Jordi Grimau
Por fin encontró Andoni Zubizarreta su ansiado central, o lo que quiera que sea. Jeremy Mathieu es el elegido, o el único que la secretaría técnica del FC Barcelona ha terminado por conseguir.
Un zurdo veloz con buenas condiciones atacantes, que se forjó en el
carril jugando incluso de extremo y que se reconvirtió él mismo a
central negándose a jugar de otra cosa en su última temporada en
Valencia. Después de algunas temporadas de pasar penurias, el
barcelonismo, y casi el mundo del fútbol, clamaba porque Zubizarreta
consiguiera su ansiado central.
En cada casa sabe cada cuál dónde están los problemas, pero a nadie
se le escapa que en el FC Barcelona la mayoría residen en los despachos
donde se deciden los fichajes. A pesar del periodo dorado de los últimos
años donde se consiguió enamorar al mundo del fútbol y hasta cambiar su
concepción de la mano de Josep Guardiola, se valió el
equipo azulgrana de lo que ya tenía en la parrilla así como de los
canteranos con futuro imperial que iban surgiendo. Las contrataciones
ayudaron a maquillar el resultado, pero nunca marcaron la diferencia.
Los mejores fichajes responden a Gerard Piqué (en realidad un retorno) y Dani Alves en 2008, y al 'jefecito' Javier Mascherano en 2010, que vino como pivote y terminó reconvirtiéndose a central por imperiosa necesidad.
Y es que el caos también llegó al FC Barcelona durante la mejor época de los títulos y del fútbol excelso, incluso con Guardiola
en las peticiones. De ahí procede el último defensa central que firmó
el club azulgrana hasta Mathieu. Un ucraniano de nombre de compleja
escritura, Dmitro Chigrinskiy (en 2009), que le salió
por un pico (25 millones de euros) procedente del Shakhtar Donetsk,
equipo al que volvería solo una temporada después en un negocio ruinoso
para el club azulgrana. El defensa ucraniano no hizo en España nada más
que demostrar un nivel bastante escaso para el campeonísimo azulgrana, y
manifestó un ojo ciertamente puesto en entredicho en el caso del
técnico más laureado de entonces, Guardiola.
Tampoco le fueron mucho mejor al FC Barcelona las cosas con otros
grandes traspasos llevados a cabo en la época gloriosa 2008-2013. Alexander Hleb, Martín Cáceres, Maxwell, Afellay, Adriano, Alexis Sánchez, Cesc Fábregas o Alexandre Song
(que también llegó a España con la posibilidad de poder jugar en el
centro de la defensa, cosa que no ocurrió), además de la gigante
contratación de Zlatan Ibrahimovic (cuyo traspaso se tasa en unos 70 millones de euros) o de David Villa, delantero por el que también perdieron más de 30 millones en el proceso.
El mejor defensor de los últimos tiempos en el FC Barcelona e incluso en la selección española es Carles Puyol.
'Tiburón' para algunos, 'Tarzán' para otros. El genial futbolista de la
melena rizada ha destacado en su carrera por valores como el compromiso
absoluto, la superación constante o la entrega hasta lo exhausto.
Pues no se sabe si acertarán en esta ocasión Zubizarreta y Puyol,
aunque la contratación de un futbolista galo que no estuvo en el último
Mundial de Brasil con su país, que cumple 31 primaveras y que solo acumula una temporada jugando en la demarcación actual,
no ofrece demasiadas garantías. Ojo, que tampoco fue barato. Casi a la
desesperada, la secretaría técnica tuvo que firmar más de 20 millones de
euros por el rápido y veterano jugador. Lo que sí se puede apreciar
echando la vista atrás, sin embargo, es la cantidad de oportunidades
futbolísticas en forma de defensa central que ha dejado escapar ante sus
ojos la dirección técnica del FC Barcelona en los últimos tiempos,
arrastrándose así con Piqué, Puyol (lesionado), Mascherano (reubicado) y
el recién ascendido Marc Bartra.
El prometedor Marquinhos a quien firmó el PSG el curso pasado, de la misma manera que a Thiago Silva e igual que a David Luiz este mismo verano; el exmadridista Ezequiel Garay a quien recién contrata el Zenit ruso; el atlético Miranda por el que no quisieron pagar la cláusula; el pretendido y nuevo fichaje del Manchester City, Mangala; el prometedor futbolista francés militante en el Athletic, Laporte; el joven zurdo español de la Real, Íñigo Martínez; o uno de los mejores jugadores del pasado Mundial de Brasil, el alemán Hummels, a quien se lleva el Manchester United.
Y eso que dicen que aún les queda un defensa central más por
incorporar. Que se arme de paciencia el mundo del fútbol, que viene
Zubizarreta.