Carlos de Blas
El todavía futbolista del Mónaco llegará al Santiago Bernabéu porque encandiló a Florentino Pérez
exhibiendo un juego espectacular en el pasado Mundial de Brasil.
Posteriormente, no dudó en mostrar públicamente y sin reservas su
predisposición a vestir de blanco. Y eso también ayuda. Viene al caso
establecer un paralelismo entre su contratación, cada vez más cerca de
producirse, y la de Karim Benzema; el mediapunta colombiano apunta a convertirse en el segundo niño de los ojos del presidente merengue.
El 1 de julio de 2009 el Real Madrid hizo oficial que Karim Benzema
permanecería ligado a la entidad de Chamartín hasta el año 2015. El
delantero francés fue presentado una semana después ante casi 20.000
aficionados. Días antes de todo esto, su fichaje comenzó a fraguarse de
una manera muy especial para él: con una visita del mismísimo Florentino Pérez a su vivienda particular en Lyon, su ciudad natal.
El propio protagonista de la historia narró lo sucedido a Sky Sports tras confirmarse su contratación por el club blanco.
"Vino a mi casa --Florentino Pérez-- en el barrio de Bron. Eso fue
importante para mí. Habló en francés y me hizo entender que realmente me
quería. Yo sabía que sólo podía salir para ir al Madrid, porque era mi
sueño, simplemente", confesó en aquel entonces el ariete galo.
Benzema llegaba a un equipo en reconstrucción que venía de dejar
atrás una campaña terrible, en lo deportivo y lo institucional. James
Rodríguez pasará a formar parte de una plantilla campeona de Europa:
el contexto de su incorporación, inmejorable para él. Y también lo hará
por expreso deseo del presidente, aunque, en su caso, no vaya a
recibirlo en su propio domicilio.
James Rodríguez y Cristiano Ronaldo son dos jugadores muy distintos; sin embargo, el joven mediapunta colombiano, sobre todo tras cruzar el charco,
después de consumarse su traspaso de Banfield al Oporto, fue comparado
en numerosas ocasiones con el crack portugués. Quizá a causa de la
existencia de un cierto parecido físico o por similitudes en el estilo
de correr, la forma de tocar el esférico o en el golpeo a balón parado.
El paso del tiempo ha demostrado que el fútbol los ha llevado por
caminos diferentes en lo que respecta a tipología de juego. El prodigio cafetero es un Diez; destaca más por su último pase y regate en distancias reducidas que por su velocidad, potencia y cambio de ritmo. Su rendimiento se multiplica en una posición centrada
en zona de tres cuartos de campo, como es lógico, sobre todo a modo de
mediapunta o enganche en un sistema 4-2-3-1. En dicha parcela su visión espacial
alcanza el cien por ciento de sus posibilidades. Esto no significa que
no sea útil en el puesto de extremo, tanto escorado al flanco izquierdo
como al derecho. Quizá, en un esquema 4-3-3 como el del Real Madrid
sería capaz de desempeñarse también como falso Nueve.
Evidentemente, James Rodríguez no posee ni la capacidad rematadora ni
la eficacia de cara a puerta de Cristiano Ronaldo. Él está para otra
cosa: asociarse y nutrir de balones que dejen en
ventaja a jugadores como el portugués. Además, merced a su calidad,
puede llamar la atención en el apartado goleador, nunca siendo ese su
principal cometido.