lunes, 30 de abril de 2018

EL BARÇA GANA UNA LIGA BARRIENDO


A falta de tres jornadas los de Valverde han recuperado el cetro liguero en un campeonato que han dominado desde el principio sin caer derrotados aún


Antonio Blanca


La trigésimo quinta jornada de La Liga resultó ser la definitiva en cuanto la pelea por la cima y la supervivencia. Riazor fue el foro en el que se desarrollaría el último debate. En el coso coruñés triunfaría el Barcelona, brillante e industrial campeón, y la tribuna mandaría al infierno a un Deportivo que ya no llegará a cazar al decimoséptimo clasificado en las tres fechas que restan. El evento arrancó con el pasillo con el que los gallegos honraron al reciente campeón de Copa, en una suerte de anticipo de lo que vendría. Porque el sistema de Seedorf desplegaría una propuesta táctica ambiciosa que arriesgaba mucho a la espalda de su centro del campo -más creativos que destructor-. Tenía que ganar al coloso para seguir respirando como equipo de Primera y los culés, que con el empate les valía, buscaron la anestesia ante el pretendido incendio local y encontraron el 0-1, obra de Coutinho. Pero sólo jugarían los de Valverde cuando les tocaba atacar, en fase defensiva se desconectarían. En consecuencia, y a pesar de que Messi puso el 0-2 antes del descanso, los tantos de Lucas Pérez y de Colak lograron las tablas en el minuto 64. El empate y la relajación del favorito propulsaron a un conjunto blanquiazul que rozó la remontada, momento en el que Stegen reclamó el protagonismo que ha venido teniendo a lo largo del calendario. El Txingurri sacó a sus extremos ofensivos para poblar la medular de músculo y le salió redonda la jugada. Lionel, provisional Bota de Oro, redondeó la síntesis de todo el curso liguero que supuso este partido. La consistencia defensiva renació cuando sacrificó la calidad y el genial 10 argentino resolvió. Entre los minutos 82 y 85 zanjó el último alirón de Iniesta con un triplete maravilloso. Una exhibición individual a la contra, la enésima, que condenó al descenso a un 'Depor' voluntarioso pero impotente de cara al arco rival.

Ese resultado revistió de intrascendencia al resto de compromiso de los que ocupan la zona de Liga de Campeones. El Real Madrid fue el primero en presionar al resto. Lo hizo ganando sin brillo y con la cabeza en el Bayern a un Leganés respondón (2-1). Los goles de Bale y de Borja Mayoral -antes del entretiempo- no constituirían la sentencia de los tres puntos, pues los pepineros recortaron distancias por medio de Brasanac y llegaron a rozar el resbalón de los merengues. Saldría a flote la versión suplente madridista, obligando a Atlético y Valencia a seguir el ritmo.

Los colchoneros defenderían su segunda plaza ganando por la mínima al Alavés. La diana de Gameiro -minuto 79 y de penalti- sacó a los de Simeone victoriosos de una visita a Mendizorroza en la que los menos habituales dieron la cara más trabajadora para superar a los babazorros (0-1). A pesar del fallo de Torres en el lanzamiento de una pena máxima -las dos serían cometidas por Wakaso- y de la expulsión de Correa. Y los levantinos, por su parte, continuaron su sangría de puntos repentina al no poder pasar del 0-0 en Mestalla y frente al Éibar.

Por detrás, todavía estar por desbrozarse una zona de Europa League que contempla al Betis, al Villarreal y al Getafe en los puestos quinto, sexto y séptimo. Los verdiblancos, que juegan este lunes ante el Málaga, mantienen ocho puntos y un partido menos sobre el octavo; el Submarino, que goleó al Celta con un hat-trick de Bacca -en media hora-, rompió su mala racha para afianzarse; y los azulones escalaron hasta la frontera continental al haber arrancado un empate a uno en Butarque ante el rival directo Girona -jugando con uno menos la mayor parte del minutaje y con el penalti fallado por Molina-.

Los getafenses amortizaron la derrota que sufrió el Sevilla el viernes. El último duelo dirigido por Montella fue una derrota en el Ciutat de Valencia ante un Levante lanzado en pos de la salación (2-1). Los goles de Roger y Morales tumbaron a los hispalenses y les dejaron fuera de la zona continental por primera vez en mucho tiempo. Los de Nervión están octavos, con un partido menos y un punto de desventaja (seis y ocho sobre Villarreal y Betis). Y a su rebufo se han pegado los de Machín -empatados a puntos- y una Real Sociedad en ignición -a dos puntos tras golear al Athletic, por 3-1 y con dos dianas en propia meta de Mikel San José-.

En la zona de lo decidido viajan ya Espanyol y Las Palmas. Los canarios, descendidos, evidenciaron personalidad y pundonor para no dejarse ir y complicar a un bloque catalán que ha acabado por derrumbarse hasta tener los mismos puntos que el Levante. Gerard Moreno, de sensacional curso en lo anotador, neutralizaría el tanto de Calleri pero no logró acallar la pitada de un graderío irritado por la dinámica que su equipo ha dibujado en la segunda vuelta.

jueves, 26 de abril de 2018

ASENSIO MARCA EL CAMINO


No fue el mejor partido del Madrid de Zidane que sí supo sufrir y aprovechar los desaguisados defensivos del Bayern de Múnich


Antonio Blanca


El Real Madrid aterrizó en tierras bávaras con la intención de rebatir la sospecha que les coloca como favorecidos por el estamento arbitral y para demostrar al Bayern y a sí mismos que lo vivido ante la Juventus fue un accidente. Para ello, Zinedine Zidane volvió a mover a sus piezas y desplegó un once que sacrificó a Benzema para apostar por el control a través de la posesión que pensó que le darían Isco, Lucas Vázquez, Modric, Kroos y Casemiro. Ronaldo quedaba como islote ofensivo ante un bloque bávaro que presentó un 4-1-4-1 en el que Javi Martínez ejercería como ancla defensiva de una medular tendente a la creación de fútbol.

Con Robben y Ribéry pegados a las bandas, Müller y James eran los interiores que debían herir entre líneas a la delegación española y, de paso, alimentar a Lewandowski. Jupp Heynckes eligió a Rafinha y a Kimmich como laterales (para suplir la lesión de Alaba) y, también, ordenó incendiar el ritmo desde el comienzo del partido. Lanzarían presiones abrasivas y muy elevadas los campeones de la Bundesliga, que crearon la primera ocasión del envite fruto de este agresivo método, James repelió un despeje de Carvajal que le cayó a Lewandowski. El polaco llegó a línea de fondo y centró para que Müller perdonara el remate en el segundo poste. No había transcurrido ni un minuto.

Ramos y Varane se plantarían para uniformarse como anti aéreos que despejaran los centros laterales consiguientes, en plena marejada construida por los locales. El viento soplaba con fuerza en dirección a la meta de Keylor Navas, pero ajustaría mejor la formación de 4-5-1 merengue en fase defensiva para anestesiar el tempo. Además, en el séptimo minuto los germanos sufrieron un imprevisto potente: Robben se retiró lesionado. La flecha neerlandesa, amenaza latente, salió de circulación y ocupó su lugar Thiago. Mas los alemanes frenaron su compás para virar de la verticalidad precoz a una horizontalidad en estático. Y no dejarían de propulsar presiones altas, hecho que empujó a los españoles a amontonar pelotazos.

Sin embargo, cuando se superó el vigésimo minuto había ganado peso en la guerra por la pelota el Madrid. Isco, Modric y Kroos se asociaron con más fluidez y el remate desde larga distancia emitido por Rafinha (a las manos de Navas) quedó en la anécdota que atestiguó la transición de las riendas. Los defensores del título habían padecido para conectar con Ronaldo (receptor de envíos optimistas y largos al espacio) pero cuando se arribaba a la media hora el cuero era madridista, con Carvajal como herramienta primordial de avance. De hecho, el lateral ejecutó el primer disparo de los de Chamartín a los guantes de Ulreich, el sustituto de Neuer, y puso a Ronaldo un centro que culminó el luso con un testarazo demasiado angulado.

El problema para los madrileños resultó que esta vez fueron ellos los que cedieron cuando mejores sensaciones emanaban. Justo después, el Bayern sacó de puerta con astucia y James tradujo la salida de pelota en una transición venenosa. El colombiano sangró el pobre repliegue visitante, en claro fallo táctico, para disparar un 3 para 2 con mayoría alemana. Kimmich condujo, en solitario (durante 40 metros), para abrir el marcador. El lateral engañó a un Navas descentrado que regaló su primer poste. La pegada fue teutona. El Madrid acusó el golpe y volvió a ceder el timón del pentagrama. No obstante, se desplegaría hasta el descanso un intervalo de inseguridad y desconcentración notables en labores de achique (personalizadas en Marcelo, que no bajó y dejó su espalda como el escenario perfecto para el éxtasis de la tribuna).

Así, mientras que Boateng también se rompió (entró Süle), el Bayern navegaba al galope de su convicción refrescada. Otra pérdida en campo propio entregó a Ribery la opción de hacer el 2-0. El contragolpe fulgurante localizó a Thiago como asistente. El galo, de cara a Keylor, falló en el control y el 'tico', urgido, llegó a tiempo para maquillar el descenso de la atención táctica de sus compañeros. Sobre su meta rematarían con nitidez Hummels (tras el desvío en el primer poste de Lewandowski, en saque de esquina) y Müller, tras otro centro lateral. El esfuerzo de cierre merengue hacía aguas. Incluso los pases frontales hacia el delantero polaco hacían temblar a Varane y Ramos. La facilidad de llegada a posiciones de finalización germana era sonrojante.

Pero al filo del descanso, después de lo descrito y de la confirmación de lo antagónico de las inercias, Carvajal cruzó desde el pico del área un cabezazo parabólico que se paseó por el área ajena. La redonda no sería rematada en un primer intento y quedó suspendida y apetecible para que Marcelo descerrajara una volea cruzada que se coló por la cepa del poste de Ulreich. Arrancó el conjunto español un empate de difícil pronóstico que obligó a repensar la hoja de ruta a Heynckes. El valor doble de los goles a domicilio le propició el dilema de ir a por el quiebre de la eliminatoria en Múnich o contemporizar y no exponerse al contraataque merengue. Sea como fuere, todavía Lewandowski cabeceó, sin marca, un córner que Navas supo sacarse de encima antes de marchar al túnel de vestuarios.

La relación de chuts (siete a cuatro y tres a dos en cuanto a los intentos entre palos) y el ratio de posesión (56-44 por ciento) retrató el mayor cúmulo de minutos jugado bajo los presupuestos alemanes, por lo que Zidane también tenía trabajo. El gol del lateral carioca podría ejercer como catalizador, empero la fragilidad defensiva era muy peligrosa para la supervivencia de los suyos. Su apuesta inicial no le entregó el control de forma sostenida y se tornó en ineficaz sin pelota y denso y roto con ella. Isco, Modric y Kroos habían constituido extras en el devenir. El entrenador galo leyó la necesidad de ganar verticalidad y rapidez combinativa y sentó al malagueño (con un golpe en el hombro) en el entretiempo para dar entrada a Asensio.

La maniobra surtiría efecto, ya que los capitalinos salieron a la reanudación con voluntad dominadora. Asensio se involucró de inmediato en la asociación y la manutención de una circulación que se volvería perenne. Eso sí, las lagunas en las coberturas no se suturarían y Ribéry avisó ganando la espalda de Carvajal, sentando a Casemiro y centrando para que Varane despejara in extremis. Los bávaros optaron por entregar el cuero, metros y la iniciativa, pero sus colmillos siguieron afilados. Y el propio Ribéry, renacido, captó espacio para recorrer, se coló entre Lucas Vázquez y Carvajal y chutó para que Navas aumentara su apreciación.

En una suerte de déjà vu, cuando el conjunto en desventaja en cuanto a sensaciones crecía, el rival le golpeaba con puntería. El escuadrón rojo, que volvería a percutir con otro derechazo de Ribéry conjugado por Keylor, se había apropiado de la exclusividad del peligro, pero sería el Madrid el que se adelantaría en el marcador. Atrincherado en su cueva, achicando un saque de esquina, Lucas Vázquez y Asensio se estirarían para presionar. Propiciaron el error grosero de Rafinha, que le entregó el cuero al balear. Entonces, se estableció un dos para uno, con inferioridad alemana, que revolvió Asensio con un zurdazo cruzado inapelable.

Se lesionó Carvajal al tiempo que sus líneas volvieron a regalar la iniciativa y recularon. Entró Benzema, en un intento por sentenciar con goles el cruce, pero la invitación al asedio contrincante le estaba sobrepasando a la tenebrosa retaguardia merengue. Ribéry era protagonista, y Lucas Vázquez el lateral improvisado, chutó para el despeje de emergencia de un zaguero el su enésimo desborde y gestó un córner en el que Müller no empató de milagro. El centro fue peinado por Martínez y el cuerpeo con Ramos regateó el remate definitivo, con protestas locales ante el posible penalti. Estaba sufriendo el equipo en franquía.

A falta de 20 minutos, Tolisso entró por Javi Martínez (cambio muy ofensivo), aprovechando la reclusión auto impuesta por los madridistas. Con la irrupción del cansancio, Benzema brotó (su única aparición en el partido, eso sí, con una ejecución excelente) para eludir a sus contrarios y marrar un mano a mano con el meta local. Hasta ese punto, desde el 2-1 los españoles sólo filtraron un gol anulado a Ronaldo. Kovacic fue el elegido para proteger a Casemiro (con amarilla) y apoyar a Lucas Vázquez en la contención. El gallego padeció de lo lindo y cedió una falta lateral infantil que rompió la sobrevenida placidez del encierro visitante. Acto seguido Tolisso detectó el desmarque centrado de un Lewandowski que perdonó el cara a cara con Navas, en el 89. La reproducción del modelo de ventaja en el marcador y repliegue y contragolpe fructificó y el coloso madridista volvió a tomar el feudo del aristócrata germano. En esta oportunidad, saliendo a flote con capacidad de sufrimiento.

lunes, 23 de abril de 2018

A TIRO DE UN PUNTO

Los continuos pinchazos del Atlético de Madrid dejan en bandeja al Barça la posibilidad de alzarse con el título en La Coruña el próximo fin de semana si logra al menos un empate

Antonio Blanca

El Betis arrancó un empate a cero en el Wanda Metropolitano ante el Atlético de Madrid con el que consolidó su sueño europeo y confirmó su proyecto futbolístico, en tanto que la cruz de los partidos disputados de la trigésima cuarta jornada fue para la UD Las Palmas, que certificó su descenso a Segunda al caer goleado ante el Alavés. Las tablas acercan al cuadro de Quique Setién a la Liga Europa y al Barcelona al título, puesto que dispone de una ventaja de once puntos sobre el Atlético cuando aún le quedan por jugar cinco encuentros, mientras que a la escuadra de Diego Pablo Simeone le restan cuatro.

En Riazor el Barcelona puede proclamarse campeón el próximo domingo y rubricar un nuevo doblete. El Real Madrid, que ya hace tiempo dio adiós y cedió su corona, garantizó la Liga de Campeones. Veinticuatro horas después de que los hombres de Ernesto Valverde se proclamaran campeones de la Copa del Rey con la exhibición de Andrés Iniesta ante el Sevilla (5-0), el Wanda Metropolitano volvió a albergar un partido de altos vuelos y muchas ambiciones, en este caso entre el dueño del terreno y el otro equipo sevillano.

Este mostró su personalidad y su gusto por el fútbol combinativo. Llegaba después de enlazar seis triunfos seguidos y no renunció a su filosofía pese a tener enfrente a todo un Atlético. Mandó durante muchas fases y dio la cara. Tuvo ocasiones importantes para dar un paso aún más definitivo hacia la Liga Europa, como también el Atlético para tratar de sellar el segundo puesto, pero por Aissa Mandi, las maderas y falta de acierto el marcador permaneció invariable. Jan Oblak acabó de nuevo imbatido y el Atlético comienza a pesar ya en la visita al Arsenal del jueves en la ida de las semifinales continentales, aunque no pudo lograr el objetivo de reencontrarse con la victoria tras la derrota de Anoeta y esta igualada.

Girona y Real Sociedad no pudieron aprovechar la 'minijornada' (Sevilla-Real Madrid y Barcelona-Villarreal tuvieron que aplazarse por la final copera) para aproximarse a su sueño europeo, al caer ante Espanyol (0-2) y el descendido Málaga (2-0), respectivamente. El cuadro gerundense acumula ya cinco tres partidos sin vencer en Montilivi al desaprovechar al sucumbir al acierto de Gerard Moreno, que con su doblete puso fin a la mala racha espanyolista y alumbró el debut en el banquillo de Gerard Moreno, sustituto de Quique Sánchez Flores, destituido el viernes.

Mientras tanto, la Real Sociedad sufrió su primera derrota en la era Imanol Alguacil en el momento más inesperado, cuando el equipo había iniciado una reacción que le metía de lleno en la lucha por Europa. Cayó en La Rosaleda ante el descendido Málaga. Entre las protestas y el malestar de la afición local, Adrián González y el marroquí Youssef En-Nesyri, con dos tantos en el primer tiempo, sellaron el triunfo malaguista.

La UD Las Palmas acompaña al Málaga camino de Segunda. Lo tenía más que difícil pero no pudo prolongar las mínimas esperanzas. Fue duramente goleado en el estadio de Gran Canaria por el Alavés, que vivió la cara de la moneda al certificar matemáticamente su permanencia con un 0-4. Se desmoronó tras el descanso el equipo de Paco Jémez, cuyos cambios de jugadores y de esquema resultaron letales y fueron aprovechados por los hombres de Abelardo Fernández para llevarse de vuelta a casa la continuidad en la elite. Justo después de que Oghenekaro Etebo enviara a la escuadra una falta directa (m.50) el Alavés metió la directa. Munir El Haddadi logró un doblete (m.71 y 73) con el que liquidó al equipo insular. Álvaro Medrán (m.79) y Rubén Sobrino (m.91) hicieron el resto ante un conjunto descompuesto y desarbolado. Las Palmas así a la categoría de plata solo tres años después de lograr el ascenso a Primera, en junio de 2015, tras haber estado trece años alejado de la máxima categoría del fútbol español.

El Levante, que marca la salvación, podría agravar todavía más la situación del Deportivo si consigue vencer en el partido del lunes al Athletic en San Mamés. El equipo valenciano tiene seis puntos de ventaja sobre el gallego. De ganar serían nueve a falta de cuatro encuentros.

domingo, 22 de abril de 2018

INIESTA SE EXHIBIÓ EN SU ÚLTIMA FINAL

Jordi Grimau


La cara de Iniesta tras la eliminación ante la Roma en Liga de Campeones reflejaba la decepción de un histórico del Barcelona ante la que era una decepcionante despedida de la máxima competición continental. Ese pesar en la mirada tuvo este sábado reflejo al otro lado del espectro.

Con su marcha a China confirmada, Iniesta dejó sobre el césped del Wanda Metropolitano una exhibición de por qué se le ha considerado uno de los mejores jugadores del panorama futbolístico. Tanto él como todo el equipo de Valverde se tomó esta final como una reválida de aquella decepción, dejando al Sevilla como una mera comparsa y dando una pátina más de incredulidad a la hazaña de la Roma.

El problema para el Sevilla no era sólo que Iniesta quiso dar una clase magistral sino que Messi no iba a dejar pasar la ocasión para poner de relieve su estado de forma. Ahogando al Sevilla con la pelota en los pies, el Barcelona encerró a su rival desde el primer momento.

Aún con todo, el marcador lo abrió Suárez poco antes del cuarto de hora gracias a la combinación entre el fenomenal pie de Cillesen, que lanzó un pase desde su área hacia el desmarque de Coutinho más allá de la línea de medio campo, y el error de la zaga sevillista, que perdió tiempo de reacción y colocación dudando si había fuera de juego o no. No lo hubo, y Coutinho dispuso de espacio y tiempo para esperar la llegada de Suárez, que acabó empujando, no sin dificultad, la pelota al fondo de la red.

El 0-1 pareció por momentos despertar al Sevilla de su letargo y llegó a contar con varios acercamientos y ocasiones que rondaron la portería, empero, la fuerza y puntería de las mismas no fue la correcta.

Entretanto, el Barcelona seguía buscando alguna conexión con peligro tocando y tocando. Y así, a la media hora, sumó el segundo tanto con un auténtico golazo. Iniesta y Alba hicieron diabluras en banda izquierda hasta lograr que el lateral se lanzara al interior del área buscando la línea de fondo. Al borde del área pequeña, Alba se inventa un taconazo atrás para que Messi llegara y rematara de primeras con la zurda para firmar el 0-2.

Grogui el Sevilla, el Barcelona no frenó y obtuvo rédito a su dominio con el tercer tanto, ya en el minuto 40. Messi, con un primer toque brutal, dejó solo a Suárez con la pelota para que batiera sin dificultad a David Soria.

El paso por vestuarios cambió poco la dinámica en la segunda mitad. Montella dio entrada a Sandro por Correa para tratar de sacar petróleo en los balones arriba. Pero la noche no estaba destinada a una remontada mítica de las que acostumbran los andaluces. La noche tenía un protagonista y ese era Andrés Iniesta.

El manchego abrió la jugada y el manchego la culminó. Entre medias, una pared con Messi para quedar dentro del área y un mareo a Soria para quedarse con toda la portería para él. Así, en el minuto 53, hizo Iniesta el 0-4, dando lustro al listado de goleadores en su última final como azulgrana.

La noche azulgrana siguió brillando aún más según pasaban los minutos. La afición sevillista seguía animando a los suyos a pesar de las circunstancias, que se siguieron agravando para ellos en el minuto 68.

Una mano clara de Lenglet privó en primera instancia a Coutinho celebrar un gol al quedar anulado por el penalti pitado. La celebración del brasileño sólo se pospuso unos segundos dado que fue el encargado de lanzar, y convertir, la pena máxima para hacer subir el 0-5 al electrónico.

Una final copera con tal diferencia sobre el campo y en el marcador retrotrae a un fútbol de otro tiempo. De hecho, salvando el 6-1 del Real Madrid al Castilla, hay que seguir buceando en los anales para llegar al 5-0 del Athletic al Espanyol en 1915. Historia vista este sábado que tendrá en Iniesta al MVP más que merecido. Recuperando para hoy la versión que le hizo grande y que le permite, ahora sí, irse con la cabeza alta de una última final y con el título liguero a tiro de triunfo.

jueves, 19 de abril de 2018

EL FÚTBOL QUIERE SALIR A BOLSA


Varios clubes de la Liga de Fútbol Española negocian con los bancos su futuro en los mercados


Antonio Blanca


Los goles de los equipos españoles buscan un lugar en los mercados financieros. Como discurren los hechos, puede que lo encuentren muy pronto, ya que varios equipos de fútbol del país están explorando la posibilidad de dar el salto a la bolsa.

Así lo ha confirmado este jueves Javier Gómez, director general corporativo de La Liga, quien ha explicado que la patronal del fútbol profesional español trabaja ya con varios clubes para valorar esta opción.

Tenemos contacto con operadores financieros que están en contacto con banca de inversión, y trabajamos con clubes que tienen intenciones de arrancarse en ese campo. Estamos preparados y ofrecemos este servicio”, ha confirmado Gómez durante la presentación del Informe Económico Financiero del fútbol profesional.

En cualquier caso, esta posibilidad, que ya fue anticipada por el presidente de La Liga, Javier Tebas, en una entrevista concedida a Actualidad Económica, es “una posibilidad embrionaria”, afirmó Gómez.

El directivo de la patronal que incluye a los equipos de Primera y Segunda División, ha recalcado que estos planes dependen del “caso particular de cada club”. Ha añadido que “una salida a bolsa implica mayor transparencia, que das mayor credibilidad a todos los sectores: financiero, patrocinadores, todo el mundo. Porque estás muy controlado, cualquier hecho es hecho relevante y lo tienes que anunciar… Eso es bueno”.

La presencia en los mercados permitiría a los clubes obtener “mayores recursos”, aunque deben preguntarse, considera Gómez, si están dispuestos a acoger en su accionariado a inversores externos. “A lo mejor no tiene sentido que un club salga a bolsa solo por el glamour de salir. Un club que tiene una deuda de 20 millones y tiene planificado devolverla en cinco años y hacerse una ciudad deportiva, puede ser que con la salida a bolsa y la llegada de inversores pueda hacerla antes, tiene sentido. Eso hay que mezclarlo con el control económico”, agregó.

Gómez explicó también que, en cuanto al requisito de tener varios años de beneficio para llevar a cabo la salida, a día de hoy la gran mayoría de los clubes de La Liga Santander (Primera) lo cumplen.

A día de hoy, más de una veintena de equipos de fútbol europeos cotizan en bolsa, con nombres tan representativos como el Manchester United, la Juventus, la Roma o el Oporto.

lunes, 16 de abril de 2018

UNA VICTORIA POST DEPRESIÓN

El Barcelona acaricia el título en la jornada en la que Isco volvió a destapar el tarro de las esencias

Antonio Blanca

La jornada 32 del calendario liguero acogió un puñado de duelos que han podido determinar el desenlace de los tres duelos que se están desarrollando: el título, el acceso a los puestos europeos y la batalla por la permanencia en Primera. Correspondiente al primer epígrafe fue el Barcelona-Valencia que vivió el Camp Nou. Se medían en la Ciudad Condal el puntero, que venía de sufrir un descalabro histórico en Liga de Campeones, y el enrachado tercer clasificado. Y su enfrentamiento resultó tan igualado como se presumía.

Los azulgrana y los levantinos, cada cual en su estilo, interpretaron una partitura equilibrada, de tintes tácticos, en el que Ter Stegen y Neto brillaron más que los ataques. No obstante, Rodrigo perdonaría los claros contragolpes de los que dispusieron los de Marcelino para agujerear el maltrecho equilibrio de los locales. No acertaron a rematar entre palos o a las redes en sus escapadas (con un Guedes colosal) y sería Luis Suárez el que abrió el marcador, tras un pase delicado de Coutinho. Sin la mejor versión de Messi ni de Iniesta, otra vez, la apuesta industrial de Valverde saldría a flote cuando Umtiti, de cabeza, hizo el 2-0. Pero el conjunto visitante no le perdió la cara al duelo. Aguantó el modelo de repliegue y contragolpe con firmeza y se reenganchó al electrónico toda vez que el central francés cometió un penalti transformado por Parejo casi al final del choque. Empero los ches no dispondrían de la capacidad para arrancar el punto de su visita al templo culé y cedieron terreno en la tabla general. Los líderes, sin estridencias, se limitaron a quemar otra hoja de la agenda.

Porque el Atlético y el Real Madrid ganaron, manteniendo las desventajas pertinentes. Los colchoneros hicieron los deberes y doblegaron al Levante en un encuentro que abrió Correa y que Griezmann y Fernando Torres, con sendos golazos, se encargaron de cerrar. El monopolio rojiblanco resultaría comparable al merengue en Málaga. Isco resplandeció como maestro de ceremonias, anotando un gol y dando otro (a Casemiro). En el día en que Benzema evidenció clase y los suplentes compromiso (Ronaldo, Modric, Kroos, Marcelo, Varane o Bale no fueron de la partida), recobraron sensciones los de Zidane. Si bien, el 1-2 final no refleja la comodidad de su desempeño. Una labor plena de profesionalidad y fluidez que les devolvió la tercera plaza.

Por detrás, en la jurisdicción de la Europa League se desataron dos enfrentamientos clave. De ambos salió victorioso un Betis que no parece tener freno y que ya es quinto, con cuatro y cinco puntos sobre sus perseguidores. Los verdiblancos visitaron Montilivi y conquistaron Gerona (rival directo) gracias a una jugada proverbial de Joaquín que tradujo en tres puntos dorados el canterano Loren. Esa victoria supo aún mejor a los de Setién cuando comprobaron que Sevilla y Villarreal empataban en el Pizjuán. Los amarillos se pusieron 0-2 (goles de Raba y Bacca), pero el orgullo de los de Montella sobrevino. A pesar de quedarse con uno menos y de fallar un penalti nadarían hasta el 2-2 (Nolito y N´Zonzi). En todo caso, la épica quedó anestesiada por el acierto de los de Heliópolis.

La sexta plaza del Submarino y la séptima del Sevilla son la frontera hacia donde miran los gerundenses (a tres y cuatro puntos), el Celta y el Getafe. Los gallegos, que están a cuatro y cinco puntos de la antigua UEFA, cayeron por la mínima en Butarque, en el día en que al Leganés le dio por refrescar su competitividad. El solitario gol de Guerrero casi certificó la salvación pepinera. Y los dirigidos por Bordalás (a cinco y seis puntos de los primeros escaños continentales) sumaron de tres en tres en la recepción de un Espanyol que se complica. El golazo de Damián dictó sentencia y premió el dominio local.

En la parte baja sobresalió el cuerpeo ganado por el Deportivo de la Coruña en San Mamés. Ziganda podría estar ya sentenciado, y más después de perder por 2-3 ante los gallegos, que ocupan la plaza decimoctava. Una actuación sensacional de Lucas Pérez -participó en todos los goles de su conjunto, sellados por el doblete de Adrián y el tanto de Borja Valle-. El 0-2 inicial fue mitigado por Raúl García y el 1-3 por Susaeta, pero los leones no fueron capaces de tumbar el muro de Seedorf en la recta postrera.

Ese respingo y la derrota del Levante se aliaron para dejar a los blanquiazules a cinco puntos de la salvación, con 15 en juego. Los que lo tienen más complicado son el Málaga y la UD Las Palmas. Los andaluces, como se ha dicho, perecieron ante el vigente campeón en La Rosaleda y son colistas (a 14 puntos de los granota), mientras que los canarios se dejaron una parte pesada de sus opciones al caer, en casa, frente a una Real Sociedad que con el nuevo técnico tiene sueños europeos.

La impotencia ofensiva de los de Paco Jémez y el gol de Oyarzabal deja a unos en la estacada (a 10 puntos de los del Ciudad de Valencia) y a los donostiarras con siete puntos de desventaja ante los de Nervión. Y la jornada se cerró con el intrascendente triunfo del Alavés en el derbi vasco que tuvo lugar en Ipurúa. El gol de Guidetti acercó la salvación al Alavés, premiando el trabajo de Abelardo. Y, asimismo, negó a los armeros los anhelos europeos.

jueves, 12 de abril de 2018

NOCHE EMBRUJADA

Cerquísima estuvo el Real Madrid de ser remontado por la Juventus en una noche aciaga en defensa y cara al gol que fue salvada en el minuto 93 por un gol de Ronaldo de penalti por la escuadra

Antonio Blanca


El Real Madrid afrontó ayer miércoles una prueba de fuego a su concentración. El 0-3 cosechado en Turín bien podía generar una relajación similar a la exhibida por el Barcelona en su histórica debacle en Roma. La Juventus, que llegó sin Dybala, es, al fin y al cabo, la ganadora de la Serie A en las últimas seis temporadas, amén de una defensa colosal y en bloque emblemático por su ancestral competitividad. Por todo ello, en Chamartín se pretendió evitar cualquier atisbo de autocomplacencia. El billete a semifinales estaba muy encarrilado, más que como lo tenía el conjunto de Valverde, pero la batalla estaba servida. La desconcentración abriría las puertas al averno.

Zinedine Zidane suplió la baja de Sergio Ramos apostando por Vallejo. Prefirió dejar a Casemiro en su lugar, como ancla de la medular dirigida por Modric, Kroos e Isco. Asimismo quiso entregar la alternativa a un hambriento Bale como pareja de Ronaldo. Allegri, por su parte, sólo se dejó en el banquillo a Cuadrado. Sacó el italiano a todo el arsenal restante, con Mandzukic, Higuaín y Douglas Costa como línea ofensiva de un 4-3-3 que anhelaba conducir el envite al plano físico. De Sciglio y Alex Sandro se transformarían en extremos y los balones largos hacia la delantera se erigían como una solución de la que no pudieron tirar en la ida. Por ende, no cabían desajustes inoportunos que cultivaran un paisaje alejado del control del esférico y el tempo estudiado por los locales.

Pues bien, a los dos minutos el ardor juventino ya había arrancado el 0-1. Superó la presión merengue (se notó sobremanera el regreso de Pjanic) y lanzaron una transición en la que Douglas Costa ganó a Casemiro y abrió a Khedira. Cuatro transalpinos esperaban el centro, por tres zagueros locales, y el germano puso un envío sublime que Mandzukic embocó a la red, en solitario y desde el segundo poste. Cada recuperación de la Vecchia Signora se traduciría en fogonazos, con centros laterales venenosos, sobre todo por el perfil de Marcelo. Navas taparía un centro de Costa, todo un puñal, y rechazó el remate de Higuaín al rechace.

Tardó diez minutos el Madrid en domar a su oponente. Matuidi, Khedira, Mandzukic, Costa e Higuaín lanzaban una presión asfixiante que Modric, Kroos, Isco y Casemiro demorarían en domesticar. Cuando lo hicieron, el croata tiró una pared con Ronaldo y dejó a Bale en mano a mano con Buffon. El icónico portero repelió el primer intento y el taconazo del galés en el rebote se fue al lateral de la red. Se asentó el vigente ganador del torneo e Isco se estrelló en Buffon de primeras, para en un posterior envite batirlo. El gol fue anulado de manera injusta, pudiendo haber supuesto el empate a uno y el punto y final a la agónica noche que la Liga de Campeones le deparó al Real Madrid.

La esencia del enfrentamiento se desnudaría con celeridad, el ataque predominó. Los líderes en la carrera por el Scudetto entraban por el carril de Douglas Costa con placidez y un córner provocado por esa vía ofreció a Mandzukic un remate que Keylor acertó a neutralizar. Padecieron los visitantes la lesión de De Sciglio que hizo entrar a Leichteiner e implementarían una cesión de metros y de la iniciativa, con ráfagas de presión, que alejaron a los madridistas del área propia. Khedira emitió una volea fuera de tino, subrayando la jerarquía de una Juventus que ocupaba los espacios con sabiduría.

Pasada la media hora la pelota comenzó a pintarse de blanco (60% de posesión). La activación tras pérdida capitalina daba resultados y Marcelo e Isco chutaron sin éxito. Buffon salvaría a los suyos en un cara a cara con el malagueño, patrocinado por un pase entre líneas de Ronaldo. Pero los bianconeri rubricarían que el primer capítulo de la eliminatoria fue un accidente y volverían a morder. Otra salida nítida de la circulación italiana, hiriendo a Marcelo, otra vez, confluyó en centro de Leichteiner y cabezazo a la red de Mandzukic. El ex del Atlético volvía a imponer sus centímetros a Carvajal. En el segundo poste, minuto 37.

El testarazo de Varane al larguero después de una falta lateral botada por Ronaldo, dio carpetazo a un primer tiempo en el que la ausencia de coordinación y ajustes defensivos de los merengues les penalizó hasta el punto de construir, de manera merecida, un escenario absolutamente tenso. No obstante, la relación de chuts a puerta favorecería a los turineses (3-4). El caudal ofensivo de Douglas Costa y la lucidez de Pjanic y Khedira en la distribución fue suficiente para poner en jaque a la zaga española endeble. Zidane, que vio cómo su delantero estrella no tiró en los 45 minutos iniciales y su dibujo no marcaba la pauta, debía reaccionar, pues otro tanto contrincante dispararía el olor a hecatombe en Concha Espina. La falta de puntería y de equilibrio táctico les abocó a un anochecer muy peligroso. El rendimiento en fase defensiva dio síntomas de caos.

El técnico galo lo hizo, con valentía. Sentó a Casemiro y a Bale para dar entrada a Asensio y Lucas Vázquez. Pasaba a competir con un 4-5-1, para reforzar su medular y tino en el cuidado del esférico. Aunque sacrificara al único recuperador de su centro del campo. Douglas Costa señalaría el envés de esa decisión y chutó fuera, desde la frontal al inicio del segundo tiempo. Zizou leyó lo idóneo de convulsionar a sus futbolistas cuanto antes y el prólogo de la reanudación entregaría el timón a su escuadrón. Ronaldo chutaría por primera oportunidad en el minuto 57, ampliando la sombra de Buffon. Pero sufriría en el cierre, Higuaín probó a Navas y el 'tico' marraría al atajar un envío punzante de Costa (el mejor del partido) que Matuidi usó para empatar la eliminatoria. Restaba media hora, un gol de cualquiera de los dos contendientes mandaba al otro fuera. Tres centros laterales desde la banda izquierda madrileña sangraron hasta el colapso al gigante nacional.

Empezaba otro partido de 30 minutos. Con el valor doble de los goles y la confianza como elementos nucleares. Una falta desde la frontal lanzada arriba por Asensio inauguró las hostilidades. La iniciativa sería madridista, pero sólo llegaría a la meta italiana antes de la recta postrera con un chut mordido de Ronaldo. Zidane completó los cambios sacando a Modric (lesionado) por Kovacic. La Juventus, más encerrada que nunca (con el granero lleno), esperaría. Isco y Varane tuvieron el gol en sus remates (uno lo sacó Buffon, el otro lamió a madera) antes de que Cristiano perdonara de cabeza rozando la prórroga.

El desenlace de tamaña eliminatorio desentrañó un epílogo volcánico. Con la zaga italiana bien colocada y Asensio portando sobre sus hombros el peso de su club, desde la mediapunta se filtró uno de los pocos pases entre líneas. La pelota vertical y aérea de Kroos fue traducida en asistencia por Ronaldo de cabeza. Lucas Vázquez, en el área, tardó en reaccionar con la posición ganada y Benatia arribó por detrás para intentar despejar. Ante un contacto interpretable, el colegiado Michael Oliver pitó penalti. En el minuto 93, el del Madrid europeo. Después expulsaría por roja directa a Buffon, enajenado en las protestas, furibundo. Ronaldo se echó al Madrid a sus espaldas, y a todo el madridismo. Clavó el penal en la escuadra, con  una definición al alcance de los elegidos. Rumbo directo del Real Madrid a sus octavas semifinales consecutivas y la Juventus murió de pie. Allegri triunfo y Zidane sobrevivió.

miércoles, 11 de abril de 2018

RIDÍCULO HISTÓRICO DEL BARCELONA

Jordi Grimau

Mano de hierro en Liga, con una diferencia inalcanzable para el segundo, invicto tanto en casa como en Europa y con una ventaja de tres goles para la vuelta. Con este bagaje, el FC Barcelona se presentaba en el Olímpico de Roma para poner el sello al pasaporte y pasar al bombo del sorteo de semifinales. Un guión escrito hace siete días y que hubo que hacer pedazos.

¿Se presentó el futurible campeón de Liga española hoy en el Olímpico? La respuesta no parece afirmativa. La Roma, que se marchó el fin de semana entre pitos de su afición tras perder, arrasó al Barcelona. El 3-0 y el pase no sólo pareció justo sino que incluso se pudo quedar corto teniendo en cuenta lo que se vio sobre el terreno de juego. Exhibición de los de Di Francesco ante un equipo azulgrana inédito. Un muñeco de trapo en manos de los romanos, inertes en el césped mientras eran zarandeados e incapaces de electrificar una mínima reacción ante el abismo que se abría ante ellos.

Dzeko abrió el marcador en el minuto 6 adelantándose a la espalda de la zaga azulgrana dando rédito a un fenomenal pase vertical de De Rossi. El arreón romano era esperable e, incluso, un gol aceptable. Pero la energía de la Roma no encontraba límite y las llegadas se sucedían una detrás de otra. Balones aéreos desde los laterales, donde Florenzi y Kolarov, dueños de ambos carriles, bombardeaban el área buscando los dos "tanques" de la delantera. Cada pelota alta, un drama para el Barcelona.

El 3-5-2 de Di Francesco ahogaba el centro del campo de Valverde, que apostó por el mismo once de la ida, el del 4-1. Messi, anulado por la agresiva presión de la Roma, cedió protagonismo a Ter Stegen, salvador una derrota aún más sonrojante.

La intensidad y atrevimiento de la Roma continuó en la segunda. Si se dijo "querer es poder" en el vestuario, llevaron al límite el ejemplo sobre el campo. Aún el esfuerzo no estaba recibiendo el premio merecido, pues quedaban dos tantos de diferencia y la posibilidad de recibir alguno.

La pasividad del Barcelona tocó techo cuando Dzeko recibió de espaldas dentro del área y, mientras daba la media vuelta, fue derribado con claridad por Piqué. Penalti. De Rossi, que lleva once penas máximas consecutivas anotando, no perdonó con su infinita carrerilla en la 12ª ocasión. El marcador ya tenía el 2-0 y las 56.000 almas del estadio atronaban para llevar en volandas a su equipo.
Valverde miraba a la banda y no terminaba de decidirse por los cambios. Dembelé y Paulinho amagaban con prepararse pero eran enviados de vuelta a calentar. Dudas por un lado y empecinamiento por otro. No perdonaba la Roma, que metía aún más desborde con la entrada de Under y El Shaarawy.

El egipcio tuvo en sus pies el 3-0, pero de nuevo surgió la figura de Ter Stegen. Under tuvo su protagonismo cuando poco después, ya en el minuto 83, envió un córner donde Kostas Manolas, anticipándose a todos -en especial Semedo-, remató de cabeza en el primer palo para decantar la balanza con el anhelado y merecido 3-0.

Ahora sí, mientras caía por el abismo, el Barcelona trató de asirse al borde del precipicio con un toque de corneta. La Roma se parapetaba y el Barcelona chocaba ahora contra un muro. La historia, hoy, le dio una página dorada al conjunto italiano, que no cruzaba esta frontera en la competición desde 1984.

GUARDIOLA SE DESCOMPONE

Aránzazu Gálvez

Una década llevaba el Liverpool sin jugar las semis de la ‘Champions’ desde que lo hiciese con Rafa Benítez en el banquillo. Otra época y otras costumbres para una entidad cuya historia ha vuelto reverdecer este martes. Así lo demostró ante un City cuya superioridad en el campeonato doméstico no le ha valido en Europa.

Y eso que los ‘citizens’ tuvieron el comienzo soñado. A los dos minutos el equipo de Pep Guardiola logró el 1-0 en una brillante acción de Sterling que acabó en botas de Gabriel Jesus. El brasileño no perdonó después de que Van Dijk regalase el balón en la salida. El escenario era perfecto para los de casa.

El City continuó con este ritmo infernal durante toda la primera mitad. Los ‘sky blues’ jugaron cada minuto del primer acto como si fuese el ’89, demostrando un nivel muy alto y pusieron su valentía como escudo. Sterling estuvo muy cerca del segundo y Bernardo Silva, que dio una exhibición, la estrelló en el palo con un disparo en el corazón del área.

Antes de la acción llegó la jugada más protestada del partido y que le acabó costando la expulsión a Guardiola. Sané marcó el segundo en posición legal y el árbitro del encuentro, el español Mateu Lahoz, señaló fuera de juego de manera incomprensible. Ni hubo falta, ni ‘offside’ y el Liverpool cogió aire justo antes del descanso.

Llegó entonces la expulsión de Guardiola, que mandó callar al colegiado y no terminó el partido. El de Santpedor tuvo que seguir el choque desde el palco y fue desde ahí donde vio el adiós de su equipo. Primero porque el fuelle no era el mismo después del gigantesco esfuerzo en los 45 minutos iniciales y segundo porque los de Klopp reaccionaron a tiempo.

Salah, la bandera del club de Anfield esta temporada, picó por encima de Ederson en un desajuste e impidió que su oponente tuviese más fuerzas. Este gol desactivó a un City que siguió teniendo la posesión, pero no pudo -siquiera- llevarse la victoria. Firmino se encargó de dejar sin historia al partido con el 1-2 tras un error en la zaga local.

Los de Guardiola siguieron buscando la portería rival, pero no hubo forma de añadir más honores al comportamiento de un City que mereció mucho más y que pagó muy caro sus despistes en la ida. El Liverpool, por su parte, sigue con paso firme y decidido, dispuesto a tocar la cima con las dos manos tras haber acabado con uno de los favoritos.

LA CNMC DA EL "OK"

Carlos de Blas

Primera luz verde de Competencia a la compra de la mayoría accionarial de Mediapro por el grupo de inversión chino Orient Hontai Capital. La Comisión ha autorizado en primera fase la operación de venta del 53% de la productora controlada por Jaume Roures por algo más de 1.000 millones de euros. Lo hace en plena subasta por los derechos de emisión de la Champions League, en la que se ha quedado fuera Vodafone.
Fue el pasado mes de febrero cuando, tras meses de negociaciones, Orient Hontai Capital se hacía con el 53,5% del capital de Imagina, la productora audiovisual resultado de la fusión de Mediapro y Globomedia. Sumaban las participaciones de Torreal (22,5%), Televisa (19%) y Mediavideo (12%). El precio: 1.016 millones de euros.
Ahora, la CNMC da luz verde en primera fase a la operación. Según queda reflejado en el registro de la Comisión, se autoriza la compra de Orient Securities Company Limited, la matriz del fondo de inversión chino, a la adquisición de Imagina Media Audiovisual.
El organismo supervisor incluye dentro de las sociedades adquirientes a March 2012 Investments B.V. y Spring 2012 Investments, B.V., las compañías con sede en Holanda controladas por el propio Roures.

La transacción estaba a la espera de esta luz verde de competencia (se esperaba que concluyera en el segundo trimestre del año). Con ella, Orient Hontai Capital se convierte en el dueño del fútbol español. Pero, quién es este grupo. Fundado en septiembre de 2014, ha invertido 1.800 millones de euros (14.000 millones de yuanes chinos) en la operación española y otras diferentes con el foco puesto en el continente asiático.
Algunas de estas operaciones no han salido todo lo bien que se esperaban. La compra de la plataforma de marketing estadounidense Applovin por 1.400 millones de dólares tuvo que convertirse en una operación de deuda (de 841 millones de dólares) tras las dudas del regulador americano. Participó en la privatización de la compañía de juegos online Shanda Games o la compra de la firma de juegos móviles DianDian Interactive.
La operación de compra de Mediapro recibe esta 'luz verde' de Competencia en plenas negociaciones con los gigantes de las telecomunicaciones, con el objetivo de lograr 'colocar' los derechos de retransmisión de los partidos de la próxima Champions League. Una subasta de la que se ha bajado Vodafone, algo que ha sorprendido a todos sus competidores y que podría influir de manera significativa en el precio pagado finalmente.
Quedan semanas de negociación individual de Mediapro con Telefónica y Orange, que tratarán de empujar a la baja los derechos. Tanto unos como otros han advertido durante los tres últimos meses que los precios pagados en el pasado -Telefónica abonó 2.400 millones en 2016 por tres temporadas de La Liga y Champions League- estaban desproporcionados.
El caso de Telefónica es el más llamativo. El consejero delegado de la compañía, Ángel Vilá, aseguraba en la presentación de resultados del año 2017 que era "altamente improbable" que renovaran el acuerdo con Mediapro para la emisión del campeonato de fútbol europeo. Su objetivo: tratar de empujar a la baja unos precios que se antojaban muy altos.
El primer año completo con los ingresos de la explotación de todos los derechos del fútbol fue 2016 (en 2015 logró los de la Champions y la Europa League, para un año más tarde hacerse con los de La Liga y la Copa del Rey). ¿Cuáles fueron las cifras? Según las últimas cuentas presentadas hace varias semanas en el Registro Mercantil, Imagina Media Audiovisual, cabecera del grupo, logró 1.498 millones de euros de ingresos, lo que supone una cifra casi calcada a la del año anterior.

martes, 10 de abril de 2018

EL NIÑO SE JUBILA

Julio Candela

El delantero del Atlético de Madrid Fernando Torres anunció hoy en un acto publicitario que esta será su última temporada en el club colchonero y que espera terminar su etapa celebrando un título.
"Aprovechar la oportunidad para decir que esta va a ser mi última temporada en el club, es una decisión que no ha sido sencilla", anunció el delantero madrileño en un acto con uno de los patrocinadores del equipo, la empresa surcoreana LG.


El delantero madrileño cerrará así la segunda fase de su carrera en el Atlético, que comenzó en enero de 2015, una decisión que aseguró "no ha sido sencilla" pero que ha tomado atendiendo "a la realidad y las circunstancias". "Sentía la obligación de decirle a toda la afición, que en la calle y los entrenamientos pregunta que si me voy a quedar, me han dado tanto cariño que de alguna manera siento la necesidad de decirlo. No había un buen momento porque siempre tenemos un partido más importante que el anterior", añadió el delantero.

Torres pidió que en el "mes y un poquito" que le queda en el club, la afición le acompañe en estos partidos, y le ayude a finalizar su etapa con un título. "Quedan muchos partidos en casa y que entre todos lo hagamos lo mejor posible para que al final de temporada lleguemos a un bonito final. Las cosas bonitas tienen un principio y un final, el principio fue hace muchos años y el final queda un mes y pico. Vamos a disfrutar y focalizarnos en lo importante, y ojalá el final sea levantando un título", añadió.
Torres explicó que tiene el compromiso del club de que podía estar en el Atlético hasta que lo decidiera, pero que decidió terminar su etapa en el Atlético "aceptando la realidad". "Ya veis que el protagonismo que tengo es poco y quizás sea el momento de dejar paso a otros. Tengo ganas y la sensación de que puedo jugar, de que puedo hacerlo bien, que puedo seguir haciéndolo, quizá hoy no lo estoy consiguiendo en el Atlético, es uno de los motivos que me lleva a tomar esta decisión", explicó.


El delantero aseguró que no es una decisión precipitada, y evitó culpar al entorno del club respecto a su decisión, ya que lleva "desde los 17 años expuesto a la crítica" y ha aprendido a "convivir con ella". "No es un día de reproches, lo que trato es de tener la deferencia con la afición de explicarle lo que siento. Siempre he expresado mis sentimientos con transparencia y necesitaba decírselo a la gente, sé lo que significo para ellos y ellos para mí y es una manera de expresarlo con ellos. Ahora solo quiero disfrutar", dijo.


El delantero confirmó que no se trata de una retirada del fútbol, sino que "por supuesto" seguirá jugando, aunque con esta decisión se trunca su deseo de retirarse en el club rojiblanco. "Mi idea en mi cabeza era colgar las botas aquí, pero las cosas no siempre salen como uno espera, no quería hacerlo de esta manera porque me siento con fuerzas, físico y quiero seguir jugando. No sé si dos, tres, cinco, quiero seguir jugando porque me encuentro muy bien y espero hacerlo en otro sitio", aseguró.


Fernando Torres aseguró que su relación con el entrenador argentino Diego Pablo Simeone es "normal, ni buena ni mala" sino "profesional". "Siempre he dicho que no voy a participar una división Simeone-Torres porque no tiene sentido y divide. En el Atlético hemos conseguido objetivos cuando hemos estado juntos, somos poquitos y no puede haber fisuras, lo que se hable para crear fisuras es perjudicial para el equipo. Las cosas que hablo con él las hablo de puertas para adentro y no con los medios, no es mi estilo y no lo ha sido nunca", explicó.


El delantero se ve para jugar, pero "la realidad de la temporada no ha sido así" y por eso la decisión de salir, que espera sea "con un título", el de la Liga Europa, competición en la que el Atlético está en cuartos de final. "Este año he jugado menos que la anterior temporada y esto, en el fútbol, es una línea que va a un sitio que no quiero vivir en este club. Pero hasta que esté aquí lucharé, yo no me rindo. No me rendí cuando me dijeron que no iba a renovar, no me he rendido nunca, ni en los años complicados que no fueron hace mucho", declaró.


Torres aseguró que "no cambiaría nada" de esta segunda etapa en el Atlético, que han sido "tres años muy positivos" en los que siempre se ha "ganado un sitio" y ha sido "importante, marcando goles", así como recordó que ha aceptado las decisiones deportivas con "profesionalidad".


En cuanto a la gestión del club sobre su situación, recordó que el Atlético se comprometió a mantenerle el tiempo que él considerara, lo que es "un gesto muy noble" aunque reconoció que en esta última etapa ha habido "diferentes episodios" en el que ha podido opinar diferente. "Pero no creo que sea un día de reproches, no quiero que parezca que se busca un culpable, es una decisión mía, todo lo que ha pasado desde entonces ha inclinado la balanza hacia un lado u otro. Ha habido momentos que creo que se podría haber hecho las cosas de otra forma y otros que agradeceré para siempre", analizó.

El delantero internacional con España, con quien ganó dos Eurocopas (2008 y 2012) y un Mundial (2010) no identificó un momento concreto en el que tomó la decisión de dejar el Atlético, aunque sí reconoció que no haber tenido tantos minutos como se esperaba esta temporada le ha hecho "plantearse cosas". "La diferencia este año es que cuando me ha tocado jugar he aprovechado minutos, he hecho goles, pero veo que eso no me lleva a tener más opciones de jugar, y ves hacia donde va a llevar eso, y como yo me encuentro bien intentaré buscar un sitio donde me den la posibilidad de estar en el campo y jugar", manifestó.
El delantero rojiblanco aseguró que no tiene "ningún equipo ni ninguna competición" pensada para continuar su carrera, ya que hasta ahora no había querido escuchar propuestas, algo que hará cuando concluya la temporada. "Hasta ahora no he querido escuchar las osas que me llegan pero ahora todo cambia, habrá que sentarse, revisar y cuando toque elegir ya lo haremos. Ahora no quiero que nada me quite de la cabeza el Atleti", agregó. También desveló que no había comunicado su decisión ni a sus compañeros ni a su entrenador, solo "al propietario del club", y que espera que los miembros del equipo la acepten "con naturalidad".


Respecto a la posibilidad de regresar en el futuro al Atlético con otra función distinta, Fernando Torres reconoció que está "demasiado ligado para que eso no se produzca antes o después" y dijo que "ojalá tenga la posibilidad" de regresar, siempre que sea en una posición en la que pueda "aportar en lo deportivo y lo institucional". "He jugado en muchos clubes con estructuras muy bien hechas, con relación con la afición que permite crecer globalmente, y una experiencia que ojalá pueda aprovechar para ayudar al Atleti, pero eso será dentro de muchos años", finalizó el delantero madrileño.

lunes, 9 de abril de 2018

ACARICIANDO EL TÍTULO


El empate en el Santiago Bernabéu entre Madrid y Atleti hace buena la victoria el sábado de los de Valverde que se aproximan a cantar el alirón

Antonio Blanca


A falta de siete jornadas para el final de La Liga 2017-18, el Fútbol Club Barcelona tiene en sus manos el trofeo. Los catalanes hicieron los deberes, no sin algún que otro sobresalto, y se aprovecharon del pinchazo de sus perseguidores para ampliar el colchón con respecto a la segunda plaza hasta los 11 puntos. Lionel Messi fue, como casi siempre, el guía único del sistema industrial de Ernesto Valverde. El argentino firmó un hat trick que, además de destacarle como pichichi del torneo, sirvió para sentenciar a un Leganés combativo. El Camp Nou vio cómo el Txingurri apostó por Semedo, Vermaelen y Andre Gomes en sustitución de Iniesta, Sergi Roberto y Umtiti. Asimismo, Rakitic volvió a hacer de Busquets -al que reservan para duelos más importantes-. Pero la tribuna también asistió a la acumulación de talento que dispuso a Messi como mediapunta flanqueado por Luis Suárez -muy fallón-, Coutinho y Dembelè. El caso es que sin la motivación adecuada, el gigante dejó pasar los minutos marrando en tres cuartos de cancha. Hasta que su genio embocó un tiro libre y un pase del extremo carioca. En un lapso de cinco minutos colocó un 2-0 que parecía definitivo. Pero el puntero bajó sus revoluciones al mínimo y permitió a los madrileños renacer tras el descanso. Cuellar sostuvo su predisposición ambiciosa, con Beauvue llegando a examinar a Stegen antes de que El Zhar acortara distancias. La incertidumbre abonada por la indolencia del conjunto blaugrana se hizo general y el desasosiego invadió a la grada por lo cercano del marcador. Sin embargo, Messi zanjaría el reparto de puntos en el 87, presionando a los protagonistas del derbi capitalino.

Real Madrid y Atlético se enfrentaron en el Bernabéu en una batalla llena de orgullo pero en la que los entrenadores miraron de reojo los eventos continentales venideros. Simeone sólo implementaría dos variantes sobre su once de gala, pero Zidane dejó fuera a Casemiro. Isco, Modric y Benzema. Bale, Lucas Vázquez, Asensio y Kovacic tomaron la alternativa construyendo un monopolio de la pelota que confluyó en el centro del galés y la volea a la red de Ronaldo. Los rojiblancos, especuladores hasta viajar en desventaja, respondieron con un relámpago que empató el duelo cuatro minutos después, por medio de un Griezmann sobresaliente. Keylor Navas sostuvo en ese intervalo a los suyos, pero sería Jan Oblak el que protagonizaría el resultado final. El esloveno negó el gol a un Madrid sin soluciones que evadieran el amontonamiento de centros laterales inocuos. Se defendieron los colchoneros hasta el minuto 90, y lo harían con éxito. Modric, Isco y Benzema saltarían al verde pero los madridistas deben seguir esperando para doblegar al enemigo íntimo en Liga. Ronaldo y Diego Costa recibieron descanso de forma precoz y el 1-1 no le sirvió a ninguno de los dos, aunque los segundos clasificados quemaron una jornada más en la manutención de tal posición.

Los de Chamartín fueron los más perjudicados, ya que seguirían a cuatro puntos de los atléticos y, asimismo, fueron adelantados por un Valencia que volvió a ir al galope de Rodrigo. El internacional español volvió a anotar un gol con valor de tres puntos en la visita del Espanyol a Mestalla para que los de Marcelino se encaramaran a la tercera plaza. Y, por ende, amortizaran el bajón de energía en los ocupantes de los puestos de Europa League para alimentar su acceso a la próxima Liga de Campeones.

Porque a falta del partido del Villarreal de este lunes, se abre una zanja de 15 puntos con respecto al cuarto escaño. El club que es quinto, de momento, es un Real Betis fulgurante. Los verdiblancos apagaron los anhelos continentales del Éibar con goles de Sergio León y el de Arbilla en propia meta. Por el camino, ampliaron a tres puntos su preponderancia sobre un Sevilla golpeado. Los hispalenses viajaron a Vigo y salieron goleados (4-0) en el triplete anotado por Iago Aspas. Los de Montella ya son séptimos. Y no cayeron a la octava posición porque el Girona no sólo desaprovechó el brete, sino que fue acribillado por la nueva Real Sociedad (5-0).

En la parte baja, el Levante-Las Palmas celebrado este fin de semana podría haber sentenciado a los tres últimos al descenso. Con 21 puntos por jugarse, los granota, que ganaron a los amarillos con gol de Campaña en el minuto 92, ya se han escapado a ocho puntos del decimoctavo. El Deportivo es el equipo que ocupa ese lugar y que hizo acopio de algo de confianza al ganar al colista -Málaga- en una batalla goleadora sin cuartel que decidió Adrián (doblete en ese agónico 3-2). Y, por último, Alavés y Getafe celebraron un combate en el que los vitorianos ganaron por 2-0 (Munir, fundamental) para tomar impulso y diluir el horizonte azulón.

jueves, 5 de abril de 2018

UNA NUEVA DEBACLE


Pep Guardiola se está convirtiendo en un coleccionista de derrotas históricas en Copa de Europa


Antonio Blanca


Pep Guardiola tuvo su 0-4 contra el Real Madrid, su 3-0 frente al Barcelona, su adiós en semifinales a manos del Atlético de Madrid y su pesadilla en Mónaco. Tuvo todo aquello y tiene para añadir, este miércoles, otro batacazo: una derrota en Anfield, una caída con estrépito en Liverpool y, seguramente, otra eliminación en Champions. Su despedida, aunque quede la vuelta, está próxima. Después de gastar 528 millones de euros en dos temporadas, tras apuntalar con Laporte su equipo este invierno, con mejores jugadores que su rival,  ya lo dijo Jürgen Klopp en la previa (y con su lazo, ese que no falte…) Después de todo eso, se pegó un batacazo histórico. Su Manchester City sucumbió a un baño en la primera mitad, fue incapaz de cambiar la dinámica en el segundo tiempo y capituló en otra noche europea para el olvido.

Pero, claro, al otro lado estaba su némesis, su kriptonita, el tipo que había roto su racha de victorias en la Premier League, el entrenador que en su periplo germano le arrebató dos Supercopas de Alemania y lo eliminó en semifinales de Copa en el Allianz Arena. Jürgen Klopp sabía cómo ganarle a Pep. Ya lo había hecho. Y, esta vez, repitió planteamiento, estilo y resultado. Le dio a los suyos un par de directrices y ellos las pusieron en práctica a la perfección. El Liverpool le entregó la pelota al City en la primera mitad. No la quiso. No la necesitaba. Para qué, pensarían. Esperó en su campo… y se tiró al cuello de su rival con un Salah inconmensurable.

Con el City manteniendo el control, la estrella egipcia salió al contraataque, se la dio a Firmino y llegó para aprovechar el error de Walker y anotar el primero del partido. El Liverpool engrasó la maquinaria, la puso en marcha y no atentó con pararla en ningún momento. De hecho, incrementó el ritmo progresivamente y pronto se encontró con el segundo: Chamberlain le pegó desde fuera del área y la colocó en la escuadra: 2-0. Entonces, nadie se esperaba lo que estaba por venir: un tercero antes de que acabaran los primeros 45 minutos. Este último, de Mané, que remató de cabeza un centro de Salah y hundió al equipo de Guardiola antes del descanso. Un baño en toda regla.

Aunque el asedio, como era previsible, menguó por dos razones. Por un lado, porque el City salió mejor en la segunda mitad. De nuevo, se pidió tocar la pelota y mantuvo la posesión, pero fue incapaz de crear ocasiones. “De poco sirve tener el balón si no eres capaz de crear algo con él”, solía decir Guardiola en Alemania. Y eso, precisamente, es lo que le ocurrió a su equipo. Y, por el otro lado, el Liverpool se dedicó a defender el resultado. Sobre todo, después de la lesión de Salah, que se tuvo que retirar en los primeros compases de la segunda parte.

Importó poco. El conjunto 'red', inconmensurable en la primera mitad, aguantó el segundo tiempo. Dejó que el Manchester City tocara la pelota, que mantuviera la posesión y que creara ocasiones, pero como aquel Inter de Mourinho en el Camp Nou, se metió bajo palos y no dio ninguna opción al equipo de Guardiola. Y, finalmente, levantó los brazos. Se llevó un resultado que le debería valer para estar en semifinales. Está por ver. Al otro lado, también, está Guardiola, el equipo campeón de la Premier League. Sí, todo eso es verdad. Pero, salvo milagro, o salvo una nueva debacle, el conjunto de Jürgen Klopp debería clasificarse para semifinales. ¿Y Pep qué, otra vez no campeón de Europa?

miércoles, 4 de abril de 2018

RONALDO LE DEDICA UN MONUMENTO AL GOL

Jaime Trevijano


Real Madrid y Juventus se dispusieron este martes a abrir los cuartos de final de la Liga de Campeones, exactamente 10 meses después de que ambos se enfrentaran en la final de Cardiff para el éxtasis merengue. El caso es que en el primer capítulo de este cruce estelar se iban a atravesar las inercias contrapuestas de los dos aristócratas continentales por excelencia. Si bien los dos contendientes llegaban en el mejor punto de forma del curso, los españoles arrastraban más irregularidad -esa que les sacó de la pugna por LaLiga hace semanas- e iban a tener que evidenciar más consistencia que en la media de este ejercicio liguero.

Los dos escuadrones han apostado por mantener la mayor parte de sus piezas con respecto al pasado 3 de junio, por lo que se preveía un ajedrez similar. Massimiliano Allegri tuvo que lidiar con las ausencias de Benatia y Pjanic, elementos nucleares en la zaga y la creación de juego, y las molestias que dejaron en el banquillo al otrora titular Mandzukic y al revulsivo Cuadrado. Zidane, por su parte, desplegó un 4-4-2 similar al local, con Isco apoyando a Kroos, Modric y Casemiro. Benzema, Ronaldo, Dybala e Higuaín, por ende, mantendrían la jurisdicción goleadora.

Plantearon los transalpinos el guión característico que implementan cuando defienden el Juventus Stadium: ritmo disparatado, presión muy alta y exigencia absoluta de precisión y concentración. Durante buena parte del duelo, su centro del campo obviaría el ataque en estático y elaborado para abocarse al frenesí de la verticalidad, con Betancur y Khedira -titular en detrimento del fichaje Matuidi- como lanzadores. El equilibrio táctico madridista sufriría de lo lindo para mantener juntas sus líneas y Keylor Navas tendría más trabajo que Buffon. Pero ocurrió que en el tercer minuto Marcelo batió a dos peones rivales en banda para que Isco ganara la línea de fondo y centrara con veneno. Ronaldo se anticipó a los zagueros y abrió el marcador con un golpeo de exterior punzante, que entró pegado al segundo poste.

El zarpazo del vigente campeón, al que asistió su jerarquía antes que el propio juego, le permitió granjearse intervalo de dominio horizontal del cuero. Quiso anestesiar el tempo el conjunto visitante, pero no podría domar el pentagrama turinés antes del intermedio. Allegri acumuló dos laterales en el perfil izquierdo -Asamoah y Alex Sandro- y puso a Douglas Costa y a De Siglio en la banda derecha con el fin de exigir y neutralizar a Carvajal y a Marcelo. Y, salvo en ese precoz fogonazo español, lograría el éxito en su planteamiento. Negó a Zizou el patrón de la pelota y del compás, y no le costó llegar a posiciones de remate. La presión visitante pronto aminoró ante la capacidad juventina para lanzar transiciones fugaces.

Sergio Ramos salvaría, in extremis, el aviso inicial, de Dybala, en el minuto 7. El central sevillano, que sacó otro intento en el área -del todoterreno Betancur, en el minuto 14-, y Varane se destacaron como los mejores de su delegación antes del descanso. El espigado francés pudo filtrar un cabezazo por encima del larguero antes del advenimiento del intento de asalto italiano. Y las imprecisiones en los tres cuartos de cancha gobernarían la tendencia de ida y vuelta antes de que Keylor Navas salvara la ventaja provisional con una mano excepcional al remate, en el área pequeña, de Higuaín -minuto 23-.

El balón parado agujereó a las dos retaguardias como el nicho a explotar en esa guerra de guerrillas desatada. Pudo ajustar el bloque capitalino la cohesión de sus líneas y la pericia en el pase (90% de efectividad) para apagar la efervescencia ajena. En consecuencia, se quemarían los minutos con Modric y Kroos vaciándose para cubrir las superioridades italianas en banda y los pases entrelíneas. Pero Dybala sólo sería intermitente y el peligro remitiría. No obstante, el interior alemán restallaría el larguero de Buffon a pase de Benzema en el 37, tras un latigazo desde 25 metros que refrescaba la amenaza atacante merengue.

Mas, antes del camino a los vestuarios se desdibujaría la concentración en fase defensiva de los favoritos y la Juve detectó una horquilla para insuflar dudas en la resistencia española. De Siglio descorcharía el respingo con un derechazo angulado que no rematarían los puntas bianconeri. Además, Dybala no superaría la barrera en una falta lanzada desde la frontal y ejecutaría un remate de tijera fuera de dirección. Y el cabezazo fallido de Chiellini, a metros de la línea de meta de Navas, dio carpetazo a una conclusión del primer acto que llenaba de esperanza a los de Turín y de desasosiego a un Madrid alejado del escenario que más le favorece.

Impedido para establecer combinaciones controladoras y para contragolpear, Zidane no tardaría en matizar su apuesta. La tarjeta de chuts reflejó el dominio local, con 8-3 en tiros. Así, en el minuto 59, toda vez que confirmó que el paisaje no había cambiado, sentó a Benzema -que venía de propiciar un chut descontextualizado de Ronaldo en el 50 de juego- y colocó a Lucas Vázquez para acumular enteros en la batalla por las riendas de la medular y, con ello, del enfrentamiento. Y con más piezas por detrás de Cristiano los de Concha Espina crecieron y recuperaron la convicción en el pase y en la transición. Sólo una falta lanzada por Dybala, que rozó la cruceta de Navas tras tocar en la barrera, inquietaría a la zaga madrileña.

Y Ronaldo emergería, colosal, para casi decidir el pase a cuartos. El luso ganó la espalda a Chiellini y regateó a Buffon para permitir que Lucas chutara, con el arquero descolocado. El campeón del mundo transalpino se rehízo, pero el rechace cayó en Carvajal, que emitió una parábola que fue cazada por el portugués con una chilena deliciosa. La pelota se coló pegada al palo -minuto 65-. Esta diana constituiría el punto de inflexión global, pues antes del 75 Dybala sería expulsado -doble amarilla por fingir un penalti y por patear, a destiempo, a Carvajal- y Marcelo autografiaría el 0-3 después de hilvanar dos paredes en la frontal -con Isco y Ronaldo-.

Con el ambiente congelado, Allegri sustituiría a Asamoah, Douglas Costa y Khedira para dar una alternativa descorazonadora a Mandzukic, Matuidi y Cuadrado. No funcionarían los relevos, ya que el timón pertenecería a un Real Madrid crecido tras haber navegado al borde del naufragio. Asensio y Kovacic darían respiro a Isco y Modric, y Buffon vería más amenazada su portería. El croata recién incorporado se chocaría con el travesaño local, el balear lo intentaría y Ronaldo buscaría su hat-trick en otras tres probaturas. Los errores de Higuaín y de Cuadrado, en el descuento, dieron testimonio de la distancia sideral en cuanto a la pegada que elevó a los merengues en el feudo juventino (sólo habían perdido los líderes de la Serie A una vez en los últimos 75 duelos disputados en su casa y en todas las competiciones). Para que el proyecto de Zidane alcanzara otra cima.

lunes, 2 de abril de 2018

MESSI SALVA LOS MUEBLES


La intervención del argentino evitó la primera derrota liguera del equipo de Ernesto Valverde que sigue en su camino hacia una Liga “fácil”


Antonio Blanca


La trigésima jornada liguera ofreció un duelo cumbre en el Pizjuán. Se medían dos de los tres representantes españoles en los cuartos de final de la Liga de Campeones. El Sevilla dominó al Barcelona, le obligó a jugar según el libreto acelerado de Montella y le tuvo contra las cuerdas. Valverde dejó en el banquillo a Messi y la ausencia de Busquets mermó a los catalanes sobremanera. Banega y N'Zonzi ganaron a la medular visitante y las contras andaluzas entraron como puñales para multiplicar el trabajo de Ter Stegen. El meta alemán brillaría en uno de los días menos lúcidos con balón y en defensa del puntero, pero nada pudo hacer para sostener todo el vendaval de llegadas locales. Sólo Coutinho y Dembelè pudieron salpicar el pentagrama hispalense antes de que Franco Vázquez y Muriel pusieran un 2-0 que parecía definitivo. El Txingurri recurrió al genio argentino en rapidez en el segundo acto, pero el efecto del 10 recién entrado pareció esfumarse ante la debilidad defensiva culé. Nada más lejos. A medida que el fuelle le fue fallando a los sevillanos crecieron los espacios para que Lionel resplandeciera. Su aterrizaje en el verde cambió el ambiente y la seguridad andaluza se deshizo cuando Luis Suárez recortó distancias a la salida de un córner. En el minuto 87. A partir de ese momento los barceloneses creyeron en la remontada. Messi empataría con otro fogonazo y Rakitic cabecearía al poste, todo en cuatro minutos. Finalmente, el Barça evitó perder por vez primera en esta Liga y arrancó un punto en una noche en la que pudo salir goleado si la puntería local hubiera estado más afinada.

La exhibición del zurdo legendario, que jugó con limitaciones en el esfuerzo por sus molestias físicas, sostuvo a un equipo que había visto brillar al Real Madrid ante Las Palmas. Los merengues, que dejaron en la Península Ibérica a Ronaldo, Ramos, Carvajal, Marcelo, Kroos y compañía, descubrieron que la propuesta ambiciosa de Paco Jémez alimentaría al mejor Bale del año. El galés anotaría dos goles, siempre al vuelo y con hectáreas por recorrer a la espalda de la zaga amarilla. Benzema cerraría un marcador que metía presión a Atlético y Valencia, segundo y cuarto clasificado, respectivamente, dejando en la estacada a los amarillos, muy débiles en su convicción.

Los rojiblancos cerraron la fecha con una escueta victoria ante el Deportivo. El Wanda asistió a otro día gris en cuanto al fútbol de su conjunto. La proximidad de los cuartos de la Europa League y las seis bajas llevaron a Simeone a confeccionar una convocatoria con sólo 13 nombres del primer equipo. Debutaría Carlos Isaac en el lateral diestro y sobre Gameiro recayeron las responsabilidades goleadoras de los ausentes Griezmann y Diego Costa. El francés haría el único gol por medio de un penalti polémico de Mosquera. Y el muro rojiblanco y Oblak clausurarían tres puntos cosechados desde la defensa y el plomizo pragmatismo.

El Valencia, por su parte, se distanció como el último de los clubes con acceso a la próxima edición de la Liga de Campeones, pues ganó en Butarque y celebró los pinchazos de Sevilla y Villarreal. El gol de Rodrigo bastó para que los de Marcelino ampliaran su colchón sobre sus perseguidores a 15 puntos. Asimismo, los levantinos siguieron a un punto de los de Chamartín. Y el Submarino protagonizó el batacazo de la jornada, pues cayó en Málaga ante un equipo que no ganaba en La Rosaleda desde hace cuatro meses. El tanto del 'Chory' Castro despertó a los andaluces, que están a tres puntos del 'Depor' y a cuatro de Las Palmas.

El Levante había vuelto a tensar la cuerda de la batalla por la permanencia golpeando primero. Los granotas empataron en el complicado campo de Montilivi. Venía de ganar dos veces de forma consecutiva y neutralizaron el gol de Granell por medio de una escapada de Morales que les fija con siete puntos de distancia sobre el decimoctavo puesto.

Por último, este fin de semana registró dos empates a cero. Ocurrieron en Cornellá y en Ipurúa. El Espanyol y el Alavés, dos clubes sin aspiraciones toda vez que cumplieron el objetivo de eludir el descenso, se dejaron ir en un partido en el que los pitos acuciaron a los de Quique Sánchez Flores. Y el Eibar no pudo meter mano a una Real Sociedad de nuevo técnico que se mostró menos ambiciosa. Sus tablas mitigaron los anhelos continentales de los dos componentes de este derbi vasco. Así, y tras el 1-1 al que Brais Méndez condenó a San Mamés (en el descuento), el Betis tiene en su mano empatar con el Sevilla si supera al Getafe este lunes.