Jaime Trevijano
Más títulos en 2017 que goles en el Mundial de Clubes. Éste
es el mejor reflejo de lo que es el Madrid de Zidane, un equipo que gana todo a
lo que se presenta pese a atravesar una crisis de puntería importante. Ante
Gremio disfrutó de ocasiones de todos los colores, pero tuvo que ser Cristiano
quien metiera el gol de la victoria. 1-0 y quinto título del año, el mejor
registro en la historia del club.
No fue una final igualada, pero tampoco como el
"cachondeo" de la semifinal frente a Al Jazira. Gremio es un equipo
trabajado que sabe a lo que juega, pelea cada balón y tiene oficio. La clara
superioridad individual del Madrid desniveló una final que, pese a dominar de
principio a fin, dejó en evidencia los problemas que tienen los blancos para
hacer gol.
Desde que está Zidane en el banquillo el Madrid no ha
perdido ninguna final. El equipo español se crece en partidos de "todo o
nada" y le da igual si el rival es el Atleti, el Barça o el Gremio, el
ansia de títulos que hay en el ADN madridista le hace jugar las finales de la
misma forma. Con su equipo de gala el Real Madrid salió a dominar el partido,
con posesiones largas y haciendo que el rival corriera detrás del balón. El
partido se jugaba en función de lo que quería Modric, dueño del centro del
campo, del juego, del balón, de las ocasiones... El croata está aumentando su
presencia en ataque sin olvidarse de las tareas defensivas, un jugador clave
que, cuando está bien, no tiene a nadie que le tosa.
Gremio dejó claro su planteamiento desde el minuto 2. Un patadón
a Cristiano en el gemelo fue el aviso de un equipo que se olvidó de atacar y
que se dedicó a defender y aguantar hasta la prórroga. No estuvieron lejos de
lograr el objetivo, pero si no atacas nada ganar se antoja muy difícil. El
portero, el palo y la mala puntería de los madridistas dejaron a 0 una primera
parte de dominio acosador blanco. Varane, Cristiano, Modric, Benzema... Cada
jugada del equipo español acababa con un "uy" que hacía retroceder
aún más a Gremio. Esta vez sí el Madrid supo replegarse bien en defensa y cortó
a la primera cualquier intento de contra del rival. Casemiro fue la escoba que
barre todo, incluso al rival, lo que hace difícil que acabe los partidos sin
amarilla. Marcelo volvió a ser ese extremo incansable y Varane hizo el trabajo
de un Ramos algo mermado fisicamente.
Los últimos 45 minutos del "Mundialito" fueron
para el máximo goleador histórico del Real Madrid. Cristiano, que toda falta
que ve la tira, encontró premio en un despiste de la barrera y colocó el balón
pegado al palo para aumentar su registro goleador. El portugués ha marcado en
todos los partidos de Champions de esta temporada y en los dos del Mundial de
Clubes, por lo que tener dudas sobre su estado de forma cuando falla parece
algo atrevido.
Con el gol se acabó el partido, y eso que quedaban casi 40
minutos por disputarse. A Gremio se le acabó su plan A y no parecía tener uno
B, por lo que siguió defendiendo y esperando algún milagro ofensivo. Ramos
generó el mayor susto para su equipo tras derribar a un rival en el área y
rozar el penalti. Los jugadores de Gremio protestaron, pero si el fútbol fuese
justo el resultado tendría que haber sido mucho más amplio. El palo frenó a
Modric y el fuera de juego a Cristiano. Los últimos 10 minutos de partido
fueron para Bale, que tuvo varias arrancadas y dejó detalles de lo que fue y de
lo que se espera que sea.
Quinto título de 2017 y sexto Mundial del Real Madrid, que
se convierte en el equipo más "Campeón del Mundo" con 3
Intercontinentales y 3 Mundiales de Clubes. Apostar por el Madrid en una final
parece éxito seguro, y Zidane tiene buena culpa de ello.