jueves, 7 de diciembre de 2017

VERSIÓN EUROPEA DEL MADRID

Carlos de Blas

Triunfo, buen juego por momentos, rotaciones extensivas, recuperación de lesionados... todo pintaba bien para el Real Madrid en un partido inane en cuanto a la clasificación del grupo pero vital para mejorar la moral. Sin embargo, la preocupación vuelve a dirigirse al parte médico del día siguiente después de que Varane se retirara por lesión en la primera mitad. En el horizonte, el partido ante el Sevilla sin Ramos ni Casemiro por sanción.

Frente a los blancos, llegaba al Bernabéu un viejo enemigo de la casa: el Borussia Dortmund. Pero el equipo alemán, que no pasa por su mejor momento, venía a la capital española con la intriga por resolver de la tercera plaza. Ya la tenía antes de jugar y la mantuvo tras el pitido final,gracias a la derrota del APOEL ante el Tottenham. Aun siendo un equipo en la obligación de puntuar, apenas mostró la mordiente de antaño.

Zidane, por su parte, optó por rotar dando entrada como titulares a Borja Mayoral. Lucas Vázquez, Theo Hernández, Nacho y Kovacic, que regresaba a un terreno de juego después de su lesión.El hambre por reivindicarse dio sus réditos con un equipo que salió al campo con ganas de comerse a su rival. Ya en el minuto 8, Mayoral, de un toque con clase en lugar de romperla, anotaba el primer tanto aporvechando un control defectuoso de Isco que se transformó en asistencia.

No hubo que esperar mucho más para que Cristiano Ronaldo, con un golazo, ampliara las diferencias. Curioso el caso del luso con el contraste goleador entre Europa y Liga. En Champions, se ha convertido en el primer jugador en anotar en todas las jornadas de la fase de grupos.El '7' blanco volvio a mostrarse participativo, mordiente y con ganas. Idéntica actitud que en liga; sin embargo, aquí sí entró la pelota. Nueve tantos en Champions, dos en Liga.

Con el 2-0 en el marcador como fiel reflejo de su dominio en el campo, el Madrid fue rebajando su 
intensidad y mostrándose más errático en la salida de balón, dando pie al Borussia de adelantar líneas para aprovechar la velocidad de sus atacantes. Aubameyang empezaba a enseñar el colmillo con varias ocasiones infructuosas. Al otro lado, el Madrid seguía desaprovechando ocasiones buscando la excesiva generosidad en el último pase.

Se acercaba el intermedio cuando Varane se echaba al suelo en solitario. Balón fuera y el francés se levantaba para dirigirse por su propio pie hacia el banquillo y decirle a Zidane "C'est fini". El técnico francés aprovechó para mover ficha añadiendo más madera a la maquinaria de ataque con la entrada de Asensio por el lesionado central.

En lo que el Madrid configuraba su nuevo dibijo sobre el campo, Schmelzer se aprovechó de la falta de decisión de Asensio para robar la pelota en campo contrario y mandar un centro medido que Aubemayango no perdonaba con un remate en plancha.

En la reanudación, sin cambios, el Madrid siguió en Babia y de nuevo Aubameyang no desaprovechó un doble oportunidad que en primera instancia pudo resolver Navas con una gran parada pero que con el rechazo y un fino toque se transformó en la igualada a dos.

El golpe le valió a los blancos para despertar. Una primera media hora excelente oscurecida por los despistes de la siguiente. Pero para el último tercio el orgullo sacó a relucir un muy buena versión del Madrid. Isco se echó el equipo a la espalda, la entrada de Ceballos permitió más y mejores combinaciones ocn pausa y así la última media hora se convirtió en un monólogo. Las ocasiones se sucedián pero el gol se resistía, una sensación ya vivida demasiadas veces esta temporada.


Pero en un pequeño barullo en una de ellas, ya pasado el minuto 80, Lucas Vázquez ajustó la pelota tras un rechazo hacia el poste al que Bürki sólo pudo asistir como testigo de excepción. El 3-2 ajusticiaba lo visto sobre el campo.