Partido
surrealista el jugado por el Real Madrid ante el Al Jazira en el que un tanto
de Bale a menos de diez minutos para el final solventó el desaguisado
Antonio Blanca
El
equipo emiratí llegó a estar incluso 2-0 durante unos breves instantes, lo
justo para que entrara el VAR en acción y viera el fuera de juego en un error
tonto de los locales cuando tenían todo a favor para hacerlo de manera legal.
Antes, en la primera mitad, el sistema de videoarbitraje se usó también para
anular el que hubiera sido primer tanto del partido y del Real Madrid.
Lo
curioso del caso es que el Real Madrid, que salió sin dejar demasiados
titulares en el banco, acosó y acorraló al Al Jazira. La figura del cancerbero
Ali Khsaseif emergía hasta casi convertirse en héroe nacional. Paradas de todos
los colores y formas para evitar el gol de los blancos. Un Madrid que, confiado,
ponía a todos sus efectivos en labores de ataque confiando en su superioridad.
Ese
orgullo blanco fue el que acabó condenándole. Uno de varios errores graves en
un balón despejado en campo contrario, sumado a una retaguardia vacía, dejó el
camino despejado para que, en un contraataque regalado, Romarinho lo culminara
batiendo a Navas con un elegante gesto para deshacerse de Varane. El único tiro
entre los tres palos del equipo anfitrión se convertía en gol. Zidane asistía
incrédulo desde la banda al despegue en el marcador de su rival poco antes de
llegar al descanso.
La
sorpresa de verse 0-1 debió ser tal, que el susto siguió hasta después de la
reanudación. En otro vacío descomunal a su espalda, el Al Jazira se vio con un
dos contra uno en área rival y con el defensa más cercano cinco metros por
detrás. Un regalo así no se suele desperdiciar, pero los nervios hicieron que
el balón fuera entregado a un compañero adelantado por escasos centímetros, lo
justo para que lo captara el VAR y permitiera descender las cejas de Zidane a
su posición original después de elevarse viendo la bomba deportiva que estaba
sucediendo en el campo.
No
fue hasta el minuto 53 cuando llegó la primera toma de aire en forma de empate.
Dos minutos después de que Khaleif, el portero que todo lo para, se tuviera que
ir del partido lesionado, su aura incorrupta no fue compartida por su
sustituto, Housani, que cedió ante un tiro cruzado de Cristiano Ronaldo dentro
del área.
El
monólogo seguía siendo escandaloso, pero los blancos seguían perdiendo claridad
una vez se internaban en el área o les llegaba alguno de los incontables
balones aéreos desde las bandas. La puntería, que parecía recuperada ante el
Sevilla, volvía a estar en situación de busca y captura.
A
menos de diez minutos del final, el marcador seguía siendo 1-1. Zidane usaba su
último cambio para dar entrada a Bale en lugar de Benzema. Al galés le bastó su
primer toque, tras un pequeño toma y daca dentro del área del Al Jazira, para
sumar el 2-1 definitivo y alejar al fantasma de las navidades futuras que
estaba a punto de arruinar la fiesta blanca. El Real Madrid tendrá la
oportunidad de resarcirse del esperpento el sábado ante el Gremio para luchar
por mantener el parche de campeón del mundo en la camiseta un año más.