martes, 29 de julio de 2014

MESSI SIGUE IMPUTADO POR EVASIÓN DE IMPUESTOS

Jordi Grimau

El juzgado de instrucción número 3 de Gavà (Barcelona) ha decidido continuar la investigación abierta contra el jugador del FC Barcelona Lionel Messi y su padre, Jorge Horacio Messi, por tres presuntos delitos fiscales contra la Hacienda Pública.

En una resolución dictada este lunes, el juzgado ha desestimado la petición de la Fiscalía, que solicitaba sobreseer la causa contra el futbolista por defraudar 4,1 millones de euros.

Una vez finalizada la instrucción, el juez da diez días al ministerio Fiscal y la Abogacía del Estado para que formulen la acusación y pidan la apertura de juicio oral o el sobreseimiento de la causa.

En el auto, el juez considera "irrelevante" que los Messi hayan pagado a la Agencia Tributaria en declaraciones complementarias de IRPF las cantidades presuntamente defraudadas, aunque admite que la medida puede rebajar en uno o dos grados la pena que se les pueda imponer.

De la misma manera, considera irrelevante que se haya regularizado la situación de los ejercicios posteriores a los que se investigan, que son los de 2007, 2008 y 2009.

Según la Fiscalía, era su padre, como representante, quien controlaba sus derechos de imagen y tenía "pleno conocimiento de las consecuencias defraudatorias" con la Agencia Tributaria Española que conllevaba el entramado societario que utilizó con sedes en paraísos fiscales para simular la cesión de derechos a sociedades ubicadas en estos países.

"Lionel A. Messi no intervenía en la toma de decisiones sobre la gestión y canalización de sus ingresos ni conocía realmente el alcance, la dimensión, finalidad y efectos del entramado societario", sostenía el escrito del fiscal.

El jugador se limitaba, siguiendo las consignas de su padre, a estampar su firma "a los efectos de conocimiento y ratificación" en muchos de los contratos de cesión de su imagen, pero la Fiscalía sostiene que no era consciente de la finalidad defraudatoria del entramado.

lunes, 28 de julio de 2014

EL BARÇA PESCA OTRO CENTRAL

Jordi Grimau

Por fin encontró Andoni Zubizarreta su ansiado central, o lo que quiera que sea. Jeremy Mathieu es el elegido, o el único que la secretaría técnica del FC Barcelona ha terminado por conseguir. Un zurdo veloz con buenas condiciones atacantes, que se forjó en el carril jugando incluso de extremo y que se reconvirtió él mismo a central negándose a jugar de otra cosa en su última temporada en Valencia. Después de algunas temporadas de pasar penurias, el barcelonismo, y casi el mundo del fútbol, clamaba porque Zubizarreta consiguiera su ansiado central.

En cada casa sabe cada cuál dónde están los problemas, pero a nadie se le escapa que en el FC Barcelona la mayoría residen en los despachos donde se deciden los fichajes. A pesar del periodo dorado de los últimos años donde se consiguió enamorar al mundo del fútbol y hasta cambiar su concepción de la mano de Josep Guardiola, se valió el equipo azulgrana de lo que ya tenía en la parrilla así como de los canteranos con futuro imperial que iban surgiendo. Las contrataciones ayudaron a maquillar el resultado, pero nunca marcaron la diferencia. Los mejores fichajes responden a Gerard Piqué (en realidad un retorno) y Dani Alves en 2008, y al 'jefecito' Javier Mascherano en 2010, que vino como pivote y terminó reconvirtiéndose a central por imperiosa necesidad.

Y es que el caos también llegó al FC Barcelona durante la mejor época de los títulos y del fútbol excelso, incluso con Guardiola en las peticiones. De ahí procede el último defensa central que firmó el club azulgrana hasta Mathieu. Un ucraniano de nombre de compleja escritura, Dmitro Chigrinskiy (en 2009), que le salió por un pico (25 millones de euros) procedente del Shakhtar Donetsk, equipo al que volvería solo una temporada después en un negocio ruinoso para el club azulgrana. El defensa ucraniano no hizo en España nada más que demostrar un nivel bastante escaso para el campeonísimo azulgrana, y manifestó un ojo ciertamente puesto en entredicho en el caso del técnico más laureado de entonces, Guardiola. 
Tampoco le fueron mucho mejor al FC Barcelona las cosas con otros grandes traspasos llevados a cabo en la época gloriosa 2008-2013. Alexander Hleb, Martín Cáceres, Maxwell, Afellay, Adriano, Alexis Sánchez, Cesc Fábregas o Alexandre Song (que también llegó a España con la posibilidad de poder jugar en el centro de la defensa, cosa que no ocurrió), además de la gigante contratación de Zlatan Ibrahimovic (cuyo traspaso se tasa en unos 70 millones de euros) o de David Villa, delantero por el que también perdieron más de 30 millones en el proceso.

El mejor defensor de los últimos tiempos en el FC Barcelona e incluso en la selección española es Carles Puyol. 'Tiburón' para algunos, 'Tarzán' para otros. El genial futbolista de la melena rizada ha destacado en su carrera por valores como el compromiso absoluto, la superación constante o la entrega hasta lo exhausto. 

Pues no se sabe si acertarán en esta ocasión Zubizarreta y Puyol, aunque la contratación de un futbolista galo que no estuvo en el último Mundial de Brasil con su país, que cumple 31 primaveras y que solo acumula una temporada jugando en la demarcación actual, no ofrece demasiadas garantías. Ojo, que tampoco fue barato. Casi a la desesperada, la secretaría técnica tuvo que firmar más de 20 millones de euros por el rápido y veterano jugador. Lo que sí se puede apreciar echando la vista atrás, sin embargo, es la cantidad de oportunidades futbolísticas en forma de defensa central que ha dejado escapar ante sus ojos la dirección técnica del FC Barcelona en los últimos tiempos, arrastrándose así con Piqué, Puyol (lesionado), Mascherano (reubicado) y el recién ascendido Marc Bartra.
El prometedor Marquinhos a quien firmó el PSG el curso pasado, de la misma manera que a Thiago Silva e igual que a David Luiz este mismo verano; el exmadridista Ezequiel Garay a quien recién contrata el Zenit ruso; el atlético Miranda por el que no quisieron pagar la cláusula; el pretendido y nuevo fichaje del Manchester City, Mangala; el prometedor futbolista francés militante en el Athletic, Laporte; el joven zurdo español de la Real, Íñigo Martínez; o uno de los mejores jugadores del pasado Mundial de Brasil, el alemán Hummels, a quien se lleva el Manchester United.

Y eso que dicen que aún les queda un defensa central más por incorporar. Que se arme de paciencia el mundo del fútbol, que viene Zubizarreta.

miércoles, 23 de julio de 2014

UN SUEÑO DE LA INFANCIA HECHO REALIDAD

Carlos de Blas

Y el sueño de James Rodríguez se convertió en realidad. Difícilmente olvidará el colombiano su primer día como jugador del Real Madrid. Más de 45.000 personas, muchos de ellos compatriotas del futbolista, dieron la bienvenida al flamante fichaje blanco en el Santiago Bernabéu.

Tras firmar su nuevo contrato, que le unirá al Real Madrid las próximas seis temporadas, James Rodríguez fue presentado en el palco de honor del coliseo blanco. "Hoy damos la bienvenida a James. Nunca has ocultado tu pasión por este escudo, cada vez que te han preguntado has respondido que el equipo con el que soñabas era el Real Madrid incluso nos has acompañado en Europa en algún partido en nuestro camino a la Décima", le dijo Florentino Pérez.

"Un futbolista que ha liderado a una extraordinaria selección colombiana; un jugador que ha sido una de las sensaciones en el Mundial de Brasil con su juego brillante y sus goles. Le han confirmado como uno de los más grandes conquistando la 'Bota de Oro' e incluyendo el mejor gol del campeonato", continuó.

El presidente del Real Madrid indicó que llega al Madrid uno de esos jugadores que "seducen a los amantes del fútbol de calidad". "En el Real Madrid no hay lugar para la autocomplaciencia como heredamos de nuestros padres. Con esta camiseta la palabra rendirse no existe, confiamos en tu talento y máxima entrega. El Bernabéu ya es tu Bernabéu y el de toda esta colonia que hay contigo".

Después de que el embajador de Colombia leyera un mensaje en combre del presidente de su país, Juan Manuel Santos, el nuevo '10' blanco, vestido con un elegrante traje negro, tomó la palabra: "Estoy feliz de estar aquí. Es un sueño hecho realidad. Espero dar muchas alegrías y ganar muchos títulos aquí. Hala Madrid", afirmó el exjugador del Mónaco.

Tras las fotos de rigor con la nueva camiseta, James Rodríguez se encaminó a los vestuarios para después saltar al césped ya vestido de corto, con la equipación de su nuevo equipo. Los clásicos toques al balón dieron paso al lanzamiento de multitud de pelotas a la grada, donde miles de aficionados se peleaban por llevarse un regalo a casa. Incluso hubo un par de aficionados que pusieron en jaque a los miembros de seguridad del club al saltar al campo para abrazar a su ídolo.

Después, vuelta al vestuario y, de nuevo con traje, atendió a los medios de comunicación en la sala de prensa. James reconoció que "nunca" va a "olvidar" este martes, día en el que fue presentado como un equipo en el que manifestó que "es un sueño" estar y en el que siempre fue su "deseo" jugar.

"Es un sueño estar aquí, siempre soñé. Creo que Colombia va a ser hincha de este gran club. Ellos me apoyaron allá y ojalá que pueda hacer historia aquí. Pisar este lindo estadio que tiene historia para mí fue algo único y el día de hoy nunca lo voy a olvidar. Es mucha presión, pero estoy preparado para afrontar todo esto", manifestó James en rueda de prensa.

"Yo soñé con estar aquí, luché mucho, sufrí mucho y todo cuando cuesta sabe mejor. Sólo queda ser feliz, trabajar duro y día a día entrenarme bien para tener un lugar y muchas alegrías aquí", agregó al respecto el máximo goleador del Mundial de Brasil.

El jugador sudamericano, que anotó seis goles con los 'cafeteros', comentó que siempre tuvo "el deseo" de "jugar aquí" y que hizo "todo" para recalar en el Bernabéu "desde el día" en que supo "que este gran club" le quería. "Gracias a Dios estoy y espero contribuir con la confianza que el club ha dado en mí", añadió.

Además, el de Cúcuta negó que el gol contra Uruguay en los octavos de final del Mundial fuera la clave de su traspaso. "Más allá de de ese gol venían siguiéndome. Además de hacer goles ya venían hablando también y pienso que eso es un plus más y yo pienso que cuando hice gol agarré fuerza para estar aquí", relató.

También evitó James opinar sobre el precio de su traspaso. "No puedo hablar de números, sólo puedo ayudar para que el club haga historia, soy uno mas aquí y ojalá pueda dar muchas alegrías a esa gran hinchada. Quiero hacer lo que hice en mi anterior club. Solo quiero demostrar que tengo el talento para ayudar en este gran club", indicó.

Además, el jugador procedente del AS Mónaco analizó la competencia que va a tener en Madrid. "Es bueno para mí, es un placer jugar al lado de tantas estrellas y solo quiero ser feliz aquí y ojalá que estén aquí todos porque va a ser algo lindo y voy a aprender mucho, seguro", aseveró.

James reconoció que aún no ha hablado con nadie del club. "No he hablado todavía, sólo por redes que ellos han estado siempre atentos y estoy feliz de que estén atentos a mí y espero ansiosamente estar aquí el día 1 [de agosto] para estar ya y entrenar en este gran club que es algo lindo y hermoso", comunicó.

La nueva incorporación del Real Madrid se mostró disponible para la Supercopa de Europa que el conjunto blanco disputará ante el Sevilla el 12 de agosto. "Tengo que llegar el día 1 y entrenarme bien, si yo juego o no ya lo decidirá el míster. Yo me entrenaré bien y estaré pronto", apuntó.

Lo que descartó el futbolista sudamericano es la tensión por hacerlo bien. "Presión ninguna. Pienso que siempre la hay en este gran club. Es un club que siempre quiere ganar y más 'Champions'. Presión siempre hay y hay que vivir con ello y estoy preparado para vivir todo esto y espero que este lindo sueño termine bien", desarrolló.

James llega a Madrid sin sentirse titular. "No -considerarse titular-. Sólo quiero entrenar bien y fuerte para tener un nivel alto y para el día que tenga que jugar aprovecharla siempre al máximo", comentó antes de añadir que todos los jugadores madridistas tienen "mentalidad ganadora" y que "quieren siempre ganar títulos".

Además, el exjugador del club monegasco fue preguntado por lo que se siente al llevar el número 10. "El solo hecho de tener ese numero, que siempre usé, el solo hecho de estar aquí en este gran club puedo jugar hasta con el número 100. Voy a ser feliz y ojalá pueda tener un nivel alto para ganar aquí títulos", reconoció.

Por otro lado, James calificó como "un placer" y como "un sueño" compartir vestuario con sus nuevos compañeros ya que "todos son grandes estrellas y grandes personas", y además aseguró que aunque comparte agente con Cristiano Ronaldo "nunca" habló de su fichaje con el luso. "Sólo quiero jugar con él", añadió.

El máximo goleador mundialista se definió como jugador y habló de sus demarcaciones en el campo. "A mí me gusta hacer goles y asistir. Tener allá adelante tantos jugadores buenos que pueden hacer gol para mí va a ser bueno también. Aquí es más fácil jugar. Puedo jugar centro, derecha, izquierda pero el que toma la última decisión es el míster Ancelotti.", consideró.

Además, James reconoció que siempre se fijó en Zidane. "Zidane siempre fue alguien que admiré. Desde que están Zidane, Ronaldo, Roberto Carlos... yo tenia 10-11 años y siempre seguí el Madrid. Son los primeros recuerdos que tengo de ese gran equipo. Es un equipo que siempre seguí y siempre soñé con estar aquí", afirmó.

Por su parte, el mediapunta de la selección colombiana habló de la posible llegada de su compatriota Falcao al Real Madrid. "No me compete hablar de eso. Eso es el club, obvio que Falcao es un gran jugador y siempre jugadores como él pueden jugar aquí. Eso ya es decisión del club si quieren o no ficharle", concretó.

Además, el '10' blanco analizó lo que representa a nivel familiar su fichaje por el Madrid. "Quiero darle las gracias a mi mujer y a todos los que están ahí conmigo: madre, padrastro, tíos, tías... es el sueño de todos los que están cerca mío, estar aquí y ojalá que perdure por mucho tiempo", aseveró.

Para acabar, en un plano más personal, James habló de sus creencias religiosas. "Para mí Dios es algo único. Soy muy creyente, pido que me dé sabiduría, talento y ganas de estar aquí. Desde que llegue a este club pido para que me dé talento y fuerza. Es parte fundamental en mi carrera", concluyó James, que también se refirió a su Fundación "Colombia Somos Todos".

lunes, 21 de julio de 2014

JAMES ES EL NUEVO '10'

Aránzazu Gálvez

James Rodríguez ya está atado por el Real Madrid. El club blanco cerrará en las próximas horas su segundo fichaje de la temporada con la incorporación del mediapunta colombiano del Mónaco. La operación le costará 75 millones de euros al Madrid y el futbolista firmará por seis temporadas cobrando 7 millones por cada una de ellas.

La idea es presentar al colombiano en el Bernabéu esta misma semana. Florentino y José Ángel Sánchez retrasarían su viaje a Los Ángeles unos días, pero con los deberes hechos. Luego James debería incorporarse al resto de la plantilla el 1 de agosto, que es cuando también tienen que estar Varane y Benzema, todos ellos eliminados en cuartos de final del Mundial.

El Madrid ya tiene todo listo para llevar a cabo la presentación del futbolista. El palco está listo desde el jueves, que fue la puesta de largo de Kroos. Las imágenes sobre su carrera deportiva están preparadas para ser emitidas por Realmadrid TV. Ya tiene su habitación en la residencia de Valdebebas, la 110, con una plaquita con su nombre. Su dorsal sería el ‘10’, el que dejó Özil en 2013 y que quedó libre durante la temporada. El siguiente en llegar al Real Madrid será Keylor Navas.

El domingo, el jugador pasó por el aeropuerto de Barajas para hacer una escala técnica y coger un vuelo rumbo a Niza. De allí a Mónaco solo hay 30 kilómetros y el colombiano fue a la sede de su club para negociar su marcha al Real Madrid. La oficialidad del acuerdo es inminente.

domingo, 20 de julio de 2014

FLORENTINO QUIERE A JAMES

Carlos de Blas

El todavía futbolista del Mónaco llegará al Santiago Bernabéu porque encandiló a Florentino Pérez exhibiendo un juego espectacular en el pasado Mundial de Brasil. Posteriormente, no dudó en mostrar públicamente y sin reservas su predisposición a vestir de blanco. Y eso también ayuda. Viene al caso establecer un paralelismo entre su contratación, cada vez más cerca de producirse, y la de Karim Benzema; el mediapunta colombiano apunta a convertirse en el segundo niño de los ojos del presidente merengue.

El 1 de julio de 2009 el Real Madrid hizo oficial que Karim Benzema permanecería ligado a la entidad de Chamartín hasta el año 2015. El delantero francés fue presentado una semana después ante casi 20.000 aficionados. Días antes de todo esto, su fichaje comenzó a fraguarse de una manera muy especial para él: con una visita del mismísimo Florentino Pérez a su vivienda particular en Lyon, su ciudad natal.
El propio protagonista de la historia narró lo sucedido a Sky Sports tras confirmarse su contratación por el club blanco. "Vino a mi casa --Florentino Pérez-- en el barrio de Bron. Eso fue importante para mí. Habló en francés y me hizo entender que realmente me quería. Yo sabía que sólo podía salir para ir al Madrid, porque era mi sueño, simplemente", confesó en aquel entonces el ariete galo.
Benzema llegaba a un equipo en reconstrucción que venía de dejar atrás una campaña terrible, en lo deportivo y lo institucional. James Rodríguez pasará a formar parte de una plantilla campeona de Europa: el contexto de su incorporación, inmejorable para él. Y también lo hará por expreso deseo del presidente, aunque, en su caso, no vaya a recibirlo en su propio domicilio.

James Rodríguez y Cristiano Ronaldo son dos jugadores muy distintos; sin embargo, el joven mediapunta colombiano, sobre todo tras cruzar el charco, después de consumarse su traspaso de Banfield al Oporto, fue comparado en numerosas ocasiones con el crack portugués. Quizá a causa de la existencia de un cierto parecido físico o por similitudes en el estilo de correr, la forma de tocar el esférico o en el golpeo a balón parado.
El paso del tiempo ha demostrado que el fútbol los ha llevado por caminos diferentes en lo que respecta a tipología de juego. El prodigio cafetero es un Diez; destaca más por su último pase y regate en distancias reducidas que por su velocidad, potencia y cambio de ritmo. Su rendimiento se multiplica en una posición centrada en zona de tres cuartos de campo, como es lógico, sobre todo a modo de mediapunta o enganche en un sistema 4-2-3-1. En dicha parcela su visión espacial alcanza el cien por ciento de sus posibilidades. Esto no significa que no sea útil en el puesto de extremo, tanto escorado al flanco izquierdo como al derecho. Quizá, en un esquema 4-3-3 como el del Real Madrid sería capaz de desempeñarse también como falso Nueve.

Evidentemente, James Rodríguez no posee ni la capacidad rematadora ni la eficacia de cara a puerta de Cristiano Ronaldo. Él está para otra cosa: asociarse y nutrir de balones que dejen en ventaja a jugadores como el portugués. Además, merced a su calidad, puede llamar la atención en el apartado goleador, nunca siendo ese su principal cometido.

lunes, 14 de julio de 2014

CUARTO MUNDIAL GERMANO

Carlos de Blas

La selección alemana ha conquistado el Mundial de Brasil 2014 tras imponerse (1-0) este domingo a Argentina en la prórroga de Maracaná, obteniendo así por fin un título una generación que había llegado hasta como mínimo las semifinales en todos los grandes torneos disputados desde 2006, pero que nunca había conseguido ni Eurocopa ni Mundial en estos 8 años.

La victoria alemana fue algo más que la suma de su cuarto Mundial, o que la confirmación de que el teutón es un pueblo de ganadores natos --en 20 Mundiales disputados han quedado entre los cuatro primeros en 13 de ellos--, fue la culminación de una idea, de un estilo que se comenzó a fraguar por 2006.

Ese año Alemania organizaba el Mundial y venía de caer estrepitosamente en la primera fase de la Eurocopa de Portugal en 2004. Los responsables de la 'Mannschaft' decidieron virar el rumbo y apostar por Jürgen Klinsmann, que en los dos años previos al Campeonato del Mundo, incluyendo la Copa Confederaciones de 2005, cambió la idea de juego y renovó en parte la selección. A su lado en el banquillo el por entonces segundo técnico Joachim Löw.

El técnico alemán comenzó a apostar por jugadores como Philipp Lahm o Bastian Schweinsteiger, que hasta el día de hoy han sido la columna vertebral del combinado, o como Lucas Podolski y Miroslav Klose, que a pesar de llevar varios años ganaron importancia con el nuevo entrenador.

En aquella ocasión la selección alemana cayó en semifinales con Italia (0-2), en una prórroga primorosa entre las dos selecciones europeas más laureadas. La decepción no nubló las ideas de los dirigentes federativos alemanes que no cayeron en el 'resultadismo' y apostaron por la continuidad.
Klinsmann decidió dejar el cargo y la federación apostó por su segundo, un hasta entonces prácticamente desconocido Joachim Löw. El entrenador de Schönau en la Selva Negra acabó por remodelar al cuadro alemán, apostó por jóvenes talentosos y mezcló el habitual estilo directo alemán con el juego de toque.

En la Eurocopa de 2008 de Austria y Viena Alemania fue finalista, todavía con un juego más físico que técnico, pero ya con la idea clara de ser protagonista en los partidos. Los Ballack, Lehman y compañía jugaron en esa final ante España su último gran partido y dieron paso al gran cambio de la 'Mannschaft', liderado por un Löw al que se le perdonó no lograr el título.
 
La derrota ante España en 2008 no cambió la idea futbolística del entrenador. De hecho la mejor Alemania en los últimos veinte años se pudo ver probablemente en el Mundial de Sudáfrica 2010, cuando una nueva generación entró de lleno a liderar a la hasta entonces 'tricampeona' del mundo. Los Müller, Özil, Kroos y Khedira se unieron a Lahm, Schweinsteiger, Podolski y Klose para dejar una gran imagen en el país africano donde por ejemplo superaron a Argentina por 4-0 en los cuartos de final.

El baño que le dieron a Argentina refrendó que ya a parte de por físico, Alemania ganaba por fútbol, por superioridad técnica y táctica. Mención especial merecieron un Müller que acabó pichichi del campeonato y un Özil que dejó destellos de jugador de clase mundial. El primero con 20 años, el segundo con 21.

El único problema para los de Löw fue que una de las mejores selecciones de la historia se volvió a cruzar en su camino. España les apeó en semifinales con un gol de Carles Puyol y Löw, amante del estilo español, demostró su gusto con unas declaraciones en las que dijo que les había ganado "el mejor equipo del mundo".

La suerte que tuvo de nuevo el entrenador fue que los dirigentes alemanes siguieron confiando en él. No era para menos pues la selección demostraba personalidad y sobre todo una idea clara. Aun así se empezó a cuestionar la capacidad de rendir en los momentos clave de este equipo. Más aún cuando en la Eurocopa de 2012 volvieron a caer en semifinales, esta vez ante Italia.

A pesar de todo Löw ha seguido en sus trece, apostando por sus hombres, apostando por el juego, por el balón corriendo más que los jugadores. Así se ha presentado en Brasil, donde en el primer partido goleo a Portugal (4-0). Después dejó uno de los encuentros del Mundial en el empate ante Ghana (2-2) y por último, tras varios partidos algo peores, han dejado dos momentos para la historia.

El primero será recordado probablemente para la eternidad como el mejor partido de un equipo en la historia de los Mundiales. Fue en semifinales, ante la anfitriona Brasil. Allí los alemanes elevaron su fútbol a la máxima expresión y en tan solo media hora se pusieron 0-5, para acabar 1-7. Ver a ese equipo jugar devolvió la ilusión al aficionado tras un Mundial en el que ha habido más emoción y tensión que juego.

El otro choque que pasará a la posteridad será la final ante Argentina. Ante su rival favorito desde que le gano la final en 1990, el que era hasta este domingo su último título mundial. Al que eliminó en los dos últimos Mundiales antes de ganarle en el último choque en Brasil con un gol de Götze, una nueva perla, en el minuto 113.

Así logró Alemania su cuarto Mundial, un triunfo de una selección acostumbrada a triunfar. Pero lo realmente importante, lo que debe quedar, es que ante la racanería predominante en el resto de equipos, imperó el triunfo de una idea, de un estilo. Löw apostó por algo hace 8 años, lo llevó adelante ante todo y ante todos y acabó encontrando recompensa. Y no una cualquiera, sino una bañada en oro y nada menos que en Maracaná.

sábado, 12 de julio de 2014

EL PARTIDO DE LA NADA

José Antonio Moya

El partido por el tercer y cuarto puesto en el Mundial no deja de ser el telonero de la gran final. Una actuación de segunda fila entre dos selecciones que no se llevarán la gloria ni los focos del campeón. Viene bien para rellenar el hueco del calendario a la espera de que salgan al escenario Argentina y Alemania. No esperen que los aficionados brasileños u holandeses invadan las calles de sus países si su selección consigue la victoria este sábado en el estadio Mané Garrincha de Brasilia. El perdedor quedará, todavía más, marcado por el fracaso cuando habrá conseguido salir del Mundial como la cuarta mejor selección del mundo. 

La selección brasileña llega en un estado de depresión preocupante tras la goleada que encajó en su partido contra Alemania. La imagen y el ánimo de estos internacionales se ha desplomado, está por los suelos y habrá que comprobar qué cuerpo y cabeza tienen para salir al campo a jugar un partido nunca mejor denominado como el de la consolación. Eso si ganan porque si sufren otra derrota, y no digamos ya de una forma contundente, será para ellos el encuentro de la crucifixión. Del estadio de Mineirao en Belo Horizonte fueron despedidos por sus aficionados con pitos y abucheados por el 1-7 humillante de los alemanes. Es un encuentro de difícil digestión para los chicos de Scolari y el propio seleccionador que está a la espera de que los dirigentes le den el finiquito de despido. 

A Van Gaal no le apetece nada jugar este encuentro. Lo ha dicho públicamente. Le parece injusto que dos selecciones que no han podido acceder a la final tengan que seguir en el campeonato para jugar un partido que no tiene premio y que solo puede hacer más daño a su prestigio en caso de derrota. Por él, no lo jugaría. Se ha quejado del sinsentido de este compromiso y de que Brasil tenga un día más para prepararlo. 

Lo único que hay en juego es lavar las vergüenzas de no haber podido llegar a la final, sobre todo en el caso de Brasil, que como anfitriona y por el batacazo que se dio ante los alemanes tiene una oportunidad de maquillar su imagen. Para Holanda, sumida en la maldición, es un plato de mal gusto después de haber perdido la final del Mundial de Sudáfrica contra España en la prórroga y haber estado muy cerca de llegar a Maracaná. El portero argentino Sergio Romero lo evitó en la tanda de penaltis, como en Johannesburgo lo hizo otro portero, Iker Casillas.

El otro consuelo, más práctico y tangible, es llevarse 2,5 millones de euros. Esta es la cantidad que diferencia al tercero del cuarto. La FIFA contempla un premio de 16 millones de euros para el tercer clasificado en el Mundial y otro de 14,5 millones para el cuarto. La diferencia, en términos económicos, entre ganar o perder este encuentro de la consolación tampoco es un motivo como para salir al campo con el ánimo de hacer caja.

jueves, 10 de julio de 2014

GRACIAS POR TODO


Con el fallecimiento de Alfredo di Stéfano una parte del fútbol mágico se nos ha ido y solo queda el recuerdo del mejor futbolista que ha dado la Historia

Antonio Blanca

Era uno de esos personajes que se merecen la actividad de coleccionar todo lo que se publicaba sobre él y archivarlo en las carpetas que forrarían de gloria piedras más extensas que la columna de Trajano o el arco de Napoleón. Alfredo Di Stéfano era un elegido, y los elegidos viven por encima de las magras posibilidades del orgullo: viven para defender la altura de sus propios hechos, como una ciudadela perfecta. Di Stéfano ha quedado en los anales periodísticos por puro sentido del deber, por una excelencia total: ser el mejor en el mejor equipo del mejor deporte del mundo y de la historia.

Mi moral depende exclusivamente de cómo haya jugado. No está en el éxito ni en la derrota. Sino en la responsabilidad que uno se crea ante sí mismo -le confesó un Di Stéfano cenital de 27 años, "más bien soso y tímido, expresivamente inexpresivo", a César Gónzález-Ruano en una entrevista de 1954, celebrada morbosamente en un hotel... de Barcelona.

La responsabilidad ante uno mismo se vuelve insoportable cuando se padece la obsesión de ser el número uno. A no ser, claro, que se consiga. Decir que Alfredo Di Stéfano fue el mejor futbolista del siglo XX solo es repetir una constatación casi rutinaria de la FIFA; añadir que su autoexigencia edificó la leyenda en marcha de un club, en buena lógica también el mejor, y por esa vía consolidó el invento de la Copa de Europa y estableció la identidad madridista como uno de los escasos predicados del orgullo español, solo son algunos de sus otros títulos, los de índole sentimental, los que apuntalan su mito ya eterno.

Yo no vi jugar a Di Stéfano, apenas acierto a inferir una habilidad superdotada de la racanería visual que de los cincuenta ofrece YouTube y he de conformarme con el relato embelesado de los ancianos de mi tribu. Pero yo sé que el fútbol es la primera manifestación contemporánea de la cultura popular, y sé que Di Stéfano es al fútbol lo que Platón a la filosofía, Newton a la física y Mozart a la música. Ningún genio monopoliza todos los caminos hacia la excelencia que se abren en cualquier disciplina humana; se podrán discutir los nombres que acompañan a la Saeta Rubia en el Olimpo futbolístico, más allá del consenso estable en torno a Pelé, Maradona y Cruyff; lo que no admite discusión es que nadie dejó una obra tan duradera, redonda y exitosa como él, porque su obra se llama Real Madrid Club de Fútbol.

Así que por eso se tomaba Di Stéfano la molestia documental de recortar las reseñas sucesivas de su obra en curso. No podía arriesgarse a que en el futuro no se inventara la digitalización.

La Providencia, que es blanca según los más exhaustivos expertos en iconografía, quiso que el último partido del Madrid que pudo ver Don Alfredo se jugara en Lisboa y terminase en Décima. Es un hermoso, coherente colofón a la biología del héroe, pero solo un bucle más en la espiral perenne de la leyenda que él fundó y que se sigue desarrollando de Chamartín a Concha Espina pasando por Valdebebas.

Más o menos desde la muerte de Abel los obituarios siempre corren el riesgo de acabar sentenciando que aquello sí que era bueno y no lo de ahora, porque el mito de la Edad de Oro y la consiguiente caída está presente en todas las culturas quizá desde que el hombre fue desahuciado de su primera cueva. Yo no sé si el fútbol actual, como dicen, es más impuro que el de entonces, aunque las mañas que Don Santiago Bernabéu practicó sin melindres para llevarse al genio a la capital no me parece que estén al alcance de las actuales inteligencias. También en tiempos de Di Stéfano se quejaban de los importes de los fichajes, de la desnaturalización del deporte, de la pérdida de no sabemos qué preciosas esencias derramadas a los pies del becerro de oro o del negro corazón del petrodólar. Ruano le pregunta y el delantero del Madrid, con aquella manera de sentenciar renqueante y lúcida que parece perogrullada y no lo es, responde:
Siempre hubo épocas. Siempre parece, en fútbol y en todo, que lo pasado fue mejor. Y sin embargo, oh Di Stéfano, esta vez no podemos estar de acuerdo contigo. Porque el pasado ya eres tú y no creemos que pueda haber nada mejor que eso.

UNA FINAL, MISMO RIVAL 24 AÑOS DESPUÉS

Julio Candela

La selección argentina volverá a jugar la final del Mundial 24 años después tras superar a Holanda en la tanda de penaltis (2-4) gracias a los fallos de Vlaar y Sneijder, por lo que se repetirá la final de México'86 e Italia'90, el partido que le falta a Leo Messi en su palmarés, la posibilidad de hacer eterna y colectiva su gloria individual.

Tuvo que ser desde los once metros, pero Argentina ya está donde quería estar al comienzo del torneo. En Maracaná, sin el anfitrión delante y con la vida en juego. Messi recorre el mismo camino que Maradona. Ya sólo un partido separa al rosarino del 'pelusa'. Ya sólo restan 90 minutos para que Argentina vuelva a sentirse rey del fútbol.

El partido demostró que nadie quería perder. El miedo se impuso al descaro y la cobardía hizo lo propio con el balompié. Argentina apenas lanzó un par de veces a portería, mientras que la 'Oranje' de Van Gaal estuvo tan encorsetada en su táctica que no llegó a probar a Romero en todo el partido.

Parecía imposible encontrar la rendija que rompiese la timidez de unos y otros. Sin ocasiones ni desmarques, las porterías fueron un complemento de 'atrezzo' en esta semifinal mundialista. La antítesis al triunfo alemán de este martes, que había sido esplendoroso, goleador, cautivador para el espectador. Ahí tendrá Sabella su próximo escollo. Entender cómo parar a la 'Mannschaft'.

Van Gaal, que tuvo en Ron Vlaar a su mejor hombre, dispuso un marcaje para Messi --perseguido por De Jong hasta cuando la 'pulga' abandonaba el radio de acción-- y sólo a balón parado pudo hacer daño el jugador del FC Barcelona. Una falta al cuarto de hora fue lo poco que tuvo Argentina en su haber.

Pero poco importó a los técnicos que el partido fuese una partida de ajedrez, todo lo contrario. El objetivo era no fallar en defensa y esperar un error del rival. Movimientos precisos, balones al aire, segundas jugadas y bostezos, muchos bostezos en la grada de Sao Paulo que sólo desaparecieron en los diez minutos finales.

Higuaín, antes de ser sustituido por Agüero, la estrelló en el lateral de la red tras un excelente servicio de Enzo Pérez; y Van Persie replicó con una media-chilena que se fue por alto. Nada nuevo bajo el sol hasta que Robben decidió meterle una marcha más al partido. El jugador del Bayern se atrevió a quebrar el orden de la albiceleste, aunque tampoco encontró premio.

Primero en el último suspiro del tiempo reglamentario y, después, tras ser impedido por Mascherano --el mejor del partido-- en el tiempo de prórroga. No había manera de abrazar el billete para la final. Sin ritmo, cualquier comparación con otros 'clásicos' resultaba una ofensa en la que ya se ha bautizado como una de las peores --sino la peor-- semifinal de la historia.

La prórroga mejoró el aspecto del paciente, pero sólo la tanda de penaltis pudo decidir al rival de Alemania en Maracaná. Dieciséis años después, una semifinal del Mundial se resolvió desde el punto fatídico, el mismo que impidió a Robben, Sneijder y Van Persie concretar una nueva final.

Sergio Romero, desterrado este curso en el Mónaco, ejerció de protagonista al detener dos lanzamientos. Lo demás es historia para la Holanda errante, la misma que siempre tropieza cuando se ha de bordar la estrella en el pecho.

miércoles, 9 de julio de 2014

ALEMANIA HUMILLA A BRASIL PARA LA HISTORIA

Carlos de Blas

La selección alemana escribió uno de los capítulos más brillantes de la historia de los Mundiales tras humillar (1-7) a Brasil, en su campeonato y ante su público, gracias a veinte minutos primorosos en la primera mitad que supusieron la humillación de la 'canarinha', indolente y sin argumentos ante la exhibición germana.

Alemania fue un rodillo, una máquina perfecta. Fiel a su historia, pero con el fútbol por bandera, el equipo bávaro puso en su sitio a la mezquina Brasil. Descuartizó la apuesta de Scolari y sentenció su presencia en la final, la octava de su historia y la posibilidad de levantar su cuarto entorchado, el primero desde la reunificación.

Los más veteranos recordarán a Matthäus, Klinsmann y Völler, aquél magnífico equipo que conquistó el último Mundial para los alemanes. La generación que acabó con Maradona en Italia'90 parece que ya tiene relevo. Y relevo con mayúsculas. A un escalón del título, Alemania se ha definido por la insistencia de su fútbol en la última década.

Perfeccionado por varios ajustes, y ayudado por el férreo bloque del Bayern de Múnich, los pupilos de Joachim Löw culminaron una nueva final tras la de la Eurocopa 2008, donde fue derrotada por España. Y de igual manera en 2010, cuando el cabezazo de Puyol dejó a Alemania sin premio en la semifinal de Sudáfrica. En el último Europeo, Italia se encargó de dejarles en el camino a un paso de la final.

En Belo Horizonte, los alemanes pasaron por encima de Brasil en 18 minutos que quedarán para la historia. Sin Neymar ni Thiago Silva, los cuales acusó en exceso la pentacampeona, la anfitriona perdió las pinzas que la sostenían en el Mundial.

Los penaltis ante Chile, en un mal partido, y la temprana ventaja ante Colombia, dieron licencia a Brasil para seguir su travesía. Un equipo militarizado, excesivamente jerarquíco y alejado del 'jogo bonito' que definió el 'futebol' brasilero por los siglos de los siglos. En nada se parece Fred a Ronaldo o Romario, fantasía pura.

Müller abrió la cuenta a los 11 minutos, tras rematar sin oposición un córner en el corazón del área. El gol pareció activar a los de Scolari, pero ocurrió todo lo contrario. Klose, diez minutos después, consolidó la apuesta germana con el 0-2, una diana con sabor histórico pues le convierte en el máximo goleador en la historia de los Mundiales (16).

A partir de ahí se desencadenó la tormenta. Un doblete de Kroos, próximo refuerzo del Real Madrid, y otro de Sami Khedira --a puerta vacía-- secaron a una Brasil que rozaba la desidia y que, más allá de haber acusado la presión, demostró no tener un patrón de juego, una idea para frenar el desembarco bávaro.

El descanso no cambió el escenario para los locales, cuya afición llegó a pitarles mediado el segundo acto. Las pocas ocasiones de Brasil las detuvo Neuer con destreza y --para colmo-- la goleada engordó a quince minutos para el final. El 'blue' Schürrle dio el estoque con un doblete, el segundo gol de inmensa belleza.

Ahí murió Brasil, que pudo incluso haber encajado el octavo en botas de Mesut Özil. Finalmente fue Oscar quien marcó el gol del honor, el más triste de la historia del fútbol brasileño. Alemania, con muchos quilates, ya está en una nueva final. Nada queda de una Brasil que fue borrada del mapa en un partido para la eternidad.

martes, 8 de julio de 2014

DUELO EN LA CUMBRE

José Antonio Moya

Brasil y Alemania, que suman ocho Copas del Mundo entre las dos, protagonizarán esta noche una 'final' anticipada en la primera semifinal del Mundial 2014, en un partido al que la 'Canarinha' llega inmersa en un mar de dudas tras la lesión de su estrella Neymar y la sanción de Thiago Silva, mientras que su rival apela a su fiabilidad como equipo para batir a la anfitriona.

En busca de su segunda final de una Copa del Mundo como anfitriona, la selección 'verdeamarelha' deberá reinventarse en el penúltimo escalón de su camino hacia su sexto título, ya que Neymar, el futbolista más desequilibrante y con más calidad del equipo y que además suma cuatro goles en este campeonato, no podrá participar en lo que queda de Mundial debido a una fractura de vértebra que sufrió ante Colombia en los cuartos.

La preocupación de los aficionados brasileños es más grande aún teniendo en cuenta que el capitán del equipo, el defensa Thiago Silva, tampoco podrá jugar ante la escuadra germana, ya que la tarjeta amarilla que le mostró el español Velasco Carballo ante los 'cafeteros' le deja fuera de combate en estas semifinales. No obstante, la Federación brasileña recurrió la amonestación, aunque las esperanzas de que el recurso prospere son escasas.

Con todo, el seleccionador, Luiz Felipe Scolari, tendrá que reorganizar su bloque para devolver la ilusión a un país que cada vez ve más difícil la consecución del título. Así, desde el propio combinado brasileño se apela a la unidad del grupo para superar las dificultades acaecidas en los últimos días.

El cambio de 'dibujo' en el esquema táctico de Scolari no será brusco, ya que podría convertirse en fatal para sus intereses a estas alturas de competición. Por ello, Willian gana enteros para ocupar la plaza de Neymar en el ataque por detrás de Fred. En cuanto a la baja de Thiago Silva, todo apunta a que Dante será su sustituto. Asimismo, Maicon podría repetir en el lateral derecho.

Por su parte, la consistencia de Alemania le ha permitido acceder a la penúltima fase de la Copa del Mundo en las cuatro últimas ediciones, aunque sólo pasó de ronda en la de 2002. Precisamente, el cuadro europeo, que perdió aquella final ante la selección brasileña, tiene un motivo más para batir a la 'Canarinha' y tomarse la revancha.

Además, en esta ocasión es la selección germana la que llega con el papel de favorita a la cita, ya que su solvencia y su fiabilidad exhibida en los partidos anteriores no crea dudas acerca de su rendimiento. Por ello, el equipo dirigido por Joachim Löw tiene ante sí una buena oportunidad para sellar su pase a la final y continuar el camino hacia su cuarto Mundial, un título que le es esquivo desde que consiguiese su tercera estrella en 1990.

La confianza del combinado alemán, en gran medida gracias a su mayor experiencia y eficacia respecto a citas mundialistas anteriores, la ejemplificó estos días el presidente de la Federación Alemana, Wolfgang Niersbach, quien mostró su apoyo a los futbolistas tras la victoria por 1-0 ante Francia en los cuartos de final.

Así, Löw no tiene apenas dudas sobre el once que pondrá en liza en esta semifinal, ya que el funcionamiento de la 'máquina' alemana ha sido bueno y fiable en lo que va de campeonato, tanto en la zaga, con Boateng y Hummels de centrales; en el centro del campo, con Kroos llevando la manija; y en el ataque, con un Müller inspirado de cara a puerta, como demuestran sus cuatro goles, que le colocan en la carrera por alcanzar al colombiano James Rodríguez -con seis tantos- como máximo goleador.

No obstante, y pese a la baja de su referente ofensivo, Brasil tiene herramientas y potencial para afrontar el obstáculo de cara a la portería contraria, como demuestra su olfato goleador en lo que va de torneo, ya que es tercero en la lista de máximos goleadores con 10 tantos, sólo dos por detrás de Colombia y Holanda.

También en el apartado ofensivo destaca la selección alemana, empatada con la 'Canarinha' tanto en el aspecto anotador, con 10 goles, como en la puntería, con un 70 por ciento de sus disparos entre los tres palos.

Sin embargo, Alemania sí destaca sobre su rival en el juego en equipo, como demuestra sus buenos porcentajes de pases, con un total de 2.938 acciones realizadas con éxito y una efectividad del 80 por ciento frente a los 1.816 pases y el 70 por ciento de Brasil. De hecho, Philipp Lahm es el mejor jugador en este apartado, con 408 pases y una eficacia del 86,6 por ciento.

A pesar de la talla de los dos contendientes que se medirán este martes en el estadio Mineirao de Belo Horizonte, este sólo será el segundo duelo entre ambos en un Mundial. En el último, Brasil se impuso por 2-0 en la final de la Copa del Mundo de Corea y Japón 2002 gracias a dos tantos de Ronaldo.

Pero las estadísticas son también favorables al combinado sudamericano tanto en la Copa Confederaciones, con dos triunfos en dos encuentros, como en amistosos, con nueve victorias, cinco empates y sólo cuatro derrotas ante el conjunto germano, aunque una de ellas fue precisamente en el último duelo entre ambos en 2011.

SE FUE EL MÁS GRANDE

Carlos de Blas

El exfutbolista y exentrenador hispano argentino Alfredo Di Stéfano ha fallecido este lunes, a los 88 años, debido a las secuelas de la parada cardiorrespiratoria sufrida el pasado sábado, con lo que deja huérfano al Real Madrid de su Presidente de Honor y del que fue su técnico, pero sobre todo del mejor jugador de todos los tiempos del nombrado 'Mejor Club del siglo XX' por la FIFA.

Cuando Pelé dice de ti que has sido "el más grande", cuando Diego Armando Maradona sentencia que tú junto a Messi y a él sois "los mejores de la historia", cuando Johan Cruyff destaca que en toda su vida solo ha tenido "un ídolo" y ese has sido tú, cuando Zinedine Zidane el día de su presentación resalta que "es un orgullo vestir la camiseta del Real Madrid" porque fuiste tú quien un día la llevó o cuando Lionel Messi sueña con tener algún día en su palmarés "todos los títulos" que ganaste,  pocas cosas más se pueden añadir sobre tu figura.

Esa es la carta de presentación de Alfredo Di Stéfano Laulhé, apodado la 'Saeta Rubia' y la huella que ha dejado en el mundo del fútbol el eterno '9' madridista. Di Stéfano fue un pionero. El primer 'grande' de la historia del balompié, el precursor de esa figura que a posteriori se ha dado en llamar 'todocampista' y el único jugador hasta la fecha capaz de marcar en cinco finales de la Copa de Europa.

Además el hispano argentino fue integrante de dos de las mejores delanteras de la historia del fútbol, dos ataques recordados por todos los amantes del deporte rey. En el primero no fue protagonista, pero consiguió hacerse un hueco en el extremo de ese equipo apodado 'La Maquina' en la década de 1940. Era el River Plate de Muñoz, Moreno, Labruna, Loustau y Pedernera --del que Di Stéfano siempre decía que era el mejor con el que jugó--.

En el segundo, la Saeta Rubia fue la estrella. Era el ataque formado por él, Kopa, Puskas, Gento y Rial en el Real Madrid de la segunda mitad de los años 50 y principios de los 60. El equipo que hizo del club blanco una leyenda en el viejo continente. Entre los cinco suman 22 Copas de Europa, todas ellas con el club merengue, aunque se da la casualidad de que tan solo estuvieron juntos dos temporadas.

Balón de Oro en los años 1957 y 1959 y Súper Balón de Oro en 1989, como reconocimiento a su carrera. El día que la FIFA le entregó al Real Madrid el galardón como 'Mejor Club del siglo XX' en diciembre del año 2000, el por entonces Presidente de Honor de la entidad madridista fue el encargado de recogerlo. Era lo suyo, nadie había hecho tanto por ese galardón como él.

Nacido un 4 de julio de 1926 en Buenos Aires, en el seno de una familia de clase medio-baja, Alfredo Di Stéfano Laulhé vivió una infancia dura en la que el fútbol le sirvió como vía de escape. A los 12 años se unió a su primer equipo, Los Cardenales.

Con 15 años llegó a las categorías inferiores de River Plate, donde se formó y de donde salió cedido a Huracán para volver y ser uno de los referentes del equipo de 'La Banda'. Pero una huelga del fútbol argentino hizo que el jugador se marchase a Millonarios de Bogotá. Allí jugó entre 1949 y 1953 y todavía hoy sigue siendo el segundo máximo goleador histórico del equipo. Por entonces Colombia estaba al margen de la FIFA, por lo que los clubes del país se financiaban con giras por otros países.

En una de esas giras, Millonarios viajó a España y se enfrentó a varios clubes, entre ellos el Real Madrid. Al ver jugar a Di Stefano, el presidente del Real Madrid Santiago Bernabéu quedó prendado y ordenó a su hombre de confianza, Raimundo Saporta, que hiciese todo lo posible por ficharle. Fue la primera vez que las dos figuras más importantes del siglo XX del club de Chamartín coincidieron.

Ahí llegó una de las polémicas más recordadas entre FC Barcelona y Real Madrid. Los catalanes ya se habían fijado en Di Stefano y llegaron a un acuerdo con River Plate, dueño de los derechos FIFA del jugador --que llegó a ponerse la elástica culé--. Mientras el Madrid acordó con Millonarios el pase. La situación se enconó y hubo de intervenir la Delegación de Deportes del Gobierno de Francisco Franco. La decisión que se tomó, vestir dos años la zamarra blanca y después dos años la blaugrana, no sentó bien al Barcelona, que se sintió afrentado y se desentendió del jugador.
Cuando la Saeta Rubia llegó a Chamartín en 1953 el club blanco llevaba 21 años sin ganar la Liga y en ese tiempo tan solo se había alzado con 4 Copas. 11 años después, al dejar el equipo, los madridistas eran considerados el mejor club del viejo continente. Durante sus años en la institución, siempre bajo la presidencia de Bernabéu, ganó cinco Copas de Europa, siete Ligas, una Copa Intercontinental, una Copa del Generalisimo y dos Copas Latinas. Cambió de manera decisiva la historia de un club que hasta su llegada vagaba sin rumbo.

No hay aficionado madridista que hoy, 50 años después de su marcha, no conozca la figura de la Saeta Rubia, que no sepa que era un jugador sin posición fija, que bajaba a recibir el balón a su área para comenzar la jugada y al momento aparecía en el área rival para definir. Pero por encima de todo destaca el idilio que mantuvo el '9' con Europa y que es conocido por todo seguidor blanco.

En la Copa de Europa, creada por iniciativa de Santiago Bernabéu en la temporada 1956-57, el Real Madrid ganó al Stade Reims ese primer año. A partir de ahí y de forma consecutiva cayeron Fiorentina, Milan, de nuevo Stade Reims y Eintracht de Frankfurt. Esta última victoria le permitió disputar y ganar la Copa Intercontinental ante el Peñarol uruguayo. En todos esos partidos, incluyendo la Intercontinental, la Saeta anotó al menos un gol

En 1964 abandonó el club de su vida. Tenía 38 años y su salida no fue todo lo buena que hubiera merecido. Su fuerte carácter le llevó a no querer seguir en el club de Chamartín en otro rol que no fuera el de futbolista y a pesar de su edad, Di Stéfano decidió marcharse al Espanyol para continuar su romance con el balón dos años más.

Por aquel entonces el futbolista había sufrido uno de los mayores trances de su vida. En agosto de 1963 fue secuestrado en Caracas durante dos días. El altercado termino bien felizmente.

Fue internacional en 31 ocasiones con España --ya lo había sido anteriormente 6 veces con Argentina--, pero nunca pudo disputar un Mundial, algo que una figura de su nivel no merecía. El infortunio en forma de lesión antes de Chile 1962 le alejó de ese sueño.

Una vez retirado de la práctica del fútbol pasó a los banquillos donde dirigió a innumerables equipos en España, Argentina y Portugal y donde consiguió hacer campeón de liga a Boca Juniors y River Plate en Argentina y al Valencia en España, club con el que también ganó la Recopa. Además de añadir una Supercopa de España a las vitrinas del Real Madrid.

Di Stéfano siempre hizo gala de un carácter fuerte y a la vez bromista e irónico. Para la posteridad quedarán frases como "No le pido que pare los balones que vayan dentro, basta con que no meta los que van fuera", dirigiéndose a su portero cuando era técnico valencianista, o "Meter goles es como hacer el amor, todo el mundo sabe cómo se hace, pero ninguno lo hace como yo".

En el año 2000 el Presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, le nombró Presidente de Honor del club blanco. Cargo que ocupó hasta el día de su fallecimiento. Ese mismo año publicó su autobiografía titulada 'Gracias Vieja', en referencia a su gran amor: la pelota.

Ahora la Saeta Rubia se marcha, pero quedará para siempre su leyenda.  Su figura perdurará en el fútbol, servirá como ejemplo. Él desde arriba estará observando. Agarrada a una mano Sara, su mujer de toda la vida, en la otra un balón. A sus pies el césped, el lugar donde más cómodo se sintió.

lunes, 7 de julio de 2014

ALEMANIA CONTRA SU BESTIA NEGRA


La selección teutona que ya perdió la final de Corea en 2002 frente a la canarinha busca romper su racha negativa y alcanzar una nueva final doce años después

Antonio Blanca

La cita del estadio Mineirao de Belo Horizonte la asume la selección de Alemania como la primera revancha ante Brasil, que en el único enfrentamiento en un Mundial, en Corea y Japón 2002, logró su quinto título de campeón y apartó del éxito al cuadro germano.

Nunca Alemania se ha impuesto a Brasil en un partido oficial. Los tres que han disputado, dos en la Copa Confederaciones y uno en un Campeonato del Mundo, terminaron siempre del lado del poderoso equipo amarillo.

El 2002 fue el último gran momento alemán en un Mundial. Tres veces campeón, en Suiza 1954, Alemania 1974 e Italia 1990, pretende en Brasil 2014 recuperar su dominio y regresar a la lucha por el título, algo que no sucede desde aquél torneo en Asia.
Alemania, que en Belo Horizonte jugará su cuarta semifinal consecutiva, se estancó en este tramo en la edición que organizó en el 2006 y en la más reciente, en Sudáfrica 2010.

El cuadro que entrena Joachim Low confía en dar el salto al éxito esperado ante un adversario presionado por la obligación de ganar y obtener su sexto trofeo. Lastrado por el recuerdo del “Maracanazo” al que le sometió Uruguay en 1950, la otra ocasión en la que ejerció de anfitrión, el equipo de Luiz Felipe Scolari aspira a cumplir con las expectativas y a repetir la victoria ante un adversario al que siempre la ha vencido con algo en juego.

En aquella ocasión, el equipo germano dirigido por Rudi Voeller formó con Oliver Kahn, Thomas Linke, Christoph Metzelder, Carsten Ramelow, Dietmar Hamann, Jens Jeremies, Bernd Schneider, Torsten Frings, Oliver Neuville, Miroslav Klose y Marco Bode.

Brasil tuvo como once inicial a Marcos, Cafú, Lucio, Roque Junior, Roberto Carlos, Edmilson, Gilberto Silva, Rivaldo, Ronaldinho, Kléberson y Ronaldo.

Dos goles de Ronaldo Nazario proporcionaron el éxito a Brasil. Fue año del 'nueve' brasileño, que disfrutó de un torneo redondo y se erigió como máximo anotador.

El delantero brasileño es, con quince goles, el máximo anotador en la historia de los mundiales, igualado ahora por el germano Miroslav Klose.

Es Klose, precisamente, el único superviviente de aquella final junto con el seleccionador brasileño Luiz Felipe Scolari. Ambos se reencontrarán en Belo Horizonte.
Probablemente en la banda. Klose como suplente alemán en busca de la revancha. Scolari como responsable del combinado sudamericano, al que pretende devolver a la gloria como anfitrión.