A
falta de tres jornadas los de Valverde han recuperado el cetro liguero en un
campeonato que han dominado desde el principio sin caer derrotados aún
Antonio Blanca
La
trigésimo quinta jornada de La Liga resultó ser la definitiva en cuanto la
pelea por la cima y la supervivencia. Riazor fue el foro en el que se
desarrollaría el último debate. En el coso coruñés triunfaría el Barcelona,
brillante e industrial campeón, y la tribuna mandaría al infierno a un
Deportivo que ya no llegará a cazar al decimoséptimo clasificado en las tres
fechas que restan. El evento arrancó con el pasillo con el que los gallegos
honraron al reciente campeón de Copa, en una suerte de anticipo de lo que
vendría. Porque el sistema de Seedorf desplegaría una propuesta táctica
ambiciosa que arriesgaba mucho a la espalda de su centro del campo -más
creativos que destructor-. Tenía que ganar al coloso para seguir respirando
como equipo de Primera y los culés, que con el empate les valía, buscaron la
anestesia ante el pretendido incendio local y encontraron el 0-1, obra de
Coutinho. Pero sólo jugarían los de Valverde cuando les tocaba atacar, en fase
defensiva se desconectarían. En consecuencia, y a pesar de que Messi puso el
0-2 antes del descanso, los tantos de Lucas Pérez y de Colak lograron las
tablas en el minuto 64. El empate y la relajación del favorito propulsaron a un
conjunto blanquiazul que rozó la remontada, momento en el que Stegen reclamó el
protagonismo que ha venido teniendo a lo largo del calendario. El Txingurri
sacó a sus extremos ofensivos para poblar la medular de músculo y le salió
redonda la jugada. Lionel, provisional Bota de Oro, redondeó la síntesis de
todo el curso liguero que supuso este partido. La consistencia defensiva
renació cuando sacrificó la calidad y el genial 10 argentino resolvió. Entre
los minutos 82 y 85 zanjó el último alirón de Iniesta con un triplete
maravilloso. Una exhibición individual a la contra, la enésima, que condenó al
descenso a un 'Depor' voluntarioso pero impotente de cara al arco rival.
Ese
resultado revistió de intrascendencia al resto de compromiso de los que ocupan
la zona de Liga de Campeones. El Real Madrid fue el primero en presionar al
resto. Lo hizo ganando sin brillo y con la cabeza en el Bayern a un Leganés
respondón (2-1). Los goles de Bale y de Borja Mayoral -antes del entretiempo-
no constituirían la sentencia de los tres puntos, pues los pepineros recortaron
distancias por medio de Brasanac y llegaron a rozar el resbalón de los merengues.
Saldría a flote la versión suplente madridista, obligando a Atlético y Valencia
a seguir el ritmo.
Los
colchoneros defenderían su segunda plaza ganando por la mínima al Alavés. La
diana de Gameiro -minuto 79 y de penalti- sacó a los de Simeone victoriosos de
una visita a Mendizorroza en la que los menos habituales dieron la cara más
trabajadora para superar a los babazorros (0-1). A pesar del fallo de Torres en
el lanzamiento de una pena máxima -las dos serían cometidas por Wakaso- y de la
expulsión de Correa. Y los levantinos, por su parte, continuaron su sangría de
puntos repentina al no poder pasar del 0-0 en Mestalla y frente al Éibar.
Por
detrás, todavía estar por desbrozarse una zona de Europa League que contempla
al Betis, al Villarreal y al Getafe en los puestos quinto, sexto y séptimo. Los
verdiblancos, que juegan este lunes ante el Málaga, mantienen ocho puntos y un
partido menos sobre el octavo; el Submarino, que goleó al Celta con un
hat-trick de Bacca -en media hora-, rompió su mala racha para afianzarse; y los
azulones escalaron hasta la frontera continental al haber arrancado un empate a
uno en Butarque ante el rival directo Girona -jugando con uno menos la mayor
parte del minutaje y con el penalti fallado por Molina-.
Los
getafenses amortizaron la derrota que sufrió el Sevilla el viernes. El último
duelo dirigido por Montella fue una derrota en el Ciutat de Valencia ante un
Levante lanzado en pos de la salación (2-1). Los goles de Roger y Morales
tumbaron a los hispalenses y les dejaron fuera de la zona continental por
primera vez en mucho tiempo. Los de Nervión están octavos, con un partido menos
y un punto de desventaja (seis y ocho sobre Villarreal y Betis). Y a su rebufo
se han pegado los de Machín -empatados a puntos- y una Real Sociedad en
ignición -a dos puntos tras golear al Athletic, por 3-1 y con dos dianas en
propia meta de Mikel San José-.
En
la zona de lo decidido viajan ya Espanyol y Las Palmas. Los canarios, descendidos,
evidenciaron personalidad y pundonor para no dejarse ir y complicar a un bloque
catalán que ha acabado por derrumbarse hasta tener los mismos puntos que el
Levante. Gerard Moreno, de sensacional curso en lo anotador, neutralizaría el
tanto de Calleri pero no logró acallar la pitada de un graderío irritado por la
dinámica que su equipo ha dibujado en la segunda vuelta.