Sorprendieron
las palabras del técnico del Real Madrid en rueda de prensa tras un partido
escandalosamente horrible de su equipo ante un segunda división
Antonio Blanca
Se
conjuró el Madrid el martes para entre todas las piezas de la plantilla
revertir una situación que a día de hoy ya no es sorprendente, pero que tan
solo hace cuatro meses nadie apostaría porque los blancos estuviesen insertos
en una crisis de tamaño sideral. Así, surgió la receta de Zinedine Zidane para
este Madrid deprimido, el trabajo. Desde ese pilar considera el míster francés
que se debe edificar la resurrección de un equipo seriamente amenazado por la
pereza que suele provocar el estómago lleno (máxime con un Mundial en el
horizonte). Se desconoce si las medidas a aplicar por ZZ sacarán al Madrid de
la depresión inmisericorde de la que adolece por ahora y le llevará a otro mes
de mayo glorioso, si bien por lo visto ante el Numancia, debe hacer horas
extra, aunque ¡Zidane se marchara contento! Sus palabras fueron: “Yo estoy satisfecho. La eliminatoria estaba
sentenciada y aún así hicimos un buen partido. Solo nos ha faltado un poco de
gasolina al final. No es sencillo para los jugadores que tienen pocos minutos.
Lo importante es que hemos pasado la eliminatoria”.
Tal
reflexión, esas palabras del entrenador del Real Madrid sonaron extrañísimas,
igual que hace mes y medio, cuando su equipo tampoco fue capaz de ganar al
Fuenlabrada en la vuelta de dieciseisavos. Anoche el Madrid tuvo durante mucho
tiempo el balón y le puso algo más de ganas (Vázquez y Ceballos fueron los que
se salvaron de la quema, Nacho y Asensio los que peor imagen dejaron), pero ese
intangible que son las sensaciones no acaban de transmitir señales de
recuperación.
Solo
Lucas Vázquez, dándole continuidad a su buen partido en Los Pajaritos, hizo
méritos para hacerse con un puesto en el once. Dos penaltis provocados en Soria
y dos tantos anoche en el Bernabéu, amén de ser el futbolista más peligroso del
Madrid. Gran momento de forma del extremo gallego, que a diferencia de Zidane
sí se fue fastidiado a casa: “No me puedo
ir contento. No hemos ganado. Es difícil explicar qué nos pasa, pero tenemos
claro que hay que entrenar mejor y jugar con más confianza”. Asimismo Vallejo,
que lleva un rato en el Madrid, a diferencia de las palabras prepotentes del
capitán Marcelo, indicó una premisa clave, el juego del Madrid debe mejorar, y
le faltó añadir, hay que traer dos o tres jugadores (defensa, delantero y medio
defensivo) para afrontar con ciertas garantías la Liga de Campeones y la Copa
del Rey (casi que el único torneo accesible para un Madrid que se ha
derrumbado).