos" y es consecuencia del "auge inmobiliario vivido en las
últimas décadas" y de la "influencia político-social que han ido
generando los clubes de fútbol".
"Esta
presión social que genera el fútbol en España llevó a los entes públicos, sobre
todo a la Hacienda Pública y Seguridad Social española, a permitir el
endeudamiento progresivo de los clubes. Este endeudamiento llegó a ser tan alto
que los clubes no podían asumirlo. La solución vino de la mano de la regulación
contenida en la nueva Ley del Deporte (año 1990)", relata.
Esta
misma establecía una "sanción" a los clubes que no tuvieran sus
cuentas saneadas, "obligándolos a adoptar la forma jurídica de Sociedad
Anónima Deportiva (SAD)". "De esta manera", apunta Transparencia
Internacional, "el Gobierno negoció con estos clubes convertidos para devolver
la deuda en tramos, acordes a sus circunstancias económicas". La
organización considera que la conversión a SAD y la existencia "de un
modelo urbanístico que fomenta la especulación y no inhibe la corrupción, junto
al abuso del poder público descontrolado por la masiva descentralización
política, han sido los factores determinantes para llevar a cabo estas
prácticas delictivas".
Las
recalificaciones permitieron la construcción de "grandes espacios donde se
ubicaban las instalaciones deportivas del club a la vez que se construían
complejos comerciales a sus alrededores, vendidos a un precio muy superior del
valor del suelo antes de su recalificación", indica. Esto posibilitó a los
clubes obtener "grandes ingresos que servían para sanear su economía, y a
su vez, los Ayuntamientos se enriquecían con la recalificación y aumentaban su
patrimonio", asegura Transparencia Internacional.
Así,
el organismo recalca que "el Ayuntamiento de la región de Murcia
recalificó un millón de metros cuadrados de terreno rústico, comprados a 3
euros el metro cuadrado y vendidos a 600 euros el metro cuadrado, con una
revalorización de 20.000 por ciento para el proyecto de construcción de su nuevo
estadio, la Nueva Condomina”.
En
el capítulo titulado "Especulación urbanística en clubes de fútbol
españoles", Transparencia Internacional denuncia asimismo que "la
mayoría de los clubes convertidos en SAD y sus directivas han sido investigados
por posible delitos de corrupción o ayudas ilegales desde la vigencia de la Ley
10/1990". "Esto es debido a la mala gestión llevada a cabo por sus
dirigentes, la mayoría de ellos empresarios vinculados al negocio de la
construcción", dice.
Al
acto de presentación del Informe Global de la Corrupción, celebrado este
miércoles en Madrid, acudieron el presidente de Transparencia Internacional
España, Jesús Lizcano; el miembro del Comité Ejecutivo del organismo, Jesús
Sánchez Lambás; y la abogada y experta en Transparencia en el Deporte, Nefer
Ruiz Crespo.