Carlos de Blas
Con las dudas recientes del Atlético y el Real Madrid, una
distancia para ambos de ocho puntos con el líder Barcelona y la necesidad
reivindicativa de Antoine Griezmann, Cristiano Ronaldo o Karim Benzema irrumpe
este sábado un derbi a presión, el primero en el Wanda Metropolitano, sin
margen de error.
Ninguno de esos factores permite un fallo más ni al Atlético
ni al Real Madrid, de nuevo reencontrados en esa sucesión de revanchas y
partidos transcendentales de los últimos años, ya 24 en la era Simeone, la que
ha reequilibrado el derbi, con diez triunfos blancos, ocho rojiblancos y seis
empates.
Han sido dos finales, una semifinal y unos cuartos de final
de la Liga de Campeones, una final de la Copa del Rey, una Supercopa de España
y unos cuantos duelos en la Liga de nuevo con aroma decisivo, el mismo que
desprende indiscutiblemente el de este sábado, con los dos en una situación ya
casi límite en su persecución del Barcelona.
Es un derbi clave, mucho más de lo que se podía presuponer a
estas alturas del torneo, la duodécima jornada, porque, mientras el club
azulgrana apenas ha cedido dos puntos, el Atlético, aún invicto en el
campeonato, ha empatado cinco de sus once partidos y al Real Madrid ya se le
han ido diez de los 33 puntos disputados.
No es el mejor momento de ambos colectivamente: dos triunfos
en sus últimos nueve duelos oficiales, los dos de visitante, en el caso del
Atlético, y dos derrotas en sus tres choques más recientes de competición en el
del Real Madrid. Pero tampoco individualmente, porque ambos aguardan el mejor
nivel de jugadores determinantes.
Lo hace el conjunto rojiblanco con Antoine Griezmann,
atascado en su peor racha goleadora con el Atlético y que ya va por los siete
encuentros consecutivos sin batir la portería rival, y el club blanco con su
compatriota Karim Benzema y el portugués Cristiano Ronaldo, este último alejado
de la eficacia que ha asegurado cada curso. Los tres asumen el foco de los goles
en el primer derbi en el estadio Wanda Metropolitano, que estará lleno para la
cita y para animar a un Atlético mermado por su propia irregularidad. Lleva
tres empates y una derrota en sus últimas cuatro comparecencias ante su
público, pero a la vez llega rearmado tras este parón de 14 días.
En ese tiempo, ha recuperado a Koke Resurrección, Yannick
Carrassco y Filipe Luis, ya superados un edema muscular, una tendinopatia
rotuliana y una elongación, respectivamente; ha dejado sin un solo nombre su
lista de lesionados y se ha entrenado a tope, preparado para el desafío que
supone siempre el Real Madrid.
Koke volverá directo al once, ya ultimado por Diego Simeone,
que propone variaciones tácticas: el francés Antoine Griezmann como único
delantero y Thomas Partey como media punta, en una especie de rombo polivalente
en el medio para el ataque que completan Gabi Fernández y Saúl Ñíguez. Ángel
Correa jugará hacia la banda derecha. En la defensa repetirá Lucas Hernández,
el elegido por el técnico en lugar del recién recuperado Filipe Luis para el
lateral izquierdo y que se enfrentará a su hermano Theo. Juanfran Torres jugará
por la derecha, Stefan Savic y Diego Godín ocuparán el centro de la zaga y Jan
Oblak cubrirá la portería en el derbi de este sábado.
Enfrente, el Real Madrid llega con la presión de verse
obligado a ganar. La intenta esquivar públicamente Zinedine Zidane, pero le
basta con mirar la clasificación para ver que los ocho puntos de distancia con
el Barcelona, once si vence en Leganés el equipo de Ernesto Valverde antes del
inicio del derbi, es una distancia que ningún equipo logró remontar en la
historia de la Liga. Sería un reto mayor.
La irregularidad liguera en el Santiago Bernabéu contrastaba
con la fiabilidad a domicilio. Todo se torció por un exceso de confianza en
Montilivi, una lección aprendida por la relajación ante el Girona, que tumbó al
vigente campeón y le cortó su récord de victorias consecutivas a domicilio. La
baja de Gareth Bale, por una nueva lesión muscular, permite a Zidane aumentar
un miembro el centro del campo y dar el mando a Isco Alarcón en un momento de
liderazgo indiscutible. Por la magia del andaluz pasan las esperanzas del
madridismo, que aguarda a la resurrección goleadora de Cristiano Ronaldo y
Karim Benzema en un día decisivo.
El portugués apareció en numerosas ocasiones en una gran
cita y su ansiedad se ha disparado tras una única diana liguera. El mismo dato
lo presenta el francés, a quien importa menos no marcar y llega a la cita con
el buen sabor en la boca de aquella jugada para la historia en el último derbi
del Vicente Calderón, en la que sentó a tres rivales sobre la línea de fondo
para diseñar la jugada del tanto decisivo de Isco en Champions.
El 1-4-4-2 de Zidane, con rombo en el centro del campo y
libertad para Isco, es la apuesta para superar la estrategia de Simeone en un
nuevo duelo táctico. En portería llega el primer derbi para Kiko Casilla, con
toda la presión del mundo sobre su figura. Sin Keylor Navas, lesionado, y con
el interés por Kepa, del Athletic, de trasfondo. La defensa recupera a una
figura clave como Dani Carvajal, recuperado de una pericarditis, por lo que en
los jugadores de campo el Real Madrid lucirá su equipo de gala. Solo falta
Bale, al que cada día se espera menos por su inestabilidad muscular.