jueves, 29 de junio de 2017

NUEVA JOYA PARA LA CASA BLANCA

La perla de la cantera del Real Betis está a punto de firmar con el Real Madrid quedándose en la disciplina del cuadro andaluz la próxima campaña

Antonio Blanca

Un equipo de ensueño, plagado de jugadores de primer nivel mundial a pesar de su juventud. España se coló en la gran final y se medirá ante Alemania en el Europeo Sub 21 que se está jugando en Polonia tras barrer a Italia por 3-1 con Saúl descomunal. Se llevó todas los titulares el jugador del Atlético de Madrid al firmar un 'hat trick', pero otro brilló con nitidez. La exhibición futbolística de Dani Ceballos no pasó inadvertida para nadie, empezando por Florentino Pérez, que le tiene en el punto de mira desde hace tiempo. Ahora más, con el deslumbrante juego que está desplegando el jugador del Betis a lo largo de esta competición.

El Real Madrid, al igual que otros muchos clubes, como el Atlético de Madrid, sin ir más lejos, le vienen marcando desde hace tiempo. El club blanco, no ha perdido detalle de todo lo que ha venido sucediendo en tierras polacas desde que comenzó el torneo. Quería comprobar si Dani Ceballos está preparado para vestir la camiseta blanca, si su juego invitaba a invertir en su contratación. Y el mediocampista está rindiendo a lo grande, lo que para el dirigente madridista es algo definitivo para acometer su fichaje de inmediato.

Ha comprobado la parcela técnico deportiva merengue que el centrocampista, cuando ha llegado la hora de la verdad, en una gran competición, reúne todas las cualidades para en el futuro formar parte de la primera plantilla del Real Madrid. Ya en 2013 actuó de una manera parecida. No quitó ojo al Europeo Sub 21 que se disputó en Israel. Ganó la “Rojita”, imponiéndose en la gran final a Italia (2-4), y el presidente cazó entonces de una tacada a Isco e Illarramendi. Le convenció el rendimiento de ambos y tras el torneo no dudó en fichar a los mediocampistas. También lo intentó con Thiago Alcántara, declarado mejor jugador, en este caso sin éxito.

Seguirá invirtiendo millones, muchos cuando sea necesario, en futbolistas extranjeros, pero en el Real Madrid se decidió hace tiempo apuntar con determinación al mercado español. El equipo no quiere que se le escape ningún futbolista nacional llamado a triunfar. Ahí están los casos de Theo Hernández (francés, pero criado durante años en el Atlético de Madrid), Vallejo o Marcos Llorente, este último canterano de la casa pero por el que apuesta con fuerza el Real Madrid para ingresar de inmediato en el selecto plantel que adiestra Zidane desde enero del año pasado. Ceballos, todo apunta a ello, será el protagonista del siguiente envite del mandatario.

Así las cosas, la semana que viene podría ser definitiva para que todas las partes involucradas alcancen un satisfactorio acuerdo. La cantidad fijada en la cláusula de rescisión del mediocampista utrerano asciende a 15 millones de euros. Acaba de cumplir su segunda temporada en el primer equipo del Betis y su rendimiento ha ido creciendo con el paso del tiempo, hasta explotar con notoriedad en este campeonato en el que la España de Albert Celades está a un paso de sumar otro éxito para el futbol español.

En la actual plantilla del Real Madrid, sobrada de efectivos de primer nivel, como quedó demostrado la pasada temporada, no lo tendrá sencillo Dani Ceballos para sumar minutos. El jugador ve con buenos ojos comprometerse con el club blanco, pero su deseo es seguir teniendo protagonismo estelar, como sucede en la actualidad en el Betis. La opción que mejor ve es continuar, ya en calidad de cedido, defendiendo la zamarra verdiblanca una campaña más. En unos días se producirá el desenlace definitivo. Todo hace indicar que será blanco.

miércoles, 28 de junio de 2017

NUEVA EXHIBICIÓN DE LOS SUB 21

Aránzazu Gálvez

España logró el pase a la final del Europeo de fútbol sub 21 disputado en Polonia tras vencer por 3-1 a Italia en la segunda semifinal. Su rival de este viernes (20:45/Cuatro) será Alemania, que obtuvo su billete tras imponerse a Inglaterra en los penaltis después de empatar a cero tras 120 minutos.

España había encandilado con el juego de sus centrocampistas en los cuatro partidos anteriores y, en esta final anticipada -se enfretaban tras acabar líderes de sus grupos-, la constante se mantuvo. Eso sí, los italinaos supieron contrarrestar la ventaja española en una buena primera parte. Sin embargo, la expulsión de Galiardini en la segunda mitad acabó decantando el encuentro de manera clara para el lado rojizo.

Saúl Ñíguez, poniendo la firma a los tres tantos españoles de la noche, atestiguó con el triplete la exhibción dada sobre el campo. Su asociación con Ceballos y un Asensio menos destacado que otros días -la calidad del centro del campo de Celades da pie a que cada uno tenga su momento estelar-, volvió a ser la pesadilla del entrenador rival Llorente, como escudero de ese trío de lujo, imponía también su dominio en la sala de máquinas cortano y robando balones a los azurri.

Italia, por su parte, contaba con las bajas de Berardi y Conti, que suplió con Caldara y Chiesa. Pese a ello, la primera media hora de partido tuvo claro color italiano. Con presión alta, Di Biagio ahogó la salida de balón española y Kepa no tuvo más remedio que lucirse bajo palos para evitar el tanto rival.

Asensio y Deulofeu cambiaban posiciones constantemente tratando de romper una de las mejores defensas del campeonato. Pero no fue hasta la media hora cuando Ceballos logró poner en liza a Donnarumma.

El jugador del Betis buscó con ahínco la reacción española en esos últimos instantes, pero hubo que esperar a la reanudación para que cristalizara con Saúl como catalizador.

Entre uno y otro fabricaron el primer tanto, ocho minutos después del descanso. Partió Ceballos desde la banda izquierda, amagando y regateando a sus marcas, justo lo suficiente como para ver el hueco por el que enviar la pelota hacia el desmarque de Saúl, que mandó un disparo lejos del alcance del cancerbero del Milan.

Gagliardini, en ocho minutos, fue incapaz de resistir la presión y con dos amarillas en ese lapso dijo adiós al partido dejando a su equipo con diez jugadores. Bernardeschi, que tampoco se quedaba atrás a la hora de poner calidad sobre el tapete, tiró de los suyos y obró el empate tras aprovechar el espacio concedido por la zaga española tras un saque de banda.

Sin embargo, el empate duró lo mismo que un espejismo. Tres minutos después, Saúl volvía a aparecer para mandar un cañonazo desde más allá de la frontal al fondo de la red, superando a un Donnarumma que pudo haber hecho algo más en su estirada.

Así, con uno menos y el golpe anímico en forma de golazo del 2-1, Italia acusó el mayor cansancio acumulado -Celades apostó por la segunda unidad en el último partido del grupo frente a Serbia-. De esta manera, España fue dueña y señora del balón durante los 25 minutos restantes y no fue sino cuestión de tiempo que la renta aumentase.


Saúl redondeó su tarjeta de goles a tres tras una asistencia de Asensio, dejando el contador personal en cinco como máximo goleador del torneo. El zurrón pudo aumentar su tamaño tras esplendorosas jugadas de Ceballos y una oportunidad al final de Williams, pero el 3-1 acabó como tanteo definitivo en el marcador. El trabajo estaba ya hecho y España certificaba así su puesto en la final del Europeo sub 21. El viernes espera Alemania.

lunes, 26 de junio de 2017

GETAFE ES DE PRIMERA

Buenísima primera parte del conjunto “azulón” que doblega a un Tenerife que en la segunda fue incapaz de hacer el tanto que le llevara al ascenso

Antonio Blanca

El Getafe tenía una difícil papeleta, remontar el 1-0 que el Tenerife consiguió el pasado miércoles en su feudo, ahora era el turno del Coliseo y el ambiente previo al partido intuía que el partido de hoy iba a ser algo más que eso. El conjunto azulón vuelve a Primera tras estar una sola temporada en la Segunda División, ahora empieza un proyecto deportivo que ilusiona.

Ambos conjuntos salieron al campo sabiendo lo que se jugaban, un ascenso a la Primera División y como tal el partido no defraudó. El Getafe salió al ataque desde el minuto 1 sabiendo que tenían que marcar si querían estar dentro de la eliminatoria, ya que un gol les llevaría a la prórroga y en caso de que el resultado no se moviese, el conjunto de la capital sería quien ascendiese por el factor de haber quedado tercero en la fase regular. Muy pronto empezaron las alegrías para los aficionados azulones, y es que en el minuto 9 de partido un córner botado por Jorge Molina llegó al punto de penalti donde Faurlín se encontró la pelota y pudo batir al meta tinerfeño con un duro disparo.

El Getafe no se conformó con ese gol y siguió atacando para aumentar su ventaja, algo que consiguió tan solo tres minutos más tarde con una gran jugada en equipo que terminó con un pase atrás magistral donde se encontraba Pachón que con su pierna derecha batió al meta visitante tras un gran tiro cruzado. El Getafe en estos momentos olía la victoria, sabía que estos goles le servirían para ascender a Primera, pero no quisieron echarse atrás y siguieron atacando. Mientras el Tenerife aguantaba el vendaval con el que había salido el Getafe y esperaba atrás una contra con la que pudiesen recortar diferencias. Cinco minutos más tarde así fue, Shibasaki filtró un gran pase de la muerte para que Lozano recortase diferencias en el marcador. Cinco minutos después el rumbo había cambiado, quien ahora mandaba en la eliminatoria era el Tenerife y quien soñaba con el ascenso eran ellos.

Después del gol visitante hubo unos minutos de calma, sabiendo que el Getafe no podrá aguantar así todo el partido, con una intensidad que les duraría como mucho hasta la primera mitad. Cuando mejor estaba jugando el Tenerife y más cómodo se encontraba vino la puntilla por parte de los de la capital, en el minuto 37, el héroe de la noche, Pacheco remató a placer un rechace en el área para poner el 3-1 definitivo. El Coliseo era una fiesta, y el Geta se marchaba con una corta victoria al descanso que les permitía ser equipo de Primera.

Tras la vuelta de los vestuarios el partido fue otro completamente, el Tenerife se lanzó al ataque ya que un gol les servía para pasar la eliminatoria y así conseguir un sueño que se le resistía desde hace unos años. Los visitantes tuvieron las ocasiones y el balón pero no consiguieron inquietar la meta local, tan solo en un remate entre los tres palos que lo blocó con facilidad Guaita. El Getafe más cansado que el Tenerife, debido a los primeros minutos del encuentro se limitó a defender y a crear alguna ocasión esporádico, casi todas en los minutos finales cuando el Tenerife se lanzó con todo hacia arriba para intentar marcar el gol que les daba el ascenso.

 El partido terminó como al descanso, 3-1 y el Getafe consiguió una temporada después volver a la máxima competición del fútbol Español, algo que la afición azulona celebró en el Coliseo Alfonso Pérez con sus jugadores, una imagen que se contrapone con la de los jugadores isleños, desolados por no haber podido alcanzar ese sueño. El Tenerife seguro que el próximo año estará rondando los puestos de ascenso a Primera y el Getafe vuelve un año más a la máxima competición.

viernes, 23 de junio de 2017

MEDIAPRO TELEVISARÁ LA CHAMPIONS LEAGUE

Jaime Trevijano

La UEFA ya ha conseguido adjudicar el paquete de la Champions League para las temporadas 2018/19, 2019/20 y 2020/21 a las televisiones españolas. A falta de confirmación de oficial, la mejor competición del fútbol europeo no se verá en abierto por primera vez en España. Después de que la puja finalizara sin éxito el día 20 de junio, el organismo europeo aceptó la oferta de Mediapro en la segunda ronda, a la que acudió en solitario.

La UEFA ya ha comunicado a fuentes conocedoras del proceso que no son ganadoras del concurso, y por ello todo hace indicar que Mediapro se ha quedado con la exclusividad de los derechos europeos y le vuelve a ganar la batalla a Telefónica. Por el momento, la productora de Roures no confirma este extremo.

La oferta para el periodo 2015/2018 fue de 180 millones (Mediapro, Atresmedia y TV3) y para el próximo trienio, la UEFA solicitaba un aumento del 30% para adjudicar los derechos. Es decir, unos 230 millones anuales, un montante total cercano a los 700 millones, aunque no ha trascendido la cifra oficial. En esta ocasión no se trata de una oferta conjunta con Atresmedia y TV3, por la que la televisión de Roures se queda con el fútbol europeo en exclusividad. Lo lógico es que a partir de la 2018/19 la Champions se emita al completo por beIN Sports.

La UEFA se ha decantado finalmente por terminar con el fútbol europeo en abierto en España, igual que en otros países del viejo continente como Francia, Inglaterra y Alemania. Este era el gran anhelo de Movistar, pero su oferta no ha sido la elegida. Antes de la puja, fuentes de la televisión de Telefónica afirmaban que se basaría en "criterios de rentabilidad" a la hora de presentar su oferta. Una vez más se quedan sin este contenido premium, aunque lo lógico es que vuelvan a alquilar su emisión a Mediapro, como ya hacen en la actualidad para evitar la fuga de abonados.

Por primera vez, a partir de la temporada 2018-2019 la Champions League se disputará en dos horarios diferentes, a las 19:00 h y a las 21:00 h. Este motivo es el que esgrime Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, para justificar el incremento del precio que ha exigido por los derechos. En este nuevo paquete, la subida ha sido de 50 millones hasta los 230 anuales.

Esta cantidad anual da derecho a emitir los 137 partidos de la Champions League, incluyendo los 12 partidos de la última ronda previa (los ‘play off’ anteriores no entran en la oferta) con escaso seguimiento en España, más cuando a partir de 2018 los cuatro equipos de LaLiga entrarán directos a la fase de grupos.


A esta cifra hay que sumarle la final de la Supercopa de Europa que abre la temporada oficial en el mes de agosto. En total, 138 partidos que se celebran en 17 jornadas.

jueves, 22 de junio de 2017

LA SUBLIME 21

Exhibición tras exhibición la de la España sub 21 de Albert Celades que ya está clasificada para las semifinales del Europeo de Polonia

Antonio Blanca

La selección sub-21 está confirmando que los miembros de la selección absoluta tienen sucesores. Venció cual apisonadora a Macedonia y derrotó limpiamente a Portugal, una de las selecciones que llegó al torneo con el sello de favorita. Llevaba tiempo sin conocer la derrota y tuvo que sufrir la primera afrenta ante España. Lo importante de la segunda selección nacional no son solamente los resultados, sino al confirmación de que entre sus componentes hay jugadores para largo e importante recorrido. Algunos ya han sentido la emoción de los partidos de primera división y otros han vivido en el extranjero su auténtica promoción.

En los equipos españoles han sentado plaza de futuras estrellas futbolistas como Kepa, Ceballos, Sandro, Williams, Denis Suárez, Gayá, Meré, Saúl y Marco Asensio, entre otros. Jugadores que han crecido en diversos países son Vallejo, Deulofeu, Bellerin y Merino, Entre estos cuatro ya tiene plaza segura en el Real Madrid, Vallejo, que ha de cubrir la plaza de Pepe. Bellerin es uno de los fichajes que el Barça quiere hacer realidad, que también trata de recuperar a Deulofeu. Merino, que ha hecho carrera en Alemania, es pretendido por varios clubs españoles. Valencia y Athletic Club entre otros. Hay también varios que cambiarán de club este verano. Son fichajes a la vista.

El fútbol español, lleno de foráneos en todas las demarcaciones, pone difícil la progresión de los mejores jóvenes. Algunos tienen suerte porque en sus equipos no hay mucho donde escoger, pero otros tienen muy complicado alcanzar la titularidad. Sucede en casos de jugadores pertenecientes a Madrid y Barça. Marco Asensio ha vuelto a dar muestras de categoría excepcional, y la temporada que viene se intuye como clave para la adquisición de galones en el Bernabéu.

Es sintomático que Carvajal regresara tras brillar en Alemania y que haya sucedido algo parecido con Vallejo. Deulofeu ha sido importante en las selecciones españolas antes que en el Barça que lo dejó salir. Nuestros jóvenes futbolistas tienen parecido panorama al de licenciados en diversas especialidades. Han de salir fuera para que desde aquí se les añore.

La Sub-21 apunta a ganar el campeonato europeo. Dentro de un par de meses algunos de los seleccionados y triunfadores es probable que calienten banquillo. Salvo excepciones.

lunes, 19 de junio de 2017

ASENSIO ROMPE MOLDES

La pasada exhibición en el partido inaugural del Europeo sub 21, ha puesto en boga al mediocampista del Real Madrid de nuevo

Antonio Blanca

El fútbol español goza de excelente salud porque de fondo aparece una nueva generación en la que por encima de todos destaca el nombre de Marco Asensio, el crack que viene o el que ya está llegando.

Hace tiempo que el futbolista del Real Madrid lleva haciendo ruido. Su última temporada en el equipo blanco, la primera desde su fichaje, ya incluyó momentos para el recuerdo. Pero su potencial no deja de aumentar.

Así se comprobó el sábado, cuando comandó a la selección española sub-21 hacia su triunfo 5-0 ante Macedonia en el Europeo de la categoría. El delantero del Real Madrid hizo tres goles magníficos y destacó por encima de todos.

"El crack ya está aquí", afirmó el diario MARCA, que añadió: "Prepáranse para disfrutar". Por su parte, AS destacó que "Asensio ha compensado a los madridistas del disgusto Cristiano", en tiempos en los que la hinchada blanca debate sobre el futuro del portugués en el equipo de Zinedine Zidane.

Su actuación tampoco pasó inadvertida para el diario italiano La Gazetta dello Sport, que suscribió: "Asensio es la estrella ascendente del Madrid".

No para de crecer. A sus 20 años, Asensio ya se postula como un jugador importante mientras su edad permite atisbar una progresión imparable. Ya es un fijo en el plantel del Real Madrid, campeón de España y de Europa, y es probable que tenga un protagonismo enorme la próxima campaña.

Asensio fue una de las operaciones más importantes acometidas por el club blanco en los últimos años por su previsible rentabilidad. Apenas le costó 3,9 millones de euros (4,5 millones de dólares) en 2015, cuando despuntaba en el Mallorca.

La historia dice que se lo quitó al Barcelona por unos pocos miles de euros, los que el club azulgrana necesitaba para contratar al lateral brasileño Douglas. Y la leyenda cuenta que fue el tenista Rafa Nadal, reconocido fan del Real Madrid, quien le pidió al presidente blanco, Florentino Pérez, que hiciera todo lo posible por cerrar el fichaje del proyecto de astro.

Asensio, quien perdió a su madre por un cáncer en 2011, creció en un entorno favorable y quienes lo conocen hablan de un muchacho con buena cabeza y muy bien asesorado por su familia. Sus pasos deportivos así parecen sugerirlo.

El delantero jugó en la temporada 2015-16 cedido en el Espanyol para aprender los secretos de la primera categoría del fútbol español y cuando todo apuntaba a una nueva cesión la siguiente temporada el técnico del Real Madrid, Zinedine Zidane, le pidió que se quedara para formar parte del primer plantel. Le impresionó lo que vio de él en la pretemporada.

Asensio se benefició del plan estratégico de rotaciones pensado por el entrenador francés para el Real Madrid. Sus 38 partidos jugados, para un total de diez goles y cuatro asistencias, hablan de su importancia creciente en el equipo.

Pero es que el jugador balear se reservó varios momentos destacados durante la temporada. Por ejemplo, un extraordinario gol en la final de la Supercopa de Europa ante el Sevilla, una gran asistencia a Cristiano Ronaldo en los cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Bayern Múnich o incluso un tanto en la final del máximo torneo continental ante la Juventus.

Asensio enseñó cosas que pocos tienen a su edad: una zurda impresionante, un golpeo de balón limpio y duro, capacidad de desborde, buena lectura del juego y, sobre todo, concreción. Casi todo lo que hace parece lo adecuado y siempre es dañino. Todo es vertical en busca del disparo o la asistencia.

El fútbol español y el Real Madrid se relamen al ver las actuaciones de un futbolista que en el comienzo de su carrera parece destinado a ser una estrella. Tiene un don y todas las cualidades posibles para marcar una época, incluida la cabeza. Sólo el tiempo dirá si concreta lo que se atisba. Pero por el momento ya parece un diamante cada vez más pulido.

viernes, 16 de junio de 2017

¡A CIEN MILLONES, OIGA!

Se avecina un verano de rumores y fichajes en la confección de las plantillas de los grandes de Europa y el Madrid mueve ficha por varias perlas jóvenes

Antonio Blanca

Tiene 18 años, es francés, juega en el Mónaco y con apenas 58 partidos jugados en la elite aparece como el próximo fichaje por encima de los 100 millones de euros. Se llama Kylian Mbappé y media Europa suspira por él.

Son tiempos de enorme inflación y los grandes clubes pagan sacos de dinero por futbolistas ni siquiera consagrados. Por ejemplo, el Bayern Múnich acaba de gastar 40 millones de euros en Corentin Tolisso, de 22 años, después de que el centrocampista galo estuviera tres temporadas en el Olympique de Lyon. O el Manchester City contrató a Ederson, de 23 años, tras entregar 40 millones al Benfica por el pase del guardameta brasileño.

Los grandes clubes parecen seguir ahora una nueva estrategia: contratar futbolistas jóvenes para poder amortizarlos pronto e intentar acertar para que un proyecto de estrella se haga realidad. El Real Madrid dobló su apuesta al pagar 45 millones de euros por un jugador de 16 años, de nombre Vinicius, con apenas 18 partidos jugados con el Flamengo de Brasil, donde seguirá cedido.

Y en este contexto aparece Mbappé. Pero con una sutil diferencia: el Mónaco ya lo tasó en más de 100 millones de euros. De hecho, la prensa inglesa aseguró que el club francés rechazó ofertas de los dos grandes clubes de Manchester, United y City, de 130 millones de euros.

Lo cierto es que Mbappé fue una de las grandes sensaciones de la temporada recién finalizada. Sus cinco goles en seis partidos de la Liga de Campeones llevaron al Mónaco a unas semifinales que nadie esperaba. Y, por encima de las estadísticas, quedó la sensación de que puede ser una gran estrella.

Tiene juventud, carisma y, según dicen, está bien asesorado. Y en el campo recuerda a muchas cosas del legendario delantero brasileño Ronaldo: una poderosa zancada, un cambio de ritmo espectacular, facilidad en la definición y muchos recursos con la pelota en los pies.

El martes jugó sus primeros 90 minutos completos con la selección francesa en un amistoso ante Inglaterra y aunque no marcó su actuación no dejó indiferente a nadie. Es decir, continúa revalorizándose a cada minuto que pasa sobre el césped.

Según publicó el diario francés L'Equipe, Mbappé inició ayer sus conversaciones con el Mónaco para decidir su futuro de cara a la próxima temporada. Los grandes clubes de Europa se mantienen expectantes. Empezando por el Real Madrid.

El club blanco se reunió el miércoles con los representantes de Álvaro Morata, cuya salida parece próxima. Y se habla de una venta suculenta, por encima de los 70 millones de euros. Por ahí puede estar una de las llaves que abra la caja del futuro de Mbappe, aunque por el momento todo pertenece al terreno de la especulación.

Lo cierto es que Madrid se sitúa en un escenario que parece ideal. Es el equipo del momento tras ganar Liga y Liga de Campeones, tiene dinero ahorrado porque apenas gastó la pasada temporada y en el banquillo hay un hombre como Zinedine Zidane, ídolo de toda Francia.

Pero, si el club blanco pretende al joven delantero, sabe que tendrá que exponer todo su poder de persuasión, incluido el dinero. Porque los pretendientes se acumulan a su puerta.

Así, el técnico del París Saint-Germain, Unai Emery, declaró: "Cuando hablamos de Mbappé, en España se habla del Madrid y el Barcelona. Pero yo estoy en París y digo: qué cosa más bonita si pudiera representar a un equipo francés, que uno de los iconos del fútbol del futuro esté aquí".

La puja por Mbappé promete ser muy cruda. Hay un jugador de 18 años por el que los grandes clubes pretenden pagar más de 100 millones de euros. Es el signo de los nuevos tiempos.

lunes, 12 de junio de 2017

CON LO JUSTO

Tres puntos importantes en un partido flojo ante Macedonia permiten a España irse de vacaciones liderando el grupo de clasificación al Mundial junto a Italia

Antonio Blanca

La selección española mantiene su mano a mano junto a Italia por el liderato de grupor tras vencer por 1-2 a Macedonia en Skopje. Dos goles de Silva y Diego Costa dieron ventaja al combinado español, sin embargo, la relajación en la segunda mitad dio vida a Macedonia, que con un tanto de Ristovski acortó distancias y logró el ímpetu para lanzarse hacia un empate que finalmente no llegó.

Salió España a sentenciar con rapidez. Adueñándose del balón con la seguridad que otorga que pase por los pies de Thiago, Iniesta, Isco y Silva. Mantienen vivo el estilo del éxito. Laterales convertidos en extremos como Carvajal y Jordi Alba eran importantes, así como la pelea entre centrales de Diego Costa, solo en punta.

Lo interpretaron a la perfección, mientras Isco y Silva se asociaban en corto, Iniesta buscaba la espalda de la defensa rival con balones en largo precisos. El lateral de Tosevski parecía el flanco de mayor debilidad. Lo explotaba Jordi Alba y una aparición de Isco pero no encontraban rematador.

Seis apercibidos era la amenaza española, con Italia en el horizonte en el próximo encuentro tras las vacaciones. Diego Costa, que convierte cada partido en una guerra personal con continuas protestas al colegiado, jugó con fuego.

La variante para abrir la lata ante rivales que se encierran daba resultado al cuarto de hora. Iniesta la picaba con calidad a la subida de Jordi Alba que esta vez encontraba un amigo en Silva. Un giro plástico y el disparo abajo de derecha era el primer tanto.

Inferior Macedonia, solo el balón parado le invitaba a alimentar su sueño, lejos de inicio del nivel que puso ante las cuerdas a Italia. España llegaba con facilidad. Isco buscaba la escuadra en dos ocasiones consecutivas y ante su falta de éxito decidió asistir en la tercera con una acción para enmarcar.

Era el minuto 27 cuando Isco esquivaba una dura entrada con un regate en un palmo, apuraba línea de fondo para ver el movimiento de Diego Costa que marcaba a puerta vacía. Quinto gol en cinco partidos del máximo goleador de la Roja camino a Rusia. Cualquier duda del pasado está olvidada.

Nunca bajó los brazos Macedonia, modesta pero con orgullo, con una afición que se encendía en cada ataque. Pandev sigue siendo el ídolo local con 33 años y el que más inquietó. Una dejada a Ristovski fue el primer aviso. España seguía a lo suyo y terminó perdonando goles de los que se arrepentiría por minutos. Todas las tuvo Isco. En acción individual, a pase de Jordi Alba tras taconazo de Costa y ver como su disparo rozaba el palo, y una final clarísima tras regalo de Carvajal, cuando dudo en el mano a mano y falló.

Intentó morder en la reanudación Macedonia. España sintió los deberes hechos y pensó en las vacaciones. Anestesiaba el partido con posesiones largas. Dejó de jugar y buscar el gol. Jugó con fuego y hoy en día eso cuesta caro ante cualquier rival.

Tuvo el tercero Piqué, tras pase medido de Iniesta, pero su testarazo se fue arriba con todo para marcar. Precedió un grave error de concentración y de marca a los 66 minutos. Nadie tapó el agujero que dejó Jordi Alba tras un error, Ramos pudo frenar el ataque rival pero no forzó pensando en Italia y su amenaza de tarjeta y la carrera en autopista libre de Ristovski, la culminó con un latigazo ante el que nada pudo hacer De Gea.

El duelo resucitaba y Macedonia vivía sus mejores momentos. España debía volver a enchufarse, hacer un último esfuerzo antes de las vacaciones. El primer objetivo era recuperar el balón y apareció en el partido Koke con ese objetivo. Pedro había entrado para aumentar la verticalidad.

Otro cabezazo de Piqué y Diego Costa en dos ocasiones, tuvieron la sentencia. De Gea no tuvo que intervenir pero la sensación de inseguridad duró hasta el final. Nestorovski a la desesperada rozó sin éxito el penalti de Ramos. España llega líder al duelo que decidirá el grupo, ante Italia en el Santiago Bernabéu, tras salvar su última prueba del curso pasando de la brillantez a un exceso de confianza que pudo costar caro.

jueves, 8 de junio de 2017

UNA SOBERANA TEMPORADA

Desde 1958 el Real Madrid no firmaba un doblete de Liga y Copa de Europa, ahora con Zidane en el banquillo el club blanco ha cerrado un año inolvidable

Antonio Blanca

Cuando Zinedine Zidane empezó este verano la que era su primera temporada completa, y, por tanto, primera planificación realizada desde su cabeza, dejó un mensaje claro: "La Liga es lo más importante". El francés daba honores al torneo que siempre se tiraba, diciendo claramente a su plantilla que este año no se iba solo a por la Champions, competición que desde hace ya años no hace falta explicar que había que ganar.

Zidane ha conseguido, gracias a una gestión innovadora que dentro de algunos años se tendrá que estudiar, completar la mejor temporada de la historia moderna del Real Madrid. Nunca antes, tal y como está el fútbol entendido actualmente, los blancos habían ganado las dos competiciones más importantes el mismo año, Liga y Copa de Europa, y tampoco se había visto a un Madrid tan serio en ideas.

Ese ha sido el principal avance. Al fin el Real Madrid entendió que el discurso de un título por año era corto. Valía, porque nadie recordará 2014 y 2016 como malos años (se ganó la Champions), pero no reflejaba la realidad de un club a la altura del Madrid.

¡Claro que se podían ganar los dos trofeos y claro que era posible luchar por ellos hasta el final! Eso lo cambió Zidane, que ya lo hizo factible el pasado año, aunque se quedó a un punto de Liga, y que esta vez lo ha redondeado. Se podía conseguir el doblete. No era una quimera.

Liga y Copa de Europa se han logrado principalmente por mor de cinco factores: la planificación de Zidane, que ha repartido los minutos con inteligencia y ha conseguido que todos estuvieran bien en el tramo importante de la temporada; la amplia y gran plantilla de este año, en una mezcla de veteranos y noveles, con jugadores de primerísimo nivel y otros que no lo eran tanto pero que han ido creciendo; la felicidad y unidad que ha demostrado el banquillo, desembocando en algo inaudito, que es que no se le revolviera Zidane ningún jugador por disputar menos partidos; la figura de Cristiano, mucho más decisiva que otros años: y el gen ganador, ese olor a campeón que siempre tuvo y que lo sacó en momentos muy adversos. La famosa 'flor' no era suerte, era ADN blanco.

Solo tuvo el Real Madrid una etapa de dudas en toda la temporada, la que fue desde finales de septiembre a inicios de octubre. Empató entonces cuatro partidos seguidos, ante Villarreal, Las Palmas, Dortmund y Éibar en lo que fue conocido como la fiebre amarilla. El único borrón llegó el 18 de enero, cuando cayó en el Bernabéu contra el Celta de Vigo (1-2) y perdió la Copa del Rey en cuartos de final (lo hizo oficial una semana después con el 2-2 en Balaídos). La competición del KO es siempre un tercer plato, no es prioridad para los grandes equipos, incluso este año ni salvó la mala temporada del Barcelona, pero acaba sumando. ¿Qué sería del Real Madrid si hubiera ganado la Copa y, por lo tanto, el Triplete? Un equipo 10. Ahora acabó en el 9,9.

La temporada del Real Madrid solo se puede entender desde la regularidad. Después de muchos años, los blancos no tuvieron ni un solo mes de bajón y las únicas derrotas que tuvieron vinieron por cosas naturales del fútbol. Perdieron solo cinco encuentros: en el Sánchez Pizjuán, en Mestalla y ante el Barcelona, todos ellos por la mínima (2-1, 2-1 y 2-3), en Liga, en el Vicente Calderón en Champions, pero contando que llevaba una más que amplia renta de la ida, y el recordado de Copa ante el Celta.

Además, dejó momentos brillantes como la goleada en el último partido liguero en el Calderón con un hat-trick de Cristiano, la superioridad en Múnich ante el Bayern, el otro 3-0 al Atlético, esta vez en la Champions, el partido de Copa ante el Sevilla, las exhibiciones del equipo B en campos como Butarque, Riazor, Los Cármenes y El Molinón.... Pocos recuerdan que la Liga arrancó con paseo triunfal en el siempre difícil Anoeta (0-3), la primera de las 20 goleadas que ha firmado el Madrid este año.

También hubo tiempo para la épica: el gol de Ramos en el Camp Nou o ante el Deportivo, la agonía de la eliminatoria ante el Bayern, la jugada mágica de Benzema en el Calderón, los puntos sacados más allá del minuto 80 en Liga... El Madrid no podía dejar de lado esa característica que va unida a su historia.

Ha sido esta la temporada de los 40 partidos seguidos sin perder (récord nacional), aunque algunos ya venían de la anterior, y la de los goles en todos los partidos. Y todos son todos, desde el primero, la Supercopa de Europa ante el Sevilla (3-2), hasta este último, la final de Champions contra la Juventus. 65 partidos seguidos marcando, un hito mundial.

Y eso que el año ha sido larguísimo para el Madrid. Comenzó un 9 de agosto en Noruega, con la mencionada Supercopa de Europa, y acaba un 3 de junio en Cardiff. Nunca antes una temporada del Real Madrid había durado tanto, 10 meses, ni había tenido tantos partidos, 60 (38 de Liga, 13 de Champions, seis de Copa, dos de Mundial de Clubes y uno de Supercopa de Europa). Y que se preparen, porque a esos se les añade este verano dos de Supercopa de España y nada menos que ante el Barcelona.

Ese es el horizonte de un Madrid que tiene ahora el reto más difícil: igualar lo que ha conseguido esta temporada. Superarlo solo se podría conseguir con el Triplete, pero obtener algo menos el próximo año sabría a poco, aunque sería lo más normal. Pero esto es fútbol y ver al Madrid tan arriba hace pensar que en 2018, por estas fechas, tiene que repetirlo. Así de bonito es el deporte.

MORATA SALVA A ESPAÑA

Carlos de Blas

Un tanto de Morata en uno últimos minutos de arreón final permitió a España seguir con la vitola de invicto en la era Lopetegui como seleccionador. Dominó España pero no fue un empate fácil. Un error de Azpilicueta y Piqué, sumado a la indecisión de Reina, precipitó el empate de Colombia a manos de Cardona tras un primer tanto de Silva para abrir el marcador.

En la reanudación, una mala salida de Reina volvió a dejar en bandeja el gol a Falcao, que remató de cabeza a placer el centro de un destacado James. Con el marcador en contra, y tras el carrusel de cambios, España siguió llevando la manija del partido gracias a la insistencia de Asensio en el que es su tercer partido como internacional y donde ya pedía la pelota como un pilar fundamental que aún no es pero será. Un centro de Saúl y un testarazo de Morata pusieron la firma al 2-2 definitivo.

Pese al dominio de España, fue un jugador colombiano el que brilló con luz propia sobre el césped de La Nueva Condomina: James Rodríguez. El '10' dio un recital del talento técnico que atesora para liderar al conjunto de Pekerman. Este España-Colombia, aún con el polvo en el aire tras la caída del telón de la última temporada, pareció por momentos de todo menos amistoso. Muchas ganas de reivindicación sobre el campo, con el propio James como mayor exponente. No sólo el despliegue de los jugadores hacía pensar esto sino la intensidad de algunas fases, con una agresividad inusitada en este tipo de encuentros.

Curioso, por llamarlo de alguna manera, fue el trato de parte de la afición murciana a uno de los jugadores del combinado nacional. Piqué, que ya se llevó abucheos en los entrenamientos tras sus declaraciones sobre los últimos triunfos del Real Madrid, volvió a ser pitado cada vez que tocaba el balón durante la noche de este miércoles.

La alineación de Lopetegui tampoco daba pistas sobre sus verdaderas intenciones, ya que el partido clave es el del domingo ante Macedonia, valedero para la clasificación del Mundial de Rusia. Entre tanto, Silva decidió coger la pelota y tratarla con el cariño habitual. Con su juego, España empezó poco a poco a coger ritmo y dar sus primeras muestras de juego de toque.

Así, llegó el 1-0 en el minuto 22 con culminación del jugador canario a una buena jugada de la selección con un último centro de Pedro. James ya se habí apauntado poco antes a ese duelo de talentos y mantuvo el nivel tras el tanto en contra, generando una ocasión tras otra a sus compañeros.

Sin embargo, la luz desprendida por James y Silva se vio eclipsada por el festival de patadas. Pedro sobre James, Alba y Cuadrado, Sánchez y Aspas...

La dureza terminó con un fallo en cadena de la zaga española que propició el empate. Piqué y Azpilicueta no se pusieron de acuerdo en un pase, el balón siguió hasta el área de un Reina que tampoco se decidía a salir a por él. Y en caso de duda, Cardona no se lo pensó para cazar el esférico y poner una vaselina a un Reina a medio camino.

Poco después del descanso, Reina volvió a ser protagonista cuando fue engañado en su salida por el efecto de un centro de James. Falcao y su testa estaban ahí para no perdonar el 1-2.

España ya no tenía ni a Silva ni a Iniesta, pero entraron en escena Asensio, Vitolo, Saúl, Deulofeu y Morata. Menos control pero más verticalidad. Los de Lopetegui sólo tenían un objetivo en mente: la portería de Ospina.


Colombia se defendía como podía, incluyendo alguna entrada más dura de lo protocolario, pero llegó contar con algún contraataque de peligro para aumentar sus diferencia. Sin emargo, ya en el minuto 87, llegó el centro de Sául y el remate inapelable de cabeza de Morata para salvar la racha de su entrenador.

lunes, 5 de junio de 2017

RONALDO MEJOR JUGADOR DEL MUNDO

La estrella portuguesa del Real Madrid, todo un recordman sigue pulverizando estadísticas y llevando en volandas al Madrid a la leyenda

Antonio Blanca

Si nadie había ganado dos Copas de Europa seguidas, tampoco nadie había conseguido tres en cuatro años. El Real Madrid hizo posible lo imposible para los demás y rubricó que desde 2013 es el mejor equipo del mundo. Los últimos cuatro años, justos los que coincidieron con la cuarta legislatura de Florentino Pérez, están entre los más brillantes de la historia del Madrid.

A este equipo ya eterno lo lideró, otra vez, Cristiano Ronaldo, que ha completado en este 2017 su mejor año en el Real Madrid, precisamente cuando más se dudaba de su continuidad y cuando más pitos escuchó de un sector (libre pero errático) de la siempre exigente afición del Santiago Bernabéu.

Por quinto año consecutivo, Ronaldo ha sido el máximo goleador de la Champions League, pero la grandeza de este año no tiene comparación con cualquiera de los anteriores. Mientras otras temporadas llenaba sus registros con los equipos menores y en primera ronda (lo que hizo Messi esta temporada), Ronaldo ha sido este año el jugador más decisivo con diez, ¡diez!, goles en las rondas más importantes: cinco al Bayern en cuartos, tres al Atlético en semifinales y dos a la Juventus en la final.

No hay antecedente superior. No hay jugador que hiciera una Copa de Europa tan completa, decisiva, relevante y mayúscula como la que acaba de firmar Cristiano Ronaldo. La gestión de Zidane, el único entrenador que convenció al ‘7’ merengue de que era mejor descansar en muchos partidos que se ganan igualmente con el equipo B, ha conseguido que Cristiano llegara al tramo final de temporada mucho más bravo que un toro. Ha sido descomunal sus tres últimos meses con goles en todos los partidos importantes del Madrid, también los de Liga.

El portugués tiene ya cuatro Champions (2008 con el United y 2014, 2016 y 2017 con el Madrid), todas de ella como figura principal y solo perdió una final, la de 2009. Es el único jugador en marcar en tres finales de Champions (y no se cuenta aquí el penalti decisivo de la Undécima) y ya ha ganado, a falta que se lo den, su quinto Balón de Oro, los mismos que la estrella del Barcelona.

En Cristiano Ronaldo ha pilotado el enésimo proyecto de Florentino Pérez, que en su cuarta legislatura por fin ha construido el Madrid que tanto soñó. El presidente fue reelegido hace justo cuatro años, el 4 de junio de 2013, por aclamación popular. No tuvo entonces rival, como tampoco lo tendrá este verano, en la que Florentino sellará su quinta etapa al frente del club blanco, tercera consecutiva.

El discurso del máximo mandatario blanco siempre ha ido ligado a la historia del Real Madrid. De su boca siempre han salido las palabras "excelencia", "inconformismo", "competitividad", "autoexigencia" o "superación". Y eso es el Real Madrid. Por eso cuando decidió echar a Carlo Ancelotti tras una segunda temporada horrible, en la que el Madrid se sumió en un hundimiento impropio del club, lo que hacía el presidente era aplicar todas esas premisas. El tiempo le ha dado la razón.

El Madrid no tenía equipo para quedarse en blanco en 2015, como tampoco lo tenía en 2013 con Mourinho, que también se fue. En el fútbol pueden pasar muchas cosas y la línea entre la victoria y la derrota es muy fina, pero con la plantilla que tiene, no ganar como mínimo un título por año es un fracaso. Por eso desde ese rechazo a la autocomplaciencia que entrenadores como Pellegrini o Ancelotti instauraron en el Bernabéu, el Madrid ha ido hacía arriba.

El actual Real Madrid nació en la temporada 2010/11, cuando se cerraron las catástrofes contra los equipos de 2ª B y las vergüenzas de las eliminaciones de octavos y se recuperó el gen competitivo que llevaba un lustro sin aparecer. Ese Madrid, que ganó menos de lo que debió, encontró la gloria a partir de 2013, coincidiendo con la mencionada legislatura de Florentino.

Desde ese verano de 2013 y hasta el actual, cuatro años justos, el Real Madrid ha ganado tres Copas de Europa, una Liga, una Copa del Rey, dos Mundial de Clubes y dos Supercopa de Europa. Su mandato, con el paso del tiempo, se debe recordar como una dinastía, como la dictadura de un equipo que no dio opciones a los demás en Europa.

La clave ha estado en formar un bloque que tenía capacidad de seguir siendo exitoso aún cuando había alguna pieza que no funcionaba, como pudo ser Rafa Benítez o algún que otro jugador. Florentino Pérez aseguraba tras la final de este sábado que nunca había visto un vestuario tan unido. Ramos, al que el presidente le señaló como "el artífice" de hacer esto posible, comentó que "cuando hay un equilibrio y estabilidad desde arriba (en referencia a la directiva), eso se nota en el vestuario".

El buen ambiente entre unos y otros y la coordinación entre todos los estamentos también ha llevado al Madrid a ganar. No se han necesitado hacer grandes revoluciones y tampoco fichajes galácticos para ganar estas tres finales. Al contrario, se han mantenido las principales piezas, dejando a otras que maduraran y añadiendo algunas que perfeccionaron al grupo.

Si el Real Madrid ha ganado la Duodécima con los mismos jugadores que la Undécima, más clarificador es el dato con los que estuvieron en las tres Copas de Europa de estos últimos cuatro años. Son doce los jugadores (con relevancia en los títulos) que, como mínimo, estuvieron desde 2014: Carvajal, Marcelo, Sergio Ramos, Pepe, Varane, Nacho, Casemiro Modric, Isco, Benzema, Bale y Cristiano Ronaldo. Esto es más de la mitad de una plantilla, una barbaridad.

El Madrid es ya el mejor equipo de la historia del fútbol y posiblemente sin el posible lo es de la historia del deporte.

LA DUODÉCIMA POR TODO LO ALTO

Aránzazu Gálvez

Tras los protocolarios actos en las sedes de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, la plantilla del Real Madrid mantuvo su fiel cita con la diosa Cibeles una vez más. Llegados a una plaza abarrotada con miles de aficionados en un autobús descubierto, los jugadores se dirigieron a la plataforma montada alrededor de la fuente al ritmo del himno del club.

Los dos capitanes del equipo, Ramos y Marcelo, acudieron con el trofeo hasta lo alto de la estatua para vestir a la diosa con una bufanda del Real Madrid, una bandera de España con el escudo del club y coronarla con el trofeo ganado en Cardiff la noche del sábado. Para despedirse, con uno a cada lado, propiciaron sendos besos a las pétreas mejillas.

Una vez saciado el ánimo de los aficonados que llevaban horas esperando a sus ídolos, los jugadores regresaron al autobús para culminar el día con la gran fiesta preparada en el Santiago Bernabéu.

Ya en el estadio, liberados de los compromisos, la apoteosis se desató ante una afición que llenó la grada. Con un espectacular escenario e iluminación, la comunión entre público y jugadores fue total mientras se iban sucediendo los cánticos y agradecimientos. El tramo final de la celebración echó a andar al ritmo de la canción de Luis Fonsi "Despacito". Las luces se apagaron y solo el resplandor de los teléfonos móviles y las imágenes de las pantallas del escenario propiciaban algo de iluminación a la situación.

El año de cada una de las doce Copas de Europa logradas por el club asomaron en medio del tablado instaurado en el centro del césped del recinto.

Fue el momento en el que uno por uno fueron apareciendo, reclamados por Miki Nadal y alumbrados por un magnífico juego de luces. Zinedine Zidane y el resto del cuerpo técnico fueron los primeros en alcanzar el escenario preparado. Después cada jugador. Cristiano Ronaldo, Marcelo y Sergio Ramos fueron los últimos en ser llamados por el locutor. El portugués fue el más ovacionado. El brasileño apareció con el trofeo de Liga, que también fue ofrecida a la afición. El capitán, Ramos, puso el cierre a la relación de integrantes de la plantilla. Irrumpió con la Duodécima en sus manos y una corona con SR4 inscrita, en su cabeza.


Con el plantel al completo los jugadores elevaron los trofeos acompañados por el "We are de champions" para dar paso a los discursos de Zidane, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo, para el que el público pidió un nuevo Balón de Oro.

domingo, 4 de junio de 2017

REY DE EUROPA Y NADIE MÁS

Carlos de Blas

Un 20 de mayo de 1998, un Real Madrid sediento de gloria europea tras 32 años de sequía se medía a la todopoderosa Juventus de aquellos días. El fuera de juego de Mijatovic entró directo a los anales de la historia madridista. Ese tanto no sólo supuso la séptima corona europea, no. Un gigante había sido despertado de su largo letargo.

Diecinueve años después, la providencia dispuso que ambos conjuntos se volvieran a encontrar a las puertas de la gloria. Pero esta vez, el gigante vestía de blanco (morado sobre el campo) y el aspirante hablaba italiano. Pero si bien aquella vez el aspirante se impuso al favorito, este sábado 3 de junio el Real Madrid no dejó espacio para la duda.

Bajo techo en Cardiff, como ocurriera en Amsterdam, el Real Madrid levantó su duodécima Liga de Campeones. Abrió el marcador Ronaldo, igualó Mandzukic con un golazo en la primera mitad y de nuevo el astro portugués, sumándose al trallazo de Casemiro, junto a la guinda en el descuento de Asensio, pusieron el 1-4 que quedará sellado en los anales de la historia.

Lejos quedará que la dicotomía Bale o Isco para el once titular. Se impuso el malagueño sobre un galés en estado de convalecencia. No sin desmerecer la forma de Isco en los últimos meses. Ahí se entra en la valoración de Zidane como técnico del Real Madrid. Se seguirá tildando de "alineador", remarcando su "flor"... pero los hechos están al alcance de todos, dos Ligas de Campeones consecutivas en 18 meses, lo que nadie había logrado hasta ahora, saber repartir los minutos de una plantilla que en una gran final se ha permitido dejar en la grada a jugadores como Lucas Vázquez y James Rodríguez sin que el banquillo se resintiera, reconvertir a Cristiano Ronaldo en un Hugo Sánchez del siglo XXI y marcar cuatro goles en noventa minutos a una Juventus que sólo había recibido tres tantos en contra el resto de la competición (incluyendo los 180 minutos contra una delantera formada por Messi, Luis Suárez y Neymar).

Este el bagaje que queda del Real Madrid de la Duodécima. Regresando al césped del Millenium Staduim de Cardiff tenemos a una Juventus que acongojó al equipo blanco en el primer cuarto de hora de final. Higuaín, invocando fantasmas del pasado, soliviantó la moral en los primeros instantes con dos ocasiones en apenas dos minutos. Luego Pjanic, como un cazador experimentado, aguardaba en la frontal para cazar los rechazos que forzaban una y otra vez las estiradas de Navas.

Pero justo cuando más sufría el Real Madrid, azotado por el dominio de una Juventus enfurecida, llegó un contraataque de oro. Condujo Kroos, repartió a Benzema, de espaldas en el centro, se revolvió el francés y cedió a la derecha para que Carvajal, internándose en el área, devolviera la pelota al centro de la frontal para que apareciera Cristiano Ronaldo para ejecutar un disparo medido a la cepa del poste derecho de Buffon.

Llegó el 1-0 y el Real Madrid lograba poner calma ante el dominio italiano. Pero la alegría en la casa blanca duró bien poco. Seis minutos después del gol a favor, la Juventus, que no se amilanó con el marcador en contra, tuvo en Mandzukic la figura de salvador. El croata, en una jugada con cinco toques sin que el balón bajara al suelo, fimró una medio volea que quedará fijada como uno de los mejores goles de la competición. Quizás Navas pudo hacer algo más, pero lo cierto es que el remate de Mandzukic resultó inapelable.

El empate hizo justicia al juego desplegado por el conjunto italiano durante la primera mitad. Pero en una final poco importa el trabajo hecho hasta el momento si ese momento no es el pitido inicial.

Tras los primeros cuarenta y cinco minutos, la Juventus se quedó con el sabor de tener en su mano la final. Pero en la segunda parte, el Real Madrid cogió de la mano el destino para decir que este miércoles sólo iba a haber un equipo.

Atrás quedó la superioridad de los de Allegri, una vez se dio pie a la última mitad de la competición, el Real Madrid tomó el mando del partido para no dejarlo escapar. Hubo unos primeros minutos de incertidumbre, dominados por los parones y las faltas. Pero dentro de esas pausas había un patrón que no tardó en sobresalir.

El Real Madrid hizo suyo el partido y llevó la final a la mitad de campo italiana, que conglomeraba a sus once jugadores en los límites del área de Buffon. Poco a poco, el grupo formado por Casemiro, Kroos, Modric, Isco y Benzema tomó la pelota y no la soltó. Faltaba ese último esfuerzo para descubrir a Buffon bajo palos, pero la paciencia acabó dando frutos.

En el minuto 61, tras una sucesión de largas posesiones en torno al área italiana, Casemiro no se lo pensó y mandó un trallazo sin contemplaciones desde más allá de los 30 metros de distancia. Ayudado por el toque de un zaguero anónimo, el balón engañó lo suficiente al titán de Carrara para acabar en el fondo de las mallas.

Sin dar tiempo a asimilar el golpe, Modric recuperó la pelota en tres cuartos, lanzó una pared con Carvajal y llegó a la línea de fondo para centrar al primer palo donde Cristiano Ronaldo clavóo al primer toque el mortal 1-3.

Corría el minuto 64 aún, pero la sensación en el estadio fue de punto y final. Lo intentó Allegri con los cambios, pero la desesperación se hizo hombre cuando Cuadrado vio la segunda amarilla en los doce minutos que disputó tras suceder a Barzagli. El éxtasis se fue apoderando de público y jugadores. Esta vez no hubo que esperar al descuento. Pero en caso de duda, Asensio dejó su huella para certificar el 1-4 definitivo en el minuto 90.


Ese guarismo, el 1-4, será el que quede grabado en la historia. Dos goles de Cristiano, uno de Casemiro y Asensio con la guinda, sin olvidar el golazo de Mandzukic que puso la incógnita a una ecuación resuelta en una segunda parte espléndida. Gracias a ella, el Real Madrid puede gritar con orgullo a los cuatro vientos que es el digno vencedor de la actual edición de la Liga de Campeones. La tercera en cuatro años y la segunda de manera consecutiva. La Juventus despertó a un gigante 19 años atrás, hoy se volvió a encontrar con él y no tuvo piedad.

sábado, 3 de junio de 2017

EL MADRID ESPERA LA DUODÉCIMA

Carlos de Blas

El Millennium Stadium de Cardiff acoge este noche el enfrentamiento de anhelos de dos aristócratas del Viejo Continente que se han afirmado como los mejores equipos de la actualidad. El Real Madrid, equipo más goleador del torneo (32 goles frente a los 21 anotados por los italianos) examina su ambición histórica ante la hambrienta Juventus, el mejor muro defensivo del campeonato (con sólo 3 goles encajados y dejando a cero al Barcelona de Messi, Neymar y Luis Suárez). Los españoles ansían condercorar este lustro distinguido con la gesta de destacarse como pionero en la repetición de la conquista de la Copa de Europa -nadie lo ha logrado en la era Champions League- y cerrar el curso con un doblete que no degusta la Cibeles desde 1958. Los turineses, por su parte, quieren vengarse de la afrenta sufrida en 1998 (con motivo de la Séptima merengue), clausurar el triplete en esta temporada única (tras el Scudetto y la Coppa) y refrendar su estatus glorioso tras el descenso administrativo provocado por el Moggigate y la clara derrota ante el Barça de Luis Enrique en 2015.

Los juventinos, que ejercerán como locales en el recinto galés, no han escondido su motivación. "El Real Madrid llega con una sensación diferente a la nuestra, ya que ellos han ganado ya el título. Es un partido que puede cambiar el rumbo de nuestra historia", declaró en al vigilia Gianluigi Buffon, la piedra angular del proyecto -junto con Bonucci, Barzagli, Chiellini y Marchisio- que aspira al Balón de Oro si sale victorioso. El guardameta, de 39 años, había envuelto este duelo como "un final perfecto para mi carrera" y el evento idóneo para "cerrar el círculo" que devuelve a la institución a la élite. El caso es que los bianconeri sólo han ganado dos de las ocho finales de Copa de Europa que han jugado, y el capitán de la azzurra conoce el peso de esa losa porque él ha caído en dos de ellas (ante el Milan en 2003 y en la mencionada ante el Barcelona, en Londres). Ha animado a sus compañeros a afrontar la batalla "sin ningún tipo de resquemor ni problema". "Lo más importante es que seamos un equipo, un grupo compacto, y que los cimientos de nuestro trabajo sean el altruismo y el juego colectivo", zanjó.

La estructura básica de funcionamiento de Massimiliano Allegri ya sabe lo que es eliminar al Madrid en un peldaño prestigioso (lo hicieron en las semifinales de 2015). El conjunto de la familia Agnelli se deshizo, entonces, de Pogba, Vidal, Tévez, Morata, Pirlo y demás peones artísticos, pero no de su bloque defensivo. El técnico ha resultado fundamental en la reconstrucción que ha disparado el protagonismo ofensivo de los laterales (Alex Sandro y, sobre todo, Dani Alves), ha entregado a Dybala e Higuaín la jurisdicción de lo trascendental y ha poblado la medular con lanzadores como Pjanic y Khedira. La presencia de Mandzukic o Cuadrado corresponden a las variantes de estilo y táctica que maneja el campeón italiano (ha ganado las últimas seis ligas). Con el croata en cancha, el balón largo cobra sentido; con el colombiano, regateador que podría caer sobre Marcelo, la amenaza en estático y en transición se multiplica. Pero las dos opciones no influyen en el despliegue coral intenso y tacticista. Allegri dispone también de su tridente defensivo aunque al gigante culé le arrodillaron con defensa de cuatro. Y ahí no acaba lo colorido de su batuta: Dani Alves fue extremo en las semis ante el Monaco, con Barzagli com lateral diestro defensivo.

"Tenemos que elegir el momento de atacar y el momento de defender; si lo hacemos bien tendremos la oportunidad de llevarnos la copa", ha manifestado un preparador ya asentado en la cima de su gremio. "La diferencia con 2015 es que ahora estamos en la final mereciendo estar ahí. Hace dos años no teníamos, quizá, ese convencimiento; veníamos de varios años en los que nos costó mucho en la Champions. Ahora hemos tenido un recorrido distinto, hemos hecho una campaña muy bonita y llegamos con un enfoque diferente", ha argumentado un Allegri que ha entregado el favoritismo al Madrid -astucia de viejo zorro- pero ha subrayado la vehemencia con la que afrontan la empresa: "Esta vez tenemos que poner las manos sobre el trofeo. El Madrid es el favorito, pero vamos a poner lo que ellos no tienen". La visualización turinesa de catarsis, pues, está servida.

"Esperemos que no lleguemos a esos niveles de inquietud ni nerviosismo. En los últimos años hemos vivido momentos únicos y ojalá podamos hacer un partido como lo estamos planeando, porque estamos ante una cita histórica", sintetizó Sergio Ramos en la previa del duelo y sobre la mentalidad de su camarín. "Atravesamos un buen momento anímica y físicamente", expuso un capitán capitalino que concluyó su diagnóstico recalcando que "partimos los dos equipos de cero. En este partido el papel de favorito es una opinión y es respetable. Las estadísticas no ganan partidos y hay que dejar todo al margen". Y, ante la provocación efectuada por Dani Alves (que afirmó horas antes que el gol de Mijatovic fue en fuera de juego), le respondió que "estaremos allí a las 20:45". No aparenta adolecer de personalidad esta final.

Aunque muchos análisis basados en la estadística reducen la constelación de posibilidades a un duelo ortodoxo de estilos -con los bianconeri atrincherados, luciendo músculo defensivo y buscado cazar contras venenosas, y con los españoles dominando la posesión y mandando centros al área, su estratagema preferida-, ambos equipos manejan ratios calcados de posesión de balón (53%) e iniciativa. Porque, aunque rechine, las libretas de Zidane y de Allegri son más similares de lo que pudiera parecer. No obstante, ambos planes de juego se sienten más cómodos al galope de la contra, pero están capacitados para portar el peso de la iniciativa y la propuesta. El Madrid tiene más calidad y fondo de armario, pero la Juve también posee una buena dosis de ambos; los transalpinos gozan si el ajedrez se mueve en la hiperactividad, el físico y la verticalidad, y los madridistas también. Es por ello que el técnico francés ha avisado en su comparecencia: "Va a ser un partido muy abierto de los dos lados. No creo que la Juventus haga catenaccio cerrado. La Juve no tiene sólo eso. Ataca muy bien. Y más hoy en día".


El sustituto de Rafa Benítez ha preponderado el trabajo y el mediocampo como elementos decisivos. Da por hecho que el desafío que se les viene encima contempla la prohibición de caer en una desconcentración o desatención táctica coyunturales, pues la Vecchia Signora es experta en amortizar esos descuidos. El bloque de Concha Espina es el tercer club más goleado del torneo, y de ahí nace la seguridad italiana. Son 17 los goles que ha recogido Navas de su portería y buena parte de ellos han llegado por pérdidas que han pillado partido al equipo o por la vía de la falta de compromiso de todas las piezas en las coberturas defensivas. Esos fantasmas, familiares, han sido mitigados en las últimas fechas, pero han costado a los campeones de Liga más de un esfuerzo agónico a lo largo del curso. Los costados de Casemiro y las superioridades por banda serán los flancos sobre los que podría sufrir un Madrid no cohesionado. Y en la espalda de Alves y Alex Sandro y del doble pivote Pjanic-Khedira (si no lo refuerza Allegri con Marchisio) se despeja el horizonte de la ofensiva española. Bajo un paisaje de reducción de espacios para correr.

Es este apartado el que todavía hace dudar a Zidane. Isco aportaría una mayor control del cuero, juego entre líneas y en la mediapunta, de excelente resultados si se asocia con Benzema por dentro. Además, el 4-4-2 se ha contrastado como el dibujo que da más consistencia a sus pupilos. Pero Bale, que ha confesado no estar al 100%, sangraría a los ofensivos carrileros rivales, convirtiendo cada robo en peligro perenne para Buffon. Ese dilema es el que contempla Allegri con respecto a salir con tres zagueros o apostar por la ambición y punzar con Cuadrado o Alves como extremo. En cualquier caso, esas son argucias que podrían implementarse a lo largo del partido, según la necesidad de cada cual. No se antoja fuera de eje, por tanto, vaticinar tramos de lucha por la pelota, con presiones elevadas, e, incluso, intervalos de cesión de metros y achique madridista. Ambos equipos disfrutan de estructuras líquidas y no rígidas sobre el césped. Esa es la mayor virtud que les ha traído hasta este peldaño.


"Lo que más me interesa es llegar bien físicamente", proclamó el entrenador madridista. En efecto, en este punto del calendario y después de haber llegado hasta el final en casi todas las competiciones, lo anatómico podría marcar diferencias y las rotaciones, de ser así, establecerían un privilegio merengue. Porque, por ellas, Keylor Navas, Luka Modric o Cristiano Ronaldo han llegado en el mejor estadio de forma del curso. El goleador es la punta de lanza del aterrizaje capitalino en este evento, con ocho goles entre cuartos de final y semifinales. Además, los 64 partidos consecutivos habiendo anotado un gol entregan la sensación de amenaza al candidato nacional. Sin embargo, la eficacia en la economía de los toques para llegar a la meta oponente de la Juventus, su pegada y su solidez en el achique, plantean un duelo incierto de alta riqueza táctica. La voluntad de hacer historia o el hambre del faraón caído en desgracia primarán y Europa volverá a tener patrón después de una contienda con aroma a clásico de este deporte.

jueves, 1 de junio de 2017

GRIEZMANN SIGUE SU PULSO

La estrella francesa del Atlético de Madrid no ceja en su  empeño de renovar al alza su contrato o forzar la salida del club

Antonio Blanca

Desde que empezó sus vacaciones ha ido tensando la cuerda más y más. Mientras hace sólo unas semanas prácticamente juraba amor eterno al Atlético de Madrid, ahora sus palabras apuntan a todo lo contrario. Antoine Griezmann ha ido enredando su futuro poco a poco, siempre dando pasos al frente, nunca rectificando lo anterior. Cada vez que habla, nubla más su destino como jugador rojiblanco. Confirmada la sanción, la estrella del equipo carga cada día de más tensión el ambiente. Llenar más los bolsillos, el objetivo...

Tras dejar diferentes mensajes poniendo en duda que vaya a continuar en el Atlético de Madrid, este miércoles siguió por el mismo camino en una entrevista concedida a 'SNTV'. "Mi futuro se decidirá este verano, mis agentes están hablando con el club", afirmó, recalcando que "mi destino está en manos del presidente". Desde hace tiempo hay abiertas firmes negociaciones entre las dos partes con el fin de prorrogar el contrato del futbolista, que expira en 2021. Ha encontrado el momento perfecto, con el castigo del TAS, para sacar tajada y ver sus emolumentos notablemente aumentados, su gran deseo.

En la masa social atlética no ha sentado nada bien la táctica empleada por el futbolista, no olvidan sonadas fugas como la del Kun Agüero. Tampoco en las oficinas del Vicente Calderón baten palmas, más bien todo lo contrario. Recalcó en esta última aparición que es "feliz en el Atlético", igual que deja abierta la puerta de salida al decir que "si me marcho, la fecha dependerá de la fase clasificatoria para el Mundial de Rusia". Los que mandan tienen muy claro que para desconectar por completo este asunto, la única vía es poner encima de la mesa dinero, que es lo que quiere el atacante.

No gustan este tipo de actuaciones en ningún club, menos en el caso del Atlético de Madrid, expuesto a la confirmación de una sanción que no le permitiría inscribir nuevos jugadores hasta enero de 2018. Si se confirma este hecho, una salida de Griezmann dejaría al equipo muy mermado, demasiado para afrontar sin nuevos jugadores los primeros meses de la temporada que viene. Ese escenario es temido porque Simeone dejó claro hace tiempo que necesita efectivos frescos para seguir luchando por permanecer en la élite que tanto le costó alcanzar al club madrileño.

Aunque solo hace un año que estampó su firma en un nuevo contrato, a la vista de los numerosos pretendientes que tenía, los altos ejecutivos del club llevan tiempo intentando negociar unas nuevas condiciones, con prórroga, aumento de ficha para el jugador y subida de la cantidad, 100 millones de euros, estipulada en la vigente cláusula de rescisión. No quiso el francés que su libertad tuviera un precio superior, lo que generó cierta tensión. La sombra de algún club dispuesto a abonar lo reflejado en la citada cláusula permanece acechando la vida de la institución, mientras el protagonista no para de generar dudas.

Reconoció el jugador que ha hablado con Simeone, Koke y Godín últimamente, pero dejó en el aire un "veremos qué es lo que pasa" que no ayuda a desenredar el asunto. Si el Atlético de Madrid le mejora el sueldo, como Griezmann pretende, posiblemente el escenario se despejaría de manera satisfactoria para el club rojiblanco. Otra cosa sería que el TAS hubiera abierto está próxima ventana de fichajes, pues esos 100 millones se podrían emplear para recuperar a Diego Costa, el eterno sueño del entrenador argentino, además de ayudar a cerrar otras contrataciones —Vitolo, Fabinho...— que el argentino considera vitales.