miércoles, 20 de abril de 2016

EL CUCHILLO ENTRE LOS DIENTES

Julio Candela

El Fútbol Club Barcelona mantenía una velocidad constante en su travesía y nada parecía desviarle de su objetivo, pero en las cuatro últimas jornadas ha sumado un punto de doce posibles y la distancia con los que le perseguían ha desaparecido. La Liga se ha convertido en una lucha sin cuartel en la que ya poco importa recrearse en el pasado.

El equipo azulgrana llegaba al intrascendente Clásico, que al final resultó muy trascendente, con un margen que todo el mundo daba por válido para ganar la Liga. Sin embargo, aquella derrota abrió una herida que poco a poco se ha ido haciendo más grande, lo que ha atraído a los tiburones de la capital.


El Atlético de Madrid y el Real Madrid han olido la sangre azulgrana y no se han dado por vencidos en su batalla por dar caza a su presa. Al final le han cogido, y ahora los tres deberán disputar un torneo a cinco fechas en el que el mejor saldrá vencedor. En caso de empate, el Barcelona será campeón por los enfrentamientos directos.


A pesar de que ante el Valencia ofreció una versión mucho mejor de la vista en Anoeta o el Calderón, el Barcelona no consiguió detener la hemorragia y hasta que no taponen del todo la herida, esta puede hacerse cada vez más grande. Ante el Deportivo deberán ganar sí o sí, pues de perder o empatar, se antoja complicado remontar la Liga con una moral por los suelos.


La ventaja que tiene el Barcelona, además del average, es sin duda el calendario. Mientras que el Madrid tiene la complicada visita a San Sebastián y el encuentro ante el Valencia en el Bernabéu (llevan cuatro años sin perder en Liga en el feudo blanco), el Atlético tiene dos visitas muy duras. San Mamés nunca regala los puntos y en Orriols se están jugando la vida. 

Por su parte, el Barcelona tiene tres jornadas sencillas y dos últimas peligrosas, con la llegada del Espanyol y el fantasma del “Tamudazo” y una última visita a un Granada que podría estar jugándose la permanencia.


Lo normal es que los tres equipos se dejen puntos en algún momento, por lo que el Barcelona tendría que pinchar dos veces en ese caso para perder la Liga. Parece poco probable, pero todos daban la Liga por acabada en marzo y ahora no sólo está viva, sino que lo va a estar hasta el final. Los tiburones han olido la sangre, y no tienen intención de desperdiciar la ocasión.