Carlos de Blas
El Real Madrid y el Atlético de Madrid vivirán
esta noche de viernes en el estadio Santiago Bernabéu el final
de fiesta de la temporada nacional que significa siempre la Copa del
Rey, que mide a dos equipos en un apasionante derbi que hacía 21 años
que no se vivía y que se agarran por diferentes motivos a este trofeo.
Turbulencias, disputas internas y un año discreto sin la deseada
'Décima' acaparan la atención en el conjunto de José Mourinho, inmerso
en la polémica y que puede firmar una temporada sin un título de cierta
relevancia y que puede estar ante su último gran partido en el banquillo
blanco; mientras que 14 años de 'maldición' ante el vecino y 16 de
sequía en el 'torneo del KO' marcan a los de Diego Pablo Simeone,
experto en finales hasta el momento y protagonista en el último éxito
copero atlético.
Sin embargo, una final, y una tan significativa como esta, lo
cambia todo, y es capaz de unir a todo un equipo en pos de un mismo
objetivo e igualmente de lograr que otro olvide que ha perdido sus diez
últimos partidos contra el Real Madrid y se agarre a otra estadística
más prometedora, la de su buena sintonía cuando juega por el entorchado
copero en el feudo de Chamartín, losa en cambio para su gran rival.
Ambos llegan con los deberes solucionados en el campeonato
liguero, donde no han podido seguir la estela del FC Barcelona,
proclamado ya campeón el pasado sábado. El equipo blanco dilapidó sus
opciones en un primer tramo nefasto de campaña y se centró en una
'Champions' de nuevo esquiva, situación que le hace afrontar aún más
motivado esta Copa del Rey, que serviría para 'maquillar' un año donde
los problemas han sobresalido por encima de los éxitos, de momento sólo
la Supercopa de España, de mayor valor por arrebatársela a los de Tito
Vilanova.
El Atlético intentó aguantar el pulso al conjunto azulgrana, pero
no pudo, aunque el objetivo rojiblanco era otro, volver a la Liga de
Campeones. Pese al fiasco de la Europa League, donde cayó en
dieciseisavos de final ante el Rubin Kazán, ya tiene en su bolsillo otra
Supercopa, la de Europa, de más relevancia, y ahora quiere festejar el
año de la consolidación del proyecto de Simeone con un trofeo de
especial ilusión en el Manzanares y que le haga acabar por encima del
equipo madridista en cuanto a títulos.
Y todo ello aderezado por el buen hacer de los dos respectivos
técnicos en las finales, unos partidos en los que se mueven con soltura,
con más experiencia para el portugués por delante del argentino, que
pese a todo ha ganado las dos que ha disputado en su estancia de año y
medio en el Atlético, argumento al que también se aferra la afición
'colchonera' para poder por fin celebrar una victoria que hace 14 años
que se les resiste.
Ni siquiera el último derbi del pasado mes de abril en el Vicente
Calderón puede servir de referencia. Ganó el Real Madrid, plagado de
suplentes, por 1-2, pero mañana hay mucho más en juego y la intensidad
de ambos serán mucho mayor, necesaria sobre todo para el equipo
rojiblanco, que necesitará de su pulmón y de Radamel Falcao, que tiene
en Diego López a una de sus víctimas favoritas, para tener opciones ante
la 'pegada' de su vecino.
El delantero colombiano vivirá un duelo estelar con Cristiano
Ronaldo en pos de un título, pero tan importantes son ambos, como lo son
los jugadores que juegan por detrás. El 'Tigre' necesita que el peleón y
aguerrido Diego Costa, muy importante en todo el periplo copero
atlético, pero que deberá saber gestionar su carácter, le abra espacios,
pero mucho más aún al turco Arda Turan, un futbolista reservado
prácticamente para estar a punto para esta cita y que se antoja clave
para desarbolar el sistema defensivo blanco.
'CR7' necesita, en cambio, al mejor Mesut Ozil, lesionado ante el
Valladolid y que ha llegado a contrarreloj para esta cita, donde su
concurso se antoja igualmente vital, porque es el mejor jugador de
último pase que tiene José Mourinho y difícilmente sustituible. Sobre el
estado de forma del de Madeira, brillante en esta Copa del Rey, sobre
todo en las eliminatorias ante Celta y FC Barcelona, y del germano, en
estado de gracia frente al gol, pasan muchas de las opciones madridistas
de cerrar del mejor modo posible la temporada.
Para anular a estos dos futbolistas, el Atlético sabe que tendrá
que cortocircuitar la elaboración desde atrás. El Dortmund enseñó que
taponar a Xabi Alonso crea muchas complicaciones a la creación del Real
Madrid, mientras que Gabi y Mario Suárez tendrán que evitar que
Cristiano y Ozil reciban balones con espacio. Para contrarrestar esto,
Mourinho podría apostar por un Luka Modric, con más fluidez para sacar
la pelota en detrimento de Sami Khedira, de mayor trabajo y más
recorrido.
Esta puede ser la única duda del de Setúbal para su once inicial,
donde, salvo sorpresa mayúscula, Raúl Albiol será el elegido para jugar
junto a Sergio Ramos en el centro de la defensa por la inoportuna lesión
de Raphael Varane. Pepe, tras sus declaraciones a favor de Iker
Casillas, nuevamente suplente en una final copera, ha quedado relegado.
La otra incógnita recae en el '9' después de que ni Karim Benzema ni
Gonzalo Higuaín hayan rendido al nivel esperado esta campaña. A favor
del francés sus cuatro goles coperos, del argentino, que se le da
especialmente bien el equipo 'colchonero'.
'Cholo' Simeone, por su parte, no tiene ningún problema físico.
Apostará por su once más habitual y apelará a la solidez defensiva que
ha mostrado durante toda la temporada para evitar goles tempraneros que
hagan caer sobre sus cabezas que desde octubre de 1999 no derrotan al
Real Madrid. El argentino ha concentrado al equipo en Los Ángeles de San
Rafael, desde donde intentará imprimir toda su motivación para acabar
con la maldición y aumentar las turbulencias del conjunto blanco.