El
Atlético y Real Madrid enmendaron el miércoles ganando sus respectivos partidos
la mala imagen dada por Barcelona y Athletic el martes en Champions League
Antonio Blanca
El
miércoles fue mejor que el martes, a priori y mirando resultados, porque
ateniéndonos al desarrollo sobre el césped, solo el Atlético de Simeone se
salvó de la quema. Los otros tres representantes de la BBVA en la Liga de
Campeones rayaron el esperpento en algún caso y la desidia más apática en otra.
En ambos casos, Barça y Madrid respectivamente, la soberbia del que se piensa
superior o que de verdad lo es, se esfuma en el tú a tú del partido, en el
momento de la verdad los números y la teoría de nada valen en un deporte si tu
actitud te hace acreedor de una mala aptitud. En el caso del Real Madrid por su
rival es más comprensible que en el de los pupilos de Luis Enrique, que en
París fueron superados por todos los flancos por su rival. El Athletic no le
toma el pulso a la “orejona” y si la tercera semana del décimo mes del año, no
lo arregla, la Champions empezará a
darle las gracias y hasta otra.
En
el Parque de los Príncipes solo Neymar y Messi a ráfagas mantuvieron el nivel
para que el Barcelona perdiera el primer partido de la temporada y encajara sus
primeros goles. 3-2 venció el PSG que sacó no solo las vergüenzas de la
defensa, también puso en un brete el entramado defensivo del mediocampo,
Rakitic estuvo buscándose y aún sigue, y Ter Stegen, el portero que en dos de los
tres tantos pudo hacer muchísimo más. Fue un partido bonito, más de ida que de
vuelta, el Barcelona siempre a remolque, sin esperarse tal intensidad por parte
de los de Blanc, que no contaron con Zlatan Ibrahimovic pero que no les hizo
falta. Partido clave que puede hacerse muy malo en el Camp Nou si el Barça no
vence y supera en goles, ya que no es lo mismo estar en el primer bombo que en
el segundo en los octavos de final. Revolcón inesperado que hará que Luis
Enrique analice muy mucho su táctica defensiva.
El
BATE Borisov le dejó claro al Athletic que en Europa de nada vale ir de
favorito y que se nota cuando juegas de local o de visitante. Bielorrusia fue
un infierno para los de Valverde que querían usar la Copa de Europa como
balsámico para un desastroso comienzo liguero. El Bilbao estuvo mal en ataque,
mal creando y muy mal defendiendo, en los tres casos cerca de la calamidad. Es difícil
encontrar explicación palpable a un equipo que maravilló en la previa de esta competición
frente al Nápoles y que mes y medio después se desinfla con la facilidad de un
globo sin anudar. Hay margen para la reacción, Valverde gran entrenador es
capaz de ello y su plantilla también.
El
Madrid visitó Bulgaria, aunque por lo visto era para hacer turismo y no para
jugar un partido de fútbol. Gran imagen la mostrada por el Ludogorets que puso
en bastantes momentos en dificultades de los de Ancelotti que estrenaban
camiseta, la negra del dragón pero que poco garra pusieron, si acaso “Isco”, el
mejor del Madrid anoche y Ronaldo que sigue con esa voracidad de killer y que ya tiene los mismo goles
que Raúl González Blanco en Copa de Europa. El portugués autor de un gol de
penalti, marró antes otro. Ambos lanzamientos para empatar a uno, porque
anteriormente casi al inicio del choque otra vez a balón parado (el Real lleva
en mes y pico de competición los mismos goles encajados en esta suerte que en
toda la pasada temporada), la defensa falló cual efecto dominó y Marcelinho
adelantó al Ludogorets. Otro fallo de concentración, otro lapsus que manifiesta
una soberana falta de concentración de todos absolutamente todos. El Madrid con
gol de Benzema certificó la remontada, 1-2, tres puntos y a otra cosa. Casi sin
motivación, el caso más flagrante el de Bale, el galés está en un momento
delicado, los dragones se impusieron, suman cinco victorias consecutivas pero
siguen sin saber a qué jugar.
Gran
partido en el Vicente Calderón. 1-0 venció el Atlético de Madrid que aprovechó
la ayuda del Malmöe sueco que ganó a Olympiakos para poner el grupo A
apretadísimo. Los cuatro equipos con tres puntos. Ganó el equipo de Simeone a
la Juventus de Turín con gol de Arda Turan. Venció por coraje, por orden, por
ganas, por fútbol. El Atleti fue mejor en la segunda mitad, en la primera primó
la igualdad. La Juventus de Allegri se daba por contenta con un punto, el
Atlético no, que no cejó en su empeño hasta lograr ese gol que le hacía valedor
de los tres puntos y que le devolvía toda la vida para afrontar el resto de la
liguilla. Los rojiblancos encuentran sensaciones y lo más importante victorias.
Paso a paso las cosas vuelven a parecerse a la pasada campaña.