Ángel
María Villar tiene la firme intención de disputar la Supercopa española que da
el pistoletazo a la temporada oficial en China, cosa que no agrada demasiado a
Barça y Madrid, los dos contendientes
Antonio Blanca
Hoy
lunes se prevé una enorme tensión en el seno de la Real Federación Española de
Fútbol, y no por nada que ataña a la selección dirigida por Vicente del Bosque
y que sigue batiendo récords a ritmo vertiginoso, sino que la tensión deriva a
causa de una de las reuniones que más controversia han generado en dicho
organismo en los últimos años.
El encuentro servirá para decidir si finalmente se
disputará la Supercopa de España en China, según el acuerdo alcanzado con empresas
asiáticas hace unos meses.
En
caso de llevarse a cabo, dicho torneo
se disputaría en el estadio del 'Nido de Pájaro' de Pekín en cinco de
las próximas siete ediciones, y la RFEF percibiría a cambio una sustanciosa
cantidad económica por exportar la competición.
El Barcelona se ha negado rotundamente a ir fuera de
España a jugar la Supercopa. El club presidido por Sandro Rosell no ve bien
esta posibilidad por las complicaciones que supondría en una pretemporada ya de
por sí sobrecargada.
Por
su parte, el Real Madrid también se
muestra reticente acerca de la decisión a tomar, si bien no se cierra de
forma tan contundente a aceptarla. Florentino Pérez y su junta directiva
quieren estudiar bien todos los detalles sobre la operación para comprobar si
podría ser rentable a nivel de marketing.
Estos
dos clubes son los que han disputado las últimas dos ediciones de la Supercopa,
por lo que su voz será escuchada por la
Federación con especial atención. No obstante, en la decisión
intervendrán también el resto de estamentos federativos, en una junta en la que
ya es patente que se producirán notables tensiones y desencuentros.