martes, 17 de noviembre de 2015

EL MITO DEL '7'

Aránzazu Gálvez

Se retira una leyenda del Real Madrid, del fútbol español y del fútbol mundial. Con 38 años, Raúl González Blanco cuelga las botas coronándose campeón de la North American Soccer League (NASL) en filas del conjunto del New York Cosmos. Atrás queda una trayectoria que contempla 22 títulos conquistados en 21 campañas como profesional sobre los terrenos de juego.

Hablar de Raúl probablemente sea hacerlo del jugador más importante de la historia del fútbol español junto con el exbarcelonista Xavi Hernández. A lo largo de su carrera, el Siete del Real Madrid y de España siempre se caracterizó por su trabajo, lucha y carácter sobre el campo, pero también por una calidad que había quienes se atrevían a negarle. Un auténtico líder que lo fue durante muchos años en el club más laureado de todos los tiempos. Doble mérito.

Como “una obra de arte del madridismo” lo definió Jorge Valdano, el hombre que apostó por él para asumir un rol importante en el primer equipo del Real Madrid cuando solo contaba 17 primaveras de existencia. El entrenador argentino acertó de pleno. Aquel 29 de octubre de 1994 descubrió un diamante en bruto, un chico que terminaría por convertirse en un mito del deporte rey.

El primer gol en Primera División de Raúl llegaría una semana después de su debut en La Romareda, frente al Atlético de Madrid, precisamente un conjunto en cuyas categorías inferiores había cursado parte de su formación. Le asistió el danés Michael Laudrup para que golpeara de primeras y enviara el esférico directamente a la escuadra derecha de la portería rojiblanca. El Santiago Bernabéu asistía entonces el nacimiento de uno de sus grandes héroes.

Tenía el gol entre ceja y ceja y, sobre todo, imaginación para inventarlo, para llegar a él. La carrera de Raúl González Blanco contempla numerosas dianas, amén de decisivas, de bellísima factura. Quién no recuerda el famoso tanto del aguanís transformado por el Siete merengue ante el Vasco de Gama brasileño el 1de diciembre de 1998 y que significaría la conquista de una Copa Intercontinental que se le resistía al Real Madrid desde hacía 38 años. O cómo silenció al Camp Nou. O de la manera en que emuló el gol de Emilio Butragueño en Cádiz pero en el mismísimo estadio Vicente Calderón. O sus fantásticas cucharas, aquellas vaselinas de tan particular ejecución. Impresionante.


Por todo esto y mucho más le llamarían Señor Raúl en sus dos temporadas en el Schalke 04. La despedida que le brindó el Veltins-Arena resultó tremendamente emocionante. Después emprendería sendas aventuras primero en Qatar y seguido en Estados Unidos, donde se ha despedido del fútbol en activo definitivamente. ¿Qué nuevos retos le aguardarán a partir de ahora?