Buen
partido del Real Madrid en la ida de los cuartos de final de la Copa de Europa
y salvo catástrofe en Alemania el cuadro de Ancelotti estará en semifinales
Antonio Blanca
El
Real Madrid dejó prácticamente sentenciada su eliminatoria de cuartos de final
de la Liga de Campeones después de vencer por 3-0 al Borussia Dortmund en el
encuentro de ida gracias a los tantos de Bale, Isco y Cristiano Ronaldo y salvo
hecatombe la semana que viene en Alemania, el Madrid visitará por cuarta vez
consecutiva (primera con el italiano en el banquillo) las semifinales de la Champions.
El
partido le llegaba en medio de un ambiente enrarecido tras las dos derrotas
ante el Barcelona y en Sevilla y con la reminiscencia de lo acontecido la
pasada temporada contra este mismo equipo. Los de Ancelotti consiguieron
doblegar todos sus fantasmas; los presentes y los pasados. El resultado tuvo
hasta tintes poéticos, pues el Madrid consiguió el tercer gol que le faltó en
aquella vuelta de semifinales.
En
medio del huracán que pasó por la Castellana la semana pasada, el mejor remedio
para evitar las dudas era hacer un gol pronto; y lo consiguió. El gol, además,
llegó de uno de los más señalados tras el partido de Sevilla: Gareth Bale. El
galés finalizó una jugada que empezó Benzema en el costado derecho y que
continuó Carvajal para marcar superando la salida de Weidenfeller con un toque
sutil.
Con
el gol el Madrid se calmó y dominó el partido. A ratos con el balón y a ratos
esperando al equipo alemán para hacerle daño a la contra. En ambos aspectos
brilló Isco Alarcón. El malagueño fue de la partida debido a los problemas
físicos de Di María y se adueñó de las situaciones ofensivas del Real Madrid.
Cuando el Madrid quería posesión, Isco se convertía en el mejor socio tanto de
sus centrocampistas como de sus atacantes; en las transiciones, todo pasaba por
el 23 del Madrid.
Encima,
el del Arroyo de la Miel completó su actuación con un gol. Al filo de la media
hora, el malagueño batió a Weidenfeller con un sutil disparo desde la frontal
ajustado al palo. Una acción marca de la casa y que le sirvió de 'vendetta'
personal tras la afrenta del año pasado a 'su' Málaga. En el minuto 71, con el
trabajo realizado, dejó su sitio a Illarramendi con el Bernabéu rendido de
nuevo a sus pies.
Si
en fase ofensiva el Madrid estuvo bien, lo mismo puede decirse en fase
defensiva. El Real Madrid sabía por experiencia propia cómo se las gastan los
alemanes al contragolpe e hizo un gran partido tapando esas salidas y
realizando faltas tácticas antes de que los de Klopp pudieran armar la contra.
La muestra individual del gran trabajo y de la concentración madridista la puso
Pepe, imperial durante los 90 minutos y que tapó un gol cantando de Mkhitaryan.
Una
acción que ocurrió apenas unos instantes después del 3-0, obra de Cristiano
Ronaldo. El portugués era otro de los nombres propios en la previa del partido,
debido a los silbidos que le dedicó el público madridista el sábado pasado.
Lejos de afectarle esa anécdota, el luso realizó uno de los mejores partidos de
la temporada. Voluntarioso, participativo y asociativo, culminó con un gran gol
su actuación.
Un
tanto, con el que suma 14 en la presente edición de la Copa de Europa, en el
que fue su partido número 100 en la máxima competición de clubes y con el que
supera a Di Stefano en la lista de goleadores históricos. Además, el gol le
sirvió para que el Bernabéu le rindiera la admiración habitual, multiplicada
por dos cuando el luso abandonó aquejado de molestias el partido antes de
tiempo. Modric dijo en la previa que la relación entre Cristiano y el coliseo
blanco era como un matrimonio. Goles son amores.
Con
el 3-0 el conjunto alemán se volcó sobre la portería de Iker Casillas, pero
solo encontraba opciones si el Madrid cometía algún error. En la elaboración
del juego es cuando el equipo de Jürgen Klopp mostró sus carencias y acusó las
bajas de Gundogan, Bender y Lewandowski. Por si las ausencias fueran pocas,
para la vuelta los alemanes pierden a Kehl, que vio la amarilla y tendrá que
cumplir sanción por acumulación de tarjetas.
No
consiguieron los alemanes hacer el gol que les abriera sus opciones para la
vuelta y el Madrid dio por bueno el 3-0, aunque cerca estuvo Bale de hacer un
gol 'maradoniano' que hubiera cerrado del todo la eliminatoria. La semana que
viene, en Dortmund, el Madrid deberá certificar su particular venganza.