El
argentino tiró de su equipo haciéndole más líder y casi campeón al vencer en
casa al Atlético de Madrid con un gran lanzamiento de falta
Antonio Blanca
Un
zurdazo al ángulo derecho de la portería del Atleti, emitido desde la frontal
del área y con la parábola venenosa suficiente como para superar a una barrera
voluntariosa. Ese es el zarpazo talentoso, que ha podido dar la puntilla a La
Liga 2017/2018 ayer domingo. Lionel Messi, su autor, batió a Oblak en su diana
número 600, para marcar la diferencia entre el Barcelona y el Atlético de
Madrid. En realidad vino a remarcar que él es la enorme distancia entre su
equipo, líder con ocho puntos de colchón desde esta jornada, y el resto. El ‘10’
legendario culé transitó en la intermitencia, descontextualizado dentro de un
partido tenso y denso, hasta que le tocó ser trascendental. Los catalanes
dominarían la primera parte y los colchoneros gobernarían el segundo acto. Pero
siempre el juego fluyó amarrado en un tacticismo que equiparó a ambos bloques.
El duelo estrella de la fecha, cima del calendario liguero, subrayó el
crecimiento del planteamiento de Simeone desde la llegada de Diego Costa y
también el cambio de pelaje que Valverde ha inyectado a los suyos. La lesión de
Iniesta condicionaría a su vestuario, pero no puso en peligro el resultado
conseguido por Messi ya que demostrarían que en labores de repliegue también
pueden ser considerados como los más eficaces. Los tres puntos, decisivos,
entregarían la razón al volantazo industrial y obrero que ha dado el Txingurri
al estilo blaugrana. El enfrentamiento acabó en tablas desde el prisma
terrenal, pues los dos contendientes dieron la talla en fase ofensiva y
defensiva. Pero Griezmann no pudo resplandecer como su homólogo estelar y los
barceloneses asestaron un golpe al título. Con 25 puntos el Barça más compacto
y completo que se recuerda (aunque no tan brillante en ataque) será campeón. En
resumen, gracias al denodado trabajo coral que abona el territorio para que la
técnica superlativa de Messi decida. Así ha sido a lo largo de las jornadas y
esa misma pauta tumbó al digno aspirante rojiblanco.
Por
detrás prosigue la pugna por la tercera plaza que mantienen Real Madrid y
Valencia. Los merengues, con la cabeza puesta en el PSG (explicitada esta
percepción en la falta de ritmo e intensidad evidenciada), se apoyaron en la
puntería recuperada para doblegara al competitivo Getafe. Los dos goles de
Ronaldo y la irrupción de Marcelo refrescaron la sonrisa del Bernabéu, que
además encontró una nueva diana de Bale. Incluso Benzema sacó la cabeza como
facilitador para resolver un resultado que los de Bordalás, en inferioridad
numérica, alcanzaron a poner en entredicho por el polémico pelanti tranformado
por Portillo.
Los
levantinos, por su parte, sacaron punta a su pegada en la recepción en Mestalla
del Betis. Los de Marcelino, que sufrieron la lesión de Santi Mina, se
despegaron de su horizontalidad y de la verdiblanca sólo cuando Guedes detectó
el desmarque de un Rodrigo decisivo. El internacional español abriría el
marcador en el primer acto y a los dos minutos de la reanudación Zaza fijaría
el 2-0 final. Por ende, aceptan el reto madridista y siguen la estela del
coloso muy de cerca (a un punto). Los andaluces no tradujeron su reacción en
peligro y se dejarían parte de su sueño continental.
Ese
objetivo de acceder a la próxima Europa League es compartido por los de
Heliópolis con Sevilla, Villarreal, Girona y Eibar. Los pupilos de Montella
reforzaron su quinto escaño ganando a un Athletic plagado de rotaciones en el
Pizjuán. Muriel y el 'Mudo' Vázquez cocinaron el 2-0 que coloca a los
hispalenses con una brecha de cuatro puntos con respecto al Submarino. Y es que
los entrenados por Calleja refrendaron los síntomas de crisis previos al caer
por 0-2 ante el bloque gerundenese, en un inesperado duelo directo en pos del
billete continental. El goleador Stuani y Lozano sellarían el 0-2 con que el
escuadrón de Machín agujereó la confianza de los amarillos y se aferró a un
punto de la sexta plaza.
El
Éibar, por su parte, viaja a dos puntos del Villarreal y con uno de desventaja
en relación con los de Montilivi. La obra de Mendilíbar se dejaría dos puntos
en Riazor, después de haberse adelantado a los 10 minutos por medio de Inui.
Los gallegos empatarían con celeridad (gol en propia meta de Dmitrovic) y
resistirían los arreones vascos. Aun así, el empate no dejo feliz a ninguna de
las trincheras, ya que los coruñeses siguen decimonovenos, a dos puntos de la
salvación.
La
frontera de la permanencia la porta, una vez más aunque de forma virtual, el
Levante. Los granotas vieron cómo se les escapó la primera victoria desde
noviembre de entre las manos. No en vano, golpearían primero a un Espanyol
pegajoso (penalti transformado por Morales) que terminaría por sacar el 1-1
postrero en el minuto 89. Leo Baptistao ejerció de matarife del destituido
Muñiz, que a pesar de haber ascendido a Primera a los valencianos no ha
convencido a un camarín que podría caer al descenso si Las Palmas gana este
lunes en Balaídos.
Finalmente,
Eraso, Amrabat y el Leganés hundirían más a un Málaga destacado como farolillo
rojo (2-0) y la Real Sociedad pudo refrendar su respingo tras la llegada de
Moyá doblegando a un Alavés que desinfló parte de su placidez (están con 11
puntos por encima del descenso). Anoeta valió como fortín para que los
donostiarras respiraran en cuanto a la tabla clasificatoria. Los goles de
Héctor Moreno e Illarramendi, en los 11 minutos iniciales, serían suficientes
aunque los babazorros recortaran distancias con la diana de Pedraza.