La
estrella francesa del Atlético de Madrid no ceja en su empeño de renovar al alza su contrato o
forzar la salida del club
Antonio Blanca
Desde
que empezó sus vacaciones ha ido tensando la cuerda más y más. Mientras hace
sólo unas semanas prácticamente juraba amor eterno al Atlético de Madrid, ahora
sus palabras apuntan a todo lo contrario. Antoine Griezmann ha ido enredando su
futuro poco a poco, siempre dando pasos al frente, nunca rectificando lo
anterior. Cada vez que habla, nubla más su destino como jugador rojiblanco.
Confirmada la sanción, la estrella del equipo carga cada día de más tensión el
ambiente. Llenar más los bolsillos, el objetivo...
Tras
dejar diferentes mensajes poniendo en duda que vaya a continuar en el Atlético
de Madrid, este miércoles siguió por el mismo camino en una entrevista
concedida a 'SNTV'. "Mi futuro se decidirá este verano, mis agentes están
hablando con el club", afirmó, recalcando que "mi destino está en
manos del presidente". Desde hace tiempo hay abiertas firmes negociaciones
entre las dos partes con el fin de prorrogar el contrato del futbolista, que
expira en 2021. Ha encontrado el momento perfecto, con el castigo del TAS, para
sacar tajada y ver sus emolumentos notablemente aumentados, su gran deseo.
En
la masa social atlética no ha sentado nada bien la táctica empleada por el
futbolista, no olvidan sonadas fugas como la del Kun Agüero. Tampoco en las
oficinas del Vicente Calderón baten palmas, más bien todo lo contrario. Recalcó
en esta última aparición que es "feliz en el Atlético", igual que
deja abierta la puerta de salida al decir que "si me marcho, la fecha
dependerá de la fase clasificatoria para el Mundial de Rusia". Los que
mandan tienen muy claro que para desconectar por completo este asunto, la única
vía es poner encima de la mesa dinero, que es lo que quiere el atacante.
No
gustan este tipo de actuaciones en ningún club, menos en el caso del Atlético
de Madrid, expuesto a la confirmación de una sanción que no le permitiría
inscribir nuevos jugadores hasta enero de 2018. Si se confirma este hecho, una
salida de Griezmann dejaría al equipo muy mermado, demasiado para afrontar sin
nuevos jugadores los primeros meses de la temporada que viene. Ese escenario es
temido porque Simeone dejó claro hace tiempo que necesita efectivos frescos
para seguir luchando por permanecer en la élite que tanto le costó alcanzar al
club madrileño.
Aunque
solo hace un año que estampó su firma en un nuevo contrato, a la vista de los
numerosos pretendientes que tenía, los altos ejecutivos del club llevan tiempo
intentando negociar unas nuevas condiciones, con prórroga, aumento de ficha
para el jugador y subida de la cantidad, 100 millones de euros, estipulada en
la vigente cláusula de rescisión. No quiso el francés que su libertad tuviera
un precio superior, lo que generó cierta tensión. La sombra de algún club
dispuesto a abonar lo reflejado en la citada cláusula permanece acechando la
vida de la institución, mientras el protagonista no para de generar dudas.
Reconoció
el jugador que ha hablado con Simeone, Koke y Godín últimamente, pero dejó en
el aire un "veremos qué es lo que pasa" que no ayuda a desenredar el
asunto. Si el Atlético de Madrid le mejora el sueldo, como Griezmann pretende,
posiblemente el escenario se despejaría de manera satisfactoria para el club
rojiblanco. Otra cosa sería que el TAS hubiera abierto está próxima ventana de
fichajes, pues esos 100 millones se podrían emplear para recuperar a Diego
Costa, el eterno sueño del entrenador argentino, además de ayudar a cerrar
otras contrataciones —Vitolo, Fabinho...— que el argentino considera vitales.