Buen partido del Real Madrid en la vuelta de octavos de final de Copa de Europa venciendo 3-0 a su “bestia negra” el Olympique de Lyon
Antonio Blanca
Al séptimo año, tras seis entrenadores, después de seis fracasos (incluido el del año pasado el más dañino por ser la final en el Bernabéu), el Real Madrid cumple con su obligación, la de ser fiel a su historia e ir a disputar la Champions hasta las rondas finales. Tuvo que llegar Mourinho para romper dos maleficios de un plumazo, ganar al Olympique de Lyon, algo que el Madrid no había hecho en toda su historia, y cargarse la maldición de los octavos.
El propio “Mou” en rueda de prensa lo dijo al finalizar el encuentro. Lo raro había sido que el Madrid haya estado seis años sin pisar los cuartos de final, anoche se cumplió con el guión establecido, con el mínimo que debe cumplir el Real Madrid, estar entre los ocho mejores clubes del viejo continente. Schalke 04 con el morbo emocionante de volver a ver a Raúl en el Bernabéu, Barcelona que supondría un mes de abril cargadísimo de clásicos, Tottenham, Inter de Milán o Chelsea para que Mourinho se enfrente a uno de sus ex equipos, Manchester United o Shaktar Donestk pueden ser los rivales que el Real se encuentre. El sorteo el viernes a las12 en Nyon.
El partido durante la primera media hora estuvo igualado, con paradas de Casillas y Lloris. Es más, tuvo más posesión durante la primera mitad el conjunto francés que el local. Pero lo lyoneses no contaban en sus filas con un interior izquierdo capaz de hacer orfebrería fina dentro del área. Gran combinación Ronaldo-Marcelo (lo que ha mejorado este lateral) en la frontal, luego el brasileño se fue de dos defensas, quebró a otro con una filigrana dentro del área y puso el 1-0, primera piedra para certificar el pase.
La segunda parte fue del Real Madrid. El Lyon no aguantar el ritmo merengue, atosigando arriba. Dándose respiros para volver a machacar a su rival. Dos goles más, Benzema y Di María. 3-0 final, toda una fiesta en Chamartín. El madridismo estaba necesitado de una noche europea mágica y la tuvo, celebró más el estadio blanco el pase a cuartos de Champions que a la final de Copa del Rey. El Madrid necesitaba volver a estar en primavera paseándose por Europa para intentar volver a conquistar a la niña de sus ojos.