sábado, 26 de septiembre de 2009

FLORENTINO PÉREZ Y EL FÚTBOL A LAS TRES

Julio Candela

Ver partidos de nuestra Liga a las tres de la tarde se puede convertir en un hecho esta misma temporada. La propuesta la puso sobre la mesa hace meses uno de los empresarios más prestigiosos de nuestro país y también presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.

Entonces, se interpretó como una idea pasajera que no llegaría a ningún lado en un país como España, con unas costumbres y horarios muy marcados y especiales. Pero la Liga de Fútbol Profesional (LFP) está a punto de hacer realidad lo que propuso Florentino. Y ya se han levantado las primeras voces de protesta.

El presidente de ACS ya intentó convencer a la LFP sobre este aspecto en su anterior etapa al frente del equipo madridista, pero entonces no encontró apoyos. Su idea responde a una iniciativa para integrar a los aficionados asiáticos entre los espectadores habituales que tiene nuestro torneo doméstico.

Jugar a las tres de la tarde supondría que los partidos fueran emitidos en China, por ejemplo, a las 21 o 22 horas (según la época del año), franja del ‘prime time’ en el gigante asiático. Florentino persigue aumentar a 1.800 millones el número de aficionados que presencian en directo los grandes duelos de nuestro fútbol.

En época de crisis, se buscan ingresos por todos lados, y la LFP ve ahora bien lo que veía mal hace un lustro. La inyección económica que supondría la entrada masiva de la afición china sería muy positiva para nuestros clubes, y mucho más atendiendo a la delicada coyuntura económica actual. La estrategia se presupone que sería acertada porque los chinos son grandes aficionados a nuestro campeonato, pero ahora siguen sobre todo la Premier inglesa y la NBA, que tienen horarios más ajustados a sus costumbres.

El director general de la liga, Francisco Roca, asistió este jueves en China junto a Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del Real Madrid, a una mesa redonda donde se trató, precisamente, la promoción del fútbol español en aquel país. Fue en este escenario donde quedó patente que la LFP ya se plantea poner partidos a las 15 horas esta misma temporada.

El anunció supuso este viernes la reacción irónica (en demasía) de Pep Guardiola, entrenador del FC Barcelona, quien aseguró que se hace más caso al presidente del Madrid que al resto de protagonistas del ‘deporte rey’. Por su parte, el entrenador del Atlético de Madrid, Abel Resino, afirmó que, para poder ser viable este nuevo horario, habría que cambiar las costumbres de todos los españoles. Entre los dos, sacaron a colación los dos principales inconvenientes de instaurar la celebración de encuentros ligueros en España a las tres de la tarde.

Los deportistas son los verdaderos protagonistas y deben ser los que tengan la última palabra. En muchos países de nuestro entorno se juega a horarios parecidos al que se propone, pero bien es cierto que hay zonas muy cálidas de nuestra geografía donde disputar un partido a las tres de la tarde en época primaveral puede ser un verdadero suplicio, además de peligroso para la salud de deportistas y público.

Por otro lado, y que afecta a la mucha más gente, está la afición, que se debe acostumbrar a ver fútbol por la tele o acudir a los estadios a unas horas del fin de semana donde en este país o se está en plena comida, o se está en la sobremesa o se está durmiendo la siesta.

A todo se acostumbra uno, pero no deja de ser llamativo que para que en la otra punta del planeta puedan disfrutar de nuestro fútbol, sean los aficionados de aquí los que tengan que cambiar sus costumbres. Todo, evidentemente, está motivado por la inyección económica que supondría la entrada masiva de telespectadores asiáticos.

Además, esta nueva medida que quiere instaurar la LFP va en contra de la tendencia de los últimos años, cuando se ha ido retrasando cada vez más los horarios de los partidos para ajustarlos a nuestro ‘prime time’ y a nuestras costumbres cotidianas.

De todos es sabido que en España existen unos horarios de comidas, de sueño y de trabajo muy particulares y distintos a los del resto del mundo occidental. Los grandes partidos de la Liga se asocian más con la hora de la cena que con la de la comida. A las tres de la tarde de un domingo, la mayoría de la gente está sentada a la mesa en compañía de la familia. Y en la televisión, esa hora es la dedicada a los telediarios y las películas, no a los partidos de nuestro campeonato futbolístico.

Está claro que el fútbol moderno es un siervo del espectáculo que representa. Cada vez es menos frecuente acudir a los estadios el domingo a las cinco de la tarde, durante años la hora ‘oficial’ del fútbol. La globalización está cambiando el mundo. Y parece que el fútbol, uno de los productos españoles que mejor se exportan, está llamado a cambiar las costumbres de los aficionados. En vez del tradicional bocadillo, acabarán llevándose al estadio la tartera. Y si lo siguen desde casa, deberán de tener cuidado con no atragantarse al celebrar un gol de su equipo.