Con
su victoria ante el Betis el equipo culé está a falta de una jornada para
proclamarse campeón pudiendo hacerlo pasado mañana si el Madrid no vence al
Málaga
Antonio Blanca
Cuestión
de tiempo. El miércoles ya se podría producir el alirón. El Real Madrid que
vive de nuevo convulso tras el espíritu de unión vivido el pasado martes y que
ha quedado en nada, tiene que ganar al Málaga para evitar que los culés sin
jugar se vayan de fiesta. Pepe rajó antes de ayer de Mourinho. Increíble pero
cierto. La casa blanca se ha vuelto en un lugar de pirotecnia y puede estar a
punto de saltar todo por los aires, sin estar la temporada acabada y con la
final de Copa del Rey a once días vista. El Barcelona se frota las manos. El ridículo
atroz vivido en Champions League
frente al Bayern de Múnich ha quedado en segundo plano merced a los fuegos
artificiales lanzados sin control que se vive en el Madrid. Cierto es también
que ganar la liga ayuda a sobrellevar tal palo, pero en la ciudad condal saben
que tienen que refundar su concepto futbolístico amén de realizar fichajes y
dar bajas, se trata de renovarse o morir.
Leo Messi volvió a acudir al rescate del Barcelona,
resolvió con dos goles el triunfo ante el Betis (4-2) y mitigó la depresión de
la dura eliminación europea, en una trigésima cuarta jornada de Liga que
devuelve al Deportivo a puestos de descenso, después de tres fechas fuera de
estos. Por
más que el Barça siga a un paso
del título y pueda proclamarse campeón el miércoles si el Madrid no gana al
Málaga en el encuentro adelantado por la final de Copa, el equipo de “Tito” Vilanova no emite señales positivas, recibe
muchos goles y, cada vez más, parece encomendarse al estado físico del genio de
Rosario. Ante el Betis, Messi volvió a
ver la primera parte desde el banquillo y, desde ahí, observó cómo su
equipo encajó un gol del colombiano Dorlan
Pabón en el minuto 2, cómo empató el chileno Alexis Sánchez, siete después, y cómo un gran tanto de Rubén Pérez devolvió la ventaja a los
verdiblancos, en el 43.
Tras
el descanso, David Villa se redimió de
sus errores del primer tiempo, con un gol de cabeza, segundos antes de
ser sustituido por Messi. Y con el argentino en el campo, no hubo discusión
posible. Leo marcó un gran gol de golpe
franco (m.60) y sentenció al culminar una gran jugada de Iniesta y Alexis
(m.71).
Una
victoria que resguarda la ventaja de once puntos sobre un Real Madrid que, aun
sin mucha convicción, se resiste a entregar el título, por si aumenta el
desconcierto barcelonista.
En
el Bernabéu, donde desde hace tiempo cada partido es una consulta popular sobre
las polémicas que alimenta su entrenador, reapareció el mejor Ronaldo, autor de dos de los cuatro goles de su equipo ante un buen Valladolid
(4-3). La suplencia de Casillas, la
relación con Cristiano, la postrera defensa de Pepe al guardameta...A
Mourinho se le acumulan los frentes abiertos, pero no parece dar un paso al
costado en el tramo final de su gestión y, eso, divide a la afición.
Por
detrás de estos, el Atlético sumó un
punto en Riazor (0-0) y ya ha asegurado su vuelta a la Liga de
Campeones, pero aún no ha confirmado que acabe tercero, lo que le evitaría la
previa del torneo continental. El conjunto de Diego Simeone ya ha cumplido el objetivo principal del curso, pero
su juego ha perdido el empuje de antaño, una noticia preocupante ante la
disputa de la final de Copa.
Firmaron
goleadas el Valencia, que no
ceja en su empeño de entrar en "zona Champions"
y sobrepasó a Osasuna (4-0), y
el Sevilla, que resolvió frente al Espanyol en once
minutos de la primera parte, con un gol en propia meta de Capdevila (m.12) y
los tantos de Koke (m.19) y Negredo (m.23).
La
segunda mitad de la tabla, mientras, vuelve a acumular tensión, porque por ahí
aún pueden caer Valladolid, Levante y
Athletic, a costa de que salga alguno de los seis equipos que se han
acostumbrado a morar por el sótano.
Es
esa lucha por el descenso un "thriller", del que ya han
aflorado acusaciones de amaño, mientras se suceden los cambios de guión.
Hace
poco menos de un mes, Osasuna parecía
salvado y el Deportivo avanzaba eufórico. En el lado contrario, el Zaragoza no ganaba desde 2012 y el Granada parecía
en caída libre. Ahora, los primeros (33 puntos) temen por su futuro y el
Depor ha regresado a la zona de
descenso (32), al tiempo que los de Manolo Jiménez (33) y Lucas Alcaraz (35) vuelven a confiar en la
permanencia.
Celta (32 puntos) y Mallorca (30), a su vez, se
esfuerzan cada semana por sacar la cabeza del agua, porque ninguno se ha
ahogado aún.
En
La Romareda, el Zaragoza se unió al
Granada -que el sábado venció al Málaga por 1-0- como gran beneficiado
de la jornada. El conjunto de Manolo Jiménez logró ante el Rayo su triunfo más
cómodo, gracias a dos goles de Apoño (el primero por un penalti por supuestas
manos de Figueras) y otro de Rodri.
A
falta de cuatro fechas, los empates también se observan de forma distinta en la
zona baja. El viernes, no le supo tan mal al Celta, frente al Athletic (1-1), y
dos días después lamentó el mismo resultado el Mallorca ante el Levante, porque se adelantó pronto (Hemed, m.6) y
cedió la igualada por un error de su defensa (Acquafresca, m.41).
Entre
medias, lo que el sábado no disgustó al Deportivo (0-0 frente al Atlético), se
observa con preocupación 24 horas después, inmerso el equipo de Fernando
Vázquez, de nuevo, en los puestos de descenso.
La
trigésimo cuarta jornada, se completará este lunes con el partido entre el
Getafe y la Real Sociedad, que ofrece a los realistas la oportunidad de
confirmar sus aspiraciones europeas.