Carlos de Blas
Un fallo de Iniesta y Sergio Ramos dejó el balón muerto en
el medio del campo a Boutaib. El delantero marroquí no se lo pensó y encaró la
portería de De Gea, que cubrió bien todos los ángulos menos el más difícil.
Disparo raso buscando un hueco entre las piernas, leve toque del muslo del
arquero y el esférico en el fondo de la red. 0-1 y sorpresa que dejaba a España
en una situación muy complicada.
Los nervios afloraban en el banco español, pero el talento
es un buen bálsamo para los dolores. Una combinación de Iniesta e Isco acabó
con el talentoso malagueño devolviendo la igualdad al choque. Con el tanto los
españoles empezaron a hilar sus ideas, pero sin encontrar espacios en la buena
defensa africana.
Cuando no sabían solventar con presión los ataques de la
roja, los solventaban con faltas. Tampoco se quedaron sin ideas en ataque los
marroquíes, con las bandas imprimiendo velocidad y con la defensa española muy
arriba. La inseguridad de los peninsulares se hacía patente y Amrabat mandó a
la cruceta un disparo tremendamente potente, ante el que De Gea volvió a hacer
la estatua. Minutos antes el cancerbero hispano había conseguido su primera
parada del Mundial ante Boutaib, pero las dudas del meta fueron constantes.
El empate a uno fue el resultado que reflejó en el descanso
el luminoso. Con la reanudación, la igualdad se quedó solo en el marcador.
Marruecos presionaba y España mezclaba jugadas cargadas de excesiva
individualidad de Isco con errores en la zaga. Parecía increíble que un equipo
eliminado pusiera tantos problemas a una defensa formada por De Gea, Ramos,
Pique, Carvajal, Alba y Busquets.
Hierro no movía ficha, especulando con la clasificación como
segundo gracias al tanto de Quaresma con Portugal. Y en un Mundial, el ser poco
valiente cuesta campeonatos. Los marroquíes presionaban y fruto de la intensidad
y de una jugada a balón parado marcaba Nesyri, nuevamente con un De Gea que
trataba de pararla, pero solo con la mirada. Quedaban 15 minutos y España se
encomendaba al resultado logrado por los lusos.
Hierro por fin despertó y decidió meter en el verde a
Asensio, Aspas y Rodrigo, sustitutos de una delantera inoperativa todo el
encuentro. Pero con un cuarto de hora y uno abajo, el ataque más fresco no pudo
compensar el desbarajuste del resto del encuentro.
El sistema de Lopetegui volvió a aparecer. Iago Aspas
remataba con una preciosa espuela una jugada ensayada de córner, y el balón
llegaba a la red. El trencilla no concedía el tanto, pero el lento –y nunca
bien alabado- VAR concedía el gol que igualaba el choque. Mientras, con el
tiempo cumplido, Irán anotaba de penalti para dejar a España primera de grupo,
con más suerte que vergüenza. Rusia será su rival tras el regalo de los
portugueses.