Daniel Iglesias
Poco margen a la sorpresa puede haber en una Liga en la que Barcelona y Real Madrid, campeón y subcampeón del pasado torneo, se han gastado más de 300 millones en reforzar sus plantillas. De momento, ninguno ha fallado. Pleno en las tres jornadas disputadas, aunque las sensaciones mostradas son muy diferentes.
El conjunto de Guardiola juega como un bloque que se conoce de memoria y en el que sólo hay que adaptar una pieza nueva llamada Ibrahimovic. Sus goles, 10 ya en este campeonato, llegan desde el fútbol de toque de un equipo en el que juega y hace jugar Messi, con el apoyo de los Xavi, Daniel, Iniesta y compañía. Pellegrini, por el contrario, tiene también a un puñado de estrellas a sus órdenes a los que debe hacer jugar. Ahí puede estar la diferencia entre uno y otro. Uno gana por su fútbol, al otro se le presupone, pero de momento sólo vence por su tremenda pegada. Cristiano Ronaldo golea a pares, Benzema ya se ha estrenado, Kaká asiste… La suerte sonríe a los del Bernabéu, pero cuando a la pelotita le dé por no entrar les hará falta algo de fútbol para mantener las espadas en todo lo alto con el Barcelona.
En este punto es en el que el trabajo del entrenador debe dejarse sentir. Es el menor de los galácticos fichados por Florentino y, quizás, al que mayor responsabilidad sobre el equipo se le va a pedir. Lo avalan los éxitos cosechados con el Villarreal, pero este Madrid por hacer aún dista mucho de un Barcelona hecho al que sólo lo igualan la millonada gastada este verano a golpe de talón. Precisamente el ex equipo del técnico blanco será el que lo examina mañana. Ni el Deportivo, ni el Espanyol ni el Xerez han puesto a los merengues en los suficientes aprietos como para saber de qué es capaz la galaxia. El Villarreal, en cambio, llega a esta jornada con la necesidad imperiosa de dar un giro a su rumbo liguero. No ha ganado y la era Valverde comienza a generar alguna duda. Los resultados mandan.
Más que dudas, recelos levanta también el Atlético de Madrid de Abel. Un empate en tres partidos es un paupérrimo bagaje para un conjunto de Champions que tiene en sus filas a una de las mejores parejas de delanteros de la Liga: Agüero y Forlán. Lo peor es que las sensaciones que ofrecen los rojiblancos no dan pie al optimismo, ya que perdieron sin opción a nada en Málaga (3-0) y han cedido sendos empates en el Calderón, ante el Racing (1-1) y el Apoel chipriota en Champions (0-0). La lógica dice que deben remontar el vuelo más pronto que tarde, pero cuando una dinámica negativa se alarga, más vale apretar los dientes desde ya. Que se lo digan al Betis, el Zaragoza o al mismo Atlético.
Todo lo contrario le pasa al Athletic y Mallorca. Los vascos, con Caparrós tirando de los más jóvenes (De Marcos o Muniain) y viejos rockeros (Etxeberria, Yeste, Ocio…) son los únicos que hacen sombra a los todopoderosos Barcelona y Madrid. Nueve de nueve, como los grandes, aunque estos puntos sólo le quitan algo de recorrido en su camino hacia la salvación. Como a los baleares, que después de un verano lleno de incertidumbres, de compras y de ventas de acciones, de perder a sus estrellas y reforzarse con retales y perder a Jurado, el salto de calidad, aún no conocen la derrota. No todo va a ser gracias al dinero.
Y si de lógica hay que hablar, el Xerez es colista desde la segunda jornada. Ha merecido algo más, pero en Primera División el margen para el error es mucho menor. El tiempo que le cueste a este debutante coger el ritmo de la competición calibrará las opciones de permanencia de los jerezanos.
Poco margen a la sorpresa puede haber en una Liga en la que Barcelona y Real Madrid, campeón y subcampeón del pasado torneo, se han gastado más de 300 millones en reforzar sus plantillas. De momento, ninguno ha fallado. Pleno en las tres jornadas disputadas, aunque las sensaciones mostradas son muy diferentes.
El conjunto de Guardiola juega como un bloque que se conoce de memoria y en el que sólo hay que adaptar una pieza nueva llamada Ibrahimovic. Sus goles, 10 ya en este campeonato, llegan desde el fútbol de toque de un equipo en el que juega y hace jugar Messi, con el apoyo de los Xavi, Daniel, Iniesta y compañía. Pellegrini, por el contrario, tiene también a un puñado de estrellas a sus órdenes a los que debe hacer jugar. Ahí puede estar la diferencia entre uno y otro. Uno gana por su fútbol, al otro se le presupone, pero de momento sólo vence por su tremenda pegada. Cristiano Ronaldo golea a pares, Benzema ya se ha estrenado, Kaká asiste… La suerte sonríe a los del Bernabéu, pero cuando a la pelotita le dé por no entrar les hará falta algo de fútbol para mantener las espadas en todo lo alto con el Barcelona.
En este punto es en el que el trabajo del entrenador debe dejarse sentir. Es el menor de los galácticos fichados por Florentino y, quizás, al que mayor responsabilidad sobre el equipo se le va a pedir. Lo avalan los éxitos cosechados con el Villarreal, pero este Madrid por hacer aún dista mucho de un Barcelona hecho al que sólo lo igualan la millonada gastada este verano a golpe de talón. Precisamente el ex equipo del técnico blanco será el que lo examina mañana. Ni el Deportivo, ni el Espanyol ni el Xerez han puesto a los merengues en los suficientes aprietos como para saber de qué es capaz la galaxia. El Villarreal, en cambio, llega a esta jornada con la necesidad imperiosa de dar un giro a su rumbo liguero. No ha ganado y la era Valverde comienza a generar alguna duda. Los resultados mandan.
Más que dudas, recelos levanta también el Atlético de Madrid de Abel. Un empate en tres partidos es un paupérrimo bagaje para un conjunto de Champions que tiene en sus filas a una de las mejores parejas de delanteros de la Liga: Agüero y Forlán. Lo peor es que las sensaciones que ofrecen los rojiblancos no dan pie al optimismo, ya que perdieron sin opción a nada en Málaga (3-0) y han cedido sendos empates en el Calderón, ante el Racing (1-1) y el Apoel chipriota en Champions (0-0). La lógica dice que deben remontar el vuelo más pronto que tarde, pero cuando una dinámica negativa se alarga, más vale apretar los dientes desde ya. Que se lo digan al Betis, el Zaragoza o al mismo Atlético.
Todo lo contrario le pasa al Athletic y Mallorca. Los vascos, con Caparrós tirando de los más jóvenes (De Marcos o Muniain) y viejos rockeros (Etxeberria, Yeste, Ocio…) son los únicos que hacen sombra a los todopoderosos Barcelona y Madrid. Nueve de nueve, como los grandes, aunque estos puntos sólo le quitan algo de recorrido en su camino hacia la salvación. Como a los baleares, que después de un verano lleno de incertidumbres, de compras y de ventas de acciones, de perder a sus estrellas y reforzarse con retales y perder a Jurado, el salto de calidad, aún no conocen la derrota. No todo va a ser gracias al dinero.
Y si de lógica hay que hablar, el Xerez es colista desde la segunda jornada. Ha merecido algo más, pero en Primera División el margen para el error es mucho menor. El tiempo que le cueste a este debutante coger el ritmo de la competición calibrará las opciones de permanencia de los jerezanos.