Gran
partido del Atlético de Madrid en los cuartos de final de la Copa de Europa que
borró al Barcelona y pasa por la puerta grande a semifinales
Antonio Blanca
La
filosofía del partido a partido impuesta por un colosal entrenador como Diego
Pablo Simeone ha calado en las filas del Atlético de Madrid, en sus jugadores y
en su afición. La garra, el sacrificio, la entrega, jugar “todos para uno y uno
para todos”, luchar por un objetivo común. Simeone ha cambiado la historia del
“pupas” para al Atleti en su reciente historia en un equipo que aspira a casi
todo. Líder en la BBVA y en semis de Champions
League, el “doblete” mágico es posible. Hacía mucho tiempo que la ribera
del Manzanares no vibraba de esta manera con su equipo y que soñar no era mera
ilusión.
Ya
hay cuatro semifinalistas de Copa de Europa. Real Madrid tras sufrir
inesperadamente y andar en el alambre durante cuarenta y cinco minutos en
Dortmund. El 3-0 de la ida fue más que bueno, porque de Alemania volvieron los
de Ancelotti derrotados por 2-0, con un partido horrible, de los peores del
último lustro, para borrar y en lo que mejor fue el pase. Si el Madrid sigue
dando síntomas de este fútbol de juego nada, los dos meses que quedan de
temporada pueden ser muy largos.
El
Chelsea de Mourinho remontó porque creyó el 3-1 adverso de París, ganando en
Stamford Brigde por 2-0 al PSG. Nueve semifinales suma ya el genial entrenador
portugués. De los cuatro equipos es el que menos calidad atesora, si bien, el
carácter y sello de su entrenador pueden ser determinantes. El morbo de un
Madrid-Chelsea es lo que más llama la atención del bombo del viernes.
El
Bayern de Múnich salvó con solvencia y sustito incluido ante el Manchester
United. 1-1 en la ida, 3-1 en la vuelta. El cuadro de Pep Guardiola, principal
favorito para llevarse la “orejona” venció en el Allianz Arena al club inglés y
se planta en las semifinales con todas las posibilidades para revalidad la Liga
de Campeones.
Por
último el que más ilusión despierta (me despierta). 1-0 en la vuelta ganó el
Atlético de Madrid al Barça. Gol de Koke, que pudieron ser más. Hasta tres
palos dieron los colchoneros en un partido en el que bañaron al cuadro del
“Tata” Martino. Las estrellas del Barcelona no aparecieron, Messi sumó otro
fiasco más, Fábregas fue una caricatura, y Neymar no cogió nunca el aire al
partido. Xavi e Iniesta no pasan su mejor momento. Un ridículo soberano de los
catalanes, que acabaron en boca de algunos de sus jugadores quejándose por el
césped. El equipo rojiblanco reverdeció laureles. Estuvo bien puesto sobre el
campo, con mordiente y dejándose el alma en cada lance del choque. Fue superior
al Barcelona porque así lo creyó. La historia le da la oportunidad de 40 años
después volver a tener la posibilidad de disputar una final de Copa de Europa.
Realmente este equipo lo merece.