Antonio Blanca
De vuelta a las andadas. A dar de nuevo mil giros sobre el mismo “mono” tema, el que ha sido uno de los culebrones del verano y que ha capitalizado gran parte de las portadas de periódicos y minutos de tertulias radiofónicas. El caso del francés del Bayern, Frank Ribéry.
Deshojando la margarita, ahora sí, ahora no, mañana puede, pasado mañana te denuncio ante la FIFA, luego el jugador enferma del virus “quiero irme”, su amigo Zidane (consejero de Florentino Pérez) le recomienda que no tome medicación alguna y lo bonito y bueno que es jugar en el Real. Es entonces, cuando la obsesión, la rivalidad de lustros y lustros entre los alemanes y españoles, tras irse cociendo poquito a poco, salta de nuevo a la palestra. Los directivos teutones entran en cólera, y arramblan contra el Madrid y contra su jugador. Intransferible, o si no al precio de Cristiano Ronaldo, 94 “millonazos de leuros”. ¡Ea! Para chulos de verdad los alemanes, eso de gente seria, trabajadora y eficiente nada. Aquí mando yo, y a callar todo el mundo. Eso pensaba el Bayern.
Pero los audaces dirigentes muniqueses no contaban con que Florentino es un hábil negociador, y mucho menos con que Zinedine Zidane tiene un poder de convicción casi tan grande como control tenía con la pelota en los pies. El divino ex jugador blanco ha sido con sus amistosas charlas con Ribéry, hasta tal punto que el invierno también promete culebrón. Y “Floren”, per sé. Ha vendido en una jugada de última hora a Robben al Bayern. 25 millones de euros que la entidad merengue se ha embolsado de uno de sus más envidiosos y odiosos rivales. De paso, el presidente del Real ha dado un giro a la situación Ribéry, y es ahora, el que por más que desde Alemania lo nieguen, tiene la sartén por el mango y a saber si no tiene también un pre acuerdo para traerse al extremo galo, a sabiendas que en el club bávaro saben que Ribéry puede negociar desde el enero que viene con el club que quiera y marcharse abonando tan sólo el sueldo del año que le resta, unos cuatro millones y medio de euros.
Desconozco cual será el precio definitivo, si el francés llegará en invierno (pocas papeletas le doy si disputa un solo minuto Champions), o si por el contrario será el fichaje de relumbrón del verano de 2010. Lo que sé a ciencia cierta, es que a Florentino merced consejos sabios de Zidane (así vino al Madrid Benzema), se la ha metido entre ceja y ceja Ribéry, y para obsesiones, las del señor Pérez, éste sí que las cumple, como su palabra que sí tiene validez.