El Real Madrid encara un intenso mes de julio en los despachos donde se tendrán que dilucidar importantes asuntos para la venidera campaña
Antonio Blanca
Las acciones
que pueda emprender el Real Madrid a lo largo del periodo de fichajes veraniego
siempre han generado una tremenda expectación mediática. En el presente estío
no será distinto, incluso se intuye un notable incremento de las especulaciones
y rumorología en este sentido, en tanto en cuanto el club blanco afronta una
nueva etapa tras sustituir al italiano Carlo
Ancelotti por el español Rafa
Benítez en su banquillo.
Existe curiosidad a propósito del carácter que
adquirirá la política de contrataciones en Chamartín de ahora en adelante.
Aunque asuntos como la continuidad de Iker
Casillas, la renovación de Sergio
Ramos o qué sucederá con algunos jugadores cedidos o sobre los que se
conserva una opción de compra constituyen también otros focos de interés de la
actualidad merengue.
El 22 de
diciembre de 2012, José Mourinho,
entonces entrenador del Real Madrid, dejó en el banquillo a Iker Casillas en un
partido de Liga que enfrentaba a los blancos con el Málaga en el estadio de la
Rosaleda. Una decisión técnica con la que se abrió el debate deportivo que
probablemente más daño haya infligido a la entidad capitalina en los últimos
tiempos. El madridismo comenzó
a dividirse con respecto a la figura de un portero antaño considerado un héroe
pero cuyo rendimiento ha ido descendiendo de manera paulatina con el paso de
los años. Algo natural. Hoy, la
situación se ha enquistado, parece del todo insostenible. Al guardameta
le restan dos años de contrato aún, y el club habría de abonarle una cantidad
que rondaría los 24 millones de euros en caso de optar por llevar a cabo una
rescisión unilateral del mismo, siempre y cuando no lograse llegar a un acuerdo
en otros términos con el mostoleño. Mientras tanto, David de Gea, el cancerbero al que Rafa Benítez quisiera confiar
la titularidad en la campaña 2015-16, espera a que se formalice por fin su
aterrizaje en el Santiago Bernabéu.
Sergio Ramos
se convirtió en el principal artífice de la conquista de la Décima, con
su gol en el tiempo descuento al Atlético de Madrid en la final de la edición
2013-14 de la Champions League, y
desde entonces espera una recompensa en forma de renovación.
¿El momento
debería ser ahora? Al central le quedan dos años de contrato, y tal es el plazo
en que el Real Madrid tiene a bien iniciar conversaciones con sus futbolistas
con el objetivo de prolongar sus respectivos compromisos con el club. Sin
embargo, la cosa se está demorando y los
rumores que apuntan a una falta de entendimiento entre las partes se han
disparado. ¿Existen posibilidades reales de que el camero diga adiós al
conjunto que invirtió 27 millones de euros en su fichaje cuando tan sólo tenía
19 años y apenas había disputado un curso completo en filas del Sevilla en
Primera División?
El
presidente Florentino Pérez, su
junta directiva y el director general del club, José Ángel Sánchez, están convencidos de que el Real Madrid cuenta
con una plantilla lo suficientemente fuerte como para afrontar la próxima
temporada con garantías de éxito.
Creen que el
desplome del equipo en el tramo final de la pasada campaña se produjo como
consecuencia de una mala gestión de esfuerzos realizada por el anterior
entrenador, Carlo Ancelotti. Por esta razón, en principio no se pretende invertir una cantidad de
dinero desorbitada en refuerzos, sino retocar el proyecto. Sólo una
salida sonada, como pudiera ser la de Sergio Ramos, por ejemplo, haría cambiar
de opinión a los integrantes de la planta noble del Santiago Bernabéu.
Otra de las
cuestiones en que el Real Madrid deberá pronunciarse durante el verano será
acerca del futuro de sus dos últimos fichajes de futuro, los jóvenes Martin Odegaard y Marco Asensio. Será Rafa Benítez quien
tome una decisión al respecto, pero no sin antes verlos en acción en
pretemporada. Seguramente se les buscará acomodo en conjuntos de la Primera
División española, donde puedan acumular minutos de experiencia al máximo nivel
competitivo.
Ya se sabe
que Rafa Benítez concede una especial importancia a los extremos dentro del
sistema de juego que suele emplear habitualmente, el 4-2-3-1. No sería de
extrañar, por tanto, que recuperara para la primera plantilla del Real Madrid a
dos jugadores criados en la cantera blanca que han mostrado una magnífica
progresión en la categoría de oro del fútbol español a lo largo del curso
2014-15. Se trata de Denis Cheryshev
y Lucas Vázquez. El hispano-ruso
se desempeñó a préstamo en el Villarreal, mientras que el gallego lo hizo en el
Espanyol de Barcelona. En el caso del segundo, el club blanquiazul ha hecho
efectiva la opción para la adquisición de sus derechos deportivos estipulada en
su contrato de cesión. Sin embargo, en Chamartín se guardaron una opción de
compra a dos años y podrían hacerla efectiva si el nuevo entrenador lo
considerase oportuno.