Tres
puntos importantes en un partido flojo ante Macedonia permiten a España irse de
vacaciones liderando el grupo de clasificación al Mundial junto a Italia
Antonio Blanca
La
selección española mantiene su mano a mano junto a Italia por el liderato de
grupor tras vencer por 1-2 a Macedonia en Skopje. Dos goles de Silva y Diego
Costa dieron ventaja al combinado español, sin embargo, la relajación en la
segunda mitad dio vida a Macedonia, que con un tanto de Ristovski acortó
distancias y logró el ímpetu para lanzarse hacia un empate que finalmente no
llegó.
Salió
España a sentenciar con rapidez. Adueñándose del balón con la seguridad que
otorga que pase por los pies de Thiago, Iniesta, Isco y Silva. Mantienen vivo
el estilo del éxito. Laterales convertidos en extremos como Carvajal y Jordi
Alba eran importantes, así como la pelea entre centrales de Diego Costa, solo
en punta.
Lo
interpretaron a la perfección, mientras Isco y Silva se asociaban en corto,
Iniesta buscaba la espalda de la defensa rival con balones en largo precisos.
El lateral de Tosevski parecía el flanco de mayor debilidad. Lo explotaba Jordi
Alba y una aparición de Isco pero no encontraban rematador.
Seis
apercibidos era la amenaza española, con Italia en el horizonte en el próximo
encuentro tras las vacaciones. Diego Costa, que convierte cada partido en una
guerra personal con continuas protestas al colegiado, jugó con fuego.
La
variante para abrir la lata ante rivales que se encierran daba resultado al
cuarto de hora. Iniesta la picaba con calidad a la subida de Jordi Alba que
esta vez encontraba un amigo en Silva. Un giro plástico y el disparo abajo de
derecha era el primer tanto.
Inferior
Macedonia, solo el balón parado le invitaba a alimentar su sueño, lejos de
inicio del nivel que puso ante las cuerdas a Italia. España llegaba con
facilidad. Isco buscaba la escuadra en dos ocasiones consecutivas y ante su
falta de éxito decidió asistir en la tercera con una acción para enmarcar.
Era
el minuto 27 cuando Isco esquivaba una dura entrada con un regate en un palmo,
apuraba línea de fondo para ver el movimiento de Diego Costa que marcaba a
puerta vacía. Quinto gol en cinco partidos del máximo goleador de la Roja
camino a Rusia. Cualquier duda del pasado está olvidada.
Nunca
bajó los brazos Macedonia, modesta pero con orgullo, con una afición que se
encendía en cada ataque. Pandev sigue siendo el ídolo local con 33 años y el
que más inquietó. Una dejada a Ristovski fue el primer aviso. España seguía a
lo suyo y terminó perdonando goles de los que se arrepentiría por minutos.
Todas las tuvo Isco. En acción individual, a pase de Jordi Alba tras taconazo
de Costa y ver como su disparo rozaba el palo, y una final clarísima tras
regalo de Carvajal, cuando dudo en el mano a mano y falló.
Intentó
morder en la reanudación Macedonia. España sintió los deberes hechos y pensó en
las vacaciones. Anestesiaba el partido con posesiones largas. Dejó de jugar y
buscar el gol. Jugó con fuego y hoy en día eso cuesta caro ante cualquier
rival.
Tuvo
el tercero Piqué, tras pase medido de Iniesta, pero su testarazo se fue arriba
con todo para marcar. Precedió un grave error de concentración y de marca a los
66 minutos. Nadie tapó el agujero que dejó Jordi Alba tras un error, Ramos pudo
frenar el ataque rival pero no forzó pensando en Italia y su amenaza de tarjeta
y la carrera en autopista libre de Ristovski, la culminó con un latigazo ante
el que nada pudo hacer De Gea.
El
duelo resucitaba y Macedonia vivía sus mejores momentos. España debía volver a
enchufarse, hacer un último esfuerzo antes de las vacaciones. El primer
objetivo era recuperar el balón y apareció en el partido Koke con ese objetivo.
Pedro había entrado para aumentar la verticalidad.
Otro
cabezazo de Piqué y Diego Costa en dos ocasiones, tuvieron la sentencia. De Gea
no tuvo que intervenir pero la sensación de inseguridad duró hasta el final.
Nestorovski a la desesperada rozó sin éxito el penalti de Ramos. España llega
líder al duelo que decidirá el grupo, ante Italia en el Santiago Bernabéu, tras
salvar su última prueba del curso pasando de la brillantez a un exceso de
confianza que pudo costar caro.