El conjunto hispalense se llevó un inmejorable regalo de Reyes del Camp Nou tras batir al Barcelona (1-2) en el choque que inauguraba los octavos de final de la Copa del Rey, un partido descafeinado desde las alineaciones y muy igualado en su desarrollo que se llevó el equipo visitante gracias a un penalti que regaló Chygrynskiy en la noche que debía reivindicarle.
El Barcelona acusó la mala acción de su zaguero sobre todo porque, tras grandes dosis de esfuerzo, había empatado apenas dos minutos antes. Ibrahimovic, que compareció tras el descanso en sustitución de Pedro, aprovechó un pase largo y perfecto de Márquez para burlar a Palop y marcar a puerta vacía. El sueco configuró de inicio un banquillo temible junto a Valdés, Henry, Puyol, Piqué, Xavi y Busquets. Estos dos último saltaron a la cancha en la segunda parte, pero se quedaron sin apenas tiempo material para evitar la derrota.
El primer aviso del partido lo lanzó Romaric (min.7), con una falta envenenada que a punto estuvo de sorprender a Pinto. Messi, que jugaba su primer partido del año, respondió rápidamente con uno de sus típicos zigzags, pero Palop sacó una mano milagrosa (min.9) para evitar el tanto. El argentino volvió a intentarlo (min.21) con un remate sin ángulo que se estrelló en el palo y que recordó fugazmente a aquel mágico gol que anotó Lampard en el Camp Nou. Pero la pelota no entró y prontó llegó la primera polémica del partido (min.33), cuando Capel marcó en fuera de juego, pero realmente el balón le había llegado rechazado de un defensor azulgrana.
Tras el paso por vestuarios, Perotti avisó con un remate que exigió todos los reflejos de Pinto (min.52), pero Capel no perdonó después (min.60) cuando el argentino desbordó a Alves y colocó un centro que, tras tocar en Renato, le llegó franco al menudo extremo sevillista para que abriera cómodamente el marcador. Ibrahimovic marcó después dos goles, pero el árbitro solo concedió ese en el que esquivó a Palop. Pérez Burrul interpretó falta en un balón rematado por Bojan que rebotó en el sueco antes de besar las mallas. El delantero nórdico se resarció después, pero el empate fugaz dio paso al penalti visitante y a una victoria sevillista que deja a Guardiola al límite de perder su primer título desde que ocupa el banquillo azulgrana.