Antonio Blanca
Es
uno de los principios que nuestro ordenamiento penal recoge, principio de
inocencia, por el cual una persona es inocente hasta que se demuestre lo
contrario. Partamos de ese acuerdo para analizar lo que a la estrella argentina
del Barça le ha y puede ocurrir. Messi a día de hoy es inocente y tendrá que
ser la Fiscalía de Barcelona la que tenga que demostrarle al juez los supuestos
fraudes al fisco, que para problema de Messi tienen visos de ser ciertos,
porque la Hacienda Pública no da puntada sin hilo, y si la fiscal Raquel Amado
se querelló ayer contra Messi ni más ni menos, estará muy seguro de las
investigaciones realizadas, puesto que no me imagino tirándose al agua a la
señora Amado en un caso de tantísima repercusión pública sin tener algo más que
una mera certeza.
En
este país nuestro, España, la pena de telediario, el “crucificar” a alguien
antes de su juicio técnico y legal es pan nuestro de cada día, nos divierte
hacer sangre del ídolo caído. Por eso hay que tratar el asunto con cautela, paciencia
antes del escarnio. Porque Messi y sus avezados asesores fiscales tienen tiempo
para demostrar el equívoco de la Fiscalía, ahora es su momento, de presentar
los documentos, de justificar los pagos (impagos).
Los
años de acusación del supuesto fraude fiscal son de 2007 a 2009 y su equipo el
Barcelona está eximido de toda sospecha, el club cumple religiosamente con la
Hacienda, pagando el IRPF pertinente a la retención del salario de Leo Messi. Entonces,
¿de qué acusan a Messi? La “pulga” es acusada de evadir los impuestos, el pago
de los mismos que es relativo a los ingresos por derechos de imagen que él
mismo gestiona, junto con su padre Jorge Horacio Messi y su asesoría fiscal, la
cual parece haber dibujado una trama digna de una película de suspense.
La
querella de la fiscalía detalla los pagos que 18 multinacionales realizaron a
la estrella del Barça a través de sus presuntas sociedades pantalla. Entre los
años 2007 y 2009, Messi tenía acuerdos con empresas como Adidas, Danone,
Konami, Banco de Sabadell o Pepsi. A los contratos de cesión de imagen firmados
con el propio Barcelona, Danone, Telefónica, Adidas, Pepsi y Konami, entre
otras multinacionales, se sumaron además en 2008 otros 205.000 euros de un
viaje promocional con otros jugadores del Barça a Uzbekistán.
La
supuesta estrategia de Messi consistía en simular la cesión de sus derechos de
imagen a sociedades instrumentales radicadas en paraísos fiscales (Belice y
Uruguay) y, paralelamente, formalizar contratos de licencia, agencia o
prestación de servicio con otras ubicadas en jurisdicciones de conveniencia,
como Reino Unido y Suiza.
De
este modo, los ingresos del futbolista transitaban presuntamente desde estos
países europeos hasta las sociedades ubicadas en los paraísos fiscales sin
someterse prácticamente a tributación alguna y con total opacidad frente a la
Hacienda Pública Española.
Con
esta estrategia de ocultación, Messi defraudó presuntamente 1.059.398 euros en
el ejercicio de 2007: 1.572.183 en el de 2008, y 1.533.092 en el de 2009, que
suman más de 4.164.00 euros estafados (se rumorea que la Fiscalía maneja
cantidades mayores, aún sin pruebas, por lo que de momento en lo pertinente a
dichas cuantías de más, ni caso hasta que haya una nueva querella); por todo
ello la fiscal Raquel Amado ha pedido al juzgado que cite a declarar a los dos
querellados.
Belice
y Uruguay permiten residenciar en ellos sociedades con total opacidad, y eximen
de tributación a las rentas obtenidas por las mismas fuera de su territorio. Reino
Unido y Suiza tienen una legislación particularmente permisiva sobre
operaciones realizadas con sociedad ubicadas en paraísos fiscales, facilitan la
existencia de sociedades de titularidad opaca y tienen suscritos múltiples
convenios de doble imposición para evitar la tributación en el país donde se
satisfagan las rentas.
Si
una sociedad domiciliada en un paraíso fiscal realiza directamente operaciones
con otras ubicadas en países como España, que no sean jurisdicciones de
conveniencia, los ingresos están sometidos a tributación en origen al tipo de
gravamen aplicable a las rentas de no residentes.
Por
eso, si se interpone entre la sociedad pagadora y la domiciliada en un paraíso
fiscal otra sociedad ubicada en jurisdicción de conveniencia como Reino Unido y
Suiza, se consigue trasladar la mayor parte de los ingresos obtenidos sin
tributación alguna a la sociedad domiciliada en el paraíso fiscal y se evita
así que las administraciones tributarias de otros países puedan conocer la
identidad de los reales y últimos beneficiarios de tales ingresos.
Messi
y su entorno (papito), que como buenos argentinos adorarán los “criollos”,
chacinas y embutidos, entre los cuales se sentirán muy cómodos, es lógico pensar
que no han sido capaces de urdir tal trama, aunque permítanme que crea que
tienen el mínimo conocimiento necesario para dar el visto bueno a la misma y
para saber que hacen con su dinero, sino, dos problemas graves, falta de
diligencia por dar a unos presuntos estafadores las riendas de sus ingresos,
convirtiéndose con ellos en estafador (la ignorancia de la ley no te exime de
su cumplimiento), y el otro una torpeza manifiesta, que habría que hacérsela
mirar.
En
estos tiempos de poca bonanza económica, de asfixia de clases medias y por
debajo de la media, asombra, indigna y escuece que gente que tiene la vida casi
resuelta, ojo por su trabajo (jugar a fútbol), no por parentesco, sean tan
avaros, que dejen de ser ese ejemplo de niño bueno y deportista con clase, para
pasar al lado oscuro, y perder toda credibilidad, rompiendo su saco y también
la ilusión de aquellos que lo idolatraban. Será demagogia pero, ¿imaginan qué
pasaría si la querella se hubiera interpuesto contra cierto portugués de nombre
Cristiano?
¿Messi
es a 2013 lo que Lola Flores a 1990? Salvando diferencias claro está, puesto
que desfalcar 4 millones de euros es mucho más grave que lo que estafó la
tonadillera jerezana. Una dijo “si me queréis irse” y el argentino algo
aventuró en el anuncio de la reconocida marca de pan de molde, “¿Me lo puedo
llevar?”.