lunes, 21 de mayo de 2012

EUROPA SE LA DEVOLVIÓ

Tras tocarla en varias ocasiones y caer de modo injusto y con polémicas arbitrales, el Chelsea al fin pudo lograr su Copa de Europa

Antonio Blanca

Muchos sin sabores, decisiones arbitrales bastante polémicas (gol fantasma de Luis García con el Liverpool y la actuación Ovrebo en las semis contra el Barça), una multimillonaria inversión, ilusiones quebrantadas edición tras edición, el paso de Mourinho por Londres que dejó muy tocado al club, aún le echa de menos, una final perdida en penaltis, un cúmulo de ingredientes amargos para un equipo que en la temporada en la que no iba de favorito y contra pronóstico, se ha adjudicado la Champions League, un trofeo que desde España pensamos que era nuestro, de Madrid o Barcelona, pero que la propia competición se ha encargado de demostrarnos que Europa es muy difícil de conquistar y que no se pueden minusvalorar a los rivales.

El Chelsea conquistó a la heroica su primera Copa de Europa el sábado 19 de  mayo, al filo de la medianoche del día 20, tras una tanda pírrica de penaltis, tras un partido lleno de sobresaltos, tras unas semifinales ante el Barcelona para recordar, tras una final en Múnich ante el Bayern.

El Chelsea ha ganado su Copa de Europa con el más difícil todavía. Dos héroes serán recordados por la hinchada blue. Drogba y Cech. El delantero costa marfileño que marcó el penalti decisivo de la tanda y marcó el gol del empate rozando el minuto 90 de partido, en un derroche de honor futbolístico casi nunca visto sobre un terreno de juego. Si un jugador puede dejarse el alma en un choque, Drogba lo hizo el sábado. Por su parte, el meta checo Cech, fue la estrella contra el Barça, le detuvo un penalti al “gafado” Robben en la prórroga y en la decisiva tanda de penaltis acertó el lugar de todos los lanzamientos, los tocó todos, y detuvo el de Olic y desvió el quinto, el de Schweinsteiger.

Di Matteo que suplió en el banco a Vilasboas (el luso tenía hecho añicos el vestuario londinense) aunó esfuerzos. Le dio a Mata la batuta, Drogba se echó a sus compañeros a la espalda, Lampard volvió a ser aquel medio deslumbrante y con mucho esfuerzo físico, apretando siempre los dientes, y defendiendo dejándose el cuerpo en cada envite, el Chelsea ha reventado las casas de apuestas. De entre los cuatro semifinalistas, nadie hubiéramos apostado por los ingleses, que vuelven a demostrar que el fútbol es impredecible, que no siempre gana quien juega mejor, y que esa llamada “Justicia Divina futbolística” existe, y más tarde o más temprano acaba por darte aquello que en alguna ocasión te quitó. Mi más profunda enhorabuena al Chelsea.