Carlos de Blas
El Real Madrid conquistó este miércoles su
decimonoveno título de la Copa del Rey después de derrotar por 1-2 en la
final celebrada en Mestalla al FC Barcelona, tras un partido trepidante
y emocionante decidido por una explosión de fuerza del galés Gareth
Bale cuando restaban cinco minutos para la conclusión del tiempo
reglamentario.
El 'expreso de Cardiff' hizo honor a su nombre. Tras un partido
intermitente, donde ya había dejado muestras de su potencia, enganchó un
balón en la banda para medirse con Marc Bartra, el otro protagonista
del partido con el gol que había devuelto las esperanzas a los
azulgranas. El británico fue imparable ante la inocencia del joven
central que intentó sacarle del campo sin hacer una falta de
consideración y que únicamente pudo seguir la estela del madridista,
cuya definición, lejos de ser cercana a la de su jugada, dio el título
cuando su equipo peor lo pasaba.
Y es que los dos finalistas midieron sus opuestos estilos. El
Barça se volvió a apoyar en el balón, pero echó de menos a Leo Messi. El
argentino firmó otro discreto partido y apenas apareció, enredado en la
maraña defensiva blanca del centro y sin poder mostrar su velocidad y
desborde.
Sin el '10', los de Gerardo Martino trataron de sobrevivir,
siempre expuestos al contragolpe rival, la única arma que ofreció el
Real Madrid de Carlo Ancelotti, que puso fin a las dudas ganando un
duelo a un 'grande' con el añadido de llevar un título. Su apuesta por
Isco como relevo de Cristiano Ronaldo, al que los suyos, en cambio, no
echaron de menos, funcionó y junto a la velocidad del tridente Di
María-Benzema-Bale, gozó de las más numerosas ocasiones.
Con todo, el partido comenzó trepidante. El Real Madrid demostró
que el balón no le era del todo necesario y ya avisó de que su
contragolpe podría ser letal, ayudado por la inclusión de Isco cerca de
Bale y Benzema, porque el andaluz tiene la pausa necesaria a alta
velocidad. Así, el galés tuvo las dos primeras y a la tercera, el
conjunto blanco no perdonó una pérdida de Alves, que transformó en el
1-0 Di María, ejecutor de la conexión iniciada por el malagueño, el
galés y el francés.
Como es habitual, el tanto no varió el planteamiento azulgrana.
Los de Martino siguieron apostando por la posesión ante un rival
centrado en desconectar la zona central, por donde Leo Messi hizo mucho
daño en el último 'clásico'. El argentino apenas apareció, pero el Barça
encontró las vías de las bandas, sobre todo por la izquierda, donde
Jordi Alba fue un quebradero de cabeza para Carvajal, muy volcado y
pendiente de Iniesta.
Cesc no encontró destinatario para su pase de la 'muerte' desde la
izquierda y paulatinamente el equipo catalán se iba adueñando del
esférico e insistiendo por los lados, aunque sus jugadas nunca tuvieron
un mensaje de serio aviso para Iker Casillas. Los de Ancelotti
respondieron con la velocidad arriba y tuvieron varias opciones para
haber abierto más la brecha en el marcador, pero Jordi Alba, como
siempre omnipresente en ambas áreas, le quitó el 2-0 a Isco que se
aprestaba a disparar solo ante Pinto tras un desborde del intermitente
Bale.
El FC Barcelona continuó buscando el empate y su mejor ocasión en
los compases finales fue con un disparo 'mordido' de Messi que se fue
cerca del palo de la portería madridista. El Real Madrid, variando su
esquema del 4-3-3 hacia el 4-4-2, gozó de otro par de 'contras' por
medio de la velocidad de Di María antes del descanso, pero le faltó el
acierto final y todo se marchó abierto a vestuarios.
La segunda parte comenzó con la mala noticia para los azulgranas
del cambio de Jordi Alba por Adriano y para los madridistas de
desaprovechar otra gran ocasión al contragolpe tras un buena jugada de
Bale, que definió mal y que posteriormente 'cazó' un balón en el área
cuyo disparo se fue por encima del larguero. El Barça, frío, continuaba
sin encontrar el camino con facilidad para inquietar a Casillas.
Además, el equipo de Ancelotti, decidido a jugar sus bazas a la
contra, aprovechaba las pérdidas en su propio campo de los de Martino
para llevar continuo peligro hacia el área de Pinto. El argentino
intentaba dotar de más presencia ofensiva con la entrada de Pedro por un
desafortunado Cesc pero sus hombres pasaban por los momentos más
complicados de la final.
Sin embargo, el Barça halló una fórmula inesperada: un balón
parado. Un saque de esquina encontró la cabeza de un desmarcado Bartra,
duda hasta el final, pero que remató impecablemente lejos del alcance de
un Casillas que veía como se acaba su racha de imbatibilidad de 1.029
minutos en el torneo del 'k.o' y como el guión amenazaba con un cambio
radical.
El Real Madrid quedó 'tocado' anímicamente y su rival todo lo
contrario, reinsertado en el momento clave en la pelea por el título.
Modric envió un balón al palo y Pepe y Carvajal se cruzaron cuando
Neymar se plantaba amenazante ante Casillas. Entonces apareció el
'expreso', con una fuerza descomunal, para desequilibrar la final que
aún pudo tener otro desenlace si Neymar no se topa con el palo.
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