viernes, 1 de junio de 2018

HASTA LUEGO ZIDANE

Carlos de Blas

Hay un motivo, no creo en las decisiones espontáneas, ni en los repentinos cambios de parecer. Entre el lunes y el martes (no pudo ser antes), sucede algo que provoca el adiós de Zidane, probablemente relacionado con la planificación de la plantilla, no imagino otras conversaciones después de haber ganado la Copa de Europa. La conversación, de producirse, debió ser delicada. No olvidemos que en la plantilla hay dos jugadores a los que el entrenador ha defendido con celo casi familiar y en contra de la opinión de un buen número de madridistas, algunos con despacho, Keylor Navas y Benzema. Tampoco pasemos por alto la presencia de Luca, su hijo, otro elemento sensible.

Es una suposición, lo admito, pero no es descabellada. Entra dentro de lo posible que Zidane no aceptara los fichajes cerrados o por cerrar, o no se sintiera cómodo con ellos, o fuera rigurosamente fiel a sus principios, estos son mis jugadores y con ellos hemos ganado tres Copas de Europa. Es bien conocido que desde hace meses (años), el club busca un portero, no entraremos ahora en las razones de esa pulsión enfermiza. Si no se concretó el fichaje de Kepa Arrizabalaga fue porque lo impidió el propio entrenador al afirmar públicamente que no lo necesitaba. El siguiente pulso lo tenía más difícil, Courtois asoma en el horizonte igual que antes lo hizo De Gea. El belga termina contrato el próximo año y el Chelsea accedería al traspaso antes de que se marche sin dejar dinero en caja…

Benzema es otro jugador señalado y la impresión es que a Florentino, su principal valedor hasta la llegada de Zidane, se le ha terminado la paciencia. Se dice que está cerrado el acuerdo con Lewandowski, un futbolista al que el presidente ya le abrió la puerta en 2013. Esta misma semana, el agente del polaco reconoció que su representado ya le ha comunicado al Bayern su intención de cambiar de aires. Casualidades, tal vez.

Habrá más cambios en la delantera provocados por el traspaso de Bale al Manchester United…. Salvo que el adiós de Zidane haga cambiar de opinión al galés … o salvo que Cristiano no vaya de farol y tenga decidido marcharse… O salvo que Neymar se encuentre más cerca de lo imaginado. Es posible que el club no quisiera distraer al entrenador en vísperas de la final con todas esas negociaciones… Insisto, son esfuerzos por intentar comprender.

Más allá de sus razones, Zidane quedará como el mejor entrenador que ha tenido el Real Madrid desde Vicente del Bosque, el que mejor ha sabido representar al club y defender los valores que durante un tiempo se hicieron invisibles. No sólo ha ganado tres Champions y una Liga. Ha consolidado la pacificación (equipo-medios-grada) que inició Ancelotti hasta no dejar rastro de la tierra quemada.

Zidane ha sido elegante en el más amplio sentido de la expresión, añadiendo a la elegancia natural que le viene de serie, una elegancia moral de la que hacía gala en cada revés y en cada conferencia de prensa. Quizá no fuera el entrenador perfecto, pero era el entrenador perfecto para el Real Madrid.
Dicho lo cual, Zidane estaba en el punto de mira. De no haber ganado la Copa de Europa hubiera sido destituido, o invitado a marcharse, así de fina es la línea que separa a los héroes de los villanos. 
También eso lo sabía, y es algo sobre lo que deberá reflexionar el Real Madrid como institución: los últimos entrenadores que han ganado la Champions (de Heynckes a Zidane) han caído a los pocos días o al verano siguiente. Esa tendencia a dinamitar el éxito merece un diván.

Se habla de Pochettino como sustituto y el argentino sería el único capaz de cubrir decorosamente la ausencia del mito. Al menos, en las formas y el estilo. En la educación. El éxito es otra cosa. Y el afecto, también el amor. Desde hoy mismo, Zidane será el primer suspiro cada vez que algo vaya mal en el Real Madrid. Y es difícil que las cosas vayan mejor.