Jordi Grimau
El máximo goleador de la historia de los Clásicos será duda
hasta el final. Lionel Messi, que salvo sorpresa mayúscula se proclamará
vencedor del próximo Balón de Oro, se encuentra en este partido ante una
situación nunca antes vista en su carrera desde que es titular indiscutible en
el Barça: la de ser el factor sorpresa ante el Real Madrid.
Lesionado ante Las Palmas, el delantero se encontraba en un
momento dulce antes de caer herido: tres goles y dos asistencias en un arranque
pobre del Barça, pero con el astro argentino reluciendo más si cabe gracias al
apático comienzo de campaña de Cristiano. Con el portugués en horas bajas, cada
gol de Messi valía el doble ante una afición entregada al canterano del Barça.
Como si el colapso de Cristiano afectara a la Pulga, este
metía el dedo en la llaga. Con 7.2 remates cada 90 minutos, Messi lideraba La
Liga en ese parámetro, a la par que su récord personal de intentos (lo más
cercano a esa cifra fueron 5.6 remates en la temporada 2011/2012). Oliendo la sangre
en el campo contrario, Messi no terminaba de concretar de cara al gol,
transformando algo menos del 10% de sus disparos en tantos.
El atacante blaugrana también lideraba las grandes ligas
europeas en regates completados, con casi 9 por encuentro disputado, como se
puede ver en el gráfico anterior. Generando una barbaridad de ocasiones para
sus compañeros y en uno de esos regates vertiginosos, cayó lesionado. Liberado
por Argentina gracias su baja, el combinado albiceleste ha estado al borde del
cataclismo debido en gran medida a su ausencia.
Lo contrario ha ocurrido en Can Barça. Llegando al Clásico,
el equipo de Luis Enrique ha sumado cuatro victorias en los últimos cuatro
partidos sin Messi. El denominado ‘tridente’ no ha echado de menos al
argentino, pues Neymar y Suárez, acompañados en punta a veces con chavales de
la cantera, han dominado las áreas rivales, dejando poco lugar a la sorpresa.
En la disyuntiva de arreglar algo que funciona a la
perfección se encuentra Luis Enrique que, ante la posibilidad de alinear de
inicio al mejor delantero del mundo, ha dudado al afirmar su presencia en la
rueda de prensa antes del partido.
Durante la temporada pasada Neymar tuvo una media de 48
intervenciones con el balón por partido, cifra que en la ausencia de Messi se
ha disparado: 102 intervenciones de media en los últimos cinco encuentros. Pero
además de intervenir en el juego, lo ha hecho de forma magistral, aportando
movimientos de calidad a la par que efectivos cada vez que ha participado en la
sinfonía del equipo.
Alinear a Messi solo sería un error si lastrase al resto del
equipo. Con el argentino a una fracción de sus facultades, el conjunto
blaugrana sufriría más de lo necesario en el Santiago Bernabéu y tendría un
cambio menos. Con el 10 como factor X del equipo de Luis Enrique, Benítez tiene
que descifrar el enigma de tenerle o no enfrente. Mientras se despejan las
dudas, el Real Madrid buscará cualquier antídoto anti-Barça, pues una derrota
le alejaría a 6 puntos del Barcelona más el gol average.