Dos
pinchazos frente a dos recién ascendidos, Alavés y Leganés, han disparado las
alarmas en el Vicente Calderón
Antonio Blanca
Dos
puntos de seis posibles, la cabeza con Madrid y Barça un poco lejos ya desde el
principio de temporada y, lo que es peor, malas sensaciones de momento en el
equipo dirigido por Simeone. Aunque es
pronto para dramatizar, es cierto que el Atlético de Madrid ha demostrado en
este par de partidos iniciales de la Liga que las cosas no marchan como
deberían ir. Alavés y Leganés eran planteles para haber sacado algo más que dos
empates, con un gol a favor exclusivamente y sólo conseguido desde los once
metros. ¿Dónde están los males del equipo de Simeone?
No
son pocos los que dicen que el primer golpe que está sufriendo el Atlético de
Madrid es moral y viene heredado del curso pasado, de Milán. La durísima forma
de perder de nuevo la Copa de Europa pudiera seguir pesando en una plantilla
sin empuje en el juego, que no sin intensidad, más ramplona de lo habitual en
el plano ofensivo y con las ideas poco claras.
Tampoco
es la primera vez que a Simeone se le atragantan los equipos de menor entidad
que el suyo. Da la sensación en muchas ocasiones que el Atlético de Madrid vive
mejor cuando el que tiene delante es muy superior. Contra esos rivales parece
articular un discurso emocional y futbolístico que no cuaja o funciona contra
enemigos inferiores, como el Alavés o el Leganés en los casos recientes.
Eso
sí, si a Simeone no se le puede acusar nunca de traicionar su estilo de juego,
aunque muchas veces quede corta esta idea, en el sentido de que con la
plantilla que tiene debería ofrecer más armas y variantes ante los descendidos
o recién ascendidos de turno.
Da
la sensación, y no sólo por estos dos recientes partidos de Liga, que Simeone
abusa de acumular hombres en defensa, jugar con cuatro medios y esperar a que,
con la potente artillería que año tras año tiene, llámese ahora Gameiro,
Griezmann o Torres, las dianas lleguen por inercia. No ha sucedido así. Es
pronto, muy pronto, pero los males (acentuados) del Atlético de Madrid en este
mes de agosto necesitan con urgencia ser atajados. Ya no vale el discurso de
estar molestando a los grandes, porque hay plantilla para algo más, o al menos
para no marcarse este inicio, y aquello del presupuesto no hay quién se lo
crea, máxime cuando le sacas más de doscientos millones de diferencia a los
rivales con los que te has dejado los puntos. ¿La mejor noticia? Que nadie
mejor que el “Cholo” para arreglar este pequeño desvarío.