Jornada posterior al parón de las selecciones en las que habitualmente el equipo de Pep Guardiola suele tener partidos complejos y de difícil desarrollo
Antonio Blanca
La decisión ya es firme, conocida desde ayer por la mañana, habrá Liga este fin de semana. La decisión, lejos de tranquilizar al Barça, crea alarma en el Camp Nou. Los blaugrana deberán medirse a uno de los rivales más fuertes del campeonato, el Villarreal, con la ausencia confirmada de cuatro de sus pilares (Xavi -sanción- y Puyol, Pedro y Abidal -lesión-) y con las más que serias dudas de Messi y Bojan. Conjunción de malos augurios a los que hay que unir el tradicional mal resultado que suelen tener los partidos internacionales desde que Guardiola está al mando. Pero para eso están los pronósticos negativos, para ser batidos y este Barça es experto en ello.
El denominado virus FIFA es mucho más nocivo en los culés que en su eterno rival, el Real Madrid. Los blaugrana sólo han ganado seis de sus últimos veinte partidos de Liga disputados justo después de una jornada de selecciones.
De hecho, sus últimos tropiezos más sonados en el campeonato local han llegado justo después de este tipo de encuentros. La derrota 0-2 contra el Hércules en el Camp Nou y el empate a uno en el Molinón contra el Sporting.
En el caso del Real Madrid, la inercia es totalmente diferente. Los blancos mejoran sus porcentajes después de este tipo de convocatorias. Esto es, de sus últimos veinte partidos disputados tras encuentros internacionales, los blancos han ganado 17, han empatado dos y ha perdido uno.
El último ejemplo llegó un día después del tropiezo blaugrana en Asturias. Los de Mourinho ganaron al Espanyol en Cornellá-El Prat pese a que Casillas fue expulsado en el minuto dos de partido.
Estas estadísticas se suman a los problemas físicos que arrastran buena parte de los hombres que configuran la columna vertebral del actual campeón de Liga, es lo que pasa cuando se tiene una plantilla corta (deseo expreso de Guardiola). Por eso en el Camp Nou tenían cierta esperanza de que hubiera cierre patronal.
La posible ausencia más inesperada ha sido la de Messi. El argentino salió de la convocatoria de Argentina este martes después de sufrir una sobrecarga muscular que le impidió jugar un sólo minuto en el empate a cero de la Albiceleste contra Costa Rica.
Dolencia que debe unirse al largo viaje de regreso de la “pulga” hasta España. Messi aterrizará en España hoy y sólo podrá entrenar un día antes del duelo ante el Villarreal. Sin tiempo apenas para el relax, Guardiola podría optar por no convocarle y evitar riesgos innecesarios de cara a la ida de los cuartos de Champions ante el Shakhtar.
Tampoco llegará a tiempo Puyol (también es duda para jugar ante los ucranianos) y Bojan podría jugar, eso sí, infiltrado, después de sufrir un esguince leve de tobillo en el partido de la ‘sub 21’ ante Bielorrusia.
Si a esto se le une las ausencias ya confirmadas anteriormente de Xavi, Pedro y Abidal y al cansancio que acumularán el resto de internacionales (Piqué, Busquets, Iniesta, Villa, Valdés, Mascherano, Milito y Alves) el panorama es desolador.
Además, Valdés, Mascherano, Messi y Busquets están apercibidos de sanción. Dicho de otra manera: o fuerzan la amarilla contra el Villarreal, o de ver una cartulina el siguiente fin de semana ante el Getafe, se perderían el Clásico liguero del Bernabéu.
Claro que por estas circunstancias no quiere decir que el Madrid tenga mejor panorama. Marcelo y Benzema regresan tocados de los compromisos con sus selecciones, Ronaldo sigue en la enfermería, y los jugadores blancos también han tenido choques internacionales, así que esta extraña jornada en la que ambos equipos disputarán sus encuentros en sábado, viene marcada por el parón, quince días, y el cansancio.